El juez condena a Luis Rubiales a una multa de 10.800 euros por el beso a Jenni Hermoso y le absuelve del delito de coacciones

El juez condena a Luis Rubiales a una multa de 10.800 euros por el beso a Jenni Hermoso y le absuelve del delito de coacciones

La Audiencia Nacional ha condenado a Luis Rubiales a una multa de 10.800 euros por un delito de agresión sexual al Jennifer Hermoso. El juez Central de lo Penal, por el contrario, ha absuelto al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) del delito de coacciones a la jugadora.

La sentencia por el beso que Rubiales dio a la jugadora tras la victoria en el Mundial de Fútbol, el 20 de agosto de 2023 en Sídney (Australia) también le prohíbe acercarse a 200 metros de Hermoso y comunicarse con ella durante un año.

Del delito de coacciones también habían sido acusados el ex seleccionador femenino Jorge Vilda, el ex director de Fútbol de la sección masculina Albert Luque y el que fuera responsable de marketing de la Federación Rubén Rivera. Los tres han resultado absueltos. Se les acusaba de haber presionado a Hermoso para que restara públicamente importancia al beso y dijera que había sido consentido, algo que la jugadora negó rotundamente en el juicio.

La sentencia del magistrado José Manuel Clemente no es firme y puede ser recurrida tanto por la defensa de Rubiales como por las acusaciones ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Además de la Fiscalía, ejercía la acusación particular la propia jugadora y la acusación popular la Asociación Española de Futbolistas (AFE).

La condena por el delito de agresión sexual que se considera cometido es de 18 meses de multa con una cuota diaria de 20 euros, lo que se traduce en una cifra total de 10.800 euros. Eso supone que el magistrado ha optado por la posibilidad que prevé el Código Penal de que, teniendo en cuenta "la menor entidad del hecho", las penas de prisión inicialmente previstas (de uno a cuatro años) queden en multa de 18 a 24 meses. El juez ha impuesto la menor duración posible.

Los nueve días en los que se analizaron "seis segundos que cambiaron la vida de Jenni Hermoso": "Con esto, aunque parezca mentira, hemos acabado"

Los nueve días en los que se analizaron “seis segundos que cambiaron la vida de Jenni Hermoso”: “Con esto, aunque parezca mentira, hemos acabado”

"Con esto, aunque parezca mentira, hemos acabado. Visto para senten...". El juez del caso del beso de Luis Rubiales, Jose Manuel Clemente Fernández- Prieto, no se dio ni tiempo para terminar su propia frase y apagó el micrófono tras nueve largas sesiones de juicio en la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Por las instalaciones judiciales de San Fernando de Henares pasaron la víctima, los cuatro acusados, 20 testigos (los dos seleccionadores nacionales), dos peritos...

En total, 2.090 acontecimientos que el magistrado deberá tener en cuenta para dictar su sentencia sobre si supuso una agresión sexual el beso que propinó el ex dirigente a Jenni Hermoso y si las presiones posteriores a la jugadora conforman el tipo penal correspondiente a las coacciones. Por el primero la Fiscalía y las acusaciones particulares solicitan un año de prisión a Rubiales y por el segundo, año y medio al ex dirigente y al resto de acusados:el ex seleccionador, Jorge Vilda; el ex director de la masculina, Albert Luque, y el ex director de marketing, Rubén Rivera.

Ninguno de los acusados quiso usar el derecho a decir una última palabra, decidieron los cuatro confiar en los alegatos finales de sus defensas. Algunos, especialmente brillantes como el de la letrada de Rubiales, Olga Tubau, que, probablemente, habrá sido la que ha aconsejado a su defendido no sólo no utilizar ese derecho sino que tampoco realizara declaraciones en los exteriores de los juzgados. Sólo Jorge Vilda rompió ese silencio en alguna ocasión para decir, para sorpresa de los presentes, que había recibido el apoyo de "jugadoras y técnicos".

"Más de 100 periodistas"

"Esta causa, en algunos aspectos, ha sido un disparate", lanzó en su informe final el abogado de Rivera, Joaquín Jiménez. Hacía referencia el letrado a los recursos judiciales que se han empleado durante las casi dos semanas que ha durado el juicio por "los seis segundos que cambiaron la vida de la señora Jennifer Hermoso". Destacaba el abogado defensor que había "valido la pena contratar abogados caros", en una causa que ha copado todos los medios de comunicación durante este periodo.

El primer día del juicio, en el que había más de 100 periodistas acreditados, compareció la víctima, Jenni Hermoso, que había tenido que volar de México, a donde fue tras el escándalo ocurrido en la entrega de medallas del Mundial de Australia en la que resultó campeona junto a sus compañeras. "No pude reaccionar. Me estaba besando mi jefe y esto no debe ocurrir. Me sentí poco respetada", valoró una acción de la que Rubiales, días después, diría: "Estoy totalmente seguro de que Jenni me dio su aprobación".

Informes finales

Pero la propia defensa del ex dirigente no consideró crucial el consentimiento en el "piquito" o "besito", sinónimos según el propio Rubiales, aquel 20 de agosto de 2023, sino que puso en tela de juicio si esa acción atentaba realmente contra la libertad sexual de Hermoso. "¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí. Delictiva, no", expuso Tubau en su informe final de hora y media, el más largo de las defensas.

Las acusaciones evidenciaron que en la sociedad en la que vivimos ya no es necesario estar "llorando por las esquinas" tras ser objeto de una agresión sexual y lamentaron que la Real Federación Española de Fútbol, "una estructura vertical, manipuladora y servilista", no hubiera intentado proteger a la futbolista. "¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito", recalcó la fiscal ante un juez que, con su vehemencia, se convirtió en otro de los protagonistas de una causa que, en unas semanas, tendrá su sentencia.

