Puede que sean unos días, o unas horas, pero Pedro Rocha está disparando su última bala para intentar volver a presidir la Real Federación Española de Fútbol después de que el Juzgado Central de lo Contencioso número 2 de la Audiencia Nacional le haya denegado la cautelar contra su inhabilitación.
El juez Luis Alfredo de Diego pondera en su auto las circunstancias de conceder o no la suspensión y los daños que podrían generarse de una u otra decisión. En su recurso, Rocha ya entregó una declaración jurada en la que manifiesta su deseo de concurrir a las elecciones.
Así, en el auto, se consideran mayores los perjuicios a terceros de suspender la inhabilitación y conseguir Rocha su propósito, que los que sufriría el ex mandatario de no poder presentarse. El titular cree muy difícil deshacer las decisiones que el actor realice si es elegido presidente y posteriormente se confirma judicialmente su inhabilitación para el cargo. Sin embargo, el no poder presentarse al mismo y que luego le den la razón, lo considera un “mal menor” que podría resolverse con una indemnización.
No obstante, esta decisión puede ser objeto de recurso de apelación ante el mismo tribunal. Lo que no queda claro es si esa última bala llegaría a tiempo para que Rocha presentara su candidatura para las elecciones de la Federación.
Los plazos comienzan el 25 de noviembre, que es cuando se constituye la Asamblea, y la candidatura de Rocha se debería presentar antes del 2 de diciembre. Las elecciones se desarrollarán el 16 del mismo mes.
Fuentes judiciales aseguran a EL MUNDO que es muy difícil que esa apelación llegue en tiempo y forma, por mucho que la defensa de Rocha presente su recurso a esta última decisión en las próximas 24 horas.
De momento, la única candidatura oficial para presentarse a las elecciones de presidente de la RFEF es la del candidato independiente, Juanjo Morales. Los presidentes de las Federaciones Territoriales no han realizado aún ningún movimiento, probablemente, a la espera de que Pedro Rocha, que era el candidato de consenso, agote su último recurso para volver a liderar la institución.
Tras haber vista rechazada su primera petición de la cautelar el 3 de septiembre, Rocha confiaba que en ésta el juzgado aceptase sus razonamientos. El motivo principal de su primer rechazo se debió a que las elecciones no estaban convocadas, circunstancia que ha cambiado. Ahora depende de la agilidad de Apelación de la Audiencia Nacional para aspirar, quizás por última vez, a presidir de nuevo la RFEF.
Andy Macdonald patinó por la Casa Blanca cuando Bill Clinton era presidente, se subió al escritorio de Jay Leno cuando este era el presentador más famoso de la NBC americana y comenzó patinando con Tony Hawk como pareja de halfpipe hace ya 25 años. Hoy, los Clinton ven el culebrón demócrata desde la barrera, Leno se dedica en cuerpo y alma a su colección de más de 100 coches y motos y Hawk, bueno, ahí sigue dándole al monopatín. "Habrá un momento en que tenga que dejar la competición, pero seguiré patinando hasta que se me caigan las ruedas", expresa a EL MUNDO.
Ni se le han caído las ruedas, ni le ha llegado el momento de la retirada del profesionalismo. Andy Macdonald, a sus 50 años (51 el 31 de julio), será el debutante más veterano en los Juegos Olímpicos de París intentando alcanzar una medalla olímpica para el equipo británico en la disciplina de park de skateboard. "Ojalá que pueda seguir en Los Ángeles junto a Tony representando a la categoría de 50 o más", explica entre risas Macdonald sobre sus perspectivas futuras.
Y es que el sueño olímpico le picó como una de las tantas locuras que Andy ha vivido a lo largo de su vida. En esta ocasión fue su mujer la que le dijo que no despertase. Primero le recordó que le debía un viaje a París desde hace 15 años y después, ante su pregunta, le respondió que "estaría loco si no lo intentaba". Lo único que le pidió fue que no dilapidara sus ahorros familiares para cumplir su sueño.
"La edad no es un gran problema"
Así, gracias a que su padre nació en Luton (Reino Unido), Andy Macdonald habló con el Team Great Britain para poder participar bajo la bandera británica. Él, por cierto, es el único del equipo en categoría masculina y también el único que no ha nacido en este siglo de su disciplina. Las otras integrantes Lola Tambling y Sky Brown tienen 16 años y Bombette Martin, 18. "La edad no es un gran problema. Es un obstáculo, un bache, pero nada que no puedas superar", indica.
