La estadounidense suma otro triunfo en la Copa del Mundo y aumenta su ventaja en la clasificación general
En su regia inercia, Mikaela Shiffrin sumó, en el eslalon de Semmering, su victoria número 80 en la Copa del Mundo. Una cifra redonda, compacta, impactante, que la acerca aún más, a pasos agigantados, a las 82 de Lindsey Vonn y las 86 de Ingemar Stenmark. La estadounidense ha salido de las tres citas austriacas en Semmering (dos gigantes y un eslalon) con tres victorias. Pleno al tres. Pleno al 80.
Shiffrin compite contra sus adversarias contemporáneas y contra las alargadas sombras de Vonn y Stenmark. Lucha, pues, contra la actualidad y contra la Historia. No contra sí misma en el empeño agobiante de superar los récords, porque parece enfrentarse a la nieve y a los escarchados fantasmas de Lindsey e Ingemar sin asomo de crispación. Esquía sin brusquedad, sin tirones, sin más presión que la inevitable de la alta competición y con la soltura y seguridad de quien confía plenamente en sus capacidades.
Ya en la primera manga desanimó a sus rivales. Dejó a Anna Swenn-Larsson a 72 centésimas y a 72 kilómetros de la esperanza. La sueca no pudo aguantar el tirón y, nerviosa, cometiendo errores, se sacó ella sola del podio. Hasta el segundo escalón trepó Paula Moltzan (tercera en la primera manga), en un día memorable para el equipo estadounidense. Y hasta el tercero, la alemana Lena Duerr.
Shiffrin dejó a Moltzan a 29 centésimas. A Duerr, a 34. Diferencias no muy grandes, pero confortables para “Mika”, que, una vez más, administró su ventaja en una jornada inolvidable para ella, feliz de cruzar una frontera de máxima distinción. Unas pocas horas antes, en la italiana Bormio, en las faldas del Stelvio, el equivalente masculino de Shiffrin, el fenómeno suizo Marco Odermatt daba buena cuenta, en el eslalon supergigante, del austriaco Vincent Kriechmayr, vencedor el día anterior en el descenso, y el suizo Loïc Meillard. Todo ello en medio del “shock” producido por la súbita e inesperada retirada, prácticamente a pie de pista, de Mattias Mayer, triple campeón olímpico y en gran forma esta temporada.
Shiffrin y Odermatt, líderes intocables, siguen poniendo nieve de por medio en las generales respectivas de la Copa del Mundo.