Nueve sesiones después, el final del juicio del beso de Rubiales con citas a Kafka, a McCarthy o al comunicado del Madrid: "Ha valido la pena contratar abogados caros"

Nueve sesiones después, el final del juicio del beso de Rubiales con citas a Kafka, a McCarthy o al comunicado del Madrid: “Ha valido la pena contratar abogados caros”

Nunca seis segundos fueron tan analizados. Seis segundos que cambiaron la vida de Jenni Hermoso. En los que el foco de los medios se trasladaron de la victoria de 23 mujeres en un Mundial de fútbol al beso que recibió una de ellas. Nueve sesiones ha necesitado la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para conocer los hechos presuntamente delictivos que se produjeron en Australia un 20 de agosto de 2023 y los días posteriores. El famoso juicio del beso, que ha contado con la presencia de más de 100 periodistas, ha quedado visto para sentencia.

Abrió el testimonio de Jenni Hermoso una causa que ha contado con la declaración de una víctima, cuatro acusados, 20 testigos, dos peritos y 2.090 acontecimientos. Doce días después, el juez José Manuel Clemente Fernández- Prieto ya tiene todo lo necesario para dictar sentencia sobre las acusaciones de agresión sexual y coacciones a la futbolista, que no ha vuelto a la selección y que ha emigrado a México para seguir con su carrera. Se solicita un año de prisión por el primero de los delitos a Luis Rubiales y un año y medio para el ex dirigente y para el resto de acusados por el segundo.

En la última sesión del juicio, debían realizar los informes de conclusiones los abogados del resto de los acusados ya que la letrada de Rubiales, Olga Tubau, lo había realizado el día anterior. Así, por orden de importancia en la causa, comenzó el defensor de Jorge Vilda, Luis Jordana de Pozas, su alegato final en el que analizó la charla que el ex seleccionador nacional femenino tuvo con el hermano de Jenni, Rafael Hermoso.

La abogada de Rubiales sostiene que Hermoso dijo "pues vale" al beso y eso es consentir

Durante toda su alocución, el letrado llamó de manera despectiva "el veraz" al familiar de la futbolista para cuestionar su testimonio con respecto a lo hablado con Vilda en el vuelo a Doha y recordó que él mismo admitió que había mentido a la prensa en sus entrevistas posteriores a los hechos. "Anécdota sin importancia", ha dicho Jordana de Pozas que repitió el hermano sobre el beso que recibió Jenni en la entrega de medallas. Ha asegurado que Vilda se preocupa de la selección y de una jugadora que conoce hace 17 años y "por la que tiene afecto". "No puede hablarse de coacción, la alteración de un estado de ánimo", ha mantenido.

El ex seleccionador español, hoy entrenador del combinado marroquí, mantenía la mirada perdida mientras su letrado seguía cuestionando los testimonios de las personas, Rafa Hermoso, y el amigo de Jenni, Victoriano Martín, sobre los que se sustentaban las presuntas presiones que recibió la futbolista. "Sostener que esto es una coacción es una osadía", ha apuntado.

Contra el mismo delito debía defender a Albert Luque el abogado Jorge Navarro. Un letrado que ha comenzado apelando a la obra de Kafka, El Proceso, en el que el protagonista está siendo acusado por unos supuestos delitos que no conoce y de los que no sabe cómo defenderse. "Cuando va el señor Luque a intentar mediar entre dos amigos, coacciones", ha ironizado Navarro.

El propio letrado ha empleado parte de su media hora de informe final en criticar la parte acusatoria. "Las acusaciones no han destacado por su rigor jurídico", ha manifestado el defensor de Luque y ha enumerado también las llamadas de atención del juez, especialmente a la fiscal, por sus "preguntas capciosas" y otras prácticas que, dice, se podrán estudiar en las facultades de Derecho.

Citas célebres

Citó el abogado la época McCarthiana, en la que se castigaba y ejercía la censura contra la libertad de expresión y también recurrió a un hecho reciente como fue el comunicado que el Real Madrid realizó contra el estamento arbitral. "¿Cuando un club de fútbol emite un comunicado diciendo que hay una actuación arbitral manipulada, eso es coactivo para los árbitros?", se ha preguntado.

Cuarenta y cinco minutos después, entraba en acción el abogado defensor de Rubén Rivera, Joaquín Jiménez, el último de la causa, y que tras adherirse a los informes finales de sus compañeros, felicitó a la parte defensora: "Ha valido la pena contratar abogados caros". Y, al igual que su predecesor, emprendió una gran ofensiva contra la acusación. "Solo lo del beso no era suficiente, era tan pequeño, tan corto, tan nimio, que no daba para esta exhibición del ministerio Público y que por eso había que vestir al muñeco", ha esbozado.

Y ha continuado el letrado con un gran ataque a la propia fiscal diciendo que este tipo de acusaciones "pierden credibilidad" y que la funcionaria había dicho en la causa en dos ocasiones que "no todos somos iguales". "Una frase que me ha puesto los pelos de punta", ha calificado un Jiménez que ha considerado: "Esta causa, en algunos aspectos, ha sido un disparate".

Ninguno de los acusados ha querido ejercer su derecho a la última palabra y el juicio ha concluido a las 12 del mediodía con una última e irónica frase de Fernández- Prieto: "Con esto aunque parezca mentira hemos acabado y queda visto para sentencia".

