El técnico ha dado a conocer este viernes a las 23 elegidas para disputar el campeonato, que comienza el próximo 20 de julio en Australia y Nueva Zelanda
Jorge Vilda, este jueves, durante un entrenamiento previo al amistoso frente a Panamá, en Avilés (Asturias).Eloy AlonsoEFE
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Ya lo decía Jorge Vilda hace unos días, que esta sería la lista “más dura de mi vida”. El técnico afirmaba que si por él fuera se llevaría a las 29 jugadoras convocadas hasta ahora. Sin embargo, para el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, que comienza el 20 de julio, sólo se puede llevar a 23.
De la lista, que ha hecho oficial este viernes, se han caído Elene Lete, Jana Fernández, Maite Oroz, Fiamma Benítez, Marta Cardona e Inma Gabarro. El seleccionador tenía que hacer en total siete descartes, bueno, más bien seis, puesto que Sheila García tuvo que abandonar la concentración al presentar problemas físicos.
Sin duda, la decisión de Vilda ha debido de ser muy complicada, sobre todo teniendo en cuenta el partido de ayer, en el que la selección goleó a Panamá con un 7 a 0.
En cuanto a los descartes, poca sorpresa. Estaba claro que una de las bajas se iba a producir en la portería, ya que en la prelista había llamado a cuatro y lo esperado era que España viajase a Oceanía con tres. Finalmente la elegida por Vilda ha sido Elene Lete.
Quizá, lo que ha llamado más la atención es que el seleccionador haya dejado fuera a Marta Cardona y Maite Oroz, dos jugadoras con las que, hasta la fecha, el técnico siempre había contado.
Esta es la lista completa para el Mundial de Australia y Nueva Zelanda:
Porteras: Misa Rodríguez, Enith Salón y Cata Coll.
Defensas: Ivana Andrés, Olga Carmona, Laia Codina, Irene Paredes, Rocío Gálvez, Ona Battle y Oihane Hernández.
Dijo adiós España y lo dijo también Rudy Fernández, el último partido de una carrera única en sus sextos Juegos Olímpicos. Ahí su legado: la selección murió de pie, con orgullo y coraje, otra vez ante Canadá. No estará en el Bercy Arena de París el equipo de Sergio Scariolo, que compitió hasta el último aliento contra un rival evidentemente superior y murió en la orilla de la épica.
En una tarde en la que tres de sus referentes no parecieron ellos, España se acogió al valor de los que menos cuentan. Con Brizuela y Pradilla plantó cara a la pléyade de NBA que es la Canadá de Jordi Fernández y sólo perdió por un triple que no entró.
Resultó un escenario cruelmente parecido (85-88, idéntico resultado) al de hace un año en Yakarta. Allí Canadá amenazaba con despedir a España a las primeras de cambio del Mundial en el que defendía el oro, como así fue. Esta vez de unos Juegos, con los de Jordi Fernández ya clasificados, pero decididos a terminar primeros de grupo y evitar un camino de espinas en el Bercy Arena. Son la nueva potencia del basket mundial, de los pocos en ser capaces de mirar a los ojos al USA Team, estrellas tan poderosas como Shai Gilgeous-Alexander o Jamal Murray.
El pecado de España había estado en su amanecer en el torneo, perezoso ante una Australia que se ha demostrado que no era para tanto. Despistes imperdonables, quizá fruto de la inexperiencia o del desgaste mental del Preolímpico. Lo subsanó contra la Grecia de Antetokounmpo, pero ese triunfo, caprichosas las matemáticas, no le ha servido para ser al menos tercera de grupo. Esta vez no habrá un USA Team implacable para España en los cruces. Desde Sidney 2000 (con un formato diferente, entonces dos grupos de seis) no se quedaba sin pisar al menos los cuartos de final.
Consciente la tropa de que la victoria antes de Grecia contra Australia llevaba al escenario más terrible, a un todo o nada, o primeros o eliminados, la tarde cobró un tinte dramático en Lille. Y entonces entran en juego la memoria de las batallas, los nervios y la capacidad de disfrazarse de héroes. Porque Canadá es el villano, sus fieros defensores, sus inmensos talentos, su físico inigualable. Y desde el principio aplicó su receta agresiva.
