La selección femenina se clasifica para el Mundial y empieza a sacar del desierto al rugby español

La selección femenina se clasifica para el Mundial y empieza a sacar del desierto al rugby español

No hace falta esperar al último partido del torneo clasificatorio. Con dos victorias ya conquistadas en Dubái, la selección femenina de rugby se ha garantizado su pase al Mundial de Inglaterra 2025, lo logra antes de iniciar el encuentro que podría haber sido decisivo (18:30) contra Fiyi.

La victoria, este sábado, de Países Bajos sobre Hong Kong (33-3) hace imposible que ningún rival pueda desalojar a Samoa y a las Leonas de las dos plazas que otorgan la clasificación.

Que a las españolas les hayan favorecido los resultados de otros aspirantes no les resta mérito; ellas han hecho su trabajo. En el primer encuentro apabullaron a Madgascar (83-0), una selección inferior a la que hicieron 13 ensayos.

En el segundo choque, considerado clave, también vencieron a Países Bajos (0-20). No obtuvieron demasiado fruto al descanso (0-3) de su dominio en territorio y posesión. Pero con los minutos se adueñaron del encuentro: en la segunda mitad vencieron en tres ocasiones la resistencia de la defensa neerlandesa (0-20). Se había hablado de un encuentro en el que podían sufrir en el contacto físico. No sucedió. Al contrario, estuvieron muy bien en melé, en touche, en las percusiones, en el placaje.

Tras quedar fuera de Nueva Zelanda 2022, la selección que dirige Juan González Marruecos regresa a la cita más prestigiosa, que reunirá a los 16 mejores equipos del mundo. "Es el resultado de un camino que comenzó hace mucho tiempo", manifestaba ya el jueves -hablando aún como hipótesis- Laura Bimba Delgado, una de las capitanas.

Porque esta clasificación pone fin a ocho años en tierra de nadie, en los que el adiós de una brillante generación se sumó a la falta de medios y partidos adecuados para progresar. En ese tiempo, el equipo ganó con rotundidad todas las ediciones del segundo torneo continental, el llamado Campeonato de Europa, y plantó cara, derrotó incluso, a alguna selección del Seis Naciones. Pero daba sensación de haberse estancado respecto a la élite.

Las jugadoras querían sacarse "la espinita de Parma", del anterior torneo clasificatorio, y lo han logrado. "Esto va por las que están y por las que han estado", han repetido en las últimos días. Desde hace año y medio, con más dinero y mejor preparación, la selección femenina se ha puesto de nuevo en marcha. La clasificación a Inglaterra 2025 abre la puerta al crecimiento, habrá que ver adónde conduce.

"Estar en el Mundial significa seguir vivas, salir sería muy negativo", había afirmado antes del torneo Lourdes Alameda, otra de las veteranas. Con este logro, la selección femenina reclama focos y atención en el escenario internacional.

Sin restar validez a otras opciones legítimas de reforzarse por la vía del parentesco o residencia, la selección femenina se ha nutrido de la calidad de chicas que ya no se enganchan al rugby en edad universitaria, sino que empezaron a practicarlo en la niñez en nuestro país. Su talento atrae: una decena han sido fichadas por clubes ingleses y franceses. Así que este éxito es también el de sus formadores, el de sus compañeras de equipo, el del rugby de base.

Aunque el conjunto de Juan González Marruecos acuda al próximo Mundial de Inglaterra para aprender, su presencia supone una esperanzadora noticia para el rugby a quince español, que ve confirmado su progreso desde la cantera. El pasado mes de julio la selección masculina sub-20 consiguió la permanencia en el selecto grupo de las 12 mejores del planeta. Las rejuvenecidas Leonas también han cumplido este sábado su objetivo. En febrero llegará el momento, la oportunidad probablemente definitiva, de la selección masculina.

Los seis meses decisivos del rugby español: "Es ahora o nunca"

Los seis meses decisivos del rugby español: “Es ahora o nunca”

"Súper orgullosas de la primera parte y con sensaciones muy malas en la segunda". Alba Vinuesa, una de las capitanas de la selección femenina de rugby, resume así el partido que disputaron las Leonas en junio en Cardiff por una plaza en el Mundial. Tutearon a Gales hasta el descanso (21-20) y se vieron muy superadas en la continuación (52-20). Cuarenta minutos de esperanza, cuarenta de frustración y todo un aprendizaje para un plantel joven y necesitado de experiencia.

Desde este viernes las jugadoras de Juan González Marruecos afrontan la oportunidad definitiva para meterse en Inglaterra 2025: un torneo de seis equipos en Dubái con dos billetes en juego. España, Samoa y Países Bajos aspiran a llevárselo mientras otro participante, Fiyi, ya conquistó el suyo en una competición regional. De ese modo, incluso la tercera plaza en la tabla final podría tener premio.

Cada conjunto sólo va a disputar tres encuentros. Las Leonas arrancan ante Madagascar, un rival a priori inferior. Afrontan el 5 de octubre el choque clave contra Países Bajos que, para Alba Vinuesa, "ha mejorado un montón, las hemos ganado en abril (22-5), pero tampoco nos fuimos con las mejores sensaciones". Y cierran el torneo el 12 de octubre ante Fiyi. "Un equipo fuerte, con jugadoras físicamente bastante potentes y a buen nivel", según Lourdes Alameda, curtida en cuatro ciclos mundialistas.

