El cortador del césped
Opinión
Es tan salvaje y ridícula la dependencia de Bellingham del Madrid de Ancelotti, que es hasta grotesco para un gran equipo. Un Madrid que juega toda la temporada sin un goleador por capricho de la cúpula blanca, siempre sufre, se angustia y se queda sin ideas de gol. Al final, el ‘fenómeno’ inglés no apareció como el salvador, porque quizá el hombro fue una mal compañero.
Ancelotti es un especulador del juego de ataque. Tal como juega en estático es imposible que sorprenda a cualquier rival que tenga vocación destructiva. Hasta el punto que Ancelotti hace siempre héroe a cualquier meta que llegue al Bernabéu. Es un hechicero de porteros.
Otro problema está en que los dos brasileños, Tom Vinicius y Jerry Rodrygo, son dos mininos sin garras. Ni siquiera ha servido como propaganda y moral la renovación de ellos dos, cuando en realidad, se había hecho hace uno. Ridículo.
Pero con publicidad no se recuperan dos jugadores que hace muchos meses que han detenido su progresión. No están a la altura de un gran Real Madrid . Fíjense, ayer acabaron jugando con Rodrygo, Joselu y Vinicius .
Compararlos con Bale, Benzema y Ronaldo significa que en la Casa Blanca se han vuelto o locos o sólo están pendientes del oropel de un estadio que a mí, personalmente , me parece horrible. Es como un gran condón metálico.
Un Rayo metódico, práctico y servicial a su idea defensiva no pasó demasiados malos ratos. Sin embargo, fue un desastre en juego de ataque. Nunca hizo daño y eso les obligó a ser una pírrica fortaleza numantina.
Es cierto que Camavinga es mejor que el desgastado Tchouameni, pero le quedan muchos días de cerebro y sensibilidad para ser siquiera un emulador de Casemiro. Con Modric a la altura de su retiro y un alocado Valverde, la línea de arranque de juego se minimiza una barbaridad.
También es cierto que si Valverde llega a acertar con esa ocasión que un jugador del Madrid jamás debe desperdiciar, el Rayo se le hubiera obligado a dar la cara y , entonces, con espacios el mezquino Ancelotti le hubiera dado de azotes a un Rayo que se hubiera quedado como un indigente.
No fue así y sólo se podía esperar ese gol profético , sobrenatural , de prodigio de Lord Jude.