La incógnita se ha resuelto este martes, y será el próximo día 29 de abril, lunes, cuando el ex presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, acuda a prestar declaración, en calidad de investigado, ante la juez titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda, Delia Rodrigo. También se ha hecho pública la citación, esta vez en calidad de testigo, de Pedro Rocha, hasta el pasado miércoles presidente de la Comisión Gestora que había sustituido a Rubiales cuando fue inhabilitado por FIFA a finales de agosto.
Rubiales está siendo investigado por los presuntos delitos de corrupción en los negocios, administración desleal, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, tal y como se recoge en el sumario, el que ha tenido acceso EL MUNDO.
Para saber más
La Guardia Civil sostiene que el ex presidente de la RFEF desvió al menos 3,8 millones de euros a la constructora Gruconsa y a la sociedad que explota el estadio de La Cartuja en Sevilla entre los ejercicios 2020 y 2022. Añade que esta empresa, a renglón seguido, transfería parte del dinero a una sociedad controlada por un íntimo amigo y socio de Luis Rubiales, Francisco Javier Martín Alcaide, alias Nene, bajo la denominación de Dismatec. Por último, los investigadores han acreditado que el propio Rubiales ha venido percibiendo fondos procedentes de las sociedades de su amigo en forma de “beneficios”.
Tras los registros llevados a cabo en su domicilio y en la sede de la Federación el pasado 20 de marzo, y una vez analizada toda la documentación por la UCO, la juez ha puesto fecha a la esperada declaración del ex presidente.
Brilla el sol en Donaueschingen y brilla el sol en la selección española, invicta, imbatida, en la primera fase de la Eurocopa, algo que hasta ahora sólo logró Italia en la pasada edición (y fue campeona). Descansados los titulares, la noche ante Albania dejó una frase definitoria de lo que es este grupo y de quien es, pese a su extrema, y eterna, timidez, el líder espiritual. «Desde un pisotón que me han dado en el minuto uno he tenido dolor en el pie, pero Carvajal tenía amarilla y hay que aguantar».
Jesús Navas (Los Palacios, Sevilla, 38 años), el cuarto jugador más veterano de la Eurocopa, el más veterano en participar con España en una fase final, resumió, sin querer, su propio papel en esta selección. «Estoy aquí para lo que haga falta». Y lo que haga falta es lo que haga falta. No hay persona ahí dentro que despierte más cariño en el grupo que él. Porque todos tienen la sensación de que es imposible ser más humilde y más buena persona, siendo, como es, campeón del mundo y campeón de Europa, y siendo, como es, ganador de la Premier, de dos Copas inglesas, de dos Copas del Rey, de dos Copas de la UEFA... Obviando la Liga de Naciones, es el único que en la concentración sabe lo que es ganar.
«Los chicos me preguntan que cómo fueron las horas previas a la final del Mundial, que cómo lo celebramos... Y a mí se me ponen los pelos de punta», explicaba él mismo en un encuentro con la prensa antes de viajar a Alemania. «Me preguntan porque saben mi trayectoria y yo trato de ayudarles», cuenta alguien que, por ejemplo, es mayor no ya que Lamine Yamal, sino que el padre de Lamine Yamal. En un grupo con tanto niño, Jesús es el 'superabuelo' de la selección. Pero volvamos al golpe.
Reconocimiento
Aguantar hora y media jugando al fútbol para preservar al compañero que es titular en tu puesto de que vea otra tarjeta amarilla es una muestra inequívoca de que el papel de Navas en este grupo va mucho más allá de lo que haga en el campo, que no es poco, porque los centros de Navas no los produce ningún otro. Luis de la Fuente, antes de irse del Düsseldorf Arena y sin que nadie le preguntara, se dirigió a los periodistas: «Quiero dejar aquí mi reconocimiento a un hombre como Jesús Navas, el jugador español más veterano en participar en una fase final de un gran campeonato. No sabéis lo importante que es para el grupo», dijo. Y se fue.
Esta segunda oportunidad en la selección llega después de un periplo que no ha sido fácil. Navas, deslumbrante aparición en el Sevilla de Caparrós (2003/2004), tenía un problema: los ataques de ansiedad cada vez que se separaba de sus padres y su hermano mayor le trajeron problemas en una concentración de la sub'20 y en otra del Sevilla. Monchi lo puso en manos de los psicólogos del club, «y con perseverancia y con ayuda consiguió superarlo», recuerdan hoy desde su entorno, donde resaltan la figura de Fernando Hierro, director deportivo de la Federación, hombre clave para que aterrizara en la absoluta (Del Bosque estaba empeñado en ello). Hierro usó un hombre de su confianza, Antonio Fernández, como nexo entre él y Navas. Tras muchos meses de trabajo y paciencia, en una reunión en el Parador de Córdoba, octubre de 2009, Navas lo dijo: «Estoy preparado».
Navas aplaude a la afición española en Düsseldorf.AFP
Desde entonces, 54 partidos y cinco goles en dos periodos. Desde 2009 hasta marzo de 2014, cuando dejó de venir con España, y desde marzo de 2019, cuando regresó con Luis Enrique, hasta hoy. «Para él la selección es especial. En esos cinco años lo pasaba mal cada vez que no estaba en una convocatoria», explica alguien que le conoce desde hace muchos años, que sabe de su pasión por su mujer y sus dos hijos, de su profundo sentimiento religioso y de su bondad. La última prueba es aceptarle al Sevilla aguantar jugando hasta diciembre para intentar seguir siendo lo único fiable que tiene hoy la hinchada de Nervión.
