La adaptación de Topuria al peso ligero con máquinas de 100.000 euros, 'hornos' a 40ºC y 'sparrings' de peso wélter: "Ilia es como un mando de la Play"

La adaptación de Topuria al peso ligero con máquinas de 100.000 euros, ‘hornos’ a 40ºC y ‘sparrings’ de peso wélter: “Ilia es como un mando de la Play”

Si se cierran los ojos y se enfoca únicamente en el sonido del vídeo de uno de los últimos entrenamientos de Ilia Topuria, parecería que se está escuchando flamenco en las combinaciones y golpeos que el luchador realiza en el cuerpo de su entrenador de boxeo, Javi Climent. "Hemos querido mantener la velocidad que él tiene además de la potencia en la pegada", cuenta Climent a EL MUNDO.

El equipo de El Matador, fugazmente La Leyenda, ya tiene listo al hispanogeorgiano para el salto a la categoría de peso ligero (70,3 kg) tras tres intensos meses de training camp, los 17 últimos días en Las Vegas para facilitar su adaptación. "En el rendimiento deportivo hay que tener en cuenta el desfase horario. Se dice que se necesita un día por hora de desfase, pero yo puedo decir que son más. Y por eso lo hacemos. Nos ayuda a adaptar el ciclo circadiano. Cada pequeña modificación es un plus", explica a este periódico Aldo Martínez, preparador físico de Topuria.

La madrugada del sábado al domingo, en torno a las 6 de la mañana, Ilia Topuria entrará al octógono como cabeza de cartel de este UFC 317 ante el brasileño Charles Oliveira (35-10), el luchador con más finalizaciones de la historia de la promotora con 20 (16 sumisiones y cuatro kos) por el título de peso ligero. "Cuándo supimos quién era el rival, nos pusimos a trabajar en base a él", explica Climent a quien le gustó la elección de Oliveira porque "tiene mucho nombre" y porque su estilo "es perfecto para que Topuria salga ganador". "Es un tipo que va para delante, no corre ni hay que ir a buscarle así que se va a encontrar la potencia de Ilia", apunta.

"Entrenar mejor y con buen humor"

Una potencia que no ha tenido que adaptar a esa subida a las 155 libras puesto que, según su equipo, "no tiene que someterse al estrés físico de otras categorías". "Su peso habitual está en torno a los 79 kilogramos, 78,5 es el ideal para estar ágil y fuerte", cuenta el Doctor Aldo. "Está hecho un animal", añade Climent. Es precisamente ese peso el objetivo del rebote que tiene que dar El Matador en las próximas 24 horas tras cumplir este viernes con las obligaciones de la báscula.

Porque, en la última semana, Topuria ha eliminado por completo los carbohidratos almidonados y la fibra para, a través de la orina o de ejercicios cardiovasculares en un horno a 40ºC entre otras cosas, perder siete kilos y poder dar el peso de la categoría. "Ya son muchos training camps y se ha mejorado el método", comenta Aldo y revela que en esta ocasión se ha hecho "más llevadero porque es una dieta menos exigente con las kilocalorías". "Eso le permite entrenar mejor y con buen humor", apunta el preparador y confirma el luchador exhibiendo sonrisa en un video de sus redes sociales montado en una bici en esa cúpula/sauna que permite subir la humedad y la temperatura mientras escucha música de su amigo Omar Montes.

Además del entrenamiento, Ilia recurre a la tecnología, como su cámara hiperbárica de alta presión que acelera la recuperación gracias a una hiperoxigenación, para perfeccionar su cuerpo al límite o un dispositivo de luz infrarroja para mejorar los reflejos. "Ilia pone toda la carne en el asador porque cree en lo que hace y porque es el campeón", razona su preparador físico sobre la cantidad de máquinas que usa El Matador y que renueva cada seis meses para incorporar las mejoras del mercado. Sólo la cámara hiperbárica puede costar en torno a 100.000 euros.

Topuria, durante la sesión de pesaje en el T-Mobile Arena de Las Vegas.

Topuria, durante la sesión de pesaje en el T-Mobile Arena de Las Vegas.EFE

Pero los pequeños detalles son los que permiten seguir haciendo historia en la UFC con su invicto de 16 victorias y con la posibilidad, tras la subida de Islam Makhachev al peso wélter, de hacerse con el cinturón del peso ligero y entrar en un selecto club en el que sólo hay 10 luchadores. "No sé lo que llevará este camino, pero seguro será bueno. Si tiene que ser el wélter estoy seguro de que lo afrontará con muchas ganas", augura Climent sobre la ambición de Ilia de no quedarse únicamente en el ligero y, si es posible, ser el primero en conseguir el cinturón en tres categorías diferentes. "Yo ya he visto a pesos wélter hacer sparring con Ilia y caer noqueados", revela el entrenador de boxeo.

Confianza plena

Cuando estamos a horas de la pelea, con un equipo que no duda del resultado de la misma, hay que recordar que la principal virtud de un luchador, que domina las tres disciplinas de las artes marciales mixtas, según su entrenador, como son: el striking (golpeo), el wrestling (suelo) y el jiujitsu, no está sólo en la posibilidad de "aplicar el 100% de su fuerza durante más tiempo en sus golpeos" sino en su capacidad mental.