La gran baza del ataque español debería ser la movilidad de las jugadoras y, sobre todo, del balón. Pero las Leonas deben minimizar su desventaja en peso y altura. "Siempre vamos a ser un equipo pequeño, somos más rápidas y podemos ser más listas", apunta Alba Vinuesa. "Somos buenas jugando a la mano, con los apoyos, entre las líneas de la defensa y sí que es verdad que nos cuesta un poco más físicamente", completa Lourdes Alameda.

Desde el mundial de 2017 la selección femenina no disfruta de una competición con la élite. Aunque han ganado siete ediciones seguidas del Campeonato de Europa, el segundo escalón del Viejo Continente, hasta hace meses ha acusado la falta de partidos de nivel y un cierto estancamiento internacional.

Javier BarbanchoEL MUNDO

"El equipo está en mejor situación de juego que de resultados", analiza José Antonio Barrio Yunque, ex seleccionador femenino y actual director deportivo de la Federación, aludiendo a aquel partido contra Gales y a otra derrota, en la preparación, ante Sudáfrica. Pronostica que Países Bajos buscará contra España un partido cerrado y de impactos. "Los equipos que juegan contra nosotros, cuando tienen problemas, empiezan a generar avance por el centro, a trabajar el maul y la melé...". Un escenario, el de la inferioridad física, que tradicionalmente ha sufrido también la selección masculina y que ha ido revirtiendo en los últimos años.

"Estamos intentando buscar un modelo de juego común; por lo menos, que tenga un patrón común y troncal", explica José Antonio Barrio. Cita como ejemplo los entrenadores transversales de la Federación que dan apoyo a distintas selecciones masculinas y femeninas. Además, las academias implantadas en varios puntos de España trabajan la formación técnica, física y nutricional de los jóvenes que despuntan en las canteras y las selecciones emerging mitigan el vértigo del salto a la absoluta. El talento nacional encuentra, al fin, un camino de crecimiento.

World Rugby -la Federación internacional- financia y audita estas estructuras desde la base. "Apostar solamente a los seniors y no mirar abajo significa que quizás vas a tener un buen equipo, puedas conseguir algo, pero después, cuando esos jugadores pasan y lo que viene abajo no está, no hay sustentabilidad", razona Daniel Hourcade, consultor senior de Alto Rendimiento de World Rugby para Sudamérica, España y Portugal. El técnico argentino se muestra satisfecho con la evolución de nuestro país. "El camino es correctísimo, están haciendo las cosas muy bien, recién comienza y se empiezan a ver resultados", afirma.

La selección masculina hará frente en febrero y marzo al mismo desafío que la femenina: clasificarse para el Mundial de Australia 2027, que pasa de 20 a 24 plazas. Se libra de los enconados enfrentamientos con Portugal y Rumanía y encara un trayecto aparentemente más sencillo. Debe quedar al menos segunda de un grupo con Georgia, Países Bajos y Suiza. Los neerlandeses serán, como en chicas, el gran rival. La fecha marcada en rojo, el 1 de febrero. El lugar, un estadio español. Aun perdiendo, los Leones podrían agarrarse a una repesca.

José Antonio Barrio ha visitado con el seleccionador Pablo Bouza a varios clubes profesionales franceses para solicitar la cesión de los internacionales españoles. "Hemos visto buena acogida en los clubes y en los jugadores y somos moderadamente optimistas... por no gafarlo", explica, consciente de que no siempre se han cumplido las promesas. "Buscamos la continuidad y la identidad, que no pueda aparecer un jugador que viene solo al partido de Holanda, que el grupo no se resienta, y que el objetivo sea común, no de un partido sino de un proyecto".

Desde su posición en World Rugby, Daniel Hourcade aclara que promover el desarrollo de los jóvenes no excluye otras vías de reclutamiento como los franceses con padres o abuelos españoles, o extranjeros con residencia en España. Vías que han elevado el nivel de la selección pero han acabado en dos descalificaciones por alineación indebida. "En la absoluta juegan los mejores, en dos años no vas a conseguir todo lo que necesitas, es un proceso". Indica que el siguiente escalón para España sería la mejora de las competiciones nacionales, de manera que los jóvenes que hoy emigran a Francia tengan incentivos para quedarse. "El nivel de la competencia es clave en el crecimiento de un jugador", apostilla.

Javier BarbanchoEL MUNDO

Con las palabras "ilusión" y "tensión deportiva" describe José Antonio Barrio esta lucha por los billetes a ambos Mundiales. "Va a ser difícil por el rival, Holanda, y por la dificultad de gestionar todo en un partido, puedes tener una tarjeta roja...", apunta el director deportivo de la Federación. "Fácil no es nada, pero creo que tienen todas las cosas para lograr la clasificación", señala -sobre ambas selecciones- el consultor de World Rugby Daniel Hourcade.

¿Y si no se clasifican? Para José Antonio Barrio, "fracaso es una palabra muy dura". Sí admite que las consecuencias serían muy negativas. "La apuesta de World Rugby de aumentar los mundiales hace que, si no estás, no existes. Vas a tener muy difícil el apoyo, la financiación, la competición", enumera. El consultor Daniel Hourcade prefiere no poner el foco solo ahí. "No se puede medir por un resultado, el ganar no es sinónimo de éxito ni el perder es sinónimo de fracaso. Hay que analizar de qué manera, qué pasó, y después se verá si se cumplieron los objetivos, el resultado es la consecuencia. Creo que haciendo las cosas bien se consiguen los objetivos y estoy convencido de que España lo va a lograr", explica.

