El entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, dio este sábado su “apoyo incondicional” a la jugadora Jenni Hermoso y condenó “la conducta” del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, acusado de haber besado a la futbolista sin su consentimiento.
“Quiero dar todo mi apoyo incondicional a Jenni y a las jugadoras de fútbol femenino por lo que están viviendo en estos momentos y en segundo lugar condenar la conducta del presidente de la Federación Española de Fútbol, que me parece totalmente inaceptable”, declaró el técnico culé durante una rueda de prensa la víspera del partido del Barça en Villarreal.
Xavi expresó su “tristeza” por el hecho de que la polémica por el gesto de Rubiales haya relegado a segundo plano la victoria de España ante Inglaterra en la final del Mundial femenino de Australia, a la que definió como “una gesta histórica para nuestro deporte”.
“Espero haber sido claro y contundente”, concluyó el técnico del Barça y excentrocampista organizador de la selección que ganó el Mundial de Sudáfrica 2010.
El club catalán ya indicó el viernes que consideraba “totalmente impropia y desafortunada la actuación del presidente de la RFEF durante la celebración del Mundial de fútbol femenino”.
Rubiales es acusado de haber besado en la boca a Jenni Hermoso sin el consentimiento de la jugadora, durante la ceremonia del podio al término de la final del Mundial.
Poco antes, el máximo dirigente del fútbol español se había llevado las manos a sus genitales en un gesto de celebración cuando aún se encontraba en el palco de autoridades, a escasos metros de la reina Letizia y de la infanta Sofía.
La FIFA anunció este sábado la “suspensión provisional” de Rubiales “de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional”.
«Hace un año nadie daba un duro por nosotras». Esa es la reflexión con la que la capitana, Irene Paredes, verbalizaba el cambio en España, capaz de ganar un Mundial y la primera Nations League en apenas seis meses. El 15 de septiembre nadie lo daba por Montse Tomé, pero ahora la asturiana se ha ganado una vida extra. La selección ha crecido pese a arrastrar las heridas del caso Rubiales, es más fuerte mentalmente y mejor en todas las facetas del juego, algo que no ha pasado desapercibido para el director deportivo, Markel Zubizarreta.
Para saber más
Su llegada a la RFEF se dio dos meses después de que el presidente interino, Pedro Rocha, señalara a Tomé como la sucesora de Jorge Vilda. Luis Rubiales la había puesto en el disparadero al nombrala in voce directora deportiva en un polémico discurso aplaudido y, aunque ella renunció, su contratación para el banquillo se vio con recelo. La convocatoria del 15 de septiembre, sus explicaciones de la ausenciade Jenni Hermoso, - «para protegerla»-, y la madrugada en Oliva le auguraban un futuro muy breve. Sin embargo, desde un perfil discreto, ha ido trabajando todo lo que no eran sus conocimientos. Apoyada por el psicológo hasta en las entrevistas personales, ha ido dominando la escena pública, relajando una actitud defensiva y aprendiendo a sortear el ruido que la ha acompañado. La primera carcajada en público la mostró antes de la semifinal ante Países Bajos.
Cuando la colegiada sueca pitó el final ante Francia, a Tomé la engulló en un abrazo su cuerpo técnico, unos estrechos colaboradores que han ido creciendo al ritmo que la Federación ha ido aumentado la profesionalizando que rodea a las campeonas. «Mucha gente opinó de mí sin conocerme», decía la asturiana con la medalla al cuello y la camiseta de campeonas. Admite ese desconocimiento su jefe, Markel Zubizarreta, que tendrá que decidir sobre su futuro cuando acaben los Juegos de París, que es hasta cuando tiene contrato, si las elecciones en la RFEF no se lo impiden. El director deportivo llegó al cargo con una idea que ahora está madurando. «Estamos en la RFEF en un momento que no nos permite planificar más allá de las elecciones, pero refuerza a todas las personas que han formado parte, a las jugadoras y al cuerpo técnico», dijo.
