Cristina Gutiérrez, junto a su copiloto Pablo Moreno, se proclamó este viernes campeona del Dakar en categoría Challenger, convirtiéndose en la primera mujer española en ostentar un título en el mítico rally.
Gutiérrez, del equipo Red Bull-Off Road JR, aventajó en la general en 35 minutos al estadounidense Mitchell Guthrie y en 58 minutos al lituano Rokas Baciuska.
La duodécima y última etapa en Challenger, con vehículos ligeros, antiguamente llamada T3, fue para el brasileño Marcelo Tiglia.
Cristina Gutiérrez aprovechó los problemas mecánicos sufridos por el líder antes de la última etapa, Mitch Guthrie, y se convirtió en la primera mujer en conquistar un título en el Dakar desde Jutta Kleinschmidt, vencedora en 2001 en coches.
“Siempre, siempre en el Dakar hay que luchar hasta el final, hemos ido empujando hasta el final, todo puede pasar hasta el último kilómetro. No me lo creo, no sé lo que está pasando, es surrealista, estoy muy emocionada”, declaraba la española ya desde meta y cuando sólo estaba a la espera de la confirmación oficial de la victoria, que llegaría minutos después tras la llegada a meta de Guthrie.
Las Palmas le amargó el cumpleaños al Barça. Los isleños llevaban 53 años sin saber lo que era ganar a domicilio a los azulgrana y rompieron su mala racha justo el día después de que los barcelonistas celebraran su 125 aniversario batiéndolos por 1-2. [Narración y estadísticas, 1-2]
Ante un rival difícilmente reconocible en el campo y en pleno bache de juego en la Liga, los visitantes aprovecharon los goles de Sandro, el encargado de abrir el marcador, y Fabio Silva para convertir en una anécdota la momentánea igualada conseguida por Raphinha y llenar a los de Flick de dudas justo el mismo día en que Lamine Yamal volvió a tener algunos minutos.
El Barça estuvo muy poco reconocible. No por el pantalón blanco que lucieron sus futbolistas, como homenaje al primer uniforme que lució el club y en conmemoración de un 125 aniversario celebrado este mismo viernes, sino porque se mostró terriblemente espeso en ataque y menos contundente que de costumbre a nivel defensivo.
Las Palmas, llevando al límite su presión en el centro del campo, consiguió llegar en múltiples ocasiones a las inmediaciones del área barcelonista y únicamente le faltó algo más de puntería para amargarles aún más la fiesta a los azulgrana. Los de Flick amenazaron los dominios de Cillessen un tanto a bandazos.
Incluso así, tuvieron al menos un par de buenas ocasiones para abrir el marcador. La primera, con un disparo de Fermín bien respondido por el holandés. La segunda, con un chut de Raphinha en el añadido del primer acto que, tras tocar en el larguero, se perdió por la línea de fondo.
La primera parte, además, estuvo marcada por el golpe en la tráquea que recibió Alejandro Balde en un encontronazo con Sandro. Propició el estreno del cambio adicional en caso de conmoción cerebral que se ha incorporado este mismo curso a la normativa de la Liga, con Gerard Martín tomándole el relevo como lateral izquierdo.
Los gestos del defensa, por momentos, preocuparon a una grada que, seguro, pudo respirar aliviada al saber poco antes del descanso que el jugador se había recuperado plenamente y que, de hecho, ni siquiera precisó finalmente desplazarse al hospital para ser atendido. Con vistas a la reanudación, el técnico azulgrana buscó cambiar las cosas dando entrada a Lamine Yamal en el terreno de juego, con el objetivo de cambiar mejorar a nivel ofensivo. No obstante, sería Las Palmas el que acabaría por abrir fuego.
Sandro, tras superar los suyos la tímida presión azulgrana, se las arregló para batir a Iñaki Peña con un disparo cruzado para marcar el 0-1 casi cuando la segunda parte aún estaba arrancando. Flick volvió a mover de nuevo el banquillo y apostó por dar entrada en el césped a De Jong, Ferran Torres y Héctor Fort. El juego barcelonista, a pesar de todo, no cambió demasiado.
