Como si el cambio de apellido no les hubiera sentado demasiado bien, el incontestable Visma (antes acompañado de Jumbo, ahora de Lease a Bike) avanza de disgusto en disgusto. A ese equipo asombroso que en 2023 ganó Giro (Roglic), Tour por segundo año consecutivo (Vingegaard) y abrochó el año con un histórico triplete en La Vuelta (Kuus, Vingegaard y Roglic), le visitan los problemas como si de un maleficio se tratara.
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Perdió a Wout Van Aert en la caída en A través de Flandes (fractura de clavícula, varias costillas y el esternón) y no le pudo tener en el resto de clásicas de primavera ni el Giro en el que iba a debutar. En la Itzulia fue Jonas Vingegaard el que desató el pánico con su accidente, cuyas secuelas todavía le hacen ser duda incluso para revalidar el Tour. Y en la ronda italiana todo son también contratiempos: a la escuadra neerlandesa apenas le quedan cuatro corredores: Affini, Tratnik, Valter y Van Dijke.
Sin Van Aert, la apuesta para el Corsa Rosa era el jovencísimo Cian Uijtdebroeks, la gran promesa belga, arrebatado este verano al Bora Hansgrohe no sin polémica. Octavo en la pasada Vuelta, comandaba la clasificación de los jóvenes y marchaba ahora quinto en la general, a 4:15 de Pogacar y con opciones de ir mejorando hasta el podio. Y, sin embargo, el miércoles, enfermo, no tomó la salida en Foiano de Val Fortore.
Es la cuarta baja del Visma, arrasado por un virus que dejó fuera al sprinter Kooij, que al menos de fue con una victoria de etapa en la mochila. Por caída ya perdió en los días previos a Gesink y Laporte. Y, pese a todo, las avispas se dejaron ver, como si al mal tiempo pusieran buena cara y mucha actitud. En la escapada del día, dos de los tres integrantes eran del equipo neerlandés, Tim Van Dijke y Edoardo Affini. Junto al francés Champion resistieron hasta que restaban 35 kilómetros a meta (fueron neutralizados justo antes de la meta volante en la que Geraint Thomas rascó dos segundos).
El final de etapa (se completó a una media de 47,3 kilómetros por hora) resultó frenético. Nervios y varias caídas. En una de ellas se vio implicado Grossschartner, uno de los principales gregarios de Pogacar, que pudo continuar. Y en la recta de meta cayeron, de manera espeluznante, Jacobsen, Andresen y Biermans, justo delante de un Pogacar que la salvó por bien poco. El ajustado triunfo final fue para Jonathan Milan, poderosísimo ante Merlier y Kaden Groves para sumar su segunda victoria y seguir luciendo la maglia ciclamino.
Mientras Van Aert y Vingegaard lamen sus heridas e intentan ponerse a punto para volver a la batalla -el belga reaparecerá a finales de mes en el Tour de Noruega, el danés ya ha empezado a rodar tras romperse la clavícula, varias costillas y sufrir un neumotórax-, el Visma, que en 2024 coleccionó nada menos que 69 triunfos, de momentos apenas suma 19. Y eso que arrancó con esperanzas el año, con victorias importantes como la de Tratkik en la Oomlop, el propio Vingegaard en O Gran Camiño y Tirreno Adriático y Matteo Jorgenson, uno de sus grandes fichajes, tanto en París Niza como en A través de Flandes.