El éxito de la selección sub20 devuelve la ilusión al rugby español: “Es muy buen comienzo”

El éxito de la selección sub20 devuelve la ilusión al rugby español: "Es muy buen comienzo"

La temporada más deslucida del rugby español concluye con esperanza. Con la afición resignada a no ver al XV del León en el Mundial de Francia, con unas selecciones absolutas en transición y cuyos resultados -en general- han generado dudas, la sub20 masculina conquistó con autoridad el Trophy clasificatorio y jugará en 2024 el Mundial de su categoría.

Ganó derribando tópicos. La inferioridad física. La delantera española superó casi siempre a las rivales y el conjunto mantuvo un ritmo alto en los minutos decisivos. La falta de confianza. Los Leones sub20 comenzaron perdiendo (15-0) la final ante Uruguay, pero en el descanso ya habían remontado (15-24) y en la segunda mitad mantuvieron la ventaja (32-39). La capacidad del jugador nacional. Frente a una selección absoluta que desde hace una década ha recurrido a profesionales formados en el exterior, la inmensa mayoría de estos jóvenes ha crecido en nuestro país. Un éxito de la cantera y muchos retos para el futuro.

“Seguir un sistema de juego común, ir todos a lo mismo, los primeros diez minutos son para buscar una brecha en el rival y atacarla”. Así resume Ignacio Piñeiro algunas claves de estas victorias. El tercera línea (1,98 y 103 kilos), canterano del Rugby Club Valencia, ya había debutado con la selección absoluta. “He sacrificado muchos partidos con mi club, exámenes y sobre todo vacaciones, llevo tres años sin vacaciones de verano”. Apenas descansará unos días. El 11 de agosto se incorpora al equipo ‘promesas’ de Oyonnax, recién ascendido a la primera división francesa.

La selección sub20, en la final del Trophy contra UruguayWorld Rugby

La conjunción que elogia Piñeiro necesitó tiempo. Unos tres meses de trabajo, entre concentraciones y partidos preparatorios, han madurado al equipo. Juan Carlos Pérez lo forjó, sentó las bases del juego y ganó el Europeo. Después, Raúl Pérez Aspirina lo ha engrasado y desarrollado para conquistar la clasificación al Mundial. Este último es el responsable de Alto Rendimiento de la Federación Española. “No lo esperábamos ahora. Si bien sabíamos que podíamos estar cerca, creíamos que el año que viene podríamos tener resultados”, asegura. “Es muy buen comienzo para apostar a este proyecto”.

Con la inspiración de su Argentina natal y la financiación de la Federación Internacional, Aspirina trabaja para poner en marcha varias academias distribuidas por España que puedan guiar a la élite a los chicos y chicas que ya despuntan en los clubes. Los forman en destrezas individuales, conceptos colectivos, preparación física, nutrición y asistencia médica. “Todo enfocado al jugador, asistiéndolo, monitorizando y probándolo, acompañando el crecimiento, eso va a hacer que aparezcan jugadores cada vez más competitivos”, explica. De los jóvenes valores destaca “la valentía, la pasión por el juego y las ganas de mejorar”.

Marc Ventura coordina el área deportiva de la UE Santboiana, el club decano del rugby español. Una institución que define como “familiar” pero que cuenta con más de 500 deportistas. “El jugador tiene hoy bastantes más destrezas, más técnica individual, mucha más toma de decisiones, porque los entrenadores también se están formando, la gran diferencia es el trabajo individual”. Hace hincapié tanto en la preparación física como en la dificultad de concienciar sobre ella. “El rugby es muy exigente, es importante para que no haya lesiones. Como escuela estamos intentando marcar que hay un trabajo individual y hay que hacerlo”.

La selección sub20, en la final del Trophy contra UruguayWorld Rugby

Pero el rugby sufre una fuga de jugadores en el paso a la categoría senior. Un salto en el que, según Marc Ventura, hace falta “paciencia” con el jugador y este debe recibir “una recompensa” que le estimule. Propone mejores competiciones, hacer concentraciones y giras para darles “partidos y entrenos de calidad”. Una función que, apunta, podrían desempeñar las federaciones autonómicas pero que, asume, depende de otro factor: el dinero.

