Fútbol femenino
El ex responsable de la selección femenina de fútbol comparece como imputado en la Audiencia Nacional junto al ex responsable de márquetin de la Federación
El ex responsable de la selección femenina de fútbol, Jorge Vilda, ha negado este martes ante el juez haber coaccionado a la jugadora Jenni Hermoso y su entorno para que dijera públicamente que el beso de Rubiales fue consentido.
Vilda ha comparecido ante el juez instructor del caso, Francisco de Jorge, y la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, acompañado de su abogado, es decir, como imputado. Las primeras declaraciones en el caso, entre ellas la denuncia de la jugadora y la testifical de su hermano, llevaron a cambiarle la condición inicial de testigo que se le había atribuido por la de investigado por un presunto delito de coacciones.
Las presiones de Vilda se habrían dirigido al hermano de Jenni durante el vuelo de regreso de Australia tras la victoria en el Mundial, según fuentes de la investigación. El ex seleccionador ha reconocido que en el viaje habló con Rafa Hermoso, pero en un tono e intensidad alejado de lo que podría suponer un delito de coacciones. Le pidió, ha dicho, “bajar el suflé” en el asunto del beso del ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a su hermana, según han explicado fuentes presentes en la declaración.
Además del ex seleccionador, destituido a raíz del escándalo ha comparecido el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera. Lo ha hecho también como imputado y, como Vilda, ha negado las coacciones que se le atribuyen.
La declaración de Hermoso
En su denuncia ante la Fiscalía, Jenni Hermoso sostuvo que habían presionado a su familia para que dijera públicamente que el beso era consentido. “Le decían a mi familia que yo había sido muy importante, que me lo merecía y que me intentaran convencer para que ayudase a que se restara importancia al acto”, declaró la jugadora, según la grabación de su comparecencia ofrecida por Telecinco.
“¿Si se utilizó a mi familia para convencerme? Claro. Ahí había 100, 200 familiares, no sé por qué justamente se paró con la mía. Más luego lo que le diría a mi hermano, claro. Mi hermano me dijo que estaban dejándole caer, que si yo ayudaba me podía ir bien y que era lo que tenía que hacer. Le dijeron que me convenciera de que les ayudase. Es lo que me dijo él, que le ayudase”.