El que fuera número dos del draft de la NBA en 2014 llega al club azulgrana para recoger el testigo de Mirotic tras unos años en los que las lesiones han mermado su rendimiento
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La sección de baloncesto del Barça ya tiene un nuevo refuerzo para el primero proyecto de Roger Grimau al frente del primer equipo azulgrana. La entidad que preside Joan Laporta ha anunciado este mismo lunes la incorporación de Jabari Parker, un ala pívot que fue número dos del draft de la NBA en 2014 y que, tras unos años en los que las lesiones han condicionado mucho su rendimiento, aterriza en el Palau Blaugrana a todas luces con la misión de recoger el testigo de Nikola Mirotic, cuyo contrato fue rescindido de manera unilateral por el club.
El fichaje de este ala pívot, además, llega también después de que el Barça anunciara también la rescisión del contrato del estadounidense Cory Higgins, a quien todavía le restaba un año de contrato, como una medida más para recortar gastos, dado que la suya, como la de Mirotic, era una de las fichas más elevadas de la plantilla. Parker, quien a lo largo de su carrera ha pasado por equipos como los Milwaukee Bucks, los Chicago Bulls, los Washington Wizards, los Atlanta Hawks, los Sacramento Kings o los Boston Celtics, hasta ahora su última experiencia como jugador, llega al Barça deseoso de reencontrarse con su mejor nivel después de haber encadenado múltiples problemas físicos.
Las lesiones, a lo largo de los últimos años, han sido todo un calvario para él. Muy especialmente, dos roturas del ligamento cruzado anterior que lo dejaron fuera de combate durante muchísimo tiempo, a las que se fueron sumando también problemas en los hombros o en los tobillos. Tanto, que en los últimos cinco años sólo ha podido jugar 31 partidos. Su experiencia en el Barça, además, será la primera en Europa y, a pesar de que inicialmente el comunicado oficial del club aseguraba que su incorporación estaba pendiente de pasar las pendientes revisiones médicas, desde sus redes sociales se ha dado el fichaje completamente por cerrado.
Un fichaje que, en este caso, se une a los de Joel Parra, Willy Hernangómez y Darío Brizuela para armar una plantilla que, pese a las bajas de Sanli, Tobey, Kuric, Higgins y, sobre todo, Mirotic, se perfila como terriblemente competitiva para afrontar el próximo curso.
Los Boston Celtics conquistaron este lunes el título de la NBA tras derrotar a los Dallas Mavericks por 106-88 (4-1 en la serie) y sellar su anillo número 18.
Los Celtics son ahora el equipo con más títulos de la historia de la NBA ya que este nuevo éxito les permitió desempatar con sus eternos rivales: Los Angeles Lakers (17).
Los de verde no ganaban un anillo desde 2008 cuando Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen alcanzaron el número 17 venciendo precisamente a los Lakers.
Dieciséis años después, la legendaria franquicia de Bill Russell, Larry Bird, Red Auerbach y muchos otros mitos del baloncesto ya tiene a nuevos dioses para su panteón con un conjunto liderado por Jayson Tatum y Jaylen Brown (MVP de estas Finales) que, del principio al final de la temporada, ha sido el imparable dominador de la liga.
Primeros del Este con el mejor balance de la NBA (64-18), los de Joe Mazzulla aplastaron a todos sus rivales de conferencia y tampoco dieron opción en las Finales a los muy meritorios Mavericks de un Luka Doncic con un físico tremendamente castigado.
El anillo supone además la ansiada redención de los "Jays", que habían llegado cinco veces a la final del Este y una a las Finales -sin contar esta- quedándose siempre al borde de la gloria, sobre todo en aquellas perdidas ante los Golden State Warriors en 2022.
Nunca más tendrán que escuchar las críticas que aseguraban que no estaban preparados para brillar en los momentos más importantes.
Quinteto
Al lado de Tatum y Brown, los Celtics han disfrutado del quinteto más completo y apabullante de la temporada.
Kristaps Porzingis -quien regresó este lunes tras perderse dos partidos por lesión- y Jrue Holiday fueron dos fichajes de lujo y un Derrick White multiusos redondeó ese heroico quinteto ya inolvidable.
