En el mundo del alpinismo un pequeño error, un tropiezo o un equipo en mal estado puede costarte la vida. O por lo menos una situación traumática como la que vivieron dos escaladoras, que han sido rescatadas después de estar atrapadas durante tres días en una montaña en el norte del Himalaya de la India, informa AP.
Fay Jane Manners, del Reino Unido, y Michelle Theresa Dvorak, de Estados Unidos, estaban ascendiendo una sección rocosa del pico Chaukhamba-3 en el estado de Uttarakhand, en la India, cuando se quedaron atrapadas allí, según informó Sandeep Tiwari, un alto funcionario administrativo del distrito Chamoli de Uttarakhand. Las escaladoras fueron rescatadas finalmente este domingo.
Un desprendimiento de rocas cortó la cuerda de las dos montañeras, enviando al fondo de un desfiladero sus bolsas, que contenían suministros cruciales como comida, su tienda de campaña y equipo de escalada. Las escaladoras también perdieron la mayor parte de su equipo de comunicación, pero lograron enviar un mensaje de emergencia.
“Estábamos sacando mi bolsa y ella (Dvorak) tenía su bolsa encima. Y llegó el desprendimiento de rocas, cortó la cuerda con la otra bolsa, y simplemente se fue montaña abajo”, dijo Manners a los periodistas locales el domingo.
La operación de rescate tardó 80 horas en completarse e involucró a la fuerza aérea india y a la Autoridad de Gestión de Desastres del Estado de Uttarakhand.
Rajkumar Negi, portavoz de la agencia de gestión de desastres de la India, dijo que dos helicópteros de la Fuerza Aérea de la India enviados el viernes para ayudar con la búsqueda no pudieron localizar a las escaladoras. Pero el sábado, un equipo de montañismo francés, que también estaba intentando escalar el pico Chaukhamba-3, localizó a las escaladoras varadas y transmitió sus coordenadas a las autoridades de rescate.
La fuerza aérea india dijo en un comunicado en la plataforma social X que el domingo trasladó a los escaladores en avión “desde 17.400 pies, mostrando una notable coordinación en condiciones extremas” y consiguieron rescatarlas.
Vinicius Júnior apareció por la sala de prensa de Valdebebas por primera vez desde la comparecencia que realizó con la selección brasileña en marzo de 2024, cuando rompió en lágrimas al hablar del racismo que sufría en el fútbol español. Doce meses en los que al delantero del Real Madrid le ha pasado de todo: la Liga, la Champions, la polémica del Balón de Oro, alguna lesión... Y una temporada actual en la que ha tenido altibajos, pendiente ahora de la eliminatoria contra el Atlético de Madrid en Champions. "Es la primera vez que juego contra ellos en Champions y tengo muchas ganas, no podemos fallar".
"He tenido lesiones y no puedes estar al 100% en todos los partidos. Vamos a jugar más de 80 partidos esta temporada y es complicado. La afición te pide estar cada tres días, pero no siempre estamos bien de cabeza ni físicamente. Todos los jugadores tienen molestias y tienen que jugar", reflexionó, y aseguró que está en su "mejor momento".
"Mi temporada va bien. Después de la última la gente pide más de mí, es normal, pero ahora llega el momento más importante y nosotros siempre jugamos mejor ahí", insistió Vinicius.
Los 15 minutos del brasileño ante los medios dieron para mucho, incluido el tema arbitral y su ausencia, junto a la expedición del Real Madrid, en la ceremonia del Balón de Oro. "Me siento más cómodo con los árbitros europeos. Defienden más a los jugadores que dan espectáculo, castigan a los que dan patadas. No nos gusta hablar de los árbitros, pero nos gusta que piten bien", declaró.
El delantero reconoció su nerviosismo en algunos momentos de los partidos, también relacionado con la actuación de los colegiados. "Me pone nervioso cuando los árbitros no sacan tarjeta a los demás y cuando yo protesto por primera vez me la sacan. Estás caliente y haces cosas que no debes hacer, pero estoy mejorando para estar más tranquilo. La gente se olvida que solo tengo 24 años y tengo que aprender mucho", aseguró.
El foco pasó entonces a la gala del Balón de Oro y Vinicius contó que fue el club el que le dijo de no ir a París. "El club me pidió quedarme en Madrid y yo hago lo que el club me manda", dijo, y rechazó sentirse "engañado" por el premio. "La gente vota lo que cree. Yo tengo mi pensamiento y creo que tendré muchas oportunidades de ganar premios y títulos con este club. He ganado dos Copas de Europa y quiero ganar más", dijo.