Con las malas sensaciones del partido contra Gales ya olvidadas, la selección femenina subraya la importancia de entrar en Inglaterra 2025. "Es seguir vivas, presentes en el panorama internacional, mantener el nivel", resume Lourdes Alameda. "Es ahora o nunca y está a nuestro alcance", decía Alba Vinuesa en el último entrenamiento en Madrid. Este miércoles, desde Dubái, ha confirmado su optimismo. "Somos un equipo con confianza, hemos venido a ganarlo todo, nos vemos favoritas y esperamos terminar así".

Llenar de rugby el estadio Zorrilla

La Federación ha decidido llevar uno de los partidos de preparación de la selección masculina a un estadio de fútbol. El 16 de noviembre España se enfrentará a Fiyi en el 'José Zorrilla' de Valladolid. Este campo acogió a 26.000 personas en la final de la Copa del Rey de 2016 y se plantea como el escenario para una gran reunión entre el equipo y los aficionados. Hasta ahora se han vendido unas 5.000 entradas.

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No le gusta hablar de éxito o fracaso, sino de "logro" y "no logro". Se dice exigente pero algunos deportistas retirados le tratan como si fuera su tío. Vive sus quintos Juegos Olímpicos presenciales siempre en segundo plano y dispuesto a aparecer si hace falta. "Esto es muy duro, llevo muchos días durmiendo poco, cuando vas con varios deportes se te solapan, pero todo merece la pena". El psicólogo Pablo del Río (Torrearévalo, Soria, 1955) llegó

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La eterna espera de Sacha, el ex jugador de rugby y médico voluntario en la pandemia que lleva 31 meses aguardando la homologación de su título

La eterna espera de Sacha, el ex jugador de rugby y médico voluntario en la pandemia que lleva 31 meses aguardando la homologación de su título

Diez años ha practicado el rugby a alto nivel, entre Argentina y España, Sacha Casañas. Placando y cargando, entregado a las tareas más ingratas para conquistar el balón, avanzar con él. Una década de partidos y títulos que ha simultaneado con los estudios. En febrero de 2020, en un viaje relámpago a Buenos Aires, concluyó la carrera de Medicina que había iniciado allí. Semanas después, en el peor momento de la pandemia, con la sanidad en riesgo de colapso, se presentó desinteresadamente como médico voluntario para "echar una mano" en un hospital de Valladolid, la ciudad donde jugaba y vive.

"Tenía una vocación, ganas de ayudar", relató Sacha a EL MUNDO hace cuatro años. Colaboraba en la primera atención a los pacientes con patologías diferentes al covid. Soñaba con homologar el título, hacer el MIR y especializarse. Hoy se ve atrapado en la intrincada melé de la burocracia.

Su etapa en la élite ha concluido. En mayo de 2023, en las filas del VRAC Quesos Entrepinares, se lesionó en la final de liga la rodilla izquierda. Ya ha sufrido dos operaciones y una tercera le reducirá el dolor "para que pueda tener una vida normal". Adiós al deporte que le trajo a nuestro país. "Siempre jugué porque me gustaba, pero fue un trabajo", dice a modo de despedida.

El delantero preparó durante años la retirada. "Saqué la carrera sin faltar a un entrenamiento", recuerda. De ese compromiso nace su decepción. La pandemia y los cierres de servicios retrasaron la expedición de su título en Argentina. No pudo solicitarlo hasta diciembre de 2020 y no lo recibió hasta un año más tarde. 22 meses de retraso en su país de origen.

Nada más recibir la documentación, el 22 de diciembre de 2021, Sacha Casañas la presentó ante el Ministerio de Universidades. No tuvo noticia hasta abril de 2024. Habían pasado 29 meses. Consultando dos veces por semana el estado de la tramitación. Visitando las ventanillas. Preguntando. "Nadie te da respuestas". Esperando, desesperándose. "Sientes la impotencia de levantarte todos los días sin saber si alguien lo vio, si va a salir". Con el ánimo "por los suelos". Buscando ayuda psicológica "porque el deporte que tanto amé va a ser imposible y porque todavía no puedo trabajar".

Pero no se trata de un problema particular de Sacha Casañas. Un censo de la asociación 'Homologación Justa Ya' estima que el atasco en las homologaciones alcanza a unos 100.000 expedientes; el 80% ellos, de profesionales sanitarios. Sitúa el tiempo medio de resolución en unos tres años, cuando los dos decretos vigentes -de 2014 y 2022- marcan un plazo máximo de seis meses y una recomendación de la Comisión Europea lo reduce a dos. El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades no ha facilitado los datos solicitados.

"No hay voluntad de resolverlo a pesar de la escasez de sanitarios", sostiene Rami Ahmadi, presidenta de 'Homologación Justa Ya'. Achaca la tardanza a "una discriminación contra profesionales extranjeros", a que hay "muy pocos funcionarios" dedicados a esta tarea y a procedimientos que penalizan al solicitante. "La gran mayoría de expedientes incompletos son por errores del ministerio", denuncia.

Casañas no quiere hablar de mala fe y agradece la atención a los funcionarios que, al menos, le han escuchado. Tras esos casi dos años y medio sin noticias, la primera fue mala. "Cómo puede ser que después de 29 meses me dicen que me falta un papel, me vi llorando como un niño", cuenta. Los certificados que aportaba, donde constaban todas sus notas y que se había licenciado, no fueron suficientes. Aportó el título -con su correspondiente autentificación- de inmediato. Han pasado otros dos meses. "A veces hay esperanza, algo tiene que salir bien", se consuela.

