Thibaut Courtois sufre ciatalgia, dolor en el trayecto del nervio ciático, y se perderá el partido de LaLiga Santander que su equipo disputa este domingo el Real Madrid ante Osasuna en el Santiago Bernabéu (21.00 horas).
“Tras las pruebas realizadas a nuestro jugador Thibaut Courtois por los servicios médicos del Real Madrid se le ha diagnosticado una ciatalgia izquierda”, confirmó la entidad madridista, que no estimó tiempo de baja y se limitó a asegurar que queda “pendiente de evolución”.
El guardameta belga está siendo uno de los futbolistas clave del equipo blanco en este inicio de curso, en el que solo ha recibido seis goles en ochos partidos disputados y en el que ha mantenido la portería a cero en tres ocasiones.
Su baja este domingo ofrecerá la titularidad ante los navarros al portero ucraniano Andriy Lunin, que tendrá la oportunidad de jugar sus primeros minutos de la temporada.
La noche del 29 al 30 de enero, Nic Von Rupp (Lisboa, 1990) sufrió una crisis de pánico. Se levantó con fiebre, vómitos y empapado en sudor frío. "Era una mezcla de ansiedad, miedo y adrenalina", confiesa a EL MUNDO. Azotaba la tormenta Herminia sin piedad la costa portuguesa y traía a Nazaré olas de más de 30 metros. El surfista afrontaba junto a su equipo, Mountains of the Sea, el reto de introducirse en las frías aguas de esta pequeña localidad y, a falta de confirmación oficial, surfear la ola más grande de la historia.
"Cada vez que entras en Nazaré es como si fuera tu primera vez, lo haces con la incertidumbre y el miedo de no saber si surfearás la ola más grande de tu vida o sufrirás una caída de la que no sobrevivirás", apunta Von Rupp. Porque no se trata solo de bajar un monstruo de más de 30 metros lleno de baches, corrientes y rachas de viento que dificultan la práctica de cualquier deporte, sino de entrar en el océano cuando éste te muestra todo su poder. "Es tan brutal que sabes que cada caída puede suponer tu muerte", apunta.
El equipo del luso está pendiente de la medición del Instituto Hidrográfico de Portugal de las dos boyas que proporcionan la información que podría quitar el récord a Sebastián Steudtner. El surfista alemán, también en Nazaré, descendió por un monstruo de 28,57 metros el 24 de febrero de 2024. "Cuando surfeas una ola de ese tamaño es como si pasearas por la montaña más alta del mundo sobre una placa de fino hielo", apunta el posible nuevo récordman.
Pero, récords aparte, para Von Rupp afrontar semejantes condiciones es un reto en sí mismo. Para ello se prepara durante todo el año tanto física como, sobre todo, mentalmente además del "talento y el coraje" imprescindibles. "Quiero ser el tío más preparado en el agua", admite. Y, en días quizás menos aterradores, practica también las líneas que debe seguir para bajar unas rampas como las que proporcionan esas olas y, especialmente, evitar caerse y ser engullidos por esas "gigantescas masas de agua".
Los deportistas, si caen de una ola de esas características, pueden pasar sumergidos en torno a dos minutos de tiempo y Von Rupp define estar ahí abajo como "ser vapuleado por Mike Tyson por todas las partes de tu cuerpo". "El problema es que, del golpe, lo haces ya casi sin aire", explica el surfista de olas grandes y habla de la importancia, sobre todo, de mantener la calma en ese "oscuro túnel" que es como pasar a "otra dimensión".
Esas circunstancias se entrenan en la piscina. Son momentos de superar el pánico, de estar bajo el agua sin oxígeno e, incluso, recuperar la consciencia tras sufrir un breve desmayo. "Tienes que pensar que no pasa nada por estar ahogándote, que tu equipo aún tiene 10 minutos para sacarte y reanimarte", apunta con total normalidad un surfista cuya peor experiencia fue precisamente esa, pero no a él sino a un amigo suyo.
"Lloré como un niño"
"Una de las peores experiencias de mi vida fue cuando vi a mi amigo Alex Botelho sin pulso en la playa tras un accidente en una competición. Afortunadamente, el equipo médico le reanimó y se pudo recuperar en el hospital, pero fue un momento aterrador. Lloré como un niño, algo que no me había pasado nunca", explicó el deportista extremo que menciona, en cambio, su mejor momento como "el silencio" de bajar una ola grande y "encontrarse con la naturaleza".
Son ya 10 años que Von Rupp lleva buscando no sólo encontrarse con la naturaleza sino hacerlo en sus momentos más extremos. Recientemente, el surfista portugués consiguió vencer por equipos en el Tudor Nazaré Challenge junto a su compañero Clément Roseyro. Es precisamente esta marca relojera la que le ayuda a dedicarse al deporte que más ama desde que es un niño. "Soy muy afortunado de trabajar con marcas que representan mis valores como Tudor y su lema Born To Dare (Nacido para atreverse) encaja a la perfección con mi rutina diaria", destaca.
Nic Von Rupp sujeta una tabla de surf.Tudor
El amor de Von Rupp no es sólo por el deporte, sino por el modo de vida que representa. De hecho, pese a haber ganado pruebas internacionales en el circuito de surf, el deportista luso prefirió "seguir su pasión" y abandonar el campeonato para surfear olas grandes. Otro de los momentos de rebelión como el que tuvo con sus padres de pequeño cuando no le querían dejar cambiar el corcho (bodyboard) por la tabla de surf. "Por suerte mi entrenador les convenció", apunta.