Sobre la mesa, la oferta de Arabia Saudí y las negociaciones para su renovación con el Madrid. Si las palabras del brasileño son ciertas, el acuerdo con el conjunto blanco está cerca. "Tengo contrato hasta 2027 y ojalá podamos renovar cuanto antes. Soy feliz, cumplo mi sueño de jugar con los mejores, tengo el mejor entrenador, el mejor presidente, la gente me ama, no podría estar en un sitio mejor que aquí", comentó, y recordó que ante el Atlético "no podemos fallar".
Unos segundos después, Carlo Ancelotti confirmó que están a la espera de ver cómo entrena Fede Valverde en la tarde de hoy y que si el uruguayo no puede jugar ante el Atlético, el lateral derecho será Lucas Vázquez. Parece que el charrúa podrá forzar su físico para el encuentro y que Asencio hará pareja con Rüdiger en el centro de la zaga. "Los jugadores que descansaron en Sevilla, como Asencio y Camavinga, pueden tener la oportunidad", dijo.
"Será una eliminatoria igualada", declaró el italiano, que repitió que ante el Betis "falló la actitud, pero ojalá haya sido un caso aislado".
Nueve hoyos, nueve, duró el desempate en el Real Club de Golf de Sotogrande, igualando el más largo de la historia en el Circuito Europeo, para terminar con las esperanzas de Jorge Campillo después de un torneo casi impecable. El Ironman de nuestro golf se pasó casi dos horas batallando con Julien Guerrier hasta que en el noveno hoyo de desempate, la peor salida de la semana condenó al extremeño en un desalmado desenlace.
El extremeño, impasible, volvió a no fallar en una jornada tensa. Por lo menos hasta los primeros 15 hoyos, donde su paciencia llegó a desquiciar a Guerrier, compañero de partido estelar, también con -19. El doble bogey del francés en el hoyo 13 dio el oxígeno necesario para que Campillo jugara con cierto margen. Su primer tropiezo llegaría en el hoyo 15, un bogey aprochando desde el rough con el que Guerrier acortó distancias. A falta de los últimos tres hoyos, el extremeño partía con uno de ventaja, cinco con respecto a Jon Rahm, autor de un bogey en el hoyo 16, sentenciando cualquier posibilidad heroica de un milagro.
Llegaron al tee del 18, donde Campillo vivió el único momento de descontrol real: encadenó una mala salida al rough con un golpe al búnker, y el bogey llevó el desenlace a un desempate. En la continuación, todo parecía perdido. Hasta que en el primer hoyo de desempate, el extremeño embocó desde cinco metros para forzar otro hoyo. La tercera vez que Guerrier y Campillo jugaron el 18 persistió la igualdad.
En el tercero del desempate, Campillo por fin visitó la calle, desde donde se dejó un putt de birdie de menos de dos metros, mientras que Guerrier respondió desde el rough con una larga oportunidad de ocho metros. El torneo parecía sentenciado, pero el drama continuó con el fallo del español.
"no he tenido la suerte del ganador"
Cuarto hoyo de playoff: los dos jugadores se encaminaban al hoyo 17, un largo par 3 protegido por agua. Volvió a sacar ventaja el español con un putt sensiblemente más corto. Ninguno de los dos acertó y de nuevo las tablas y vuelta al hoyo 18 para jugar el quinto desempate, nuevo empate, y en el sexto, más de lo mismo. Llegó el séptimo, de nuevo el 18; el cansancio y la tensión hacían ya mella y Guerrier tiró su bola al rough, presionado por un buen golpe de Campillo. A punto estuvo de embocar el chip el francés, pero volvió a perdonar el español.
Octavo hoyo y vuelta al par 3 del 17, otras tablas para igualar el playoff más largo de la historia del Circuito Europeo. En el noveno, de récord, Campillo pegó la peor salida al rough de la izquierda y desde ahí al búnker, mientras Guerrier erró su segundo golpe al rough de la derecha. La ajustada salida de búnker se quedó tan corta que Campillo ni siquiera llegó a green. Guerrier tenía un putt de algo más de dos metros para ganar el torneo y no falló. "Pienso que he dominado el playoff, pero no he tenido la suerte del ganador", relataba, alicaído.