Sin Aldama, Lorenzo ni Willy
Y siempre mandó Canadá, lastrada bien temprano España por los fallos desde el perímetro, por la dimisión de Lorenzo Brown, secado por Lugentz Dort, uno de los mejores defensores de la NBA. Y por la 'ausencia' de Santi Aldama. La segunda unidad pronto dio otro aire a los de Scariolo. Ellos iban a ser los heroicos protagonistas.
También apareció el factor sorpresa canadiense, Andrew Nembhard, que descarriló los planes defensivos de España, más focalizada, evidentemente, en Shai. Apareció algún triple, la energía de Llull y, al fin, la selección se sintió cómoda, sin complejos... hasta que el final del segundo cuarto le dio un mazazo de realidad. Dos triples de Nembhard y los chispazos de Shai para llevar al descanso una distancia dolorosa (49-38).
Juancho y Aldama, tras la eliminación.THOMAS COEXAFP
Que se amplió a la vuelta (56-42 fue la máxima), ya con Lorenzo alarmantemente desconectado, con Willy cargado de faltas y con la selección refugiada en esos trucos defensivos tan de Scariolo, una caja y uno con Abrines persiguiendo a Shai como si le fuera la vida en ello.
Sin tres de su referentes en batalla, sólo quedaba el amor propio. Y en eso España sigue siendo única. Scariolo llamó a filas a los del fondo del banquillo, que pusieron el pecho por delante. Tipos como Brizuela y Pradilla, que quizá jamás sueñen con pisar la NBA, fueron los que evitaron la muerte por aplastamiento. Fueron bravos y contagiaron al resto.
El escolta del Barça enhebró 11 puntos de carrerilla mientras los canadienses se frotaban los ojos. El ala-pívot del Valencia, que se ganó el puesto en el Preolímpico, hizo pupa en la pintura con su empeño y sus agallas. Una pareja improbable.
Mantuvieron las constantes vitales, pero mandaba Canadá, cada vez más cerca de la meta. Un triple de Barrett a falta de 40 segundos pareció ser la puntilla, porque a Llull y a Abrines se les escaparon dos tiros libres. Aún así, un triplazo de Llull llevó al límite el duelo, aunque sólo quedaban 3,1 segundos. Extrañamente, Scariolo gastó su tiempo muerto antes de los tiros libres de Shai, que metió los dos. Y ya no le quedaron después. Sacó de fondo y el milagro de Llull desde su campo no fue posible.
Fue otro final cruel aunque inevitable. El adiós a unos Juegos y el último partido de una leyenda con todas las mayúsculas. Ahí queda, para siempre, el legado de Rudy Fernández, presente también en su postrera batalla claramente lastrado.
David Barral y Juan Guarnizo han protagonizado un durísimo enfrentamiento durante el Mundial de la Kings League, que se está disputando en México. El primero, jugador del 1K, y el segundo, presidente de Aniquiladores, ya habían tenido alguna polémica en redes sociales, pero el nivel de tensión alcanzó su punto máximo el martes después del partido que el equipo de Barral disputó contra el Cuervos.
Cuando se disponía a abandonar al pista, desde el palco comenzaron los insultos del streamer. Guarnizo llamó en reiteradas ocasiones "hijo de puta" a Barral y éste le respondió "me voy a follar a tu madre, maricón".
Posteriormente, Juan Guarnizo explicó el motivo de su ira: "David Barral le insistió a mi madre ponerse la camiseta de 1K y hasta la pidió una foto, seguramente para publicarlo si nos tocaba enfrentarnos el jueves".
Mientras, Barral publicó un comunicado en su cuenta de Twitter en el que pedía disculpas por lo ocurrido y especificaba que se había hecho una foto con la madre de Guarnizo durante una cena, ya que los dos equipos coinciden en el hotel, sin ninguna mala intención.
El ex jugador del Sporting, entre otros equipos de Primera, relató que vio "al presidente de Aniquiladores insultándome sin ningún motivo, con insultos muy graves que no entendí [..] Cansado de tanto improperio, le respondí de la misma manera y me retiré al vestuario".
Los dos han sido sancionados por la bronca. El jugador del 1k no podrá jugar los próximos cinco partidos de su equipo, mientras el equipo de Guarnizo jugará con uno menos durante tres minutos en su próximo partido.