Desde el banquillo, el primero en salir siempre fue otro de los grandes protagonistas de esta velada apoteósica: el dominicano Al Horford, que a sus 38 años y tras 17 temporadas por fin tocó el cielo de la NBA.
Porzingis celebra con champán el 18º anillo de los Celtics.AP
Ese espléndido juego colectivo apareció en su plenitud en el definitivo encuentro : Tatum rozó el triple-doble en su mejor partido de las Finales (31 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias); Brown consiguió 21 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias; Holiday aportó 15 puntos y 11 rebotes; White sumó 14 puntos y 8 rebotes; Horford logró 9 puntos y 9 rebotes. Y también el rebote de equipo (51 por 35) y la defensa estuvieron a la altura (29,7 % en triples de Dallas).
Los Mavericks, que extendieron a 0-157 el balance histórico en la NBA de equipos con 3-0 en contra (nadie jamás lo ha remontado), acabaron con sabor amargo una campaña por otro lado fantástica en la que Doncic e Irving volaron de la mano, Dereck Lively destacó como novato y los fichajes de Daniel Gafford y P.J. Washington les permitieron reinar en el Oeste.
Rotundamente inferiores a estos majestuosos Celtics a lo largo de la serie, los Mavericks contaron en su despedida con 28 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias de Doncic mientras que Irving volvió a apagarse en Boston con solo 15 puntos y 9 asistencias.
Gloria de verde
Como niños temblorosos el primer día de escuela entraron al partido los dos conjuntos. Los nervios, las imprecisiones y los errores se acumularon sin pausa en un primer cuarto más emocionante que brillante.
El TD Garden, con un ambiente extraordinario, era un volcán verde desde mucho antes del salto inicial. Pero su erupción llegó al máximo con la entrada de Porzingis, recibido ya como un auténtico héroe de Boston pese a estar claramente mermado.
Sin apenas rastro de Doncic (5 puntos) y con Irving perdido en combate (0), Josh Green dio oxígeno a los Mavericks con dos triples.
Pero en medio de la incertidumbre y las manos vacilantes emergieron Brown y Holiday, con 6 puntos cada uno y un rabioso compromiso defensivo. Precisamente esa dureza atrás y varios contraataques seguidos propulsaron a los locales con un sensacional parcial de 9-0 para cerrar el primer cuarto con la moral en alto (28-18).
El segundo periodo fue el de ajustar cuentas pendientes: si Boston no había brillado en los triples hasta ahora y a Tatum le faltaba explotar en anotación ambas cosas se dieron la mano en ese cuarto.
Tatum se lució con 12 puntos y un tramo pletórico y los Celtics maravillaron desde el perímetro con un gran 7 de 11 en triples hasta anotar 39 puntos solo en ese segundo capítulo.
Los Mavericks empezaron a derretirse sin que sus estrellas pudieran remediarlo y la puntilla la puso Payton Pritchard en uno de esos momentos mágicos de la NBA: el pequeño base deslumbró con un triple sobre la bocina y desde el centro del campo, exactamente idéntico al alucinante tiro que ya había clavado en el segundo partido en esas condiciones imposibles.
Con 67-46 y todo a favor se fueron los Celtics al vestuario. Tatum (16 puntos y 9 asistencias), Brown (15 puntos) y Holiday (11) marcaron el paso mientras Derrick Jones Jr. (10 puntos) era el sorprendente máximo anotador de unos Mavericks huérfanos de Doncic (9 puntos) e Irving (5).
No había indicios de que los Mavericks pudieran orquestar una remontada ni que pudieran acercarse a su magnífico nivel del cuarto partido.
Ni siquiera un mal tercer cuarto de los Celtics (29,2 % en tiros) les permitió estrechar una diferencia que ya no bajó de los 17 puntos por mucho que Doncic lo intentara con 9 puntos en ese periodo.
El último cuarto arrancó con un incontestable 86-67 y los fans de Boston ya solo tuvieron que descontar los segundos para lograr el anillo 18 en una memorable noche de gloria verde.
