Tatum y Brown, ambos con 30 puntos, no quisieron complicar más el pase tras la sorprendente eliminación de Milwaukee Bucks
“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar….” Eso es lo que debieron pensar en Boston tras ver cómo Jimmy Butler fulminaba a Milwaukee Bucks, uno de los mayores favoritos al anillo. Así, los Celtics han querido evitar problemas mayores y, tras mucho sufrimiento, han eliminado a unos Hawks que se negaban a morir (120-128).
Pero cuando en tu equipo juegan Jayson Tatum y Jaylen Brown, eso de evitar problemas parece mucho más fácil. Los “Jays” han vuelto a ser determinantes y, con 32 y 30 puntos respectivamente, han disipado las dudas de los que, tras la eliminación de Antetokounmpo, son los principales candidatos a vencer en la Conferencia Este. Además, el dúo ha estado arropado por Al Horford (10 puntos y 12 rebotes), Marcus Smart (22 puntos) y Malcom Brogdon (17 puntos), lo que demuestra que en Boston hay algo que es seguro: allí trabajan todos.
Los Hawks, después esas dos primeras derrotas en el TD Garden, mucho han hecho alargando la vida de una serie que parecía sentenciada. Liderados por Trae Young (30 puntos), Atlanta dominaba a mitad del último cuarto (113-110), pero tres triples consecutivos de los Celtics han terminado por demoler las esperanzas de los de Quin Snyder. Qué poco queda de aquel equipo que en 2021 alcanzó las finales de conferencia, una hazaña que con cada año que pasa se asemeja más a un espejismo.
Joel Embiid en el horizonte
Ahora, los Celtics se enfrentarán a los Sixers. Una nueva edición del clásico del Atlántico y una nueva ocasión de revancha para Joel Embiid frente al rival que más veces le ha vencido y que le ha dejado fuera de los Playoffs hasta en dos ocasiones en el último lustro. El nigeriano ha tenido la oportunidad de reposar su maltrecha rodilla gracias a la resistencia de los Hawks y está preparado a dar el último paso del “proceso”. Qué antiguo suena aquello tras tantos fracasos (con permiso de Giannis) en Philadelphia.
En Boston las deudas tampoco son escasas tras la derrota del pasado verano frente a los Warriors. Por ello, esta ocasión, con Milwaukee fuera de combate y con un rival en frente al que, hasta el momento, tienen tomada la medida, se antoja como única para devolver la gloria a las orillas del río Charles, algo que no sucede desde 2008.
