El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido este martes al campeón de peso pluma de artes marciales mixtas de la Ultimate Fighting Championship (UFC), Ilia Topuria, que pronto se hará realidad su deseo de tener el DNI español.
Sánchez ha recibido en el Palacio de la Moncloa a Topuria, luchador hispanogeorgiano que se alzó con ese título el pasado 18 de febrero en Las Vegas, al derrotar al australiano Alexander Volkanovski.
Topuria había expresado su deseo de tener el DNI español, que aún no posee pese a estar residiendo en España, y Sánchez ha respondido a esa aspiración prometiéndole que lo tendrá pronto.
Así lo ha expresado en las redes sociales, en las que junto a su anuncio ha adjuntado unas imágenes en las que se le ve con Topuria, que portaba el cinturón que le atestigua como campeón del peso pluma.
“Tu esfuerzo, dedicación y perseverancia te han llevado a cumplir uno de tus sueños”, ha escrito el jefe del Ejecutivo en X.
A continuación es cuando ha avanzado que podrá cumplir “muy pronto” otro de sus sueños: “Tu amor por España -ha subrayado- se reflejará en tu DNI español”.
Juanpe López recibe la llamada de ELMUNDO desde Lebrija, a unas horas de partir para Italia, con un saludo amable y un rotundo bostezo. «Que he hecho cinco horas y estoy cansadete», se excusa con la espontaneidad habitual. No hay tregua para quien ambiciona un Giro que prolongue su buena onda, la que le ha hecho «abrir la lata», su primer triunfo profesional, que, además, vino acompañado después con la victoria en la general del Tour de los Alpes. Sólo partirán cuatro españoles este sábado desde Turín, pero uno de ellos lo hará desde la pole de favoritos -TadejPogacar aparte- para esa maglia rosa que vistió durante 10 días en 2022. Los 10 días en los que el menudo escalador del Lidl-Trek se dio a conocer al mundo.
Un chico de Lebrija va a ganar en las montañas del Tirol en uno de los días más dantescos que se recuerdan... No está mal para el estreno.
Fue uno de los días más fríos de mi vida sobre la bicicleta. Digamos que no se adaptaba a mis mejores condiciones, no es que este muy acostumbrado a eso. Pero soy un corredor que, extrañamente, no me lo explico ni yo, con el frío, con la lluvia, siendo de donde soy, no se me da mal.
¿Cuántas ganas tenía de levantar los brazos?
Fue bastante bonito, porque ves que, aunque cuesta, al final el trabajo da sus frutos, la lata se abre. Llevaba años soñando con este momento.
¿Supuso una liberación, le daba muchas vueltas al hecho de no haber logrado su primera victoria profesional?
Me he liberado mentalmente. No soy flojo de cabeza, soy bastante optimista en general, pero en el ciclismo de hoy, como todo el mundo sabe, ganan muy pocos corredores. Casi siempre ganan los mismos. Son circunstancias del momento, aunque siempre estaba pensando en por qué no llegaba. Esto me da mucha confianza para el futuro, para los nuevos retos. Hay que aprovecharlo, porque en el ciclismo, por desgracia, hay muchos más malos momentos que buenos.
¿Cómo han sido las semanas posteriores al Tour de los Alpes?
Antes habíamos estado tres semanas en el Teide con el equipo, días de muchas horas de trabajo con la bici y fuera de la bici. Después de los Alpes volví a altura, a Sierra Nevada, para hacer un pequeño recordatorio de ocho días. Y ahora, listos para afrontar el Giro. Creo que he asimilado bastante bien todo el trabajo realizado.
¿Cómo de especial es el Giro para ti?
Es una carrera muy bonita, le tengo un cariño increíble. La etapa del Etna la recordaré siempre. Iremos viendo este año. Como soy ciclista, tengo el hambre de ganar una gran vuelta y por delante, 21 días de oportunidad también para una etapa. Empieza duro, así que tocará apretar los dientes desde el principio. Hay bastante crono, el sterrato... será entretenido. Y luego la última semana, hay una etapa de 220 kilómetros con 5.000 metros de desnivel acumulado [con final en Livigno y paso previo por el Mortirolo].
Pogacar.
Es el principal favorito. Pero en ciclismo pasan cosas.
Viene de un 2023 que no resultó sencillo.
Fue un año para aprender bastante. Porque empezó malamente, con esa caída a principio de año. Cogí miedo a la hora de ir en el pelotón, en las bajadas me costó mucho psicológicamente. Pero como se trabajan las piernas, también se trabaja la cabeza. Nunca había sido un corredor de los mejores bajando, pero siempre me he desenvuelto bien. Y ahora estoy otra vez a mi nivel en las bajadas, se pudo ver en la etapa de los Alpes.
¿Cómo se llega a bloquear mentalmente un corredor profesional?
Llegó un momento en el que soltarme de manos era para mí un calvario. Fue difícil, porque me venía a la mente la caída que me tiró por el viento. Ya está superado. Gracias al trabajo con el psicólogo, que me ayudó mucho y me sigue ayudando a día de hoy. Y también con Óscar Sainz [especialista en bajadas del Lidl], una grandísima persona, que hace su trabajo increíble. Me ayudó muchísimo a soltarme de nuevo.
