Bagnaia, que partía desde el puesto 13 de la parrilla, aprovechó su mayor fiabilidad para lograr su sexto triunfo de la temporada
El Mundial de MotoGP no está decidido. Para nada. Eso lo ha dejado muy claro el Gran Premio de Indonesia. Jorge Martín acabó la jornada del sábado encaramándose al liderato tras imponerse en la ‘sprint race’, con un Pecco Bagnaia que sólo pudo ser octavo. La del domingo, en cambio, fue todo un jarro de agua fría para el madrileño. Firmó una salida excelente y rodó primero durante 11 vueltas, pero acabó por irse al suelo y Bagnaia, que partía desde el puesto 13 de la parrilla, aprovechó su mayor fiabilidad para lograr su sexto triunfo de la temporada y recuperar así además la cabeza del campeonato en una prueba en la que Maverick Viñales fue segundo y Fabio Quartararo acabó tercero.
La agresividad, la baza que le permitió a Martín colocarse primero tras la primera curva, fue también la que acabó por condenarlo. El madrileño no sólo salió fuerte, sino que llegó incluso a sacarle un par de segundos a sus más directos perseguidores, un grupo formado por Viñales, Bagnaia y Quartararo. Pero, lejos de controlar los tiempos y minimizar riesgos apostó por seguir fuerte y se fue al asfalto a 15 vueltas del final. Bagnaia, quien salía desde el puesto número 13 de la parrilla para acabar colocándose en la tercera plaza, mientras, hizo todo lo contrario: apostó por tener paciencia, por esperar su momento. Y su apuesta, en este caso, fue del todo ganadora. A ocho vueltas del final, se puso en cabeza y ya no dejó ese puesto hasta la caída de la bandera a cuadros.
“Creo que nos merecíamos una carrera como esta. Partiendo desde el puesto número 13, di el máximo en las primeras vueltas y, al ver a Martín escapándose, pensé ‘venga, cuida tus neumáticos y espera tu momento’. Y fue una buena elección”, confesaría Bagnaia al término de un Gran Premio con muchas caídas. Además de Martín, se fueron al suelo Pol Espargaró, Marc Márquez, Augusto Fernández y Johann Zarco. Luca Marini, tras caer en el arranque y tratar de continuar, por su parte, tuvo que abandonar finalmente la carrera.