Afrontará a partir del próximo día 31 su decimoctava edición el el Rally Dakar, que se disputará en Arabia Saudí. Tras destacar en la categoría de motos, ahora, tras el accidente sufrido en 2007 que le dejó sin movilidad en las piernas, participa en coches
Isidre Esteve (Oliana, Lleida, 1972) es un ejemplo de superación. Y de competitividad. La próxima semana afrontará su decimoctava edición del rally Dakar, una carrera que estuvo a punto de ganar en varias ocasiones en la categoría de motos. En 2007 sufrió un accidente en el Campeonato de España de Raids, disputado en Almería, que le provocó una paraplejia en las piernas, por lo que ahora compite en coches, que se manejan sin los pies, sólo con las manos. En 2023, junto al copiloto Txema Villalobos, participará con el Repsol Rally Team con un Toyota Hilux, marca que condujo el qatarí Nasser Al-Attiyah, campeón de 2022. En esta ocasión, el rally se disputará en Arabia Saudí desde el próximo día 31 al 15 de enero.
- En esta edición conducirá un T1+, que ya dejó sensaciones excelentes en el último Dakar. ¿Qué perspectivas tiene?
- Estamos muy contentos. Tenemos un coche maravilloso, el que ganó la última edición del Dakar. Nos permite ir por las pista con un ritmo que no imaginábamos, pero somos conscientes de que habrá 40 pilotos que competirán con este mismo tipo de coche. Estamos muy satisfechos de empezar el Dakar 2023 en igualdad de condiciones técnicas que el resto. Sabemos que habrá pilotos que tendrán unos coches algo mejores y que son más rápidos, pero estamos contentos con nuestro coche. Ahora, cuando lleguemos a una zona de piedras, podremos ir a fondo. Y, si alguien se sacrifica, será porque cree que puede pinchar.
- El 70% de las etapas tendrá un recorrido inédito. ¿Enfrentarse a lo desconocido le motiva especialmente?
- Me gusta enfrentarme a lo desconocido, sí. Hemos dado un paso adelante, ahora la tableta con el roadbook la tenemos sólo 10 minutos antes de salir. Yo pienso que el Dakar tiene que ser complicado, con etapas nuevas, la navegación tiene que ser importante, no todo tiene que ser correr. El Dakar no es una carrera de velocidad, debe tener un equilibrio entre la dificultad, la navegación, la velocidad y el trabajo en equipo. Y, cuando se encuentra este equilibrio, es cuando se consigue ganar.
- ¿Qué se siente al acabar una carrera como ésta sólo por el simple hecho de acabarla?
- Para mí, la mejor experiencia fue en el año 1998, cuando fui al Dakar por primera vez, en África. Fue una experiencia personal brutal, por el hecho de descubrir un continente que está aquí al lado, pero que desconocemos completamente. Descubrir Marruecos, Mali, Burkina-Faso, Senegal… Fue increíble. El Dakar es un reto y poder vivirlo, una pasada.
- Será su decimoctava participación. ¿Eso la hace más especial?
- No. Para mí, hay una primera etapa en motos, fueron 10 años fenomenales en los que pudimos disfrutar de esta carrera en toda su plenitud, logrando buenas posiciones y además peleando por ganar en los últimos cinco o seis años. Eso fue increíble. Tras el accidente, me siento afortunado de poder seguir compitiendo. Naturalmente, tengo que hacerlo en un coche, pero haber podido encontrar un equipo competitivo es algo realmente maravilloso.
- Este año se han cumplido 15 años de su accidente. ¿Qué balance hace de este tiempo?
- Estoy contento. Cuando tuve el accidente creí que había muchas cosas que no podría hacer y luego he visto que sí puedo hacerlas. Tengo el 100% de autonomía, puedo seguir disfrutando del mundo de la competición y de esta carrera tan maravillosa. Además, en 2011 pudimos crear la fundación Isidre Esteve, con la que ayudamos a través del deporte a muchas personas con discapacidad, están los libros… Hemos tenido unas experiencias brutales a lo largo de estos 15 años, pero lo mejor es poder continuar haciendo lo que más nos gusta. Eso es lo mejor.
- ¿La perspectiva de poder volver a competir fue una de las cosas que más le empujó a tirar hacia adelante?
- No lo sé… El tema de volver a competir me hizo sentirme mejor, fue como dar continuidad a lo que ya hacía. Lo cierto es que, llegados a este momento, he descubierto otras cosas. Antes del accidente, me levantaba y me entrenaba más y mejor pensando sólo en ganar. No hacía nada más. Ahora, estoy en otro punto de la vida, tengo 50 años, hay cosas que las veo de manera diferente y pienso que soy capaz de dar más valor a muchas cosas que antes ni las veía.
- ¿Qué es lo que le costó más a la hora de readaptarse a la manera de conducir?
- Con los controles muchas veces es complicado. Van muy bien, pero hay momentos en los que se me acumula el trabajo y no puedo hacerlo todo. Frenar, acelerar, llevar el coche hacia un lado o hacia el otro, bajar marchas… Muchas veces, me haría falta una tercera mano, pero bueno, estoy contento por cómo salimos adelante.
- ¿Qué tiene esta carrera que cada año te obliga a volver?
- El rally Dakar también es una forma de vida. El deporte en sí es una forma de vida y me siento afortunado de poder hacerla, con estos patrocinadores que tengo al lado, con esta ilusión por volver… Todo eso es lo que me empuja a intentar ser cada vez más competitivo.
- ¿El hecho de que vaya a ser otra vez una carrera con etapas largas le ha afectado a la forma de la preparación?
- No. Nos hemos entrenado igual que siempre. Me gusta que el Dakar sea más largo, porque da más posibilidades a la regularidad y es algo que nos favorece como equipo.
- ¿Hasta cuándo se ve compitiendo en el Dakar?
- Mientras exista la motivación. Mientras esté motivado para competir, y tenga el apoyo para hacerlo, seguiré corriendo.