Olga Tubau, la 'Messi' de la abogacía que intentará exculpar a Rubiales como hizo con Trapero: "No podemos confundir el pecado con el delito"

Olga Tubau, la ‘Messi’ de la abogacía que intentará exculpar a Rubiales como hizo con Trapero: “No podemos confundir el pecado con el delito”

Como el entrenador que se la juega a llegar a los penaltis cuando su equipo está en inferioridad, así ha sido la estrategia de Olga Tubau para intentar exculpar a su cliente, Luis Rubiales, de los cargos de agresión sexual y coacciones. La prestigiosa penalista mostró en su informe final una estrategia agresiva y, quizás, innovadora, contraria al perfil bajo que venía mostrando en el juicio por el beso del ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a Jenni Hermoso.

La alocución de conclusiones de la abogada de Rubiales, que se extendió durante hora y media, comenzó con un artificio legal interesante. Tubau no quería centrarse en si hubo o no consentimiento sino si el hecho en sí, ese beso en la boca, suponía o no un delito tipificado en el Código Penal español. "No estamos ante un acto que atente contra la libertad sexual de Jenni Hermoso", manifestó la abogada. Lo hizo tras explicar que intentaría basarse en una hipótesis de que, como dice la acusación, no se hubiera producido el consentimiento explícito que pide la ley para desacreditar el tipo penal de agresión sexual.

Así, tras asegurar que la jurisprudencia mencionada por las acusaciones no era aplicable al caso, continuó la letrada intentando desmontar el agravio que dijo haber sufrido la propia Hermoso en su testimonio en esta sala de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares hace ya ocho sesiones. "¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí. Delictiva, no", mantuvo ante el magistrado José Manuel Clemente Fernández- Prieto y añadió poco después:"Este beso, ni se vivió ni se interpretó como una agresión sexual por Jennifer Hermoso".

Así, la letrada se enfocó en las reacciones posteriores de la futbolista a ese beso que robó el foco al Mundial que acababan de obtener las jugadoras de la selección. "¿Te dan un beso que te da asco y te despides con una sonrisa?", apuntó Tubau y remató que las reacciones a un delito de agresión sexual no se pueden dominar ni necesitan la aprobación de terceros, como dice que buscó la futbolista en los momentos posteriores al beso con sus compañeras en el vestuario. "Claro que ella estaba destrozada por esto, se hablaba del beso en lugar de que habían sido campeonas del mundo", detalló.

Prestigiosa penalista

Luis Rubiales, sonreía ufano ante la exhibición de su abogada e incluso la asistía cuando se le traspapelaba alguna sentencia. Eligió con precisión el ex dirigente a la persona que quería que le defendiese: la penalista que exculpó al ex jefe de los Mossos d'Esquadra, José Luis Trapero, por su actuación en el procés o la que consiguió la encarcelación de José Barrionuevo por el secuestro de un civil en la época de los GAL. "Incluso a las que no nos gusta el fútbol tenemos que admitir que fue un momento de emoción", personalizó la abogada en mitad de su discurso.

Nacida en París en 1961 en el seno de una familia humilde que tuvo que huir de España por miedo a la represión franquista, Tubau es la primera universitaria de su núcleo familiar. Es de ideas progresistas y feministas, por eso sorprende que haya aceptado, pese a tener una de las minutas más altas de la abogacía, la defensa de Rubiales. O quizás sea ese contraste, como se pudo ver en su discurso, un punto a favor del ex dirigente. "No podemos confundir el pecado con el delito", explicó la letrada.

Relación jerárquica

No lo confundieron las acusaciones particulares que antes de Tubau habían intentado apoyar sus tesis en la falta de consentimiento y en la relación jerárquica que ejercía Rubiales sobre la futbolista. "No estamos ante un consentimiento, sino ante un sometimiento", inició su informe Ángel Chavarría, abogado de Jenni Hermoso. Chavarría se refirió a los "seis segundos que cambiaron la vida de Jenni" y quiso recordar las consecuencias para su cliente. "Esto ha marcado, señalado y estigmatizado a la víctima no sólo en España sino a nivel internacional", señaló el letrado y añadió que Hermoso ya no es "Jenni, la campeona del mundo" sino "Jenni, la del beso".

Chavarría recordó además que hubo 12 acciones para compeler a Hermoso a minimizar el beso recibido por su presidente y relacionó a los otros acusados menos a Jorge Vilda con la causa que está enjuiciándose en el juzgado número 4 de Majadahonda por las comisiones de la Supercopa. "El crimen no tiene causalidad", dijo.

La abogada de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) apuntó también al sistema de Rubiales más que al personaje en sí. Habló de la RFEFcomo una estructura "vertical, manipuladora y servilista". "Las presiones tenían un objetivo, que la jugadora manifestase que el beso había sido consentido". Las dos acusaciones particulares se han adherido a las penas solicitadas por fiscalía de un año para Rubiales por agresión sexual y año y medio para el ex dirigente y resto de acusados por el delito de coacciones.

La defensa de Rubiales sobre el beso a Jenni Hermoso: "¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí, delictiva, no"

La defensa de Rubiales sobre el beso a Jenni Hermoso: “¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí, delictiva, no”

"No estamos ante un consentimiento, sino ante un sometimiento", "¿estamos ante una conducta inadecuada? Sí, delictiva, no". Así calificó Ángel Chavarría, el abogado de Jenni Hermoso, el beso que le propinó Luis Rubiales a su cliente y así respondió Olga Tubau, la defensora del ex mandatario. Se trata del hecho que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional desde hace ocho sesiones y que este jueves entraba en su recta final con los informes finales de las acusaciones particulares y de las defensas de los cuatro acusados.

