Montse Tomé apretó los puños con cada gol de España ante Países Bajos. Contra todo pronóstico es la seleccionadora que lleva al equipo nacional femenino a unos Juegos Olímpicos por primera vez en la historia y lo hace con un partido brillante, una final en el horizonte y capitaneadas por Jenni Hermoso. Una catársis para la goleadora y para el resto del grupo.
“Este equipo merecía estar en los Juegos y disfrutarlos por las que no pudieron, por las que vivieron los momentos del barro”, recordó Tomé, que alabó a sus jugadoras por haber ejecutado de manera casi perfecta un plan de partido que comenzó a gestarse en un día especial: “Empezamos a prepararlo el 22 de diciembre, el día de la lotería, y entonces le dije al staff que nos íbamos a acordar siempre”.
“Entramos en la selección en un momento difícil, nadie lo eligió, y hemos evolucionado como equipo. Felicito a todo el cuerpo técnico, que ha tenido situaciones de máxima profesionalidad y las ha sabido solventar. Es un grupo humano ambicioso”, añadió Tomé recordando cómo España ha hecho sus mejores partidos ante las selecciones más fuertes. “Ganamos a Suecia y ahora a Países Bajos. Este equipo se crece ante los grandes“, recordó la entrenadora sobre quien la RFEF, con las elecciones pendientes, tendrá que decidir.
Una de las claves del éxito es la mezcla de juventud y “experiencia” en el vestuario. Los 17 años de Vicky López la hicieron salir manteada el día de su debut -“claro que es una novatada”, admitía Cata Coll– que nunca olvidará, pero tampoco lo hará Jenni Hermoso.
Gritó su gol, el primero de España, lloró y luego, disfrutó. “He gritado mucho, he soltado muchas emociones en un día muy importante. He sido muy llorona, pero cada vez me cuesta más. Lo he hecho porque desde pequeñas soñábamos en algo así. Estar en unos Juegos Olímpicos es de esas cosas que tachas en la lista de lo que puedes hacer en la vida”, admitió la delantera.
Han sido muchos meses de apretar los dientes y aguantar, por eso se liberó y se dedicó el gol. “He pensado en mí, en el tiempo que he estado trabajando mental y físicamente para disputar un partido de alto nivel, me dedico el gol y el triunfo”, confesó pese a que tenía a su madre y sus hermanas en las gradas y a sus “dinosaurias” en el campo.
Jenni se fundió en un profundo abrazado con las veteranas Alexia Putellas e Irene Paredes. Juntas lloraron cuando ganaron el Mundial, juntas afrontaron el #SeAcabó y juntas podrán estar en sus primeros, y últimos, Juegos Olímpicos. Son las únicas que, junto a Mariona, habían nacido en 1996 cuando el fútbol femenino entró en el programa olímpico.
“Creo que las tres hacemos equipo. Estamos haciendo algo grande, a un paso de la Nations League, otro trofeo y lo queremos disfrutar mucho. Ya está entrando gente joven que aportará mucho y la mezcla con las más veteranas nos llevará a lograr todo lo que nos propongamos y, sobre todo, a disfrutar. Porque no hay techo”, confesó con brillo en la mirada. “Estoy bien, en paz y ¡en París!”, bromeó Jenni con el objetivo cumplido y otro título al alcance de la mano.