Cristina Gutiérrez, junto a su copiloto Pablo Moreno, se proclamó este viernes campeona del Dakar en categoría Challenger, convirtiéndose en la primera mujer española en ostentar un título en el mítico rally.
Gutiérrez, del equipo Red Bull-Off Road JR, aventajó en la general en 35 minutos al estadounidense Mitchell Guthrie y en 58 minutos al lituano Rokas Baciuska.
La duodécima y última etapa en Challenger, con vehículos ligeros, antiguamente llamada T3, fue para el brasileño Marcelo Tiglia.
Cristina Gutiérrez aprovechó los problemas mecánicos sufridos por el líder antes de la última etapa, Mitch Guthrie, y se convirtió en la primera mujer en conquistar un título en el Dakar desde Jutta Kleinschmidt, vencedora en 2001 en coches.
“Siempre, siempre en el Dakar hay que luchar hasta el final, hemos ido empujando hasta el final, todo puede pasar hasta el último kilómetro. No me lo creo, no sé lo que está pasando, es surrealista, estoy muy emocionada”, declaraba la española ya desde meta y cuando sólo estaba a la espera de la confirmación oficial de la victoria, que llegaría minutos después tras la llegada a meta de Guthrie.
El Valencia Basket levantó en Huelva la primera Copa de la Reina de su historia tras batir al Casademont Zaragoza, vencedor el pasado año, por 77-53, triunfo con dedicatoria especial para la internacional Raquel Carrera, lesionada de gravedad en el encuentro de cuartos, y también importante para Alba Torrens, que completa su extenso palmarés con el título que le faltaba en competiciones de clubes.
El conjunto valenciano dominó de principio a fin en el ambientado Palacio de Deportes Carolina Marín un duelo repetido por octava vez esta temporada la final disputada. Una intensa defensa y un efectivo ataque, con muchos recursos, marcó diferencias en todo momento ante un Casademont Zaragoza que no pudo hacer brillar su potencial. La mejor jugadora de la final fue Leticia Romero (19 puntos, 23 de valoración), seguida de Alina Iagupova (17).
El ya campeón arrancó la final muy acertado en el tiro exterior y con triples de Queralt Casas y Leticia Romero, junto a una férrea defensa, se colocó 10-2 y provocó el tiempo muerto de Casademont. En la reanudación amplió su ventaja y nuevo triple, de Fingall, puso el 17-5. Acabando el cuarto Gulbe de tres recortó algo las distancias (21-12).
En el segundo cuarto, no sin dificultad, Zaragoza fue encontrando la forma de atacar por dentro, con la referencia de Diallo y Fiebich, que consiguieron bajar de 10 puntos la desventaja (24-16). Pero Valencia seguía llevando la iniciativa, con menos errores que su rival, y con la aportación ofensiva de varias jugadoras, siendo la mejor Leti Romero, que llegó al descanso con 14 puntos (47-30).
En el tercer cuarto Valencia puso la directa y en tres minutos, con una defensa intensa y un efectivo ataque, elevó la diferencia por encima de los 20 puntos (51-30). Leti Romero en transición, Iagupova de tres y Fingall bajo el aro desesperaron al equipo maño, que pidió tiempo muerto (56-33).
Zaragoza se afanó en limar diferencias, pero le costaba cada canasta. Un triple de Gulbe acabando el cuarto logró estar momentáneamente por debajo de 20 (60-41). Pero en el cuarto final la maquinaria valenciana siguió siendo implacable. Iagupova y Fingall la llevaron a 27 puntos (68-41) y con la final más que resuelta ya sólo quedaba por dilucidar por qué marcador, que acabó 77-53 y con fiesta naranja en la grada.
Con la caída de la bandera a cuadros en Silverstone, Enea Bastianini entró en un club exclusivo: el de pilotos capaces de llevarse la sprint race y la carrera del domingo en un fin de semana de Gran Premio. El italiano, con su sexto triunfo en MotoGP, selló un doblete en el que hizo gala de un ritmo espectacular. De nada le sirvió a su compañero en el equipo Ducati oficial, Pecco Bagnaia, liderar gran parte de la prueba. Jorge Martín, implacable, le adelantó al aprovechar un quizás inesperado bajón en su rendimiento y logró recuperar a la postre el liderato del Mundial, a pesar de verse condenado finalmente a la segunda plaza, con su gran rival, seguro, respirando aliviado finalmente desde la tercera.
«Estaba tratando de hacer una buena gestión del neumático trasero, pero empecé a perder el tren delantero. Cuando Martín me adelantó, traté de engancharme, pero vi que seguía perdiéndolo y pensé 'ya me caí ayer, mejor vamos a acabar la carrera'. En cualquier caso, estoy contento y esperamos conseguir un mejor resultado en la próxima», aseguró Bagnaia al término de una carrera en la que se conmemoró el 75 aniversario del Campeonato del Mundo con decoraciones especiales en todos los equipos. «Tengo que darle las gracias a mi equipo. El tributo a Ángel Nieto ha sido fantástico. El ritmo ha sido súper alto, siempre vamos al límite, pero la verdad es que Enea ha sido más fuerte que yo. Al final, hemos podido recuperar el liderato, estoy muy contento y vamos a por el fin de semana número 11», señaló por su parte Martín.