Tras el alegato final de la fiscal Marta Durántez, con el que se cerró la sesión del miércoles, y que se extendió en torno a las dos horas, era el turno para la acusación particular de Hermoso, cuyas primeras manifestaciones han sido para adherirse a las penas solicitadas por el ministerio público. Se trata de un año al propio Rubiales por la agresión sexual y un año y medio para el ex dirigente de la Real Federación Española y el resto de acusados por las coacciones posteriores. Algo más de una hora ha empleado Chavarría en su exposición.

El pilar del alegato del letrado fueron los "seis segundos que cambiaron la vida de la señora Jennifer Hermoso". Ese momento en que el presidente se subió a horcajadas sobre la futbolista y que luego, siempre según la acusación, realizó un acto "que sobrepasa los límites legales" y "sin tiempo para Hermoso de percibir las intenciones del señor Rubiales". "Poco le importaba el consentimiento, iba a consumarlo y no había posibilidad de zafarse", ha apuntado Chavarría.

El "beso robado" del presidente de la RFEF a una subordinada es un acto punible en el Código Penal español y nunca debió hacerlo según el protocolo antiacoso aprobado por La Junta Directiva del propio imputado un año antes, ha detallado el abogado de Hermoso. "El señor Rubiales, a la vista de este protocolo, nunca se le debería haber pasado por la cabeza pedir un beso a una persona que está por debajo de él", ha afirmado.

Esta jerarquía se extendió, según la acusación, a "12 acciones posteriores a modo de compeler". Así se han enumerado las presuntas presiones que recibió la futbolista desde que entra en el vestuario tras proclamarse campeona del mundo hasta su traslado en autobús al aeropuerto, el avión a Doha o el viaje de celebración a Ibiza.

El abogado de Jenni recordó las relaciones empresariales que tienen el ex director de marketing, Rubén Rivera, y el ex director de la selección masculina, Albert Luque, con Rubiales y que están siendo investigadas en el juzgado número 4 de Majadahonda en el caso Supercopa. "El crimen no tiene casualidad", ha lanzado para justificar la participación en las coacciones de estas dos personas acusadas también en la causa.

Esta acción, según Chavarría, "le causa un shock, un enfrentamiento de reacciones encontradas entre ser campeona del mundo y recibir una agresión sexual". Pero, para la acusación, las consecuencias de un beso no consentido no quedan allí. "Esto ha marcado, señalado y estigmatizado a la víctima no sólo en España sino a nivel internacional", ha manifestado y ha añadido que la propia jugadora ya no es "Jenni, la campeona del mundo" sino "Jenni, la del beso".

Críticas a la RFEF de Rubiales

También la letrada de la Asociación de Futbolistas Españoles, Maria José López, quiso adherirse a las penas solicitadas por los acusados y empleó su hora de informe final para recalcar que la prueba de que no hubo consentimiento no corresponde a Jenni Hermoso, que la futbolista era "subordinada" de Rubiales y que la jugadora se sintió "desprotegida" durante todo el proceso.

"Las presiones tenían un objetivo, que la jugadora manifestase que el beso había sido consentido", expuso la abogada sobre las coacciones que sufrió Hermoso desde que se bajó del estrado en Australia hasta Ibiza. Y, a juicio de López, fueron "ordenadas por el señor Rubiales".

En la parte final de su discurso, la representante de AFE ha aprovechado para criticar la estructura de la RFEF bajo el mandato de Rubiales, que la ha calificado de "vertical, manipuladora y servilista" y que "no ha sabido ni querido protegerla". Por último ha concluido con una cita de la escritora Carmen Martín Gaite: "Soy lo que soñé", para expresar que a Hermoso no se la permitió soñar con su título como campeona del mundo.

Inadecuado, no delito

Olga Tubau comenzó su informe no buscando probar el consentimiento de Hermoso al beso de Rubiales, sino poniendo en duda que el mismo pueda ser considerado una conducta delictiva. "Este beso ni se vivió ni se interpretó como una agresión sexual por Jennifer Hermoso", ha apuntado la letrada que opinaba que gran parte de la jurisprudencia mencionada por las acusaciones no es aplicable al caso.

Tubau ha valorado las reacciones de la jugadora posteriores a la acción y cree que no era posible "dominarlas". "¿Te dan un beso que te da asco y te despides con una sonrisa?", se preguntó la letrada sobre los gestos entre ambos en la ceremonia y luego también cuestionó su actitud posterior en el vestuario con sus compañeras. "Quien ha sufrido una agresión sexual no necesita la validación de terceros", ha añadido la letrada.

La defensa de Rubiales ha quitado peso a la importancia de la palabra exacta que dijo el ex dirigente a Hermoso para, presuntamente, pedir permiso a la futbolista. Ha cuestionado que las acusaciones no tuvieran periciales propias queriendo sembrar la duda sobre si el resultado de las suyas podría coincidir con el que adjuntó la defensa y que manifestó que el ex dirigente le preguntó: "¿Te puedo dar un besito?.

En su intervención, de aproximadamente hora y media, la propia Tubau ha querido centrarse principalmente en la acción del beso e incluso avisó que cedería a sus compañeros la responsabilidad de responder ante la acusación de coacciones. No obstante, se preguntó: "Cuando le dice que entre a hacer un vídeo y le dice que no, ¿el insiste? ¿Qué coacción es ésta?". Añadió además que el resto de acusados han corroborado en sus testimonios que nunca actuaron en nombre de Rubiales.

La abogada ha finalizado su informe exponiendo lo que considera una desmesurada cantidad como indemnización por responsabilidad civil y ha pedido la absolución de su defendido invocando la teología. "No podemos confundir el pecado con el delito".