Tomé, junto a Jenni Hermoso, en la recepción en Moncloa.EFE
A Zubizarreta hay un aspecto que le ha sorprendido especialmente de Tomé y su staff. «No la concocía, sólo como segunda cuando venía a ver partidos, pero a un cuerpo técnico hasta que no lo ves trabajar... Hemos tenido dos días para preparar esta final y en este contexto, este cuerpo técnico es élite», admitió.
El 22 de diciembre se puso Tomé a trabajar en esta fase final, cuando la derrota ante Italia había sembrado las primeras dudas. Una polémica con Aitana Bonmatí y un error que hizo a España jugar en inferioridad unos minutos puso otra vez el foco en el lío más que en el fútbol. Sin embargo, la desconfianza se fue diluyendo. «El vestuario ahora está feliz», reconocía la seleccionadora en una entrevista este diario. El crecimiento del grupo, procur¡ando la entrenadora guardar un perfil bajísimo para dar todo el protagonismo a sus jugadoras, ha sorprendido al director deportivo tanto como que el equipo ejecute con precisión los planes de Tomé. «Habla muy bien de la capacidad que tienen estas futbolistas para asimilarlos y de la del staff para transmitirlo. Recuerdo aquella noche en Oliva y que este grupo humano, jugadoras y cuerpo técnico, haya pasado de aquello a esto es una bestialidad».
PROCESO ELECTORAL
Tomé tiene contrato hasta después de los Juegos, y tendrá que centrarse en la clasificación para la próxima Eurocopa de Suiza, que arrancará a finales de marzo, pero no parece que, al contrario que con De la Fuente, haya planes de ampliar su contrato. Zubizarreta advierte de que debe esperar. Y es que la RFEF parece abocada a un doble proceso electoral.
Lo quiso evitar Rocha en septiembre, cuando algunos presidentes territoriales le avisaron de que los estatutos obligaban a elegir en asamblea al sustituto de Rubiales. No las convocó con la esperanza de que el CSD adelantara las elecciones de mandato, pero ahora puede verse forzado para provocar una impugnación. Eso puede obligar a la RFEF a dos procesos: el primero, antes de junio, para que los actuales asambleístas ratifique a Rocha, u otro de los miembros, en la presidencia. El segundo, en el cuarto trimestre, para renovar toda la asamblea y siendo ya un proceso abierto a nuevos candidatos.
La Audiencia Nacional ha condenado a Luis Rubiales a una multa de 10.800 euros por un delito de agresión sexual al Jennifer Hermoso. El juez Central de lo Penal, por el contrario, ha absuelto al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) del delito de coacciones a la jugadora.
La sentencia por el beso que Rubiales dio a la jugadora tras la victoria en el Mundial de Fútbol, el 20 de agosto de 2023 en Sídney (Australia) también le prohíbe acercarse a 200 metros de Hermoso y comunicarse con ella durante un año.
Del delito de coacciones también habían sido acusados el ex seleccionador femenino Jorge Vilda, el ex director de Fútbol de la sección masculina Albert Luque y el que fuera responsable de marketing de la Federación Rubén Rivera. Los tres han resultado absueltos. Se les acusaba de haber presionado a Hermoso para que restara públicamente importancia al beso y dijera que había sido consentido, algo que la jugadora negó rotundamente en el juicio.
La sentencia del magistrado José Manuel Clemente no es firme y puede ser recurrida tanto por la defensa de Rubiales como por las acusaciones ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Además de la Fiscalía, ejercía la acusación particular la propia jugadora y la acusación popular la Asociación Española de Futbolistas (AFE).
La condena por el delito de agresión sexual que se considera cometido es de 18 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros, lo que se traduce en una cifra total de 10.800 euros. Eso supone que el magistrado ha optado por la posibilidad que prevé el Código Penal de que, teniendo en cuenta "la menor entidad del hecho", las penas de prisión inicialmente previstas (de uno a cuatro años) queden en multa de 18 a 24 meses. El juez ha impuesto la menor duración posible.