Eso será a la vuelta de una Eurocopa donde su papel va creciendo. Cuarto jugador más veterano del torneo, Navas sigue aquí su mantra de cuidarse «como un juvenil». Cuando se retire, por cierto, tiene pinta de seguir en el Sevilla en un cargo representativo al que falta ponerle nombre definitivo en los próximos meses.
Primero, lo que se sabe. Lamine Yamal, el segundo mejor jugador del mundo según el Balón de Oro, estuvo con la selección española entre el 1 y el 7 de septiembre. En esa semana, el jueves 4 jugó contra Bulgaria (73 minutos) y el domingo 7 contra Turquía (79). Regresó a Barcelona el lunes 8. El sábado 13, el técnico del Barça, Hansi Flick, sale muy enfadado a rueda de prensa y acusa a Luis de la Fuente de no cuidar a los jugadores, pues dice que Lamine se fue con molestias y que le hicieron jugar igual. Se anuncia la baja del chico por molestias en el pubis. Reaparece el día 28 contra la Real Sociedad y es titular el miércoles contra el PSG. Ayer, De la Fuente le convoca. Tres horas después, el Barça dice que ha recaído de su lesión y que es baja para dos o tres semanas. Ahora, lo que no se sabe. O lo que se sabe a medias.
En septiembre, después del primer partido contra Bulgaria, Lamine le dice a los doctores de la selección que le duele un poco la espalda. Como no parece nada serio, le pinchan en el culo un analgésico para el partido contra Turquía, donde el 19, por cierto, ofrece un recital de velocidad, regates y conducciones. Sin decirle nada más a nadie, regresa a Barcelona el lunes 8. El equipo azulgrana tiene entrenamientos miércoles, jueves, viernes y sábado de esa semana. Lamine se ejercita con normalidad o, al menos, no hay ninguna comunicación, ni oficial ni oficiosa, en todos esos días sobre que Lamine sufra problemas físicos. Ni en el pubis ni en ningún sitio.
Es más, el viernes 12, por la tarde, Adidas presenta las primeras botas personalizadas del chico, y en la nota de prensa se lee que las estrenará «en el partido contra el Valencia del próximo domingo», es decir, el día 14. Antes, el sábado 13, es la explosión de quejas de Flick. El baile de fechas extraña en la Federación. Si volvió el lunes 8 a Barcelona y, teóricamente, pudo entrenar tres días antes de conocerse la lesión... Si además Adidas, 12 horas antes de la rueda de prensa de Flick, mantiene la presentación de sus botas... Una lesión, además, que es en el pubis, y no en la espalda, que era de lo que se tenía noticia en la selección. «Las fechas no cuadran», deslizan en Las Rozas.
Lamine, en Montjuïc.Alejandro GarciaEFE
Total, que el chico está tres semanas sin jugar y reaparece el pasado domingo contra la Real, jugando el segundo tiempo. El miércoles, contra el PSG, completa todo el partido. Así que el jueves, los doctores de la selección, Claudio Vázquez y Óscar Celada, hacen la ronda telefónica con sus colegas de los equipos para preguntar verbalmente por todos los que están en la pre-lista. En la ronda de antes de ayer, por ejemplo, en la conversación con el médico del PSG les cuenta que Fabián Ruiz no está para jugar por sus problemas musculares en la pierna izquierda. Con esa información, De la Fuente no le llama. El médico del Barça, Lucas Gómez, transmite a los médicos de España que Lamine está fatigado, pero en ningún caso lesionado, y que si todo iba normal, podría estar en Sevilla mañana. Con esa información, De la Fuente sí le llama.
Y ayer, en cuatro horas, se arma la marimorena. De la Fuente respondiendo a Flick, no queriendo explicar en público los detalles de la concentración de septiembre, y el Barça, cuatro horas después, dejando al personal boquiabierto anunciando que Lamine había recaído de su lesión, que no jugaría en Sevilla y que no podría ir con España. ¿Tiempo de baja? Impreciso. «Entre dos y tres semanas». Dos semanas es justo lo que falta para que se reanude la Liga.
En Las Rozas, donde estaba todo el staff del equipo nacional, los ojos se abrieron como platos. «Ahora tendrán que hablar los doctores», explicaban fuentes cercanas al equipo, aludiendo a que, según los protocolos habituales, no basta con un comunicado para dar por lesionado a un futbolista. La Federación podría optar por hacer venir a Lamine el lunes, pero no parece que vaya a hacerlo. Sería aumentar un lío ya de por sí bastante gordo que podría tener próximos capítulos. Y el Mundial está, como quien dice, a la vuelta de la esquina. Bueno, casi.
Marc Cucurella (Alella, Barcelona, 25 años) es, con permiso de Lamine Yamal y Nico Williams, la gran sensación de la Eurocopa, y a ello contribuye su rendimiento, espectacular, en el campo, pero también su aspecto físico. En un mundo donde el 99% de los futbolistas acuden al peluquero una vez por semana, él se pasa meses sin pisar una peluquería. "Eso que me ahorro", bromea, porque bromea todo el rato el lateral izquierdo de una selección que mañ
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