Joventut 73 Real Madrid 83
Los blancos se imponen en el Olímpic en un duelo que llegaron a dominar por 30 y que el Joventut peleó hasta el final
El Real Madrid está a un paso de la final ACB, a un triunfo de acabar con la brava oposición del Joventut, en una serie en la que no le ha quedado más remedio que espabilar y adaptar su intensidad a lo que el rival exigía. Porque los verdinegros demostraron en el primer round estar dispuestos a todo. En Badalona, el que parecía el triunfo más amplio y sencillo del campeón de Europa, un cerrojo en defensa y un puñal en ataque con los talentos de Musa, Yabusele y Hezonja, se vio arruinado por el amor propio local y su propio relax: un increíble parcial de 36-11 casi propicia una histórica remontada. [73-83: Narración y estadísticas]
Se fue con regusto menos dulce el Madrid del Olímpic, pues hasta Chus Mateo tuvo que rescatar del banquillo a sus puntales para evitar males mayores. Ese final sin rendición del Joventut muestra el carácter competitivo de un equipo que ni en el abismo se dio por vencido. Porque todo lo que su rival había mostrado, una absoluta superioridad, quedó empañada en una recta de meta para no darlo todo por cerrado aún.
Con la corriente a favor, la clase ofensiva Dzanan Musa (25 puntos en 23 minutos) resulta inabordable. Otra cosa para él es, de momento, cuando los combates están en el filo. A la vuelta de vestuarios, con una buena ventaja labrada desde su concentración defensiva y la seriedad y el Joventut dudando por primera vez, el bosnio se puso las botas. Hirió de todos los colores, encadenó 10 puntos sólo interrumpidos por un triple de Hanga y disparó definitivamente al Real Madrid a su segunda victoria. En un abrir y cerrar de ojos, esa Penya que tantos dolores de cabeza le había supuesto hasta ahora, era dominada por 30 (37-67).
Tavares, sin lanzar
Había reconocido Durán su horrible primera parte -“hemos jugado muy mal”-, sin rastro de Tomic, que además propinó un feo codazo a Yabusele, ni de Joel Parra. Los puntos de Kyle Guy eran lo único a lo que agarrarse. Y una reacción que iba a llegar demasiado tarde. Porque el Madrid había olido sangre. Y eso que esta vez no tuvo que recurrir demasiado a la pintura como recurso de ataque: Tavares ni tuvo que lanzar…
En el tercer cuarto pareció que se acabó lo que se daba. El Joventut se había quedado en 43 puntos y ya todos se pusieron a pensar en el siguiente envite. Sobre todo los visitantes. Mateo optó por dar descanso, pero fueron los suplentes de la Penya, con Andrés Feliz a los mandos, los que no se relajaron tanto. Se llegaron a colocar a cinco a falta de 1:40, aunque hasta ahí llegó el asunto.
Otra conclusión es que el Real Madrid se encuentra cómodo a domicilio. Lo viene demostrando las últimas semanas. Ahí, lejos del WiZink, se fraguó la Undécima, con esas dos victorias históricas en Belgrado y las otras dos en Kaunas. También ganó en Gran Canaria y ahora en Badalona. De hecho, no cae fuera desde el 16 de abril -Barça en ACB-, nueve victorias seguidas. Una más (jamás en los 28 precedentes nadie remontó un 2-1) y estará en la final de la Liga Endesa, en busca del doblete.