Juego individual
Más que en acciones combinativas, los jugadores culés se obcecaban en hacer la guerra cada uno por su cuenta. En una de esas, Raphinha, capaz de aparecer en todas partes, materializó el empate con un buen disparo desde la frontal, pero solo para ver cómo apenas cinco minutos después, Las Palmas volvía a ponerse por delante gracias a una acción en la que Fabio Silva se las arregló para ganarle la partida a Fort.
Por mucho que los locales tuvieran aún algunos minutos para salir del lío en el que se habían metido en gran parte por deméritos propios, las urgencias siempre son malas compañeras.
De nuevo, más con chispazos aislados que por combinaciones, los azulgrana encontraron alguna que otra opción para, por lo menos, rascar el empate. Casi siempre, no obstante, vieron como sus intentos se encontraban una y otra vez con un Cillessen tremendamente inspirado ante el que fue su equipo durante tres temporadas.
Los visitantes, tal y como suele ocurrir muchas veces cuando David hace que Goliath hinque la rodilla, jugaron también con el cronómetro haciendo que la grada de Montjuïc llegara incluso a perder la paciencia. Pero, a la postre, lograron llevarse una victoria a todas luces más que merecida.
En Portugal juegan, entre otros, Ruben Dias, Vitinha, Leao, Neves, Conceiçao, Bernardo Silva... Pero en Portugal juega, sobre todo, Cristiano Ronaldo. A sus 40 años, cumplidos en febrero, arrastra el aura de la gran estrella que fue, y que de algún modo todavía es. Porque, a sus 40 años, esta noche será el capitán de Portugal, con la que ha jugado la salvajada de 220 partidos, marcando, otra salvajada, 137 goles.
Ayer, en la sala de prensa del Allianz Arena, desplegó al nuevo Cristiano. Dijo, atención, cosas como estas. "No creo mucho en los premios individuales como el Balón de Oro, porque sé lo que hay detrás". "En el fútbol, como en la vida, no siempre se puede ganar". "¡Boludo!" (esto bromeando con un periodista argentino). "A Messi le tengo mucho respeto y cariño, igual que él a mí". "Vivo el presente, no pienso en el futuro". Y una última. "El niño lo está haciendo muy muy bien, pero pido que le dejen crecer tranquilamente por el bien del fútbol".
"El niño" es Lamine Yamal, la estrella no sólo de la selección española. La estrella del torneo, la estrella, hoy, del fútbol mundial. "Siempre que llega una final se dice Cristiano contra no sé quién, Cristiano contra no sé cuánto... No es así. Es Portugal contra España", dijo CR. Pero, quiera él o no, la final de esta noche es legítimo plantearla como un cambio en el ciclo de la vida del fútbol.
Y quizá reducirlo a un Lamine-Cristiano sea demasiado, pero resulta llamativo comparar la figura del portugués, lo que representa, los años que lleva en este mundo, con los miembros de esta selección española jovencísima (media de 25 años) con la que discute hoy la Liga de Naciones, donde los chicos buscan su tercer título consecutivo.
Crisitano celebra la clasificación para la final.EFE
Cristiano hace su aparición en el fútbol profesional el miércoles 14 de agosto de 2002. Entró (sustituyendo al español Toñito) en el minuto 58 del partido entre el Sporting de Lisboa y el Inter de Milán. Desde ahí hasta hoy, ya se sabe casi 1.000 goles, un montón de títulos, Balones de Oro... Pues bien. ¿Dónde estaban los hoy internacionales españoles hace casi 23 años? Un repaso a las fechas de nacimiento revela una realidad asombrosa.