Las incómodas preguntas de la fiscal en el caso Rubiales: "¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito"

Las incómodas preguntas de la fiscal en el caso Rubiales: “¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito”

"¿Se pretendía que le insultara y le agrediera en una retransmisión que estaba viendo el mundo entero?". Marta Durántez, la fiscal del caso del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso que estos días está siendo juzgado en la Audiencia Nacional se hacía esa pregunta acerca de la pretendida respuesta que la futbolista debía haber tenido, según sus críticos, tras ser presuntamente violentada por el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). También se cuestionaba la representante del Ministerio Público lo que pasaba por la cabeza del propio Rubiales a la hora de realizar el gesto que fue visto por televisión a nivel global. "Pobrecita, ha fallado un penalti, la voy a consolar, la voy a agredir sexualmente", ironizó en su alegato de conclusiones finales sobre la causa.

Para la fiscal resulta claro y notorio que no hubo consentimiento y que la Federación "puso toda su maquinaria en marcha" para llamar "mentirosa" a Hermoso. "No hubo consentimiento, no hubo pregunta, no hubo respuesta", manifestó en su alegato final y añadió "¿Tiene que estar llorando por las esquinas?".

Por todo ello, Durántez cree que se produjeron unas coacciones que pueden ser "sibilinas", pero que siguen siendo coacciones y piensa que lo importante para los miembros de la federación, acusados por las presiones realizadas a Jenni Hermoso y a los que se solicita un año y medio de prisión, "era conseguir lo que querían a toda costa". A su juicio, que la futbolista restara importancia a lo ocurrido y que, por supuesto, no denunciase los hechos.

Lo hizo 10 días después de que se produjera aquella ya célebre entrega de medallas en la que España fue galardonada con la copa de campeona del mundo de fútbol femenino. "¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito", se respondía la propia Durántez a la duda que se le planteaba sobre los motivos que llevaron a los acusados a comportarse como lo hicieron los días posteriores al beso de Rubiales.

La fiscal ratificó la petición de pena para el propio Rubiales de un año por la agresión sexual y 18 meses por las coacciones posteriores. Se extendió en su alegato casi dos horas para construir un relato de los hechos favorable a la versión de Jenni Hermoso. Una futbolista, según explicó la representante del ministerio Público, que ha sufrido las consecuencias tanto personales como económicas de unos hechos protagonizados por "una persona que está por encima suyo". "Estamos con una jugadora enfrentada a toda una federación de fútbol con un poder, que ya hemos visto, con un presidente, que no es que mandara mucho, mandaba todo", lanzó Durántez. La propia fiscal quiso terminar su alocución con una cita de Joan Manuel Serrat acerca de la verdad material que es la que, presuntamente, se debe encontrar en un juicio: "Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio".

Otros testimonios

Antes de las preguntas que se hacía la fiscal pasaron por su propio interrogatorio todos los acusados por las coacciones. Comenzó el ex seleccionador, Jorge Vilda, y luego respondieron cuestiones sólo a sus defensas el ex director de la selección absoluta masculina Albert Luque y el ex director de marketing de la RFEF Rubén Rivera.

Vilda se presentó como amigo de Jenni desde hace 17 años y aseguró que que "jamás" habló con ella tras lo ocurrido en la celebración de las medallas. "Después del mundial no hemos vuelto a hablar y escuché que ella se sentía dolida porque no le había preguntado, igual le tenía que haber preguntado", lamentó el entrenador que, en esos momentos, estuvo más preocupado por el estado de salud de su hija, afectada de un problema médico en Australia. "No presencié ni nadie me dijo, nadie del staff, que se estaba sintiendo presionada", expresó el ex técnico.

Tanto Luque como Rivera negaron su participación en las coacciones esgrimiendo que el primero era amigo de la futbolista y que se presentó en el hotel de Ibiza "preocupado por ella", mientras que el segundo mantuvo que estuvo en todo momento realizando su trabajo sin órdenes de nadie. "No fui enviado, era mi trabajo estar allí", declaró.

Jorge Vilda, tras el beso de Rubiales: "No presencié ni nadie me dijo que Jenni estaba siendo presionada"

Jorge Vilda, tras el beso de Rubiales: “No presencié ni nadie me dijo que Jenni estaba siendo presionada”

Jorge Vilda era el gran protagonista del día. Era el entrenador que vivió la rebelión en el fútbol femenino, persona non grata para muchas futbolistas y el único que cada día deslizaba pequeños mensajes a los periodistas en la puerta de la Audiencia Nacional en el juicio del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. "He recibido muchos mensajes de ánimo de jugadoras", "tengo muchas ganas de declarar" y este miércoles, ante la marabunta de medios que le intentaba sacar unas nuevas palabras: "Esto es casi como un penalti".

El ex seleccionador, así como el ex director de fútbol de la selección masculina Albert Luque y el ex director de marketing de la RFEF Rubén Rivera debían declarar por un presunto delito de coacciones a la futbolista tras el beso en la celebración del Mundial de Australia en agosto de 2023. La Fiscalía solicita para los tres un año y medio de prisión por todo lo que transcurrió desde el país oceánico hasta el famoso viaje a Ibiza de las jugadoras.

La declaración del ex entrenador empezó con casi una hora de retraso por un problema técnico y se extendió algo más de 30 minutos. Vilda mantuvo que "jamás" habló con Jenni Hermoso tras lo ocurrido en la celebración de las medallas y que estuvo más preocupado durante esos momentos por el estado de salud de su hija, afectada de un problema médico en Australia. "No presencié ni nadie me dijo, nadie del staff, que se estaba sintiendo presionada", expresó el ex técnico.