Macdonald celebrando la clasificación.Team GB
Pese a que era tiro de larga distancia, Macdonald se puso a ello hasta que el destino le llevó a los clasificatorios de Budapest de hace unos meses. Se cayó en sus dos primeros intentos y, en el tercero, hizo una de las mejores rondas de los preliminares y se coló entre los mejores 16 con lo que obtenía su billete para París. "Las estrellas se alinearon para conseguir esa ronda, tuve 10 puntos más que en cualquier otra de la gira", confiesa el deportista.
Así, pese a su edad, pese a tener que cambiar de especialidad (él domina el medio tubo) pudo conseguir la plaza y cumplir su promesa. "Tan pronto me lo confirmaron, lo primero que hice fue llamar a mi mujer y le dije: 'Te he comentado muchas veces lo de Paris pero, ¿qué te parece si finalmente vamos?'", explica.
Y aquí está este chico de Massachusetts que comenzó con la fiebre del monopatín a los 12 años, cuando vio a un chaval montado en uno de ellos sobre el parqué de un polideportivo en el que él practicaba baloncesto y se lo intentó cambiar por su pelota. Como no lo consiguió, tuvo que esperar a que Papá Noel le trajera su primera tabla y hasta hoy, 38 años después, donde deberá enfrentarse a un tipo de skate muy diferente al que él comenzó junto a Tony Hawk. Más agresivo... más doloroso. "Las caídas son caídas, pero tardas más en curarte y, quizás sí, duelan un poco más", revela.
Compromiso
La diferencia para Andy en su periplo como profesional es el compromiso. No respecto a la carrera profesional sino en lo concerniente a la realización de grandes trucos. "Para caer un gran salto tienes que creer al 100% porque las consecuencias de no conseguirlo suelen ser una dura caída", explica. De hecho, el propio Macdonald comenta entre risas, por ejemplo, que hasta hace poco su último 720 (dos giros completos) lo había hecho "en sus 40".
Pese a las caídas, que han sido muchas, Andy Macdonald nunca se ha arrepentido de elegir el skateboard pese a que de pequeño destacaba en otros deportes como el fútbol. "Todo lo que tengo en mi vida me lo ha dado el skate", cuenta. Y asegura que intenta devolverle todo lo que le ha dado sea con organizaciones sin ánimo de lucro, eventos benéficos o cualquier cosa que le ayude a recordar: "El skate es una parte de quien soy".
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LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Sábado,
12
agosto
2023
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01:47El portero ucraniano única opción para Ancelotti tras la lesión de...
Llegaba el Inter en octavos de Champions, último finalista de la competición, sin perder desde septiembre, salvo un duelo en Coppa ante el Bolonia. Con una riqueza táctica y técnica que impresionaba en Europa. El partido de San Siro para el Atlético de Madrid fue como una visita al dentista salvada por Oblak, como anestesista, y por una gran falta de acierto italiano. Entonces, el éxtasis en la vuelta en el Metropolitano, de nuevo con el esloveno como héroe.
El Atlético de Madrid volvía a hacerlo. Como ante el Chelsea en 2014, el Bayernde Múnich en 2016 y el Liverpool en el 2020, el equipo rojiblanco se sobreponía a una presunta inferioridad sobre el papel para salir victorioso, aunque fuera en la agonía de la tanda de penaltis. "Gran parte de los logros del Atlético son mentales, ante los grandes se motivan", explica a EL MUNDO el ex guardameta rojiblanco, Abel Resino.
Una de las primeras gestas futbolísticas fue la remontada ante el Chelsea de Mourinho en Stamford Bridge en 2014. Era el acceso a la primera final de la Champions del Cholo y la segunda en la historia del club. Los pupilos del argentino tuvieron que sobreponerse no sólo al empate a cero del Calderón en la ida, sino a que 'su Niño', Fernando Torres, adelantara a los blues en la primera media hora del encuentro.
"Sentíamos que podíamos con cualquiera. Habíamos ganado todo y nos faltaba la Champions. Fuimos muy superiores, a pesar de que ellos se adelantaran", cuenta Mario Suárez, uno de los mediocentros titulares del conjunto rojiblanco. Adrián y Diego Costa de penalti darían la vuelta al marcador, Arda Turán remataría al Chelsea y encargaría el ticket para la final de Lisboa, que se terminaría perdiendo con el Madrid.