Los pocos que atisban la élite tratan de aprovechar al máximo esa etapa en la que otros abandonan. Sumando campo, vídeo y gimnasio, Ignacio Piñeiro -20 años- ha dedicado al rugby “unas seis o siete horas al día” en sus clubes en Francia. “Aprendes muchísimo, te especializan, crean jugadores; en España estamos más articulados a crear equipos para ganar títulos”.

En los clubes profesionales de Francia -y en menor medida en Reino Unido-, sobre todo en sus equipos de ‘promesas’, están enrolados no menos de medio centenar de jugadores y jugadoras nacidos en nuestro país. Se desarrollan en un entorno mucho más profesional pero también encuentran trabas para acudir a las convocatorias de las selecciones españolas.

“Lo mejor sería que los jugadores que se forman en los clubes y que están en las academias se queden en España”. Raúl Pérez Aspirina se marca como objetivo final la retención del talento. “Que España pueda atender a esos chicos y chicas que aparecen con gran perfil a los 14 años, que tengan ganas de quedarse porque sepan que están cuidados y podemos llevar adelante su evolución”.

Siete de los 28 jugadores convocados en la selección sub20 estaban ya en el extranjero. Alguno más, como el capitán Álvaro García, inicia ahora su aventura. Una casa compartida con otro compañero, estudios, manutención y un sueldo al mes recibirá esta temporada Ignacio Piñeiro en Oyonnax. A eso se añade, recuerda Marc Ventura, coordinador deportivo de la Santboiana, una competición que es un semillero de futuros profesionales. Algo fuera del alcance de cualquier club español. “Si no podemos ofrecer un contrato en el primer equipo, porque los que tenemos son contados, hay que ofrecer un entorno donde esté muy a gusto y hacerle querer al club”, remata Ventura, que insiste en la opción de, al menos, dar becas.

La selección sub20, en la final del Trophy contra UruguayWorld Rugby

Él aprecia pasos positivos y demanda otros que deberían haberse iniciado antes. “Hay que trabajar más con los clubes y las autonómicas para conseguir más volumen de jugadores de nivel. Las academias tienen su función, pero hay que abarcar mucho más”. Cree que la llegada al Mundial sub20 significa una oportunidad. “Que sea un punto para cerrar filas y empezar a trabajar conjuntamente, hacer jugadores que se queden y dar importancia al jugador español”, apunta Marc Ventura. Una reforma aprobada hace unas semanas ha aumentado el número de jugadores de formación que tiene que presentar cada equipo de División de Honor en los partidos oficiales. Una puerta más amplía para una cantera que genera ilusión.

“Desde la de 2001, las generaciones están subiendo de forma exponencial, es una realidad”, subraya el jugador Ignacio Piñeiro. Él aspira a dedicarse profesionalmente al rugby. “Ojalá, es muy difícil, llegan muy pocos, hay que tener un plan b, por no decir que el plan a son los estudios”. Cursa online Logística y Transporte, y tres veces al año viaja a Valencia para examinarse.

En 2024 España se integrará en un Mundial sub20 de sólo 12 selecciones con las grandes potencias: Francia, Irlanda, Nueva Zelanda,… “Es un orgullo, un salto enorme, lo mejor que nos puede pasar, una gran competición para que nuestros jugadores crezcan”, asegura Raúl Pérez Aspirina.

Aunque el equipo descendiera, el responsable de Alto Rendimiento de la Federación pone el foco en la promoción de jugadores y jugadores que en unos años alimenten las selecciones absolutas. Antes, como escalón intermedio, deberían rodarse en las selecciones emerging, de jóvenes. “Preparación” y “competición” son los dos mantras que repite Raúl Pérez. “Es el camino, los resultados van a ser la consecuencia”.

kpd