Sacha Casañas, en sus prácticas durante la carrera

Sacha Casañas, en sus prácticas durante la carreraEM

Lamenta el delantero que estos años le han ofrecido empleos que no ha podido aceptar. Incluso en la sanidad pública. "Como figuro como voluntario me han llamado dos veces porque necesitan cubrir esos puestos", explica. Casado y con dos hijas pequeñas, ha hallado en la familia su fuerza para seguir. "Si mi mujer no estuviese trabajando, no sé qué estaríamos haciendo", admite.

En total, el choque de Sacha Casañas contra la burocracia suma 22 meses en Argentina y casi 32 en España. Casi cuatro años y medio en los que ha obtenido la nacionalidad, ha seguido formándose y ha preparado por temporadas un MIR al que nunca pudo presentarse. Confía en que una homologación antes de septiembre le permita acudir a la próxima convocatoria. Recuerda su vocación como voluntario. "Intentas hacer cosas por la sociedad". Insiste en la justicia de su petición. "No pido que me pongan a trabajar en un lugar, pido que me den la homologación y trabajar donde yo consiga". Su deseo de recuperar el futuro que preparó en el pasado. "Quería ser traumatólogo, hoy sinceramente lo que busco es ser médico".

La élite mundial del rugby a siete planta su fiesta y su final en Madrid

La élite mundial del rugby a siete planta su fiesta y su final en Madrid

En el rugby a siete pasan cosas. Muchas cosas. En muy poco tiempo. En segundos. "Es muy dinámico y cambiante", arranca el argentino Rodrigo Isgró, mejor jugador del mundo en la temporada pasada. "Espectacular, súper entretenido", acelera Pol Pla, 96 ensayos con la selección española masculina. "Una forma de vida", posa la definición Olivia Fresneda, 25 años, internacional española de rugby a quince y volcada ahora en la modalidad olímpica.

Siete contra siete en dos tiempos de siete minutos. En todo el campo. Carreras y placajes, balón en movimiento, a la caza de un hueco para escaparse. Las HSBC Sevens Series, la competición anual que reúne a las mejores selecciones del mundo (All Blacks, Australia, Argentina, etc.. y, entre ellas, España) se decide por primera vez en Madrid. A todo o nada. El equipo que gane el torneo que se disputa de viernes al domingo en el Cívitas Metropolitano se proclamará campeón de la temporada.

Si en el césped los partidos se suceden, la idea es que el espectador también esté activo. "El rugby va a ser lo más importante, pero queremos convertirlo en un festival, tenemos que dar un plus, de entretenimiento o gastronomía", asegura Paula Hernández, de World Rugby -la Federación Internacional-, directora de esta serie en Madrid.

Los palos de rugby, en el estadio Cívitas Metropolitano

Los palos de rugby, en el estadio Cívitas Metropolitano

Los partidos arrancan el viernes y el sábado a las doce del mediodía y el domingo, a las diez de la mañana. Como cada jornada dura al menos 10 horas, las entradas permiten salir a la fan zone y volver a entrar. Hasta este miércoles se habían vendido unas 40.000 repartidas entre los tres días, con precios a partir de 10 euros.

Si el seven puede perder en tempo, complejidad y épica respecto al quince, gana en continuidad y velocidad. La exigencia, en eso no varía, es máxima. Rodrigo Isgró debutó en 2020 y ahora ve cómo Argentina, tras quedar primera en la suma de los torneos previos, es una de las favoritas. "Dos minutos de desconcentración te pueden hacer perder un partido, hay muchos ensayos, puede pasar cualquier cosa hasta el último minuto". No queda margen para el fallo ni tiempo para rectificar. "Puedes estar mucho tiempo defendiendo, tienes un error y es un ensayo en contra", confirma Olivia Fresneda.

Aunque el juego es cada vez más físico, apunta Pol Pla, "en un campo tan grande siempre hay espacio para el jugador habilidoso o que tiene otras virtudes". Velocidad, fuerza y resistencia han convertido esta modalidad en un deporte para superatletas. "El jugador de seven dedica mucho tiempo a la parte física", corrobora Isgró. Y, subraya, no sólo a eso. "La mayoría de las veces es la cabeza la que le da señales al cuerpo para poder seguir". La española Olivia Fresneda destaca cómo, incluso en los viajes, el tiempo libre suele dedicarse a la recuperación. "Te exige estar las 24 horas del día", dice. Pol Pla se recuerda "reventado" tras su primer torneo y sin fuerzas para afrontar otro al siguiente fin de semana. Hoy es un referente en la selección masculina.

Pol Pla (primero por la izquierda) intenta alcanzar a Rodrigó Isgró (tercero por la izquierda)

Pol Pla (primero por la izquierda) intenta alcanzar a Rodrigó Isgró (tercero por la izquierda)World Rugby

Pasan cosas en el campo y pasan cosas fuera. Como el rugby es, además, diversión, en el exterior del Cívitas Metropolitano se celebra el sábado un torneo de rugby playa y otro de cinta, el domingo, para niños. El sol lo pondrá Madrid, la arena ha llegado desde una cantera. Puestos de comida, un beach club con música, tumbonas, piscina y pantalla gigante. "La gente no sólo va a ver rugby, también va a ser parte del rugby", sugiere Paula Hernández. La directora de la organización explica que "el público objetivo es entre los 20 y los 30 años, pero pueden ir familias, intentamos tener ofertas para todos". Su objetivo, que esta cita - en la que participan la Federación Española, el Ayuntamiento de Madrid y el Atlético de Madrid- se asiente en la ciudad.