Vilda no presenció el beso de Rubiales en la entrega de medallas ya que él era uno de los últimos de la fila, y comenzó a darse cuenta cuando hubo gente que lo empezó a comentar en el césped pero "nadie le daba importancia". Los momentos posteriores del vestuario ya cogieron al entrenador preocupado por el estado de salud de su hija.

Así, aunque Rubiales, al que no le vio incómodo ni disgustado, sí le comentó en el autobús camino del aeropuerto que le habían preguntado por el beso y "había contestado mal", Vilda no empezó a darse cuenta de la gravedad de los hechos hasta que estuvo viendo varias noticias ya sentado en el avión hacia Qatar.

Es en esas circunstancias en las que el entrenador, "de motu proprio" viendo la importancia que se le estaba dando al beso y no a la consecución del Mundial cuando decide actuar. "No vi oportuno hablar con Jenni, que estaba con sus amigas, Misa, Alexia, Laia y no quería molestarla", mantuvo.

El técnico admitió que sólo habló con el hermano de la jugadora, Rafa Hermoso, en el vuelo a Doha. Que la conversación se basó en el fútbol y en la preocupación por el "impacto mediático que sufriría la selección por las citas deportivas que venían". "Le dije es si podía buscar una fórmula para normalizar la situación y que se hablara de lo importante que era el campeonato del mundo", expuso.

El propio Vilda negó que le dijera a Rafa Hermoso, hermano de la futbolista, que "habría consecuencias" si la jugadora no accedía a realizar el vídeo con el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol. "Yo no le advertí de consecuencias personales adversas al hermano de Jenni si ella no accedía a lo que se le pedía. Es falso", declaró. Y también reveló que el propio Hermoso calificó el beso como algo "anecdótico y sin importancia".

Pese al jolgorio y felicidad que decía el ex seleccionador que observó en todo momento entre las jugadoras, Vilda sí dijo que pudo ver a Jenni con cara de "cierta preocupación" mientras miraba el móvil en el avión. Una jugadora a la que conoce desde hace 17 años y que, a su juicio, debió preocuparse por ella tras lo sucedido. "Después del mundial no hemos vuelto a hablar y escuché que ella se sentía dolida porque no le había preguntado, igual le tenía que haber preguntado", ha lamentado el entrenador.

Otros acusados

Después de Vilda, debían declarar Albert Luque y Rubén Rivera por las supuestas presiones a las que la futbolista fue sometida en el viaje de celebración del mundial a Ibiza que realizaron todas las integrantes del combinado femenino.

Luque se presentó como amigo de la víctima y mantuvo que su presencia en la isla era porque estaba da vacaciones con su familia y que se acercó al hotel de las jugadoras porque la propia Hermoso no contestó a su mensaje de preocupación porque la situación se estaba "volviendo más grande".

El ex futbolista no pudo hablar con ella porque "no quería hablar con nadie" y sólo lo hizo con la amiga de la jugadora Ana Ecube. "Yo estoy decepcionado con mi amiga y solo quiero que dos amigos, si puedo hacer algo, puedan llegar a un entendimiento", explicó Luque su relación también con Rubiales rechazando la posibilidad de intentar presionar a Hermoso o a su entorno.

Algo que también manifestó Rivera, ex director de marketing de la Federación, y con el que el juez José Manuel Clemente Fernández- Prieto tuvo algún encontronazo: "Nos ha traído un rollo preparado, escuche", le ha reprendido el magistrado.

Rivera fue el encargado de organizar ese viaje pero, según él, no acudió más que por las funciones que tenía en la Federación. "Por supuesto que no, no fui enviado, era mi trabajo estar allí", ha espetado. Rivera dice que apenas cambió unas palabras con Jenni porque le solicitó que tuviera el móvil cargado por si tenían que hablar con ella y que su relación fue también con su amiga Ecube. "Pruebas y datos matan relato", repitió en más de una ocasión.

El perito sordo que confirma la versión de Rubiales mediante un vídeo de TikTok: sin título y especialista en lectura de labios

Actualizado Martes, 11 febrero 2025 - 19:08

"¿Te puedo dar un besito?". Esas fueron las palabras que, según David Morillo Buendía, un especialista en la lectura de labios propuesto como testigo por la defensa de Luis Rubiales, le dijo el ex presidente a Jenni Hermoso antes de besarla en la ceremonia de entrega de medallas tras la consecución del Mundial.

Aseguró esta persona que "no tenía dudas" de lo que le dijo el ex dirigente, ya que había visionado ese fragmento de un vídeo de Tiktok, que apenas tiene dos segundos de duración, "varias veces", y que lo tenía "claro". El experto explicó que el vídeo de RTVE, otra de las pruebas que se exhibieron en el juicio, no tenía calidad suficiente para realizar su valoración frente al de la red social.

A preguntas de la acusación particular de la propia futbolista, el hombre mantuvo que el ex presidente dijo "besito", no "piquito", como el propio Rubiales había mantenido en instrucción. Y que se distinguía perfectamente esa palabra de otras como "poquito" o la citada, "piquito". La acusación se cuestionó de dónde procedió la petición de ese informe de lectura de labios. Morillo reveló que lo encargó Enric Ripoll, el abogado de Rubiales en el caso de la inhabilitación de la FIFA, y también reiteró que él no conoce personalmente al ex mandatario pese a que ambos son de Granada.

