El club anuncia oficialmente la renovación del entrenador hasta 2025. “Hay que tener claros los objetivos y que sean alcanzables”, advierte
Rubén Baraja y el director deportivo del Valencia, Miguel Ángel Corona.VCF
Rubén Baraja ya es oficialmente el entrenador que dirigirá al Valencia hasta 2025. El acuerdo para la renovación está cerrado y posó con el director deportivo, Miguel Ángel Corona, en quien la presidenta del Valencia, Layhoon Chan, ha depositado toda la responsabilidad de la gestión deportiva. Aunque ha sido varias las conversaciones que Corona y Baraja han tenido en las dos últimas semanas acerca del Valencia 23/24, el entrenador no duda en dejar claro siempre que puede qué espera del club.
“Hay una serie de cosas que un club debe tener definidas. El objetico. Es importante saber de dónde vienes y a dónde quieres llegar. Hay que tener claros los objetivos y que sean alcanzables. Hay que estar muy fino a la hora de confeccionar la plantilla. Todos tenemos que hacer un esfuerzo por entender la situación que tiene el equipo. La afición ha entendido que son nuestro principal activo y tenemos que devolverle al apoyo con esfuerzo y teniendo sello propio”, aseguró el entrenador en una entrevista a VCF Media.
El mercado, pues, será clave y el Pipo quiere un perfil de jugadores concreto: “Para mí es muy importante que tengan hambre, ambición y energía”. “Históricamente el Valencia ha sido un buen equipo cuando ha tenido connotación de equipo. Cuando ha sido un bloque y todo el mundo sabía su rol. La exigencia tiene que ser la máxima cuando eres jugador del Valencia. Hay que trabajar mucho para reforzar al equipo. Este club te exige la máxima ambición para crecer”, señaló.
Si bien el objetivo clasificatorio pretende que sea el Valencia quien lo comunique de manera transparente, él tiene muy claro el que buscará en el campo. “Construir un equipo competitivo con los perfiles de jugadores que necesita el club para poder crecer. Es el objetivo que yo me marco. Un objetivo en función de nuestra realidad que hay que asumir. Conseguir que le Valencia crezca con un objetivo ambicioso pero real. Lo importante es saber nuestro punto de partida, pero tenemos que ser ambiciosos en poder crecer”, insistió.
Sabe Baraja que no habrá grandes inversiones en jugadores, que habrá ventas y que quizá vuelva a tener en el vestuario a jugadores con los que ya ha transmitido que no le gustaría contar. Pero, de momento, no fuerza en público.
Un cambio estructural desde los cimientos de la RFEF fue lo que reclamaron las jugadoras de la selección aquella madrugada de principios de septiembre de 2023, encerradas en un hotel en Oliva (Valencia). Descabezada la cúpula de Luis Rubiales -presidente, seleccionador y secretario general- se fueron dando cambios bajo el mandato de Pedro Rocha, pero ha sido Rafael Louzán quien, desde diciembre, le ha dado un vuelco a todo el organigrama.
Con una junta directiva paritaria por primera vez en la historia, la cabeza visible del fútbol femenino en la RFEF ya no es un hombre. El Comité Nacional de Fútbol Femenino, dirigido por Rafael del Amo, ha quedado, de momento, vacío de contenido. El nuevo presidente ha creado en su junta dos áreas, ambas dirigidas por mujeres. En el área de desarrollo del fútbol femenino se encuentra la asturiana María Suárez García, directora general del Oviedo, y en la de selecciones femeninas manda la ex internacional y consejera del Levante Ruth García. Además, en la junta, y para afianzar las relaciones con los clubes de la Liga F, está su presidenta Beatriz Álvarez.
Si ellas son las directivas, la ejecución de la reestructuración ha sido encomendada por Louzán a la abogada especializada en derecho deportivo Reyes Bellver. La sevillana, ex asesora legal del sindicato FUTPRO, ya formó parte del Comité de Disciplina Deportiva de la Federación entre 2012 y 2018 y vuelve ahora como directora de fútbol femenino, un cargo equiparable al que en su día desempeñaron Ana Álvarez, María Tato o Markel Zubizarreta. A él se le encomendó encarrilar la era post Rubiales en noviembre de 2023. Arquitecto del Barça, contaba con la confianza de las jugadoras para comenzar a trabajar en los cambios que ellas mismas reclamaban.