Con otra monumental actuación del esloveno Luka Doncic y de Kyrie Irving, los Dallas Mavericks le ganaron por 116-107 a los Minnesota Timberwolves y tomaron una ventaja de 3-0 en la serie para colocarse a un solo paso de las Finales de la NBA.
Nunca en los 154 precedentes un equipo ha sido eliminado tras tomar una ventaja 3-0 en una serie de 'playoffs' y los Mavericks podrán rematar el pase a sus primeras Finales desde 2011 el próximo martes, de nuevo en el American Airlines Center, tras una actuación de 66 puntos totales entre Doncic e Irving.
Cuatro puntos habían marcado las diferencias en los dos primeros partidos ganados por los Mavs en Minnesota. Este domingo en Dallas, los Mavs volvieron a dejar tocados a los Wolves en los últimos minutos al cerrar el choque con un parcial de 13-3.
Doncic acabó con 33 puntos (10 de 20 en tiros de campo y 5 de 11 en triples), siete rebotes, cinco asistencias y cinco robos, mientras que Irving selló 33 puntos (12 de 20 en tiros de campo y 3 de 6 en triples). Los Mavs conectaron catorce de sus 28 intentos de tres puntos por el nueve de treinta de unos Wolves en los que el dominicano Karl Anthony Towns acabó con cero de ocho desde el arco.
PJ Washington contribuyó con 16 puntos para los Mavs y Derrick Jones aportó once con un perfecto tres de tres desde la línea de tres puntos, en una noche en la que los Mavs perdieron a su novato Dereck Lively por un fuerte trauma en la cabeza en el primer período. El joven pívot está fuera de peligro.
Los Wolves volvieron a quedarse cortos, tras recibir un golpe de KO dos días antes con el triple decisivo de Doncic ante el francés Rudy Gobert en el último suspiro.
Anthony Edwards firmó 26 puntos, nueve rebotes y nueve asistencias, sin premio. Towns acabó con catorce puntos y once rebotes, pero con un modesto cinco de 18 en tiros de campo.
Se jugó en un ambiente vibrante en Dallas, con una leyenda como el alemán Dirk Nowitzki, campeón NBA con los Mavs en 2011, en la grada junto a las estrellas de los Kansas City Chiefs de la NFL Patrick Mahomes y Travis Kelce.
El susto de Lively
Fue un partido muy complicado para Lively, quien tuvo que retirarse con 8.35 minutos por jugar en el segundo período tras recibir un golpe involuntario en la nuca en un impacto con la rodilla de Towns.
El novato, que poco antes había recibido otro golpe de Towns en la zona testicular, acabó tendido al suelo, donde se quedó varios minutos antes de poder levantarse.
Sus compañeros le ayudaron a caminar, pero eran evidentes sus dificultades de equilibrio. De acuerdo con el protocolo de la NBA para los traumas en la cabeza, el pívot dejó el campo para someterse a exámenes.
Lively llevaba seis puntos, tres rebotes, dos asistencias y un tapón en 9.28 minutos en pista saliendo del banquillo y estaba dando una gran aportación a los Mavs en la pintura.
Lucía un más 108 de 'plus minus' en la postemporada, números que, según datos de la cadena 'TNT', entre los novatos solo mejoró el argentino Manu Ginóbili en su año de 'rookie'.
Los Mavericks ya ganaban por diez puntos (43-33) en el momento de su lesión y, con quince puntos de Doncic y catorce de Kyrie Irving, tuvieron un margen máximo de doce puntos, antes de que una ingenua falta de Daniel Gafford con 0.3 segundos para el descanso permitiera a Gobert reducir la desventaja a ocho puntos desde la línea de libres (60-52).
Entró en acción Edwards con ocho puntos seguidos para los Wolves en el tercer período, comenzados con un poderoso mate con una mano que disparó la confianza de su equipo. Un parcial de 15-3 dio ventaja a los de Minnesota en el 79-77 por primera vez desde el 5-3 del primer cuarto.