Los jugadores, sin embargos, no pueden permitirse distracciones. Las selecciones españolas, masculina y femenina, han quedado décima y duodécima en la suma de los torneos anteriores. Por eso su reto en Madrid es la permanencia en este club tan selecto que les fuerza a progresar o descender. Compiten contra otros siete equipos por cuatro plazas. Su destino se decide, al igual que el título, en las eliminatorias del domingo. A un partido. Presión absoluta.

Las dos escuadras muestran confianza. "Tenemos muchísimo corazón, muchísimo juego en equipo, muchísima garra, muchísimo espíritu de competición", asegura Olivia Fresneda sobre las Leonas. El conjunto masculino ha obtenido sus mejores resultados cuando ha controlado la posesión. "Jugar con el balón más que ser verticales, no ir a chocar, aunque a veces lo tenemos que hacer, nuestro juego es mucho más de mover el balón de una banda a otra, de jugar con las carreras", resume Pol Pla.

Frenazos, cambios de pie, aceleraciones. Ritmo habrá también en las gradas. El sábado, con el dj Luc Loren. El domingo, con actuaciones de Ptazetay Chanel. Paula Hernández apunta a nuevos públicos al convertir en "experiencia 360" esta competición deportiva de élite: "Apostamos por cosas rápidas, la gente joven no tiene paciencia, quiere que pasen cosas, no estar sentada".

Olivia Fresneda, en una serie anterior

Olivia Fresneda, en una serie anteriorMike LeeWorld Rugby

Dubai, Ciudad del Cabo, Los Ángeles, Hong Kong... Las Series Mundiales han brindado a los jugadores españoles la oportunidad de dar la vuelta al mundo. "Nos conocemos los aeropuertos de memoria, no vas a ver esos países, vas a competir, a entrenar y a jugar", asegura Olivia Fresneda. Pol Pla, asumiendo ese desgaste, agradece "viajar, conocer personas, distintos lugares, culturas diferentes".

Con la presencia del francés Antoine Dupont como uno de los principales reclamos, la final de las HSBC Seven Series en Madrid pone a España en el mapa del rugby internacional. Los Leones y las Leonas esperan, además, sentir el impulso de su afición. Para Olivia Fresneda será "espectacular"; para Pol Pla, "una motivación extra". Con los Pumas entre los favoritos al título absoluto, también lo reclama Rodrigo Isgró. "Espero que muchos argentinos puedan acercarse a alentarnos". Describe como "una familia" a su selección porque "para expresarte bien adentro de una cancha, primero tenés que sentirte cómodo afuera".

Los deportistas se exprimirán mientras el público se esfuerza en pasarlo bien. Es el espíritu festivo al que se vincula el rugby a siete internacional. Pol Pla expresa tres deseos. La permanencia, los Juegos de París y un tercero para después de retirarse. "Algún día tengo que ir de espectador, cuando ves a los aficionados disfrutar así, pues te apetece hacerlo".

La selección femenina de rugby, eterna campeona bajo la frustrante sombra del Seis Naciones

La selección femenina de rugby, eterna campeona bajo la frustrante sombra del Seis Naciones

"Recuerdo muchos nervios pero me sentía muy arropada, fuerte". Laura Bimba Delgado rememora la primera vez que ganó el Campeonato de Europa con la selección femenina de rugby. Primavera de 2016. "Era la más novata". Este sábado, a los 34 años, y como una de las capitanas, ha conquistado el mismo título por séptima vez consecutiva. Respaldando a las recién llegadas. "Esa sigue siendo la filosofía".

Sin repetir las llamativas palizas de ediciones anteriores pero siempre mandando, las Leonas han derrotado este sábado a Suecia (0-53) después de haber vencido a Portugal (24-0) y a Países Bajos (5-22) las semanas previas. "Es una buena noticia que suba el nivel", asegura el seleccionador, Juan González Marruecos, dos años en el cargo. Porque la ausencia de una competición exigente las ha lastrado en la última década. La selección española femenina, como la masculina de Georgia, domina con claridad el segundo nivel europeo. Pero no puede acceder al Seis Naciones, un torneo privado y cerrado.

"Hace años estábamos frustradas porque pertenecíamos al Seis Naciones y nos sacaron", admite Bimba en conversación telefónica. Alude a la etapa entre 2000 y 2006, cuando España sí disputó, y sin desentonar, la prestigiosa competición. Sólo en dos de esas ediciones no ganó ningún partido. La sustitución por Italia se produjo para unificar las selecciones que disputaban el torneo masculino y el femenino. Las Leonas se vieron resignadas a reinar en terreno de nadie.

Sin Seis Naciones, la vía de desarrollo se ha reactivado gracias a giras y torneos alternativos. Japón, Estados Unidos, Sudáfrica, selecciones muy consolidadas, han sido rivales de la española en el último año y medio. Los marcadores, cada vez más ajustados. "En el pasado se encontraban a una gran distancia y actualmente estamos compitiendo". Juan González Marruecos siente "un crecimiento en el aspecto mental, nos faltaba ser una selección madura". Y apunta al siguiente paso. "En delantera somos un equipo pequeño pero lo gestionamos bien, tenemos un margen de mejora en fases estáticas, problemas que no son insalvables". Un diagnóstico similar al de selección masculina.