Adrián tras marcar al Chelsea.
El viaje a la segunda final del Cholo conllevaría otra semifinal que asombraría al mundo y daría cuenta de la capacidad de resiliencia del conjunto rojiblanco. Sería, además, frente al Bayern de Guardiola en 2016. Saúl hizo en la ida en el Calderón uno de los goles más bonitos de la historia de la Champions y, probablemente, el más importante de su carrera. Con esa exigua ventaja llegaba el Atlético a Múnich a sufrir uno de los mayores asedios de la historia de la competición.
"Fue un ejercicio de fe", apunta Suárez, "saber que para ganar y conseguir el objetivo hay que sufrir", añade. El Bayern tuvo un 73% de posesión y realizó 33 remates, pero sólo consiguió vencer por dos goles a uno con Griezmann y Oblak como héroes de la noche y se hizo bueno el valor doble de los goles fuera de casa. "El equipo ante los grandes tiene que saber en todo momento lo que tiene que hacer. No puede salir a tumba abierta. Hay que realizar un juego defensivo sin fisuras", apunta Resino.
Saúl tras su gol al Bayern.MARCA
De nuevo, la alegría que lleva a la decepción de perder la segunda final consecutiva ante el Real Madrid. En un club en el que, tras otro palo, entraron las dudas desde la cúpula hasta el banquillo pero, como dice Abel Resino, solo había que tener un poco de memoria. "El cambio que produce la llegada de Simeone es como el día y la noche. La gente que dice que ya ha pasado no se acuerdan de cómo era el club antes de él. No se entraba en Europa, se quedaba décimotercero...", apunta.
Y es cierto que desde la llegada del argentino hay más Chelseas, Bayerns y otras gestas; como la del Liverpool en el año de la pandemia, con esa remontada épica en Anfield por dos goles a tres con aquel doblete de Llorente in extremis y el gol de la victoria de Morata; que decepciones. "A nivel emocional estos partidos de Champions te sacan lo mejor", comenta el ex futbolista rojiblanco Filipe Luis, presente en Stamford Bridge, pero apunta también el bajón mental que se produce tras estas grandes exigencias.
Las decepciones
Filipe se refiere a los partidos ligueros entre eliminatorias europeas, pero esa relajación quizás también afecte al equipo ante retos más sencillos en Europa. De hecho, todos los equipos querían el pasado 15 de marzo que le tocase la bola del Borussia de Dortmund en el sorteo de los cuartos en Nyon. Era, a priori, el rival más asequible. Le cayó al Atlético y, a juzgar por la primera media hora en el partido de ida, parecía que iba a ser un paseo. Entonces, se relajó la tensión y, lo que iba a ser un partido de 3-0 terminó dos a uno, y gracias.
"No fue relajación, a lo mejor ese día con ese equipo no juegas bien. Tan fácil como que no metes las que tienes", explica Mario Suárez. Una explicación y una relajación que se extiende a otras sombras europeas como aquella fase de grupos en 2017 en la que el equipo rojiblanco no consiguió ganarle un partido al desconocido Qarabag y quedó tercero de grupo. Aunque luego se alzara ese mismo año con la Europa League ante el Olympique de Marsella.
Tampoco podemos olvidar la derrota ante el Leipzig en aquella Champions de la pandemia cuya fase final se jugó a partido único en Portugal. Y, por último, la mayor decepción europea del Cholo hasta la fecha cuando el equipo, el año pasado, no consiguió pasar de la primera fase de la máxima competición en un grupo en el que coincidió con el Brujas, el Oporto y el Leverkusen. "No es que el entrenador no consiga mentalizar, es que el propio técnico cree que ante ese tipo de partidos no hace falta hacerlo. No es lo mismo un partido ante un City que ante un Almería o Villarreal", apunta Resino.
Esta noche en Alemania el equipo deberá elegir qué cara poner, si la de las grandes noches europeas o la de las grandes decepciones. "El Atlético de Madrid tiene plantilla como para ganar la Champions y a eso se suma que los jugadores se lo llegan a creer", apunta Abel. Como dice el eslogan rojiblanco: "Nunca dejes de creer".