Van der Velden, una regatista española criada en Aruba: “Descubrí el frío cuando vine a vivir a Santander”

Van der Velden, una regatista española criada en Aruba: "Descubrí el frío cuando vine a vivir a Santander"

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Nació en Madrid, pero de niña viajó por todo el mundo tras el trabajo de su madre: Surinam, Isla Margarita y finalmente Aruba, en mitad del Caribe. Ahora ha vuelto a España con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024

Un retrato de Nicole Van der Velden, para SailGP.JON BUCKLESAILGP

Aruba, una isla en pleno mar Caribe, 25 kilómetros al norte de Venezuela. Aruba, apenas 100.000 habitantes en un territorio más pequeño que El Hierro. Aruba, casi todo playa, el termómetro parado en los 28 grados, mezcla de mil culturas. Aruba, el paro más bajo y la renta per cápita más alta de su zona. Aruba, un paraíso. Imaginen ser niña en Aruba. «Era superguay, en el colegio salíamos a la una del mediodía y teníamos tiempo para ir a la playa, hacer deporte, vivir la vida. Además había gente de muchos países y me pasaba el día cambiando de idioma», recuerda Nicole Van Der Velden, regatista arubeña nacionalizada española en busca de una medalla para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Nacida en Madrid en 1994, la historia de cómo tardó 25 años en obtener el pasaporte obliga a viajar por el mundo, a viajar muchísimo, de España a Surinam, de Surinam a Isla Margarita y finalmente de Isla Margarita a Aruba. Una infancia que hubiera mareado al mismísimo Phileas Fogg.

RICARDO PINTOSAIL GP

«Mi padre trabajaba en una multinacional que tenía sedes en varias partes del mundo y cada tres años le cambiaban, hasta que montó su propia empresa en Aruba. Entonces yo tenía ocho años y estuve viviendo allí hasta los 18», recuerda Van der Velden, de padre holandés y madre venezolana. «Aunque nací en Madrid, estuve muy poco tiempo aquí de pequeña y mis padres nunca llegaron a pedir el pasaporte. Obtuve el holandés de mi padre, que era el que utilizaba en Surinam y Aruba, y el venezolano de mi madre, que usaba en Isla Margarita. Para conseguir el español primero tuve que pasar un año residiendo aquí», comenta la regatista con los papeles ya preparados.

Desde 2019 es ciudadana española y, desde hace unos meses, parte del equipo español en SailGP, la Fórmula 1 del agua, y una de las dos representantes del país en la categoría iQFoil, las tablas de windsurf con alas que en París 2024 se estrenarán como especialidad olímpica. Es novena del ranking mundial, en batalla por la plaza española con Pilar Lamadrid, también entre las mejores.

La vida en España y SailGP

«Llevo en el windsurf desde que era niña. Mi padre navegaba un montón y cuando nos establecimos en Aruba compró un catamarán y me animó a meterme en clases de windsurf. Al principio lo pasé fatal porque no me gustaba, pero al final me enganchó muchísimo y aquí sigo», relata Van der Velden que, por primera vez, busca billete para los Juegos exactamente en lo suyo. Antes a los 22 años hizo historia para Aruba clasificándose para Río 2016 en la clase Nacra -la primera arubeña con plaza olímpica por méritos propios- y a los 26 años, ya como española, junto a Patricia Suárez, falló en su intento de estar en Tokio 2020 en 49er FX.

La decisión de competir por España, asegura, nació de las ganas de volver al país donde nació y de formar parte de una selección grande, con medios, como el magnífico Centro Especializado de Alto Rendimiento de Vela de Santander. «Me motivaba mucho estar en una estructura así, estoy encantada», dice, aunque ha tenido que pagar: el frío.

BOB MARTINSAILGP

«Conozco el frío desde que vivo en Santander. Cuando volví a España después de los Juegos de Río es cuando supe realmente qué temperaturas hay en invierno en Europa y en otras partes del mundo. Antes, había estado de concentración fuera de Aruba, pero siempre buscando sitios calurosos para poder navegar», expone Van der Velden que, entre competiciones olímpicas, intenta que España salve la temporada en SailGP. Con sólo una competición pendiente, la Gran Final, que se disputará en San Francisco los días 6 y 7 de mayo, la selección busca evitar el último puesto de la clasificación, que ahora mismo se discute con Suiza.

La regatista empezó el curso pasado como suplente de la competición, ayudando aquí y allá a varios equipos, y ahora es fija del equipo español, como estratega, detrás del piloto, dando información a éste sobre los otros barcos, los cruces, lo que ocurre en el campo de regatas. «He aprendido y crecido muchísimo», confiesa la regatista que habla múltiples idiomas, entre ellos, el papiamento, el idioma oficial de Aruba, que mezcla el castellano, el portugués, la lengua indígena arahuaca y diversas lenguas africanas. Lo dicho: Aruba, un paraíso. Imaginen ser niña en Aruba.

kpd