"Lo que nos falta son minutos y rodaje para conseguir un equipo sólido", completa Bimba. Experiencia para una selección cuya media de edad ronda los 23 años. En un deporte que apenas ofrece ingresos -y menos a las mujeres- a cambio del sacrificio que exige, esta primera línea nacida en Jerez disputa su cuarta temporada como profesional. Su club es Gloucester Hartpury, vigente campeón y aspirante al título en la liga inglesa.

Esa pesada sombra del Seis Naciones volverá a proyectarse en breve sobre la selección española. El Campeonato de Europa recién revalidado supone el primer paso hacia el próximo mundial. El segundo será un partido contra la última clasificada en la edición actual del legendario torneo. La selección ganadora estará virtualmente clasificada para Inglaterra 2025; la perdedora tendrá otra oportunidad contra rivales más asequibles.

Los antecedentes hablan de igualdad. Hace medio año las Leonas perdieron con Irlanda por un apretado 15-13. Y en el torneo clasificatorio para el mundial anterior, en septiembre de 2021, España derrotó a Irlanda, perdió ante Escocia un partido muy igualado y cayó con claridad frente a Italia. Quedó fuera y comenzó su renovación. "El cambio de generación fue un momento de aprendizaje", recuerda Bimba, superviviente de aquel equipo que acusó, sobre todo, la falta de partidos de calidad.

Nadina Cisa avanza hacia el ensayo contra Suecia

Nadina Cisa avanza hacia el ensayo contra SueciaChrister ThorellRFER

Ella, como tantas en su época, aterrizó en este deporte en edad casi universitaria. Por recomendación de un amigo y cuando aún -comenta entre risas- lo confundía con el fútbol americano. Procedente de una familia de atletas, antes practicaba el lanzamiento de martillo. Hoy describe cómo sus compañeras noveles "tienen muchísimo rugby, juegan desde pequeñitas en la cantera con chicos, tienen habilidades y visión". Las define con dos palabras muy parecidas: "descaro" y "desparpajo".

Juan González Marruecos ha conducido esa transición. Conocía bien al grupo porque fue ayudante de su predecesor, José Antonio Barrio. Subraya las virtudes de la plantilla actual. "La seriedad, son muy disciplinadas en su trabajo cuando no estamos en las concentraciones, que es la mayor parte del tiempo, y con una claridad sorprendente sobre lo que quieren".

En paralelo, cada vez son más las jugadoras que saltan a clubes extranjeros. "Algunas chicas de la liga española podrían perfectamente estar de titulares en buenos equipos ingleses y franceses", apunta el seleccionador. De partida, no aprecia una diferencia de nivel entre las que han emigrado y las que continúan en nuestro país. Pero a medio plazo, detalla, el entorno profesional mejora el rendimiento. "No es lo mismo la chica que va sola al gimnasio que la que va con el grupo y el preparador físico, y después tiene una sesión de destrezas, y se tira toda la mañana entrenando y va a casa a descansar. La jugadora española luego estudia, y alguna tiene algún trabajo, y llega a las once de la noche muerta", resume.

Pese a esos condicionantes, la selección femenina, en busca de un camino y un techo para romper, aspira a clasificarse entre los 16 equipos del próximo mundial. "Lo vemos, estamos cada vez más cerca y se tiene que construir sobre hechos, pero hay posibilidades reales", asegura Juan González Marruecos.

También lo cree probable Laura Bimba Delgado. Aquel deporte que desconocía le ha llevado hasta equipos de Francia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, y ya profesionalmente, Inglaterra. "El currazo, las locuras que he hecho... A base de trabajo y de suerte se me han ofrecido muchas oportunidades y no he dicho 'no' a nada", recapitula. "Me siento muy afortunada de vivir de mi pasión". Es el sentimiento que la ha inspirado y que, como veterana, trata de transmitir a sus jóvenes compañeras en la selección.

Ilusión y realismo en la nueva etapa de la selección masculina de rugby: "El físico es nuestro debe"

Ilusión y realismo en la nueva etapa de la selección masculina de rugby: “El físico es nuestro debe”

"¡Así, sufriendo, se crea el equipo!". Y tanto que había sufrido. En su primer partido bajo la dirección de Pablo Bouza, la selección masculina de rugby ganó a Países Bajos (18-20) después de que los locales fallaran un tiro a palos con el tiempo agotado. Las palabras de Bautista Güemes, uno de los veteranos, a sus compañeros abrazados en círculo contenían una segunda verdad. El equipo se está creando, está en construcción.

Mes y medio más tarde, la selección española ha acabado tercera en el Campeonato de Europa, el nivel siguiente al Seis Naciones. Tras esa angustiosa victoria en Amsterdam y otra más holgada contra Alemania(27-5), España se ha medido a tres quinces que disputaron el último Mundial. Plantó cara a Georgia antes de ser avasallada al final (38-3), dominó muchos minutos a Portugal pese a la derrota (33-30) y este domingo se ha impuesto a Rumanía en un encuentro que empezó mal y remontó con meritoria autoridad (33-40). Una actuación global que devuelve la ilusión a los aficionados.

"El seleccionador se enfoca mucho en el grupo, que estemos unidos", afirmaba hace unos días Güemes. El argentino Pablo Bouza dirige esta etapa. La anterior, conducida por Santiago Santos, se cerró con el éxito deportivo de la clasificación para dos Mundiales y el desastre de las descalificaciones posteriores por la alineación irregular de jugadores nacidos en el exterior. La columna vertebral se basa ahora en jóvenes talentos de la prolífica cantera española. Parte están enrolados en clubes franceses, algunos en los equipos filiales de 'promesas'. El nuevo capitán, Mario Pichardie, sólo 23 años, demostró su liderazgo contra Rumanía.

