Premier League
El próximo rival del Real Madrid en Champions no tuvo rival en el duelo por el campeonato y se pone a dos puntos de los de Arteta con dos partidos menos
Inglaterra se paralizó un miércoles para el duelo decisivo por la Premier que prometía ser el mejor del año, pero la realidad desmintió los pronósticos. El Manchester City fue infinitamente superior a un Arsenal que ofrece síntomas evidentes de agotamiento. Ha sido el dominador de la Premier hasta este último tramo, pero ha terminado por desinflarse en el momento decisivo.
No es menos cierto que, contra jugadores como Erling Haaland y Kevin De Bruyne, en el estado de forma que gastan, poco se puede hacer. El noruego y el belga forman una sociedad total, imparable en todos sentidos, lo cual no deja de ser una mala noticia para el Madrid mirando las próximas semifinales de Champions (Militao, además, es baja en la ida).
Son tan buenos que incluso en esta ocasión se permitieron el lujo de intercambiarse los papeles. El delantero asistió y el centrocampista remató, así en dos en ocasiones, para impedir que la Premier salga de los dominios del Etihad Stadium. De Bruyne, al borde del descanso, con un centro mágico, permitió que Stones, con permiso del VAR, marcase el segundo y Haaland, completamente desmelenado, anotó en el descuento para cerrar la goleada.
4-1 y a otra cosa. Es lo que transmite este equipo de Guardiola, al que parece un quimera ganarle una Premier, y es que solo el Liverpool de Klopp fue capaz de hacerlo con una temporada casi perfecta.
Los “citizens” están ya a dos puntos del líder con dos partidos menos y aunque el Arsenal, como bien dijo Arteta, “seguirá luchando”, parece imposible que esta Premier League no vuelva a acabar en Manchester.