«¡Mammmmma mía!». La expresión de un periodista italiano, cerca de la una de la madrugada del viernes, en los alrededores del inhóspito Aufschalke Arena, venía a resumir, y no mal, lo que se pudo ver en el España-Italia que, desde este momento, pasa a formar parte del altar de los mejores partidos de la historia de la selección. El contundente «Piccola Italia» de la Gazzetta dello Sport era lo menos contundente de una prensa europea que ayer se r
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Tener a un menor de edad en el seno de la selección es complejo a nivel burocrático. España tiene a dos. Lamine Yamal (16 años) y Pau Cubarsí (17). Brasil tiene a uno. Endrick (17). En el caso de la Federación española, como todas las instituciones que trabajan con menores de edad, tiene su propio Protocolo para la protección de la Infancia y la Adolescencia. Pero, por empezar con lo más elemental, los responsables de organización de Las Rozas debieron pedirle a los padres de los chicos una autorización firmada para poder viajar a Londres y otra autorización firmada para poder hacerles fotografías y vídeos y poder publicarlos.
Además, todos los que estén en contacto con ellos, empezando por el seleccionador, Luis de la Fuente, deben acreditar que no tienen antecedentes por delitos sexuales, como explicaba Marca la semana pasada. Por ejemplo, el chófer que fue a recogerles al aeropuerto también debió presentar ese certificado. Y, por supuesto, fueron acompañados hasta el mismo avión en Barcelona por un adulto y recogidos por otro, empleados ambos de la compañía aérea, el lunes de la semana pasada, cuando viajaron a Madrid.
Tampoco un adulto, sea cual sea, puede quedarse en una sala a solas con ellos. Si el seleccionador quiere darles instrucciones individuales, ha de haber al menos otro adulto presente. Protocolos similares existen en la Confederación Brasileña de Fútbol, donde el talento precoz es incluso más habitual que en casi cualquier otro fútbol.
Estrellas en el Bernabéu
Esos niños estarán hoy en el imponente nuevo Bernabéu, bajo el influjo de un intento, elogiable, de luchar contra el racismo. Se enfrentan España y Brasil, dos selecciones que apenas se han cruzado nueve veces y que, según de la fuente, «podría ser perfectamente la semifinal o la final de un Mundial». Más allá de la hipérbole del seleccionador, y soslayando, si eso fuera posible, el objeto del choque, el foco bien podría ponerse en estos muchachos, cuya titularidad no está asegurada, pero cuyo concurso en algún momento del partido es seguro. Todos los focos los apuntarán hoy.
Endrick, en el entrenamiento de Brasil.KIKO HUESCAEFE
Por uno, Endrick, el Real Madrid pagó en diciembre de 2022 (entonces tenía 16 años) alrededor de 35 millones, que serán casi el doble si cuando aterrice, el próximo verano, ya convertido en un hombrecito mayor de edad, empieza a cumplir los objetivos que marca el contrato. Por el otro, Lamine Yamal, cuentan en Barcelona que su club, el Barça, ha rechazado ofertas que sobrepasaban los 150 millones de euros, una cantidad que solventaría muchos de los problemas económicos de la entidad, que no son pocos precisamente. Sin embargo, parece claro que ambos están destinados a protagonizar una rivalidad de, como mínimo, una década en los estadios de la liga española.
«Dan el nivel, y eso es lo que importa», decía ayer Dani Carvajal, que se va a medir a su compañero en el Madrid y que va a conocer, en directo, a su futuro compañero. Endrick marcó el pasado sábado el gol de la victoria de Brasil ante Inglaterra, y eso ha disparado todos los elogios hacia un chaval, dicen, destinado a marcar una época. «Es un jugador de 17 años, un muy buen futbolista, como también tenemos nosotros, pero hay que darle tiempo al tiempo y ser muy prudentes. Pensar que puede ser el sustituto de Pelé... ¡casi nada! Eso es meter mucha presión, generar estrés y una exigencia para la que quizá no está preparado en cuando a madurez.
Es un flaco favor el que le hacemos si hablamos así. Por eso yo soy partidario de que estos chicos vayan tranquilos, que vayan desarrollando su proceso formativo. Ya llegará el tiempo para exigirles», dijo De la fuente, que de ayudar en la maduración del talento joven sabe un rato, y ha trasladado esos conocimientos a la selección absoluta.