"Armar un equipo, crear una identidad" es el objetivo declarado por Bouza para este 2024. No sólo implica trabajo deportivo. Los ratos libres se aprovechan para hacer actividades juntos. "Se crean más vínculos; si no, sé cómo uno me la va a pasar pero no le conozco", señala Álvaro García, capitán hasta agosto de la selección sub20 y ya asentado en la absoluta. Cuenta cómo los sub20, que se clasificaron para el mundial de su categoría, pactaron unos valores en los que se refugiaban cuando un partido se torcía. Siente que, sin haberlo verbalizado, el XV del León comparte "el compromiso, me dejo el hombro por el equipo, y ser disciplinados".

Placaje de Alvar Gimeno al rumano Tomane

Placaje de Alvar Gimeno al rumano TomaneChristophe Petit PessonEFE

Álvaro pide con frecuencia consejo a Del Hoyo y Ovejero, internacionales con más kilómetros que a la vez son sus competidores por el puesto de talonador. "Hay muy buen rollo, mi librito de apuntes se está llenando". Acude a la experiencia ajena porque en varios aspectos nota el salto de categoría. "La melé es una de las fases más complicadas; el ritmo de juego es distinto; y la parte física, no es lo mismo jugar entre gente que tiene 20 años que entre gente que tiene treintaypico", apunta. La melé es también la faceta del juego en la que el XV del León se ha visto más superado en estos cinco partidos. La solución no será inmediata. Hacen falta kilos de músculo y sobre todo horas de vuelo.

Durante el torneo la selección española ha mejorado en defensa, especialmente en la propia 22. "Nos encontramos cómodos", resume el apertura de origen argentino Bautista Güemes. El grupo también ha crecido en los contactos. De retroceder en el primer partido contra Países Bajos a imponerse en el pick and go -percusiones sucesivas- en la primera mitad contra Portugal y a hacer así dos ensayos, ambos de Pichardie, a los antaño abrasivos delanteros rumanos.

Sin embargo, esa dureza que va adquiriendo el quince de Bouza suele debilitarse a partir del minuto 60. El seleccionador tampoco ha dado hasta ahora muchos minutos a los hombres del banquillo. "Puedes jugar a lo que quieras, pero si delante no aguantas un partido entero, los equipos empiezan a flaquear", describe Álvaro García. Su compañero Bautista Güemes coincide. "Hay un momento en que nos empezamos a caer y por eso necesitamos subir el aspecto físico para aguantar los ochenta minutos al 110%". Destaca el compromiso común de seguir avanzando al margen de las concentraciones. "El físico es un poco nuestro debe, tenemos que trabajar, siento que cada uno lo va entrenar mucho más", añade.

La solución óptima a este problema supera a los propios jugadores y afecta en realidad a todo el calendario de competiciones. El seleccionador se ha mostrado partidario de un acuerdo con los clubes para que los internacionales lleguen más descansados a los partidos de 2025, cuando se disputará la clasificación para el el mundial de Australia 2027. Pero ese pacto parece muy difícil con los clubes franceses, ya bastante remisos a prestar a sus profesionales.

La selección celebra el tercer puesto en el Campeonato de Europa

La selección celebra el tercer puesto en el Campeonato de EuropaChristophe Petit PessonEFE

En las cinco semanas de trabajo el equipo se ha esforzado en reducir las pérdidas de balón y en rearmar el maul de touche, una plataforma ofensiva que la selección de Santos practicaba de memoria y que, por la renovación, ha perdido efectividad. "Es un fuerte nuestro y vamos a seguir aunque tengamos gente joven, en categorías inferiores trabajamos mucho eso", afirma Álvaro García, convencido de que volverán a sumar ensayos avanzando en formación. Su pronóstico, expresado el pasado jueves, se cumplió el domingo contra Rumanía.

En el Campeonato de Europa ha destacado la calidad y peligrosidad de los tres cuartos españoles, veloces ejecutores de la mayoría de los ensayos. "Queremos rucks rápidos, mover la pelota, y hacer al otro equipo, más pesado, que se canse. En la inferioridad física podemos correr, tenemos jugadores que manejan muy bien la pelota", explica Bautista Güemes.

En los dos últimos partido la selección de Bouza tuvo tanta o más posesión de balón que Portugal y Rumanía, otra señal de progreso. "El engranaje es más fluido cada vez", subraya Álvaro García, quien elogia la experiencia que aporta un puñado de veteranos. Güemes, 33 años, destaca que a los recién llegados sólo les falta "rodaje" y apela al legado. "Estamos para acompañar y luego dejarlos que sigan", subraya.

A este equipo en construcción le queda media docena de partidos para completar la puesta a punto antes de luchar por la ansiada clasificación para Australia 2027. "España no sólo va a competir, sino que lo va a lograr", sentencia Güemes. Para él, superviviente del último fiasco, sería un sueño cumplido. "Si estamos acá, es por algo".

La clasificación, en 2025

La aspiración española de acudir a un mundial de rugby por primera vez desde 1999 se ve favorecida por el aumento de los equipos participantes, que en Australia 2027 subirán de 20 a 24. Eso puede suponer al menos una plaza más en el torneo clasificatorio europeo, que se disputará a lo largo del año 2025. No se ha anunciado aún cómo se desarrollará.