David Morillo, una persona sordomuda de nacimiento, es miembro de la Agrupación de Personas Sordas de Granada y provincia (Asogra) y, según aseveró en el juicio, había realizado previamente este tipo de informes. El experto, que admitió que no existe una titulación específica como perito en lectura de labios, se presentó por videoconferencia acompañado por una intérprete de lengua de signos, que fue la persona encargada de comunicar a la sala sus afirmaciones.

Para saber más

El otro especialista que prestó declaración, también a propuesta de Rubiales, fue el informático forense Abel Baños. La misión de este especialista fue asegurar que los vídeos analizados no habían sido manipulados, cosa que hizo con unas explicaciones "muy didácticas", según expresó con ironía la fiscal del caso, Marta Durántez.

Esos vídeos y algunos audios se exhibieron en la parte documental de la vista antes de que Rubiales se sentara a declarar. La sala pudo ver el momento del beso captado por las cámaras de RTVE, la celebración posterior en el vestuario en un directo de redes sociales de Jenni Hermoso, el testimonio del hermano de la futbolista en una televisión y varios fragmentos de audio de la entrevista en la Cope así como mensajes de Whatsapp mandados por ella a su entorno.

Pese a que en la charla que mantuvo con la cadena radiofónica Hermoso hablaba del beso como "una anécdota" y Rubiales lo calificaba de "tontería" en otra posterior, en un audio en el viaje de celebración, se queja de las presiones a las que estaba siendo sometida en la isla balear y finalizaba: "Que paren de tocar a mi gente o verán".

Rubiales se ratifica en su versión: "Estoy totalmente seguro de que Jenni me dio su aprobación"

Rubiales se ratifica en su versión: “Estoy totalmente seguro de que Jenni me dio su aprobación”

Seis sesiones después, era el turno de Luis Rubiales para explicar en el juicio lo que ocurrió tras la victoria de España en el Mundial de Sidney el pasado 20 de agosto de 2023. Aquel beso que ensombreció la celebración del título y que hoy tiene al ex mandatario sentado en el banquillo de los acusados investigado por un delito de agresión sexual y otro de coacciones a Jenni Hermoso.

El ex presidente de la Federación se ha ratificado en la versión que ha venido manteniendo desde el 25 de agosto. "Estoy totalmente seguro de que me dio su aprobación. Fue todo espontáneo", ha dicho al inicio de una declaración que se ha extendido en torno a una hora.

"Mi versión sobre lo que ocurrió: 'Pasaron las jugadoras. En ese momento, Jenni me puso un gesto, una cara..., porque nos conocemos desde hace tiempo. Le dije que olvidara el penalti. Me apretó muy fuerte, me levantó, y le pregunté: '¿Puedo darte un besito?' y me dijo 'vale', ha respondido, al tiempo que, en un enganchón con la Fiscal, ha dicho: "Piquito y besito son sinónimos".

Un experto en lectura de labios asegura que Rubiales dijo a Hermoso: "¿Te puedo dar un besito?"

Posteriormente, el ex presidente de la RFEF fue cuestionado sobre si un beso en los labios era una manera habitual de saludar en su vida cotidiana. "No se gana un Mundial todos los días", ha respondido, así que "la normalidad no puede aplicarse a este caso" y ha esgrimido que depende del grado de confianza que se tiene con la persona. "Yo a mis hijas se lo doy en fin de año", ha apuntado, y luego ha precisado que no es una cuestión de género: "Yo me comía a besos a un montón de futbolistas".

Ha sido el momento de la entrega de medallas el que más tiempo ha ocupado en el interrogatorio, ya que se analizaron desde el abrazo que se dieron hasta el gesto de Rubiales de coger de las orejas a la propia Jenni en el momento del beso. "Le agarré de la cabeza, que es como darle un abrazo", respondió a la fiscal, y precisó a su defensa: "Es una cuestión afectiva y de cariño", no para que la jugadora no se pudiera zafar ni porque tuviera ningún ánimo libidinoso.

También ha asegurado que siempre vio a Jenni "feliz y contenta" como el resto de sus compañeras y que la futbolista "nunca cambió de versión, hasta unos días después". Pasado el tiempo, el presidente admitió que es consciente de que metió la pata y que debía haberse comportado "de manera más institucional" en la entrega de medallas.

Presiones

Resuelto ese momento, las preguntas de la acusación viraron hacia la influencia de Rubiales sobre las presiones que supuestamente sufrió Jenni para aparecer en un vídeo con él y restar importancia a lo ocurrido en el césped. El ex presidente aseguró que sólo habló dos veces más con Hermoso tras el beso: una en el terreno de juego, cuando la jugadora sirvió de señuelo para que las futbolistas le mantearan, y luego en el vuelo camino de Doha.

"Antes de llegar a Doha, cuando sale del baño, le digo a Jenni que sería buena idea que volviéramos a decir lo mismo los dos juntos. Me dijo que no, que quería celebrar el Mundial, que ya había sido muy clara y viendo que no quería lo hice yo solo", comentó Rubiales en referencia a las palabras de Hermoso en una entrevista de la Cope en la que restaba importancia a lo ocurrido.

En el interrogatorio también se cuestionó sobre el comunicado de la Federación acerca de lo ocurrido que supuestamente autorizó Jenni utilizando sus declaraciones en la citada entrevista radiofónica. El ex mandatario dice que sólo autorizó su difusión cuando le confirmaron que la jugadora había dado su permiso.

No obstante, en los momentos posteriores al beso, asegura el ex dirigente que estaba muy estresado ya que le acababan de comunicar que había fallecido el padre de la futbolista Olga Carmona, y que estaba más centrado en que la jugadora no se enterara por la prensa antes de que ellos le pudieran comunicar lo ocurrido.