«una oferta irrechazable»
Sin embargo, apenas permaneció unos meses en el cargo. Tras la victoria de España en la Nations League, en junio de 2024, dejó la RFEF para aceptar «una oferta irrechazable»: director deportivo del imperio de clubes femeninos de Michele Kang, que incluye Olympique Lyon, Washington Spirit y London City. Con él, poco después, se marchó también su mano derecha, Gonzalo Rodríguez.
Las elecciones a la presidencia dejaron en el aire el organigrama que, desde febrero, se va completando en la línea marcada por Louzán y que Álvaro de Miguel, secretario general, y Manuel Lalinde, como director general, se encargan de ejecutar junto a Reyes Bellver.
De ella nace el nombramiento de María Pry como coordinadora deportiva de las selecciones. En ella recae la relación con los clubes y las jugadoras, y auxiliará a Bellver en cuestiones como quiénes se sentarán en el banquillo en cada categoría, cuestión que hay que decidir antes del 30 de junio, cuando vencen los contratos de los entrenadores.
Tomé, durante el entrenamiento de España, el martes en Lausana.EFE
Entre ellos, el de Montse Tomé, cuyo futuro se juega en la Eurocopa (el suyo termina el 30, pero de agosto), pero a la que esta federación ha dotado de mayores recursos. «La llegada de Rafael Louzán ayuda, tiene una idea clara de lo que quería del femenino», reconocía la seleccionadora en una reciente entrevista en As. Su cuerpo técnico, que formó deprisa y corriendo, ahora lo integran ocho personas, y en esta Eurocopa contará con un analista y un fisioterapeuta más. En total, rodeando a la selección femenina hay un staff de medio centenar de personas, casi gemelo al de la masculina, incluida Seguridad, que nunca habían tenido.
En Suiza, según fuentes federativas, la presencia del presidente será muy institucional, similar a la de Rocha en Alemania. Nada de estar presente de manera permanente en la concentración. De hecho, Louzán participó en la recepción a las campeonas Sub'19, pero no acompañó a la absoluta a la Zarzuela a su encuentro con la Reina Letizia. La expedición la lideraron María Suárez y, al frente del área institucional, el vicepresidente y presidente de la Federación Madrileña, Paco Díez.
Renovación en pausa
La celebración de la Eurocopa, con aspiraciones de que España consiga el título continental que le falta, ha puesto en pausa la renovación del organigrama deportivo, pero habrá relevos y alguno ya se ha comunicado. Tomé será valorada tras el campeonato, la gran prueba después del éxito de la Nations League y el fiasco de los Juegos de París. Por debajo, y de momento, la selección Sub'23 que dirigía Sonia Bermúdez desaparecerá, aunque ella tiene contrato también hasta finales de agosto.
En el caso de Javier Lerga, ex segundo de Vilda en el Mundial y después de Tomé, a finales de 2024 cogió las riendas de la Sub'20 y Sub'19 y ha aprovechado que acaba de ganar el Europeo para aceptar la oferta para dirigir el Athletic Femenino.
Quienes ya saben que no continuarán son Kenio Gonzalo, al frente de la Sub'17 -una decisión que ha sorprendido-, y Laura del Río, que lleva las categorías de Sub'16 a Sub'14. Para ellas, Bellver y Pry deberán buscar relevo.
Se hundió. La figura gigante y soberbia de Cristiano Ronaldo se deshizo cuando en el minuto 102, en la prórroga, plantado en el punto de penalti tenía en sus botas la clasificación de Portugal a cuartos de final. Estaba enfrente Oblak y se perfiló con la misma decisión con la que le derrotó en la final de Champions de Milán. Esta vez el esloveno venció, lo atajó y rompió en mil pedazos a la estrella lusa. Lágrimas, cabeza agachada y el esfuerzo de todo Portugal por recomponer a un líder que no ha marcado en esta Eurocopa. Volvió a llorar después porque cogidos a la manos de Diogo Costa, se verán con Francia en cuartos. [Narración y estadísticas (0-0, 3-0)]
Fue el meta del Oporto el héroe de la tanda de penaltis al volar para atajar los tres primeros lanzamientos de Eslovenia. Portugal sobrevivía después de un partido de desesperación en el que desperdició ese penalti en la prórroga y vio cómo su arquero sacaba el pie para desviar el último cara a cara que un error de Pepe le concedió a Sesko. Diogo Costa salvó en Frankfurt a las dos leyendas.