"Otro en estas circunstancias no te quiero ni contar. Tiraría de carisma y apaga y vámonos- Yo soy humilde, soy educado y no voy a cambiar. Ahí la tienes, báilala". Balanceándose y riéndose, casi a medianoche en la asfixiante sala de prensa del Nuevo Arcángel, Luis de la Fuente soltó esa frase para sorpresa del jefe de prensa de la selección que, a su lado, arqueó las cejas, sonrió y debió pensar algo así como 'hala venga'. ¿A quién se refería Luis de la Fuente con lo del carisma? No se puede demostrar, pero Luis Enrique, su antecesor, tiene muchas papeletas de ser el destinatario del sarcasmo. No se sabe si por él mismo, por Luis Enrique, o por lo que algunos dentro de la Federación elogian del ex técnico.
En todo caso, las comparaciones son inevitables en el fútbol, y transcurridos algo menos de dos años desde la llegada del actual seleccionador para suplir al anterior, puede ser un buen momento para ellas, para las comparaciones. El fútbol desplegado ante Serbia bajo la lluvia de Córdoba, uno de los mejores de los últimos tiempos de la selección, permite sacar la lupa y acudir a las estadísticas de FIFA y UEFA. ¿Y qué dicen esos números? Que el equipo de De la Fuente es mucho más divertido que el de Luis Enrique.
Se sustenta la afirmación en algo tan sencillo como que el fútbol, para que sea divertido, ha de tener tiros a portería, que luego serán gol o no, pero por lo menos tiros a portería. Frente a Serbia, España completó 625 pases y tiró 29 veces, de modo que lo intentó una vez cada 21,5 pases. En estos cuatro partidos de la Nations, esa media resulta de dividir los 2.213 pases entre los 85 disparos, uno cada 26,3 pases. ¿Y en la Eurocopa? Pues en la Eurocopa la media sube un poco, concretamente hasta hacer un remate cada 40,9 pases. En el Mundial de Qatar, la selección de Luis Enrique hacía un tiro por cada 74,8 pases. Casi el doble.
"ser preciso a una velocidad tan alta"
Transita España, pues, por un fútbol moderno, vistoso. En la última década, este deporte ha ido cada vez más hacia el vértigo dejando atrás épocas de fútbol control como pudo representar en su día la España campeona del mundo y de Europa. "Aquí la clave es ser preciso a una velocidad tan alta", contaba durante la Eurocopa Pablo Amo, el segundo de Luis de la Fuente. El seleccionador, a sus 63 años, ha puesto a España en el fútbol de 2024.
Para los 25 partidos que ha dirigido, ha llamado a 61 jugadores y han tenido al menos un minuto 54 de ellos. Mucha gente. Mucha gente que dibuja un primer trazo de otro de los pilares del entrenador: el concepto de familia. En esta concentración, en Madrid, el equipo recibió la visita de Rodrigo, Dani Carvajal y Le Normand, lesionados, los dos primeros para muchísimo tiempo. En Córdoba, quien apareció en el hotel de concentración en la mañana del martes fue Jesús Navas para recibir un homenaje del equipo. Son detalles que hablan de la importancia del sentimiento colectivo en este equipo. Por cierto, que en el vestuario de Las Rozas había fotos de Rodrigo y Carvajal, las dos bajas de larga duración, y estos días se ha hablado mucho de ellos ahí dentro.
Luis de la Fuente da instrucciones a Cucurella ante Serbia.EFE
En el partido del martes, en el once inicial no había ningún jugador del Real Madrid. Ni del Barcelona. Ni del Atlético de Madrid. Sólo cuatro jugaban en España, por los otros siete que lo hacen fuera. Baena marcó un gol de falta, algo que no sucedía en España desde 2017 (salvada la excepción de aquel partido contra Lituania que jugó la sub'21 como absoluta antes de la Eurocopa de 2021 porque la absoluta estaba aislada por Covid). Jugó gente como Pedro Porro o Bryan Zaragoza, a priori fuera del foco del gran público. "Lo que me sorprende es que sean desconocidos para algunos profesionales" dijo De la Fuente, y en esos profesionales hay que leer periodistas.