"Ilia no duda", comienza Aldo y destaca cómo es capaz de abstraerse de todo y enfocarse al máximo en lo que esté haciendo sea una pelea o un entrenamiento. "Es una persona muy fría, controla muy bien las emociones, siempre digo que es como un mando de la play, escucha a la esquina y desarrolla en todo lo que se le dice", completa Javi Climent. El 29 de julio El Matador y su equipo quieren que España se levante celebrando, de nuevo, otra victoria en la UFC.

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Hay personas que nacen con el viento a favor y otras con el viento en contra. Charles Oliveira (Sao Paulo, 1989), el próximo rival de Ilia Topuria en el UFC 317 de Las Vegas, se encontró con un huracán desde la cuna. Do Bronx ha tenido que pelear cada oportunidad en su vida desde la favela Vicente Carvalho de Guarujá en la que nació en una casa de una sola habitación que compartía con seis personas.

"No teníamos nada, pero nunca pasé hambre, ni nos faltó un plato en la mesa", ha contado el luchador sobre unos padres que tenían dos trabajos para sacar la familia adelante y que a duras penas sabían leer y escribir. Entonces, con siete años, llega el palo para la familia: el pequeño Charles sufre fiebre reumática y un soplo en el corazón que le debía impedir hacer deporte a nivel intenso y quizás le terminara dejando parapléjico.

"Si no tengo una juventud normal, prefiero morir", le llegó a decir a su padre tras el varapalo del diagnóstico. Pero la fe la ayudó a salir del hoyo, le ayudó a creer y le ayudó quizás no a destacar en el fútbol, su deporte preferido de pequeño, pero sí para comenzar en otras disciplinas como el jiujiutsu, en la que se inició con 11 años dejando atrás sus problemas de salud. "Dios es el número uno del todo", comenta el brasileño que abrazó esa disciplina desde que la probó especialmente para salir de la peligrosidad que vivía día a día en la favela.

Al principio las cosas fueron despacio para Oliveira que tenía que hacer múltiples trabajos para sobrevivir y aportar a su familia. "Vendía ajos, cebollas. Trabajé en un mercadillo. Trabajé en un matadero. Sacaba latas y cartones de la calle. Lavé camiones. Y, luego, peleé", revela el luchador sobre sus actividades para intentar que sus padres "trabajaran menos".

Luego llegaron los campeonatos de Brasil con 15 y el mundial con 17. Parecía que Oliveira, un niño que pudo quedarse parapléjico por su enfermedad, iba a tener futuro en el deporte después de todo. El joven viró su interés hacia las MMA, una disciplina en crecimiento y mejor pagada que el jiujiutsu y fue ganando combates hasta que firmó en 2010 por la UFC. El sueño se iba cumpliendo.

Pero, pese a debutar con dos victorias ante Darren Elkins y Efrain Escudero, su rendimiento fue muy irregular en las peleas posteriores ganando algunas y perdiendo otras. Hasta el punto de que llegó a peligrar su contrato en la promotora. Quizás influyó un gran problema de visión que le impedía ver con claridad a sus rivales. "Nnca me ha molestado durante la pelea, creo que Dios me ayuda, si me quito los lentes en la calle creo soy prácticamente ciego", ha contado en alguna ocasión. También pudo ser que su cuerpo no respondía a las llamadas de urgencia para pelear sin estar bien preparado o los cambios de división.

Entonces, en 2017 nació su hija Tayla y aquello cambió su mentalidad para siempre. El brasileño encadenó una serie de victorias, nueve, hasta convertirse en el primer contendiente para el cinturón del peso ligero. Lo conseguiría en 2021 en una épica pelea ante Michael Chandler al que derrotó por nocaut en el segundo asalto. Su finalización menos habitual ya que su pasado como peleador de jiujitsu, hace que su especialidad sea la sumisión.

Récord en UFC

De hecho, el brasileño es el luchador con el récord de finalizaciones de la UFC con 20, 16 por sumisión y cuatro por nocaut, de los 46 combates que ha disputado con 35 victorias, 10 derrotas y un no contest. Este número le ha brindado más de un millón de dólares en bonus hasta convertirle en uno de los luchadores mejor pagados de la promotora con un patrimonio aproximado de 2 millones de dólares. "El dinero te ayuda a tener una mejor casa a ayudar a tu familia, pero no cambia quien eres", dice Oliveira.

El brasileño es uno de los luchadores más respetados de la UFC y por eso era una de las opciones predilectas de Ilia Topuria para aterrizar en la división del ligero tras el no de Islam Makhachev, precisamente el rival con el que perdió Oliveira para retomar el cinturón después de que la promotora se lo retirara por no dar el peso en la báscula ante Justin Gaethe, en su segunda defensa del título conseguido ante Chandler. "Golpeo más fuerte que él con seguridad", amenazaba hace unas semanas al hispanogeorgiano. Se verá el domingo alrededor de las 6.00 am españolas.