Para Francia 2023, las selecciones del llamado Campeonato de Europa compitieron por dos plazas directas y una de repesca. Si se confirmara el aumento, ocho selecciones lucharían ahora por al menos cuatro puestos. Georgia vuelve a ser favorita para conquistar el primero. Con Rusia aún excluida, Portugal, Rumanía y España serían candidatas a los otros. La amenaza para todos es el avance de Países Bajos.

Irlanda revalida el título en un Seis Naciones animado por Italia

Irlanda revalida el título en un Seis Naciones animado por Italia

El Seis Naciones es celebración. Irlanda festeja a San Patricio tras revalidar el título con autoridad. Lo ha sellado este sábado al vencer a Escocia (17-13) en un encuentro que ha decidido en los últimos minutos. Y, sin embargo, su campeonato tiene un cierto aroma a oportunidad perdida. La derrota en Inglaterra, hace una semana, ha impedido a la selección de la isla completar su segundo torneo invicta y marcar un récord de doce victorias consecutivas.

El contratiempo se produjo en campo inglés, con el tiempo agotado y las expectativas por las nubes. Aun así, resulta innegable el mérito de Irlanda. Tras caer en cuartos de final en el Mundial, vuelve a donde estaba, a dominar el rugby del norte. Paliza a Francia (17-38), paliza a Italia (36-0), paliza a Gales (31-7) y triunfo ajustado ante una dura Escocia.

Ya sin el retirado Sexton, bien sustituido por Crowley, el XV del Trébol ha jugado con sus códigos al rugby que domina y que le hace dominar. Ha sido líder en puntos, en ensayos, en metros recorridos portando el balón, en pases, en rupturas de la línea defensiva rival. A menudo voraz en la 22 contraria, aunque este sábado haya perdido varias oportunidades claras de distanciarse en el marcador.

El irlandés Furlong trata de posar un ensayo contra Escocia

El irlandés Furlong trata de posar un ensayo contra EscociaPaul FaithAfp

El de 2024 será para Italia el Seis Naciones el de la consolidación. Dos victorias y un empate en cinco partidos. En la tercera jornada rozó la hazaña en Francia: estrelló en un palo el golpe de castigo que le hubiera dado la victoria (13-13). Su delantera ha reducido la desventaja respecto al resto. Y además el quince de Gonzalo Quesada ha sacado el máximo partido a la agresividad de su línea, con tres cuartos que portan el balón y atacan al defensor buscando el hueco o el pase tras contacto.

El fin de semana pasado, contra Escocia, el público de Roma disfrutó de una remontada y de la primera victoria como local desde 2013. Este sábado, en Gales, actuación convincente y victoria con nota (21-24). Italia se ha plantado muy bien en defensa, ha cerrado los espacios, ha recuperado balones y ha golpeado con la rapidez de sus tres cuartos. Por fin disfruta más que sufre.

Francia ha perdido fuelle. Tras caer igualmente en cuartos de final de su mundial, se ha desdibujado y sólo en las dos últimas jornadas, con la incorporación de jóvenes -es campeona del mundo sub20-, ha cobrado impulso. La selección gala había comenzado en modo ciclotímico. Jugaba a ráfagas, se desconectaba y tenía un grave problema con las expulsiones.

El XV del Gallo se veía en el diván. En paralelo, su anterior capitán, Dupont, participaba en la primera victoria francesa en un torneo de las Series Mundiales de seven y entraba en el equipo ideal. Francia se reencontró en la cuarta jornada, en Gales, donde apabulló con el paso de los minutos. El joven medio melé Le Garrec se zafó de la sombra de Dupont para reclamar con su actuación la entrada de savia nueva en una plantilla que había perdido la chispa.

Italia gana una touche frente a Gales

Italia gana una touche frente a GalesGeoff CaddickAFP

Inglaterra no ha ratificado la mejoría que mostró en el mundial, donde fue tercera. Comenzó ganando a los dos equipos más fáciles, Italia y Gales. Pero el XV de la Rosa quedó en evidencia ante Escocia. Aunque tuvo más balón, sólo fue capaz de ensayar a la salida de dos melés propias. Buen trabajo táctico pero pocas ideas en el juego abierto. Hasta que en la cuarta jornada los ingleses se soltaron. Menos pie y más balón a la mano Ese día se mostraron inspirados, intensos, vertiginosos para imponerse a Irlanda con el tiempo cumplido. Porque el Seis Naciones también es drama y redención.

Otro año más, el Seis Naciones de Escocia ha estado marcado por la intermitencia. Minutos de dominio, destellos de brillantez y súbitos apagones. Ante Francia perdió de manera cruel, con un ensayo ganador probablemente posado que las tomas de cámara no pudieron validar. Revivió ante Inglaterra por el ardor fratricida que agita a ambas desde 1879. Ese día sacó el máximo rédito a su plan, basado en el pie de Russell, su Messi-pero-menos. Patada a campo contrario, presión defensiva y balones al ala Van der Merwe. Da la primera zancada y se escapa y/o atropella hasta el ensayo. La derrota en Roma, con el partido encarrilado, la bajó al suelo y este sábado ha plantado cara a Irlanda. Pero los números no mienten, sólo dos partidos ganados.

Gales se marcha con la cuchara de madera por haber perdido sus cinco encuentros, tres de ellos por tres puntos o menos. Ha mostrado la cara y la cruz de su juventud. A ratos desbordada; otros, los menos, desencadenada. El plan basado en la defensa y la utilización del maul no le da para más si el resto del ataque se atasca. Deposita su esperanza el futuro porque este Seis Naciones se cierra para ellos con un fracaso.