España se jugará solamente el primer puesto el próximo mes de noviembre ante Dinamarca en Copenhague (día 15) y ante Suiza en Tenerife (18). Para esa ventana, volverá a haber algo de perezoso ruido acerca de qué jugadores son llamados o cuáles juegan más minutos. "Ya os lo adelanto, para que no haya dudas. En noviembre van a venir los mejores porque esto es la selección española de fútbol y queremos ser primeros de grupo. ¡Queremos ser primeros!", resumió el técnico, que mientras va mandando mensajes crípticos que hacen arquear las cejas al jefe de prensa espera que se resuelva pronto el galimatías de las oficinas de la Federación para firmar su nuevo contrato.
Porque esa es otra, este equipo moderno y familiar que enfila el próximo Mundial con una sonrisa sobrevive en mitad del desgobierno más esperpéntico en las oficinas.
Rafael Louzán, gallego de 57 años, será el nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol tras imponerse a Salvador Gomar en la votación que ha tenido lugar en la mañana de este lunes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Louzán ha obtenido 90 votos, por los 43 de su rival, con un nulo y cuatro votos en blanco para un total de 138 asambleístas presentes. Después de la suspensión de Luis Rubiales por parte de FIFA en el verano de 2023, y tras el periodo de entreguerras que supuso Pedro Rocha, Louzán debería llegar para devolver la estabilidad a una institución convulsa. Pero no parece que vaya a ser así.
Entre otras cosas, porque sobre el mandato que debería llevar al nuevo presidente hasta 2028 pesan ya dos losas nada más comenzar. Una, el hecho de estar condenado, desde 2022, a siete años de inhabilitación para cargo público por prevaricar cuando era presidente de la Diputación de Pontevedra. Su recurso será estudiado por el Tribunal Supremo el próximo 5 de febrero. La otra losa es la intención del Gobierno de no esperar a esa fecha y recurrir ante el TAD (Tribunal de Arbitraje Deportivo) esta elección por considerar que precisamente esa condena le impide ejercer el cargo de presidente de la Federación.
Es decir, ambas losas parten del mismo sitio: ese castigo por prevaricar en la construcción de un campo de hierba artificial en la localidad de Moraña. En la sentencia se recoge que la Diputación que él presidía pagó, en 2013, 86.311 euros por unas obras de mejora que ya habían sido realizadas en 2011, y a Louzán le atribuye la responsabilidad 'in vigilando' como presidente del organismo.
Esa inhabilitación para cargo público es, pues, el meollo de la cuestión. Según los estatutos de la Federación, en su artículo 19.4, uno de los requisitos para ser presidente es "no estar inhabilitado para desempeñar cargos públicos". Esa frase no hace referencia alguna al carácter firme o no de la sentencia, argumento al que se agarra Louzán (que su sentencia no es firme pues está pendiente de recurso) para justificar su idoneidad. Además, los asesores del nuevo presidente también ven hueco para pelear en el carácter público o no del cargo de presidente de la Federación, cuya definición jurídica es el siguiente: "Una entidad asociativa privada, si bien de utilidad pública". Sea cual sea el resultado de todas estas aristas, el ruido no va a desaparecer de la Federación en los próximos meses.
Fue el resultado de una mañana muy nerviosa en Las Rozas, con muchas miradas cruzadas y medias sonrisas forzadas, con algún saludo frío y mucha tensión. La llegada tardía de algunos asambleistas, como por ejemplo Carvajal, obligó a comenzar en la hora prevista para la segunda convocatoria (12.30). Después, algo menos de media hora de una ceremonia lenta, parsimoniosa, con la presidenta de la Comisión Electoral, encargada de conducir el acto, pidiendo listados de asambleístas y recordando obviedades como que si una papeleta estaba en blanco, ese voto se contabilizaría como voto en blanco. "Sé que esto es de primero de elecciones, pero es mi obligación recordarlo", bromeó Ana Ballesteros.
Comenzó, a dos minutos para la una de la tarde, comenzó la procesión de asambleístas, que subían para coger su sobre, colocado en una mesa a la vista de todos en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol, y de ahí a una de las dos cabinas donde, ya en secreto, cogían la papeleta de Louzán o de Gomar.
Desde hoy, al nuevo presidente le toca afrontar un reto mayúsculo, y que puede resumirse en recuperar el prestigio de una institución cuyos tres últimos presidentes (Ángel María Villar, Luis Rubiales y Pedro Rocha) están inhabilitados y han tenido que salir por la puerta de atrás.