La supervivencia de Portugal pareció un milagro imposible en algunos momentos. Arrancó ordenada, reconociendo por dónde hacer daño a otro equipo que se les encerró, pero a medida que pasaron los minutos, se desordenó, enloqueció y empezó a mostrarse vulnerable. Se contagió de la ansiedad que sigue mostrando Cristiano. Sus lamentos de desesperación, desde el mismo arranque del partido, eran tan exagerados como contraproducentes para Portugal. Le quiso meter el equipo de Roberto Martínez algo más de velocidad al juego y porque por las orillas Leao encontraba oportunidades y Bernardo Silva ponía centros precisos que no había quien cazara.
Protestas y miradas
Eslovenia trataba de estirarse con alguna carrera de Sesko, pero era sabedora de que sus opciones pasaban por sujetar a los portugueses. Al pie de la letra lo cumplía Drkusic. El central se lo ganó todo a Cristiano. Le atosigaba en la recepción, le impedía girarse y, sobre todo, le ganaba todos los balones aéreos. Eso provocó que, un partido más, CR7 pareciera un lastre para Portugal. Su cabreo, sus protestas y sus miradas al videomarcador buscando su imagen reflejada hicieron que Portugal, capaz de recuperar con celeridad en el centro del campo, no pudiera armar una segunda jugada rápida porque su punta volvía andando, cabizbajo y en fuera de juego. Aún así lo intentaba frente a un rival que olía el nerviosismo.
La vía esta vez fue la velocidad de Rafael Leao, a quien en una ocasión tuvieron que frenar en falta en la frontal del área. Por supuesto la lanzó Cristiano, con toda su gestualidad, buscando la escuadra de Oblak que no encontró. Esa fue toda la complicación que pudieron crearles a los eslovenos, que empezaron a hallar los espacios. Se escapó por la derecha Stojanovic, se resbaló Pepe cuando fue a pararlo y suerte que apareció Nuno para atajar su centro antes que Sporar. Con el temor en el cuerpo, la mejor ocasión de los portugueses, que no probaron a Oblak entre palos, fue una carrera de Leao que acabó en un centro a la medialuna para el disparo de Palinha que se estrelló en el poste derecho del meta del Atlético.
Portugal, como en cada partido de esta Eurocopa, tenía que hacer algo más, aunque parecía no saber muy bien el qué. Al inicio de la segunda mitad trató de encontrar la solución Cancelo buscando la línea de fondo, caracoleando con el lateral y sacando un centro raso que desvió Drkusic.
Diogo Costa detiene el penalti de Balkovec.AFP
La siguiente la buscó Cristiano en otro lanzamiento de falta, que era para un zurdo pero, como nadie le rechista, se la pidió buscando ese gol que nunca llega. Fue dura a las manos de Oblak. Si en la primera parte fue Leao el arma ofensiva, en la segunda apareció Cancelo como un destello que deslumbraba al lateral Balkovec. Todo el peligro portugués nació de sus botas.
Pólvora lusa
Tenía que buscar Roberto Martínez más pólvora y echó mano de Diogo Jota a costa de Vitinha. Cristiano, esforzado en tirar faltas, seguía en el campo. Y Portugal no conseguía desencadenarse para asustar a Eslovenia. Matjaz Kek sentía a su equipo cómodo buscando el error que, más de una vez, había asomado en las filas rivales.
Portugal tiene siempre fases en las que juega al tratrán, y eso comenzó a hacer cuando el tiempo corría y empezaba a haber mucho que perder. Buscó entonces el técnico español al eléctrico jugador que le salvó en el primer partido: Francisco Conceiçao.
Lo intentaban los lusos estirándose hacia el área de Oblak y en el minuto 85 llegó su ocasión. Diogo Jota filtró un pase al espacio que corrió Cristiano para armar un zurdazo en un mano a mano que ganó, cómodamente, el guardameta rojiblanco. No se dibujaba bajo el techo del Frankfurt Arena otro escenario que no fuera el de la prórroga. Y ahí pasó de todo. Jota se coló entre los centrales y forzó un penalti, lo falló Cristiano y Sesko perdió la oportunidad de estar en cuartos. Porque los penaltis, en los que volvió a tirar CR7 para pedir perdón, los ganó Portugal.