Bastianini rodeado por Martín y Bagnaia en el podio de SilverstoneBENJAMIN CREMELAFP
«Ha sido una carrera muy difícil, cometí errores al principio, pero tenía confianza en que podría remontar. En las últimas vueltas, Jorge empujó muchísimo, fue complicado acercar las distancias, pero, en las dos o tres vueltas finales, cómo ya sabéis, siempre tengo algo más y esta vez también ha sido así. Es muy bonito poder volver a lo más alto», zanjó por su parte Bastianini. En las primeras 12 vueltas, nada invitaba a pensar en un desenlace como el que se vivió finalmente en Silverstone. Pecco Bagnaia se puso en cabeza muy pronto y, por momentos, como suele ocurrir cuando el italiano rueda en primera posición, pareció casi inalcanzable para el resto, con un Martín presentándose como el único en disposición de plantarle batalla. El bajón en el rendimiento del doble campeón mundial, con todo, acabaría por propiciar tanto el golpe de efecto del de San Sebastián de los Reyes como el fulgurante paso adelante de un Bastianini que, a la postre, se haría finalmente con el triunfo.
En cuanto a los pilotos españoles, el mejor clasificado fue Marc Márquez, con una cuarta posición por la que tuvo que pelear mucho con Aleix Espargaró, a la postre sexto a pesar de partir desde la pole. Álex Márquez, por su parte, terminó la carrera en la séptima posición, Pedro Acosta fue noveno, Maverick Viñales, decimotercero y Augusto Fernández, decimosexto. Raúl Fernández, mientras, se fue al suelo en el arranque de la prueba junto con Miguel Oliveira y tanto Brad Binder como Joan Mir tuvieron que retirarse por problemas mecánicos.
El Barça sigue sin bajar el ritmo en la Liga. Esta vez le bastó con un solitario tanto de un Robert Lewandowski, que insiste en mantener su momento dulce ante la portería contraria, para imponerse a un Getafe que tiró de un juego que unos califican casi como al límite del reglamento mientras otros prefieren calificarlo como aguerrido. Se elija el eufemismo que se elija, lo cierto es que los visitantes abrigaron alguna esperanza de arrancar al menos un punto hasta el final gracias a las buenas intervenciones de su portero, David Soria, que por unas prestaciones en ataque que se han demostrado ya más que seriamente mermadas en lo que llevamos de temporada. [1-0: Narración y estadísticas]
En la otra portería, mientras, a Iñaki Peña le tocó jugar bajo la alargada sombra, nunca mejor dicho, de un Wojciech Sczcesny que a lo largo de la tarde del este miércoles fue sonando cada vez con más fuerza como refuerzo de emergencia para la portería azulgrana tras la grave lesión de Marc-André ter Stegen. El polaco, que colgó oficialmente los guantes el pasado verano a pesar de que le quedaba aún un año más de contrato con la Juventus, se dejaba querer sin dudarlo y su llegada parece cuestión de horas. La presencia en la plantilla barcelonista de un Lewandowski al que le une una muy buena amistad, a buen seguro, habrá tenido mucho que ver con la decisión del arquero.
En los instantes previos al partido, Flick, pese al runrún, recalcaba ante los micrófonos de Movistar que tiene plena confianza en las posibilidades del meta alicantino para defender el marco barcelonista. El curso pasado, le tocó tomarle el relevo a Ter Stegen precisamente en el momento en el que la defensa azulgrana se mostró más endeble y el número de goles encajados se multiplicó. El hecho de que el primer remate entre palos de un Getafe muy correoso en los primeros minutos acabara cómodamente en sus manos contribuyó, sin duda, a que Iñaki Peña afrontara su reestreno en Montjuïc con toda una inyección de moral. Si bien es cierto, no obstante, que los visitantes tampoco le agobiarían demasiado en los primeros 45 minutos.
Posesión
Tras el arranque fuerte del Getafe para tratar de ahogar la salida de balón de los azulgrana, fue el Barça el que acabó por firmar lo que fue casi un monólogo a nivel de posesión. Con el añadido, además, de que su primer disparo válido entre palos subió al marcador para convertirse en el 1-0. Lewandowski, que mantiene su idilio con el gol en este inicio de la temporada, aprovechó el fallo de Soria al tratar de agarrar un centro de Koundé para estrellar sin contemplaciones el balón en el fondo de la portería. El portero, eso sí, lograría resarcirse evitando que el ex del Bayern echara más tierra de por medio cuando los de Flick se lanzaban sin dudarlo una y otra vez en busca de aumentar unas distancias que, pese a todo, se quedaron igual a la llegada del descanso.
Borja Mayoral falla la última ocasión del partido.Alejandro GarcíaEFE
Por mucho que el Getafe buscara meterse en el partido aprovechando un leve fallo de Íñigo Martínez nada más arrancar el segundo tiempo, los azulgrana encontraron también pronto la manera de amenazar con aumentar su renta. Soria, en este caso, estuvo atento para evitarlo, tanto enviando a córner un centro peligroso de Pablo Torre como para mandar por encima del travesaño, con una plástica intervención, un disparo cargado de veneno de Lamine Yamal y desviar un ajustado disparo de falta de Raphinha. Eric, en la recta final del duelo, rozaría también el gol con un remate que se marchó a las nubes.
Con 1-0 en el marcador, el Getafe aprovechó los instantes finales para tratar de rascar por lo menos un punto volcándose sobre la portería azulgrana. Algo que, no hace tanto tiempo, le habría puesto el miedo en el cuerpo a la grada de Montjuïc. Las sensaciones, ahora, en cambio, son diametralmente opuestas. Por mucho que se sufra, muchos no ven peligrar nunca el resultado. Y eso, en un deporte que se decide muchas veces por detalles, significa una enorme diferencia. La que muchas veces hay, también, entre el éxito y el fracaso.