El ex jugador los Wolverines de la Universidad de Michigan y seleccionado en el draft por Los Angeles Lakers, Darius Morris, ha muerto a los 33 años, según ha anunciado su familia.
No ha trascendido por el momento de la causa de muerte, aunque TMZ ha informado de que el cuerpo de Morris fue encontrado en Los Ángeles, de donde originario, el pasado jueves..
“Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestro querido hijo, Darius Aaron Morris“, ha dicho la familia de Morris a TMZ. “Durante este tiempo de transición, su familia les pide que respeten sus deseos de privacidad y gracia”.
Morris fue una selección de segunda ronda de los Lakers en el draft de 2011. Promedió 3,3 puntos en 132 partidos de su carrera (17 como titular) con unos Lakers en los que compartió equipo con Pau Gasol y Kobe Bryant, y otros cuatro conjuntos en cuatro temporadas de la NBA. Luego jugó profesionalmente en China y Francia y su última temporada en activo fue la 2019-20.
Los Lakers han dicho en una publicación en X que están “desconsolados por el fallecimiento” de Morris.
Otro que ha querido despedirse de Morris ha sido el entrenador John Beilein “Me entristece saber sobre el fallecimiento del ex Wolverine Darius Morris. En 2010-11, Darius fue nuestro base titular. Fue un líder en ese proyecto que consiguió una temporada de 21 victorias y sentó las bases para una década de éxitos de Michigan. RIP DMo y mi más sentido pésame a la familia Morris”, ha escrito en X.
Al Barça se le apagaron las luces en El Pireo, donde el baloncesto coral del Olympiacos acabó con una racha de cinco victorias consecutivas en la Euroliga del conjunto dirigido por Joan Peñarroya, que, pese a la derrota, se mantiene en la parte alta de la clasificación. [Narración y estadísticas (95-74)]
"Han jugado mejor que nosotros en ambos lados de la pista, con más energía en defensa, en ataque y en rebotes. No hemos controlado el rebote en nuestra zona. Hemos jugado el peor partido de la temporada", admitió el técnico azulgrana. "En esta pista, es necesario jugar al 100%. Si no lo haces es imposible competir contra Olympiacos", añadió, en referencia a las facilidades ofrecidas.
El conjunto griego destrozó las virtudes visitantes. Sin acierto desde la línea de 6,75 metros (4 aciertos de 17 intentos) y muy débil bajo los aros -capturó 24 rebotes por los 40 de su rival-, el Barça, fatigado tras los dos últimos desplazamientos en la pista de Unicaja y Anadolu Efes, siempre fue a remolque.
Circulación hipnótica
Y es que en el Pabellón de la Paz y la Amistad, donde el Olympiacos aún no conoce la derrota, brillaron todas sus estrellas. Evan Fournier (19 puntos) dinamitó el partido en el tercer cuarto, Sasha Vezenkov (18 puntos) confirmó su condición de jugador diferencial y Nikola Milutinov (12 puntos y 8 rebotes) impuso su ley en la zona.
El conjunto de Georgios Bartzokas neutralizó con su rocosa defensa las ansias de correr del Barça, al que le costaba frenar a los griegos, que cocían a fuego lento sus canastas con una circulación de balón hipnótica. De nada sirvieron los 18 puntos de Kevin Punter o las ayudas de Chimezie Metu (12 puntos, siete rebotes).
El Barça no se esforzó para maquillar el resultado en los últimos minutos y acabó perdiendo de 21 puntos. De este modo, los azulgrana finalizan particular 'Tourmalet' con dos derrotas -en Málaga y Atenas- y una victoria en Estambul.
Es cuestión de tiempo. O eso al menos asegura Chus Mateo, labrando su nuevo Real Madrid, acoplando a los fichajes y echando de menos (cómo no) a los que se fueron. El Partizan de Obradovic sufrió la versión más parecida de lo que este equipo quiere llegar a ser. Especialmente en la segunda mitad, donde los blancos no extrañaron ni a Tavares. [93-86: Narración y estadísticas]
Porque el gigante, desenfocado, se cargó temprano de faltas. Y Mateo encontró a un tipo empeñado en no dejar pasar las oportunidades. Eli Ndiaye es hoy por hoy el mejor fichaje del Madrid. El africano, que pronto podrá jugar con España, cada vez es más sólido en su baloncesto. Junto a un extraordinario (otra vez) Campazzo fueron demasiado para un Partizan que también es todavía un equipo sin cohesión.
Campazzo había repartido ocho pases de canasta en la primera parte de un partido que, a priori, no iba a disputar por sanción. Pero el perdón (cautelar aún) por su pérdida de papeles hace una semana en Múnich iba a ser la redención -más oportuna todavía tras la lesión de Andrés Feliz, que se marchó de la pista sin poder apoyar su pie derecho- de este Madrid "raro" (Hezonja dixit), en busca de un rumbo y una identidad que todavía tardará semanas en llegar.
De momento, las urgencias van en el ensamblaje colectivo, en una capacidad defensiva que no aparece (más de 90 puntos de promedio encajados en los cinco primeros duelos de la temporada) y en la adaptación de los nuevos. Ante el Partizan, la primera victoria del año en Euroliga y la tercera en total del curso, lo primero siguió sin aparecer demasiado, pero tanto Serge Ibaka como Rathan-Mayes (Feliz se lesionó y Garuba sigue con molestias) mostraron grandes pinceladas de lo que pueden aportar.
El inicio no fue demasiado esperanzador, pese al ímpetu de Ndiaye, una de las mejores noticias de este nuevo Madrid, y el despliegue de Hezonja. El Partizan de Obradovic campaba a sus anchas en el WiZink, anotando con facilidad (seis triples en el primer acto), aprovechando la indolencia en la zaga de Musa.
Pero Campazzo, que no había partido como titular, lo empezó a arreglar todo. Conectó con Deck y desestabilizó al Partizan. Después Ibaka se hizo dueño de la pintura y una canasta del congoleño sobre la bocina dejó al Madrid con ventaja al descanso.
A la vuelta se iba a empañar con la falta de concentración de Tavares, dos faltas más (4) en menos de tres minutos. Fueron momentos de zozobra, de baloncesto sin dueño, de más errores que aciertos. El Partizan, pese a un gran Sterling Brown, no se lo terminaba de creer. Y esas dudas siempre las aprovecha el Facu, que estiró la ventaja con otro puñado de asistencias (una maravillosa por la espalda a Deck) y un triple.
En el inicio del acto final, con Ndiaye de cinco, Llull de base, Musa arreglando sus males anteriores y Rathan-Mayes acertando con su cuarto triple sin fallo, el Madrid demarró (83-66 después de un 15-0) para no pasar más apuros. Carlik Jones lo intentó a la desesperada, pero no encontró más aliados en los de Belgrado, que volvieron a perder en su visita a España, como la semana pasada en Vitoria.