Guerrier logró así estrenar su palmarés en España, mientras Campillo perdió en su 33ª semana de competición en 2024. Ha jugado torneos en 14 países diferentes, intentando compaginar el Circuito Americano con el Europeo. Tenía previsto el viaje a Corea la próxima semana, pero finalmente ha decidido borrarse.
Campillo, en la salida del hoyo 9, el domingo en Sotogrande.EFE
Por su parte, Rahm confirmó en Sotogrande que es un hombre de palabra: "Empezaré a saco, a ver si puedo remontar y asustarles", comentó, con más corazón que cabeza, tras finalizar a siete golpes de los líderes. Sus esfuerzos no han sido suficientes.
Rahm (-17) salió con el cuchillo entre los dientes, pero sus cuatro birdies y dos eagles resultaron insuficientes para alterar el control de su compatriota. En el cierre de temporada, el dominador del LIV Golf concluyó sexto. No ganó, pero sigue acumulando puntos para la próxima Ryder Cup de 2025. "No he estado cómodo en toda la semana. En general, no ha sido mi semana para poder hacer -22, -23 y ganar, aunque ha sido suficiente para hacer -17 y terminar entre los 10 primeros", comentaba el de Barrika, antes de poner rumbo a Nueva York para un acto promocional en la Bolsa junto a Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander.
David Puig completandó otra semana sólida, con un acumulado de -13, empatado en el duodécimo puesto.
Se acumulan los años y las frustraciones, la tradición del azul español en el pelotón del Tour que no se traduce en éxitos. Es como una maldición la del Movistar, seis años ya de la última victoria, la de Nairo Quintana en Valloire. Y persiguen con empeño el desquite, especialmente en este Tour que pronto contempló a su líder, Enric Mas, lejísimos de la lucha que siempre mantuvo en la clasificación general.
"Hay días que lo paso mal pensándolo, pero en etapas como hoy (por el miércoles) disfruto como un niño pequeño de poder correr así", dijo en la meta de Superdévoluy el balear, tercero tras Richard Carapaz y Simon Yates, tarde su reacción cuando se desataron las hostilidades en el Col du Noyer en la numerosísima fuga en la que se habían insertado dos Movistar, él y Alex Aranburu (acabó 10º el campeón de España).
El histórico Movistar, que dirigen en este Tour Chente García Acosta y Pablo Lastras, presume de siete victorias en la general del Tour, siete triunfos por equipo (fueron líderes los primeros días) y nada menos que 34 etapas desde aquella iniciática de Ángel Arroyo en el Puy de Dôme, en 1983 (la siguiente fue también para el abulense, el año siguiente en Morzine). Pero desde Nairo... Y no será por el empeño. Especialmente en esta edición, con el infatigable Oier Lazkano en su estreno. Hasta en cinco fugas estuvo el vitoriano. También Aranburu y Javier Romo dieron al palo en los caminos blancos de Troyes. Ahora es el turno de Enric Mas, que nunca ganó una etapa en la Grande Boucle.
"Es una pena grande, porque el equipo ha hecho un súper trabajo. Han sido 120 kilómetros para formar el grupo decisivo, una auténtica locura. Hemos estado atentos, en todos los cortes teníamos gente y al final nos hemos podido meter Alex", describió el líder del equipo, que el Tour pasado se tuvo que retirar después de sufrir una caída en la primera etapa, en el País Vasco (también abandonó en 2022).
"En el Col du Noyer simplemente no ha habido piernas. Hemos gastado todos mucho para poder estar adelante en la fuga; ya habéis visto qué grupo éramos. Una pena no haber ganado, pero el equipo está súper bien y hemos corrido con gusto", añadió en meta, para hablar de sí mismo, de la condición de quien rozó el podio años atrás (6º en 2021, 5º en 2020) y ahora es 21º a casi una hora de Pogacar. "Este Enric no es nuevo, va siendo poco a poco el Enric de antes, y me refiero a fuerzas y piernas. Espero poder progresar y seguir así, y que estas dos semanas pasadas malas tengan una explicación, porque ha sido duro para el equipo y para mí. Hoy hemos encontrado algo del Enric de antes", concluyó.
El Movistar el miércoles perdió a una de las que habían sido sus grandes bazas en este Tour. Fernando Gaviria se retiró para preparar su participación con Colombia en los Juegos, en la pista. El sprinter colombiano había rozado la victoria en Turín (segundo) y Dijon (tercero), aunque ya no había terreno para él. Sí para el resto, especialmente este jueves camino a Barcelonnette, media montaña marcada en rojo por los técnicos del equipo.