El balear supera a Felipe Reyes y Chechu Biriukov como máximos anotadores del conjunto blanco.
El base del Real Madrid Sergio Llull.Daniel GonzálezEFE
Sergio Llull se convirtió este domingo en el máximo anotador histórico del Real Madrid en Liga Endesa tras lograr dieciséis puntos en el primer partido del playoff por el título frente al Dreamland Gran Canaria y sumar un total de 6.027, con lo que supera a Felipe Reyes, que anotó 6.017 antes de retirarse.
El internacional balear llegó al club blanco en 2006 y este año cumple su decimoseptima temporada acumulando desde entonces un total de 25 títulos. Este domingo necesitaba siete puntos para auparse al primer lugar del podio madridista y lo logró con creces tras acertar con su único lanzamiento de dos puntos, cuatro de sus cinco triples y los dos tiros libres de los que dispuso.
Además, el capitán blanco se convirtió hoy en el primer jugador de su equipo que alcanza los 900 triples en ACB. Desde la inclusión de la línea de tres en 1984, únicamente otro jugador ha conseguido superar esta cifra en la competición con un mismo club: Juan Carlos Navarro y sus 1.179 triples con el Barça.
El pasado miércoles, Llull alcanzó su partido número mil defendiendo la camiseta del Real Madrid y se convirtió en el segundo jugador en la historia que lo lograba después de Felipe Reyes, que se retiró con 1.046 actuaciones.
Llull, con sus 6.027 puntos, se queda así con el primer puesto, Reyes y sus 6.017, con el segundo, el tercero es Chechu Biriukov con 5.311, cuarto, Alberto Herreros con 4.615 y quinto Jaycee Carroll con 4.258.
Tantas veces la necesidad hace virtud. A la séptima, el Real Madrid al fin se encontró a sí mismo lejos del Wizink, nada de mediocridad, ni rastro de los desplomes en la recta de meta ni del desacierto desesperante. Ganó en Murcia, nada menos, su primera victoria a domicilio del curso ya en noviembre. [64-85: Narración y estadísticas]
Aplastó al UCAM, al subcampeón, para olvidar los males anteriores. Llegó a dominar por 28 (53-81) ya en el último acto, todo roto, tras un ejercicio de aplomo y seriedad con lo poco que tenía. Que es mucho. Hasta Sidi Gueye, con sus 17 años, fue un titán ante los de Sito Alonso. Tavares, Hezonja (21 puntos, cinco triples), Llull (16)... un recital ante un rival impotente. Y otros dos debuts para soñar: el alemán Declan Duru y el español Gildas Giménez.
Como para enredarlo todo aún más, a Chus Mateo el desafío en Murcia, la reedición de la última final ACB, después de una semana doble de Euroliga a domicilio (doble de derrotas también), se le complicó al máximo. Nada menos que cinco bajas. A los cuatro ausentes en Belgrado (Garuba, Feliz, Ibaka y Musa) contra el Maccabi se unió Rathan-Mayes por su paternidad. Ocho jugadores de la primera plantilla (Hugo González incluido) y tres canteranos para asaltar una de las canchas más ásperas de la ACB, para romper el maleficio (mental y deportivo) lejos del WiZink.
Para que la herida no supurara más y, de paso, para no perder comba también en la clasificación de la ACB. Pero Mateo, ante las adversidades, tejió un plan. Recordó aquellas semanas de locura previa a la consecución de la Euroliga 2023, la serie también marcada por las bajas ante el Partizan, la zona defensiva que le impulsó a los cielos. Y, desde el minuto uno en Murcia, sus pupilos se parapetaron en ese recurso, tan viejo como efectivo. Juguetearon con las dudas locales, con sus fallos de inicio (un triple de 11) para amasar una ventaja sobre la que asentar su juego y reinar en el Palacio murciano.
Hezonja anota ante Rodion Kurucs, en Murcia.ACB Photo
El Madrid llegó a dominar por 16 en la primera parte con un Tavares absolutamente dominante (al que el canterano Sidi Gueye dio breves pero sólidos descansos), con el rebote como aliado, pero los triples locales tenían que llegar. Fue el último de la rotación de Sito Alonso (que también tenía las bajas de Caupain y Todorovic), Artur Kurucs, el que desatascó. Se le unió Dylan Ennis y su hermano Rodion encendió la mecha de la energía en defensa. Se arrimó el UCAM, favorecido también por las pérdidas visitantes, aunque no demasiado: Deck y Hezonja estaban para mantener la ventaja al descanso (31-40).
El Madrid continuó pétreo, como si la precariedad de piezas le hubiera reforzado. Tavares reinaba, Llull y Hezonja anotaban con facilidad y la zona era un parapeto efectivo, con Abalde siempre tomando decisiones inteligentes (hasta las faltas). Avanzaba la tarde en Murcia con Carlos Alcaraz en primera fila y no había nada que hacer. Los triples fuera de guion de Hezonja, los zarpazos de Eli Ndiaye, los puntos y rebotes silenciosos de Deck y Campazzo, que ni siquiera fue titular, para manejar la ventaja. Así, de una forma tan insospechada como contundente, el Real Madrid volvió a ganar en la carretera. El jueves, en Milán, le toca refrendar.