Luis Rubiales comenzó su interrogatorio algo titubeante, raro en una persona que siempre se ha mostrado confiado en todas sus comparecencias públicas. Pero, a medida que iba avanzando su testimonio, el ex presidente ha ido ganando aplomo y ha incrementado la precisión en sus respuestas como le había solicitado el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto.

Peritos

El momento extraño de la sesión se produjo en la apertura de la vista, en la que el primero de los testigos llamados por Rubiales era el perito sordomudo David Morillo, especialista en lectura de labios. El juez tardó casi tres minutos en conseguir organizar el testimonio de Morillo junto a su intérprete. Él fue el experto en interpretar lo que le dijo Rubiales a Hermoso antes del beso, apenas dos segundos de metraje. Según Morillo, el expresidente dijo: "¿Te puedo dar un besito?" y aseguró que la palabra era esa y no piquito o poquito.

Justo después se han pedido las pruebas documentales para la causa. Se han exhibido varias piezas audiovisuales del momento de celebración en el vestuario en el que Jenni asegura que no le había gustado el beso y hay ciertas bromas al respecto y, por supuesto, el de la recogida de medallas tras la victoria en el Mundial, en el que se produce el momento del beso.

Se recordó la entrevista en La Cope cuando ella calificaba de "anécdota" la acción de Rubiales y unas palabras del propio ex presidente en las que califica de "tontería" lo ocurrido. También se exhibió un audio de la propia futbolista, que mandaba a su entorno, en el que se quejaba de las presiones a las que estaba siendo sometida en Ibiza tanto ella como su amiga, Ana Ecube. "Que paren de tocar a mi gente o verán", finaliza el mensaje la propia Hermoso.

Montse Tomé, sobre lo ocurrido tras el beso de Rubiales: "No fue un castigo no convocar a Jenni"

Montse Tomé, sobre lo ocurrido tras el beso de Rubiales: “No fue un castigo no convocar a Jenni”

Con la mirada baja respondía Montse Tomé a las preguntas que le formulaban en la causa del beso de Rubiales a Jenni Hermoso. Estaba incómoda la seleccionadora nacional en la sala principal de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares. Sólo mostró rebeldía cuando se le cuestionó los motivos de no convocar a la futbolista madrileña en la primera cita tras el Mundial: "No fue un castigo", coló en medio de la discusión entre el juez y la fiscalía.

Porque el interrogatorio de la acusación intentó demostrar que la ausencia de Hermoso en los partidos de la Liga de Naciones contra Suecia y Suiza, tres semanas después de ganar el Mundial y del beso de Rubiales, era una represalia federativa, pero la entrenadora del combinado nacional insistió en que fue "por motivos deportivos".

Tomé explicó que Jenni había jugado poco con su equipo, tres y siete minutos en dos partidos, y que por eso no la había convocado. No obstante, la fiscal, Marta Durántez, insistió en su razonamiento en la rueda de prensa en la que dio la lista en la que mencionó que era "para protegerla". "Además de lo que he dicho, que es deportivo, ella estaba viviendo una situación muy desagradable y la presión mediática me hizo tomar esta decisión", apuntó la seleccionadora que aseguró que el rendimiento deportivo depende de factores físicos y anímicos.

La abogada de la Asociación de Futbolistas insistió sobre ese punto y también le preguntó respecto a si conocía el protocolo antiacoso de la Federación, algo que la seleccionadora dijo desconocer. "Lo que dije en instrucción es lo que pienso, las razones eran deportivas y lo de proteger entra dentro de lo que estábamos viviendo y lo hacíamos para protegerla de los medios", insistió la seleccionadora.

El juez tuvo que cortar los interrogatorios de la acusación en varias ocasiones, algo que le valió reiteradas protestas de la fiscalía, hasta que estalló. "¿Le pegamos para que diga lo que usted quiere?", le inquirió a la abogada de la AFE y luego añadió: "¿Estamos intentando acusar a la testigo de algo?".

Lo cierto es que el magistrado consideró "insulsos" los testimonios de una seleccionadora que aseguró que no vio el beso de Rubiales a Jenni y que se sintió "incómoda" cuando su predecesor y el que le llevó a la federación, Jorge Vilda, le pidió en medio de sus vacaciones que fuera a la famosa Asamblea en la que Rubiales repitió aquello de: "No voy a dimitir".

Sesión corta

La declaración de la seleccionadora fue, con diferencia, la más larga de la breve sesión de hoy, apenas una hora, en la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Los 30 minutos en los que estuvo Tomé en el estrado ocuparon la mitad del tiempo de la vista de este lunes del que se cayeron, por petición de la propia defensa de Rubiales, los testimonios de las hija del ex presidente de la Federación.

Además de Tomé, también declararon varios testigos propuestos por la defensa de Ruben Rivera, ex director de marketing de la Federación, como Salvador Losa Marí, consejero ejecutivo del Consell Insular de Ibiza, y Alejandra Hernández Guevara, esposa del propio Rivera.

La idea era intentar desmontar la teoría de que Rivera se pasó gran parte del viaje a Ibiza de celebración del Mundial intentando presionar a Jenni para que saliera con el presidente a quitar hierro a lo del beso.

Losa Marí, uno de los responsables de la organización del viaje, manifestó que no pudo detectar si Rivera hablaba más con alguna jugadora en particular. Mientras que Hernández sí aseguró que su marido apenas habló con Ana Ecube frente a las manifestaciones de la amiga de Jenni y la propia Hermoso en las sesiones previas que expresaron que fue muy insistente.