Así, Nic Von Rupp seguirá viajando y esperando los swells perfectos para encontrar las olas más grandes. Superará ansiedades, desmayos y momentos de pánico para disfrutar de los 10 segundos de bajada y los días de incertidumbre que supone afrontar monstruos marinos de 30 metros de alto. Su corazón lo tiene claro: "Siento que vivo mi sueño, todo lo que deseé se está haciendo realidad", concluye.
UEFA Nations League
EDUARDO J. CASTELAO
Enviado especial
@EJCASTELAO
Rotterdam
Actualizado Lunes,
19
junio
2023
-
11:58Ver 6 comentariosLos jugadores de la Selección estuvieron más...
«Ha habido momentos en los que las cosas no me salían, me he quejado, he pegado una patada, pero sé que esso debe ser momentáneo. Soltar la rabia, que el cabreo no me afecte más de uno o dos juegos. Eso es lo que estoy aprendiendo, la experiencia que voy cogiendo con los años. No soy como otros, que están serenos siempre y no abren la boca, pero debo olvidarlo rápido», reconocía Carlos Alcaraz este viernes después de una celebración extraña. Había ganado a Lorenzo Musetti en semifinales de Roland Garros por 4-6, 7-6(3), 6-0, 2-0 y jugará su segunda final consecutiva. Pero su rival se acabó retirando, final indeseado para todos. Y él se sumergió en la frustración en algunos momentos.
Su patada al banquillo a mediados de segundo set queda como advertencia de lo que no debe ocurrir en la lucha por el título este domingo ante Jannik Sinner (15.00 horas, La 1, Eurosport y Max). «A veces sólo pienso en mí mismo. Pienso que he perdido el set y no que mi rival lo ha ganado. Pero también pienso que puedo darle la vuelta, que puedo recuperarlo», añadió el número dos del mundo del ranking ATP con la confianza ya reparada.
THIBAUD MORITZAFP
Su actuación ante Musetti, en realidad, fue notable. En el primer set su derecha sonó a látigo, como había sonado en cuartos de final ante Tommy Paul, y dominó los puntos, pero fue acumulando errores: una volea aquí, una dejada allí, varios reveses cruzados más allá. Punto a punto se peleaba con sus dedos, su mano, con su muñeca y, en su única oportunidad de rotura, perdía el periodo. La paciencia resistía a duras penas. Hasta que en en el segundo set, la lucha de Musetti, que le devolvió hasta dos breaks, le acabó por desesperar. Entonces hubo un mal rato, sí, pero también un tie-break perfecto en el que le entraron todos los golpes que antes fallaba. En el tercer set ya no hubo competencia y en el cuarto, el italiano abandonó. Después, en rueda de prensa, aseguró que había perdido fuerza en la pierna izquierda y que se hará pruebas.
La foto de la placa de Nadal
«La gira de Lorenzo en tierra batida ha sido increíble, su nivel aquí en Roland Garros ha sido muy alto y espero que se recupere pronto. Estoy seguro que luchará otra vez por estar en una final de Grand Slam» pronosticó Alcaraz sobre Musetti y también supo ponerse en valor: «En los primeros sets he tenido opciones de breaks que no he podido convertir. He jugado bien, aunque he cometido algunos errores que han marcado la diferencia. Luego he jugado un gran tie-break y he sabido llevar a Lorenzo al límite».
Antes del partido, en el calentamiento de la mañana, Alcaraz se había hecho la clásica fotografía con todo su equipo en medio de la Philippe Chatrier -lo hace siempre antes de semifinales y finales-y había reservado un hueco en su galería del móvil para una imagen de la placa homenaje a Rafa Nadal. Allí estuvo, unos segundos justo encima, mirándola, limpiándola de tierra, inspirándose. Pese a que los dos jugadores son muy distintos siempre hay una línea invisible que los une. Pongamos un dato increíble: si Alcaraz vence este domingo, sumará su quinto Grand Slam exactamente a la misma edad, 22 años, un mes y tres días, que lo hizo Nadal.
«No había podido calentar en la Chatrier así que todavía no había tenido tiempo de acercarme, verla y disfrutar. Me encanta tener un recuerdo ahí, me parece un homenaje muy bonito. Rafa era mi ídolo y sigue siendo una gran inspiración», proclamó el español antes de marcharse a ver lo que faltaba de la otra semifinal del torneo.
Una carrera para ver la otra semifinal
Al acabar su partido aseguró que la quería ver al completo en directo, pero luego los compromisos se lo impidieron durante un buen rato. Después de la rueda de prensa y de atender hasta a ocho televisiones -Amazon Prime, Canal + Internacional, Channel Nine, ESPN International, Discovery...-, pudo por fin encender su móvil de camino al hotel cuando Jannik Sinner y Novak Djokovic ya encaraban el segundo set.
MOHAMMED BADRAEFE
«Pase lo que pase la final será un gran partido para los fans del tenis. Quiero ver la semifinal porque de ahí saldrá mi rival, pero también como fanático de mi deporte. Ver jugar a dos tenistas así siempre es un disfrute», aseguró apresurado mientras varios familiares y muchos amigos ya presentes en París le esperaban para felicitarle por su logro.