Doncic e Irving, imparables
Se abrió entonces un espectacular intercambio de golpes, con Edwards liderando a los Wolves con una variedad de jugadas, entradas y tiros desde la distancia media, y con Doncic e Irving llevando de la mano a los Mavs.
Doncic conectó un espectacular triple para el momentáneo 97-94 en el cuarto período e Irving hizo parecer simples unas canastas con la mano izquierda en la pintura tras bailar a la defensa de los Wolves.
Aprovecharon el factor campo los Mavs y en el momento clave se salieron con un parcial de 11-1 ante unos Wolves que o anotaron punto alguno durante casi cinco minutos.
Un tiro en suspensión de Irving, un tapón de Gafford a Conley y un maravilloso 'alley-oop' de Doncic para el propio Gafford sentenció el choque con el 113-105 que impulsó a los Mavs hacia el triunfo.
Luka Doncic, con 33 puntos, y Kyrie Irving, con 30, lideraron este miércoles la victoria por 105-108 de los Dallas Mavericks en el campo de los Minnesota Timberwolves para que los texanos golpearan primero en el choque inaugural de las finales del Oeste en la NBA.
Por quinta vez en esta postemporada los Mavericks ganaron a domicilio. La del Target Center tiene un peso enorme considerando que a los texanos se les atragantó por completo el triple, con un seis de 25 que, comparado con los 18 conectados por los Wolves, pudo pasarles factura.
Doncic anotó quince de sus 33 puntos en el cuarto período y contó con el apoyo de un Kyrie Irving de 30 puntos, protagonista con 24 de ellos en una primera mitad en la que estuvo incontenible para la defensa de los Wolves.
En una noche poco brillante de PJ Washington (13 puntos y 2 de 8 en triples), Daniel Gafford aportó 10 puntos y nueve asistencias y Dereck Lively firmó nueve puntos y once rebotes saliendo del banquillo texano.
Los Wolves, que regresaban al escenario de unas finales de conferencia por primera vez desde 2004, estuvieron arriba en la mayoría del partido, pero les faltó continuidad y experiencia en la gestión de los momentos clave.
Jaden McDaniels fue el líder anotador con 24 puntos y seis triples, cinco de ellos anotados en una espectacular primera mitad, mientras que Anthony Edwards firmó 19 puntos, once rebotes y ocho asistencias, con 6 de 16 en tiros de campo y cinco triples.
El dominicano Karl Anthony Towns metió 16 puntos (dos triples de siete intentos) y capturó seis rebotes.
Tan solo dos triples de 18 conectaron los Mavericks en la primera mitad, pero a los apuros desde el arco Irving respondió con unas espectaculares aceleraciones y entradas que abrieron brecha en la defensa local.
Irving, que había promediado seis puntos en las primeras mitades de estos 'playoffs', llegó al descanso con 24 y recortó desde la línea de libre la desventaja a tres unidades, después de que los Wolves estuvieran en el +9.
Ese -3 era una victoria para los Mavericks considerada la actuación espectacular de los Wolves, con Jaden McDaniels de 19 puntos y cinco de seis en triples.
Los apuros de los Mavericks desde el arco siguieron en la segunda mitad, pero los porcentajes de los Wolves bajaron y, con Doncic levantando la voz, los texanos forjaron su remontada.
Doncic pisó el acelerador y firmó él solo un parcial de 7-0 que dio ventaja 89-91 a los Mavericks y ese parcial se extendió hasta el 13-0 para dar a los texanos una ventaja de ocho unidades.
Respondió con carácter Minnesota, con Towns al frente con cinco puntos valiosos para impulsar la remontada de su equipo.
Los Wolves se colocaron cuatro puntos arriba con tres minutos para el final, pero Doncic, con trece puntos en el cuarto período, castigó a los de casa.
Una interferencia pitada contra Towns, que había logrado un enorme 'tap-in' para el posible empate 104-104, frenó a unos Wolves que acabaron atragantándose en los segundos final y sucumbiendo ante su público.
Fue un golpe en la mesa de los Mavericks, en una noche en la que tuvieron además grandes apuros desde la línea de tres puntos.