Benfica 5 Brujas 1
Los goles de Rafa Silva, Joao Mário, Gonçalo Ramos (2) y Neres devuelven a las águilas por segunda temporada consecutiva a los cuartos de final en una noche histórica en Lisboa
No necesitaba apresurarse el Benfica para agarrar una plaza en los cuartos de final de la Champions y, aún así, no levantó el pie del acelerador para arrollar a un Brujas quebrado en su fútbol y en su moral. Los errores de los belgas en la ida le habían dado ventaja a un rival que vuela, mordaz en ataque y que ni se acuerda de que Enzo Pérez ya no viste de rojo. Por segundo año consecutivo, las águilas de Lisboa se cuelan entre los ocho mejores del continente y sueñan con la oportunidad de romper la maldición de Béla Guttmann.[Narración y estadísticas]
Con un estadio enfervorecido, las intenciones del equipo de Roger Schmidt quedaron claras en el primer minuto con un taconazo de Joao Mário que no subió al marcador por fuera de juego. Fue el primer aviso que hizo temblar al Brujas, incapaz de vigilar el espacio a la espalda de su defensa que fueron encontrando Gonçalo Ramos, el propio Mario o las peligrosas cabalgadas en banda de Álex Grimaldo. Apenas le duraba la pelota, así que solo inquietó con dos tímidos remates de cabeza de su capitán Vanaken.
El desequilibrio en el juego saltó al marcador en el 38, con una arrancada de Ramos en la banda izquierda para encontrar a Rafa Silva en el punto de penalti. Domó el centro para esquivar a Meijer, se giró para quebrar a Nielsen y rebañó con el exterior para marcar el primer tanto. La eliminatoria estaba resuelta pero, por si acaso, Gonçalo Ramos fue recortando camisetas negras belgas en un palmo del corazón del área para batir a Mignolet y convertir la segunda parte en intrascendente. Eso sí, como a la vuelta del vestuario Grimaldo le sirvió un centro imposible de desperdiciar, Ramos marcó.
Sin posibilidad de alzar la cabeza y adecentar su partido, la impotencia del Brujas se reflejó en el penalti de Sylla a Gilberto con el que Joao Mário engordó el resultado, porque la goleada la cerró Neres recién salido al campo. Ni siquiera el gol de Meijer en la única ocasión belga en toda la segunda parte eclipsó una noche de ensueño en Lisboa.