Su debut en el Tour, el año pasado, no fue como esperaba a causa de una bronquitis.
Llegar a París es siempre muy bonito. Pero no fue sencillo. Estuve con antibióticos desde el primer día de descanso. Te intentan animar, te dicen aquello de que el cuerpo siempre irá a mejor. Pero no es así. Cuando en un Tour pones tu cuerpo al límite todos los días, no es sencillo que vaya a mejor. Me queda esa espinita con el Tour. Volveré e intentaré hacerlo con mi mejor versión.
¿Le apetecería disputar los Juegos y el Mundial después del Giro?
¿A quién no le gustaría estar en unos Juegos, que son cada cuatro años? Tiene que ser muy muy especial. E ir con el Mundial con la selección es un escaparate muy bueno y a nivel profesional no he ido nunca. No sería una mala idea.
¿Hasta dónde puede crecer Juanpe?
Soy un corredor que año a año intenta progresar y aprender un poco más. Espero no dejar de hacerlo. Aprender de cada rival, de cada persona que esté a mi lado.
¿A este Juanpe escalador le hubiera gustado nacer unas décadas atrás, con otro ciclismo?
Se me ha pasado por la cabeza eso, pero es lo que toca. Esta época, que creo que podré decir 'yo corrí con Pogacar, con Roglic, con Vingegaard y con todos estos fuera de lo normal'. Cada vez que estoy con ellos, toca sufrir.
Francia podría limitar la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos que se celebran este verano en París en caso de que la amenaza terrorista obligue a ello. Lo ha dicho este lunes el presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista para celebrar que quedan 100 días para el evento deportivo, que arranca el 26 de julio y acaba el 11 de agosto.
Es uno de las grandes retos de cara a los Juegos: garantizar la seguridad en la ceremonia de apertura, prevista a lo largo del Sena, donde los atletas desfilarán en barcos, ante más de 300.000 espectadores. Francia está en alerta máxima por atentado terrorista y se va a recurrir incluso a empresas de seguridad porque no da con las fuerzas del orden. Se va a restringir la circulación y el perímetro de seguridad será muy amplio. El aforo, que iba a ser de 600.000 personas, se ha ido reduciendo hasta la mitad.
"Podemos hacerlo y vamos a hacerlo, porque nos hemos dotado de los medios para hacerlo (...) Nuestro país ya ha sido golpeado por el terrorismo y lo que quieren los terroristas es impedirnos soñar. No hay ingenuidad en esto. Nos hemos dotado de medios para hacer una gran ceremonia de apertura", ha dicho Macron en una entrevista a la cadena BFM.
Hasta ahora no se había desvelado si habría alternativa. Macron ha avanzado que sí habrá un plan B y un plan C en caso de que el riesgo sea tal que no se pueda garantizar la seguridad. Las opciones serían restringir la ceremonia a la plaza de Trocadero, junto a la Torre Eiffel, o "replegarse en el Estadio de Francia".
Huelgas
Otra de las amenazas que planean sobre el evento es la convocatoria de huelga. Los sindicatos CGT y FO ya han comunicado preavisos de paro para el periodo de los Juegos. "Francia es un equipo, es una nación unida y hay que estar a la altura del ejemplo. Tengo confianza en los sindicatos y su espíritu de responsabilidad", ha señalado el presidente.
Macron prometió que se bañaría en el Sena, donde se van a realizar algunas de las pruebas acuáticas. Sin embargo, también aquí hay serias dudas de que vaya a poder hacerse, debido al estado del agua. Las lluvias de las últimas semanas han degradado la calidad de la misma. "No he cambiado de opinión. Estaremos a la cita antes del 26 de julio", ha insistido el presidente.
El objetivo de cara a los Juegos es celebrar algunas de las pruebas pero también dejar zonas en el Sena aptas para el baño, para que los parisinos puedan disfrutar. Hace 100 años que se prohibió el baño en el río debido a la alta polución. Tanto Macron como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, han prometido dar ejemplo y ser los primeros en introducirse en las aguas del Sena.
Macron, en el Grand Palais de Paris, este lunes.YOAN VALATAFP
"Hay un trabajo que se ha hecho desde 2016. Cuando hablamos de la herencia de los Juegos, el Sena será uno de los grandes legados de los JJOO", ha dicho el presidente. Una de las infraestructuras que permitirán mantener el agua limpia es un megadepósito de agua fluvial, que permitirá almacenar el agua de la lluvia. Esta obra aún está sin terminar.
No sólo se bañará. No descartar incluso portar la llama olímpica, que se enciende mañana en la ciudad griega de Olimpia y llegará a Marsella el 8 de mayo. Ha dicho: "Creo que no es mi papel ni mi lugar". Pero ha concluido: "Veremos a ver si alguien me invita a llevarla, pero en principio no estoy previsto dentro del programa".