Mundial de Fútbol Femenino
La central del FC Barcelona ha repasado las claves del encuentro frente a la Inglaterra junto al seleccionador Jorge Vilda
El mundo conoció por televisión el Stadium Australia en la tarde del 15 de septiembre del 2000. Aunque hubo 110.000 privilegiados que estaban allí, en la madre de todas las ceremonias deportivas, la apertura de unos Juegos Olímpicos, los de Sídney. Una joven selección española dirigida por Iñaki Sáez también pisó este estadio en una final olímpica que perdió en los penaltis contra Camerún en un partido que al descanso iba ganando 2-0 con los goles de Xavi y Gabri.
Han pasado 23 años de aquella plata y ahora les toca a ellas, a La Roja de Jorge Vilda y Alexia Putellas, intentar salir de ese lugar como campeonas del mundo.
España juega contra Inglaterra este domingo su primera final de un Mundial. Si gana, el fútbol femenino español conseguiría un triplete histórico, convirtiéndose en la única selección en ser campeona del mundo en sub-17, sub-20 y absoluta. Para ir calentando motores, en aquel estadio de los Juegos, ahora renombrado como Accor Stadium, el seleccionador Jorge Vilda y la central del Barcelona, Irene Paredes, han participado en la última rueda de prensa previa al partido.
“Prácticamente todas las que estamos aquí hemos crecido pensando que el fútbol no era nuestro lugar. Nos han hecho sentir así. Pero a medida que han pasado los años, han mejorado mucho las condiciones. Ahora la gente ya sabe que ese lugar también es nuestro y que hemos sido capaces de jugar una final del Mundial”, explicaba la jugadora madrileña de 32 años, una de las veteranas de la selección.
“Tener la oportunidad de jugar el partido de mañana deportivamente es algo brutal. Pero si esto sirve para que se dé un cambio en la sociedad, a nivel de instituciones y clubes, pues nosotras encantadas“, continuaba. “Lo que tiene este equipo es que es un equipo. Hay mucha gente que ha trabajado muy bien. Tenemos una mezcla de veteranía y juventud, y cada una aporta lo suyo. Eso está siendo una combinación muy buena”, destacaba Paredes.
En una sala de prensa abarrotada por reporteros de todo el mundo, la primera pregunta que le hizo un periodista extranjero al seleccionador español fue sobre el motín de las 15 jugadoras que se plantaron contra su entrenador. Vilda no quiso responder. “Siguiente pregunta”, soltó.
“En este Mundial hemos demostrado que a nivel mental se ha dado un paso más allá, las jugadoras están centradas en el fútbol y eso es lo que nos ha llevado a estar en la final”, contestaba después a otra cuestión. “Hemos sido capaces de meter goles. Capaces de levantarnos después de un 4-0. Capaces de hacer un equipo que puede ganar un Mundial. Desde el principio nuestras jugadoras han estado unidas. El poder que tenemos es de hacer mañana el día más feliz de muchas personas”.
Al terminar la comparecencia, las jugadoras han pisado por primera vez el césped del escenario de la gran final. Un último entrenamiento al que la prensa ha tenido acceso los 15 primeros minutos.
La selección estará bien arropada en Sídney. La afición española ya se empieza a dejar ver por la ciudad australiana y la Federación preparó el viernes un vuelo chárter que salió de Madrid con familiares, directivos y autoridades. En ese avión también iban algunas de las compañeras que se quedaron fuera de la convocatoria final. En el palco del estadio también estará la reina Letizia y la princesa Sofía.
Se espera que los hinchas ingleses sean mucho más numerosos, empezando porque hay una amplia colonia de ciudadanos británicos que viven en Australia. Pero la prensa de Londres ha criticado que ni el jefe del Estado, el rey Carlos III, ni su heredero, el príncipe Guillermo, vayan a estar en el partido.
El mejor Mundial de la historia
“Esta es la mejor y más inclusiva Copa del Mundo femenina de la historia”, manifestó el viernes la diplomática senegalesa Fatma Samoura, secretaria general de la FIFA. El presidente del organismo rector, Gianni Infantino, anunció que el Mundial de este año, celebrado en Australia y Nueva Zelanda, por primera vez había generado beneficios, con unos ingresos de 570 millones de dólares, además de batir récords de audiencia en todo el mundo.
“Este Mundial cambió la imagen del fútbol femenino”, subrayó el dirigente suizo. “En los países anfitriones, prácticamente dos millones de personas acudieron a los estadios, con llenos absolutos, y 2.000 millones de telespectadores disfrutaron de los partidos”. El presidente de la FIFA redondeó su comparecencia antes de la final metiéndose en un charco por el que le llovieron algunas críticas.
Dijo que las mujeres que “eligen las peleas correctas” pueden “convencernos a los hombres de lo que tenemos que hacer” para lograr avances en el fútbol femenino. “Con los hombres, con la FIFA, encontrarás puertas abiertas. Simplemente empuja las puertas”, agregó. “Llevamos décadas luchando contra este tipo de tonterías”, le respondió en redes sociales Jacqueline Annel, popular comentarista de Sky Sport. En Twitter, la estrella de la selección noruega y ganadora del Balón de Oro, Ada Hegerberg, también le dejó un recado con ironía: “Trabajando en una pequeña presentación para convencer a los hombres. ¿Quién se apunta?”
Antes del torneo, Infantino apoyó ampliamente elevar el perfil del Mundial femenino con un aumento del premio en metálico a 110 millones de dólares, una suma considerable teniendo en cuenta los 30 millones del anterior Mundial de Francia. Pero la cifra sigue estando muy alejada de los 440 millones que se ofrecieron a los equipos en el evento masculino del año pasado en Qatar. “¿Igualdad salarial en la Copa del Mundo? Ya vamos en esa dirección”, aseguró.