Con ustedes… Finn Russell. “Soy el 10 del equipo de rugby de Escocia, a la gente le gusta verme. Si fuera fútbol, dirían que soy una especie de Messi”. La frase acaba con una risa pícara. El medio de apertura la pronunció en un documental sobre el Seis Naciones 2023 recién estrenado en Netflix para calentar la edición que arranca este viernes. Y ha sido tan comentada, y criticada, que hasta la cuenta en la red social X del torneo dibujó a Messi durmiendo con una camiseta de Russell.
Inmodestia aparte, el jugador escocés (31 años, 1,82 y 87 kilos) tiene algún motivo para mostrarse agrandado. Tras acabar los estudios obligatorios, trabajó en un taller de cantería mientras despuntaba como talentoso amateur. Centrado ya en el deporte, llegó en 2012 al rugby profesional y en 2014 a la selección, ha sido 75 veces internacional y, encadenando contratos -el actual, en el Bath inglés-, ha ingresado en el selecto club del millón de euros por temporada.
Sobre el césped, como ante la cámara, Finn Russell se precia de sorprender. A aquel albañil, hoy arquitecto del juego de ataque, le gusta tirar de instinto. Decidir en el último instante lo inesperado. A la mano o con el pie. Arriesgar. Incluso equivocarse. Y otra vez. El problema radica en que su improvisación resulta insuficiente para dar consistencia a una selección que se alejó hace mucho de las mejores. Escocia es, para la posteridad, la última campeona del Cinco Naciones. Fue en 1999, antes de que Italia se uniera al torneo. En el siglo pasado.
Dos circunstancias atraen en 2024 más focos sobre el impredecible escocés. La primera, la ausencia de otras estrellas. El francés Dupont se pasa temporalmente a la modalidad olímpica para disputar los Juegos; el inglés Farrell se toma un descanso en su selección; el irlandés Sexton se ha retirado. La segunda se debe el calendario. Los Seis Naciones que se disputan inmediatamente después de un mundial se caracterizan por la renovación de proyectos y eso abre la puerta a sorpresas. En 2023 Escocia venció tres de sus cinco partidos. ¿Puede ganar el torneo este año? Parece bastante difícil, pero menos que en los anteriores y probablemente que en los siguientes.
Este sábado, Russell debutará como cocapitán por decisión del seleccionador Townsend. Ambos levantaron juntos su único título, con los Glasgow Warriors en 2015, y ambos han protagonizado sonoros enfrentamientos. El indiscutible 10 fue expulsado de la concentración en 2020 por faltar a un entrenamiento después de lo que algunos medios describieron como una “sesión de bebida”. En 2022 hubo de nuevo escapada y castigo. Ahora han hecho las paces, otro motivo para la esperanza del XV del Cardo.
El orgullo de Escocia es la victoria en los últimos tres años en la Calcutta Cup, el partido de máxima rivalidad frente a Inglaterra. Su marcha en el torneo estará marcada por el resultado de su visita, este sábado, a Gales. Lo ciertoe es que, sin deslumbrar en nada, el quince escocés ha ido mejorando. Cuenta con una buena delantera, la magia de Russell para mover el balón a lo ancho, dos centros muy potentes y el demoledor ala Van der Merwe. Este año recibe a Francia e Inglaterra pero cierra la competición en la difícil Irlanda.
Sin Dupont ni Sexton, Francia e Irlanda apuestan por la estructura que les hizo aspirar, aun sin éxito, al título mundial. Presentan estilos ofensivos diferentes. Irlanda aplasta al contrario avanzando en grupo, con el balón en su poder, apoyos cortos y percusiones letales. Francia prefiere la patada larga y la presión, fuerza el fallo, el robo de balón y sólo rompe a correr cuando atisba un hueco. Francia, campeona en 2022, e Irlanda, campeona en 2023, se enfrentan este viernes en Marsella en el primer partido (Movistar+, 21:00).
También alza la mano Inglaterra. Tras las tres derrotas de 2023 se recompuso y llegó a las semifinales del Mundial basándose en la patada al cielo y la disputa del balón a la caída. Siempre trata de sumar con el pie. Añade a la plantilla jóvenes de gran calidad. El torneo podría suponer la consolidación del creativo Marcus Smith como medio de apertura pero se perderá el primer partido por lesión. En la última jornada viaja a Francia.
La selección de Gales es otra incógnita. Ha jubilado a su vieja guardia y lo único seguro es que no será fácil ganarla. Su sacrificio incondicional en defensa y la habilidad para explotar los errores ajenos le brindaron un mundial mejor de lo esperado. Pero también han sufrido una baja dolorosa. En vísperas del torneo y en plena reconstrucción, el prometedor ala Rees-Zamitt se ha pasado por sorpresa al fútbol americano.
Italia, que sólo sumó derrotas el año pasado, abre etapa con el seleccionador argentino Gonzalo Quesada. Tiene calidad en la tres cuartos pero debe mejorar en la defensa y en las fases estáticas. Por cuestiones de imagen, necesita ya resultados que ahuyenten el recurrente debate sobre su presencia.
Si en el Seis Naciones faltarán algunos hombres, estarán todos los nombres. Cada jugador llevará el suyo en la camiseta. Un detalle criticado por los aficionados más clásicos del deporte más colectivo, por quienes se enamoraron de él en este torneo añejo.
Los equipos europeos no ganan mundiales, sus partidos no deslumbran pero la pasión permanece. Y estalla cuando alguien prende la chispa. Russell trató de apagar su incendio hace días en la BBC. “Creo que Messi ha ganado más títulos que yo, era una broma… Gracias, Netflix, estoy acabado”. Y soltó una carcajada. Los escoceses ansían que su alegría les saque por fin de fiesta.