Para empezar, había ocho jugadores que hoy estarán en el campo (tres titulares y cinco en el banquillo) y que ese 14 de agosto de 2002 no habían nacido. Lamine, Cubarsí, Huijsen, Gavi, Samu, Fermín Pedri y Yeremi Pino.
Nico Williams tenía un mes y dos días de vida.
En 2002, cuatro jugadores cumplían tres años: Vivian, Pedro Porro, Mingueza y Zubimendi, y por lo tanto no jugaban al fútbol todavía.
Un jugador cumplía cuatro años: Cucurella. Y jugaba, dicen, al fútbol sala en el Alella, el equipo de su pueblo.
Dos jugadores cumplían cinco años. Oyarzabal y Unai Simón, que jugaban en el Eibar y en el Zuia, el equipo de su pueblo.
Dos jugadores cumplían seis años: Le Normand y Merino, ambos jugando en sus lugares de nacimiento (Lamballe y C. D. Amigó)
Tres jugadores cumplían siete años: Grimaldo (Atlético Vallbonense), Raya (UE Cornellá) y Remiro.
Un jugador cumplía ocho años. Fabián (Betis).
Y dos jugadores cumplían 10 años. Isco (Atlético Benamiel) y Morata.
Nico Williams y Lamine Yamal, entrenando.EFE
Estos datos traen consigo una conclusión sencilla: todos los miembros del vestuario de España han crecido viendo a Cristiano compartir con Messi la hegemonía del fútbol mundial. Todos han sido testigos, con sus ojos infantiles, de una época quién sabe si irrepetible.
"Es un ejemplo. Yo no me veo con 40 años como él, jugando al máximo nivel. Es el ejemplo de cómo hay que sacrificar mucho espacio y tiempo de tu vida para seguir jugando a alto nivel. Personalmente, es un privilegio y un orgullo poder enfrentarme a él y me alegro mucho de ver cómo sigue marcando. Ojalá llegue a los 1.000 goles que está buscando, pero que no sea contra nosotros, claro". La frase, las frases, son de Unai Simón, que tenía, escrito queda, que tenía cinco años y jugaba en el equipo de su pueblo. Pero el sentimiento de Unai es compartido por todos.
"Es una de las mayores figuras del mundo del fútbol. Que siga con esa ambición y esas ganas dice mucho de él. Es un goleador que la que tiene, te la enchufa", concede Fabián, mientras Zubimendi recuerda que son el espejo de toda una generación, quizá de más de una. "Junto a Messi han sido los icones del fútbol que yo he vivido, un ejemplo de hambre, trabajo y talento. Seguir con la misma hambre a esta edad le hace muy poderoso".
"¡Inyusticia, Inyusticia!"
A lo largo de su carrera, de estos 22 años (porque con la selección debuta en 2003), Cristiano se ha enfrentado a España muchas veces. Salió victorioso en la primera de ellas, en la Eurocopa de Portugal, allá por 2004, cuando los anfitriones eliminaron a la selección de Iñaki Sáez ganando el último partido de la fase de grupos. Pero, después, casi todo han sido disgustos para el mito. Las derrotas más dolorosas fueron, sin duda, las de 2010 (en octavos de final del Mundial que ganó España, un 1-0 con gol de Villa) y 2012 (en semifinales de la Eurocopa que también ganó España, esta vez en la tanda de penaltis). De este segundo choque quedará para la historia las palabras de Cristiano dirigiéndose a la cámara que le perseguía: "¡Inyusticia, inyusticia!".
Más reciente es la victoria de España en la fase de grupos de la Liga de Naciones que terminó ganando en 2023. Un gol de Morata casi al final dio el pase a la selección todavía de Luis Enrique. "Ellos están más acostumbrados a ganar que nosotros en los últimos años. Por eso creo que España será candidata a ganar el Mundial de 2026, y nosotros ya veremos", concedía ayer el eterno 7, que hoy se enfrenta a una muchachada que ha crecido viéndole a él por televisión. Hoy le tendrán enfrente.