Ahora el Bernabéu sucumbe al brilli brilli y los cánticos rebotan contra la cubierta. Pero yo recuerdo aquel estadio lúgubre y murmurante que tantos talentos ha consumido. Vinicius fue superando cada una de las pruebas a la que somete Madrid. La noche, por supuesto, pero también ese murmullo de pesadilla que desde hace décadas ha puesto a prueba a los que se atreven a encarar. Es un verbo interesante, encarar. El extremo del Madrid no sólo encara
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