Medio centenar de pelotaris de La Rioja han sido las primeras víctimas del “chantaje” utilizado por la Federación Vasca de Pelota para lograr que el próximo 31 de mayo Euskadi debute como selección internacional en Gernika. Un objetivo político y deportivo que PNV y EH Bildu han reclamado durante décadas y que se abrió de par en par con la complicidad del presidente Pedro Sánchez al modificar la Ley del Deporte en 2022.
Para lograrlo definitivamente, el nuevo presidente de la Federación Vasca, Joxe Mari Mitxelena, excluyó a 50 deportistas -desde juveniles hasta senior- de La Rioja del mejor torneo porque su presidente Juanjo Belmonte se mantuvo firme. “La pelota es el único deporte netamente español junto a la lucha canaria”, constata el veterano dirigente, que mantiene vivo esta disciplina que practican 440 escolares y 300 federados en La Rioja.
La exclusión de La Rioja del torneo GRABNI para coaccionar a su presidente, que es además vicepresidente de la Española, desnuda la sutil estrategia política y jurídica desplegada por el Gobierno Vasco de la mano de la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV) y de la Federación Vasca. La designación de Joxe Mari Mitxelena al frente de la Vasca ha acelerado los calendarios que manejaban tanto los partidos nacionalistas vascos como sus dirigentes deportivos para ver jugar a sus pelotaris contra España.
Las previsiones iniciales apuntaban a que ese debut que requiere del visto bueno del Consejo Superior de Deportes sería realidad en los Mundiales de Pelota que se celebrarán en Bilbao y Gernika en 2030. Pero la decisión de la Federación Española de impugnar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo la asamblea del 28 de diciembre de 2024 ha provocado que Euskadi ya planifique que su selección se estrenará el próximo 31 de mayo en el frontón largo de 54 metros de Gernika. Un torneo en el que, a día de hoy, no jugará ningún cestapuntista español, como represalia de la FIPV.
De hecho, esta Federación Internacional ya ha vetado la presencia de jugadores que no sean del País Vasco en un torneo de pala que se está celebrando en Orthez (Francia), sin que el Consejo Superior de Deportes (CSD) se haya manifestado. La Federación Vasca utilizó esta exclusión de los pelotaris no vascos como ardid para negar a La Rioja y a Navarra su participación en el torneo GRABNI. “Mitxelena, en una reunión celebrada en Vitoria, quiso que firmáramos a favor del reconocimiento de Euskadi como federación e incluso me ofreció que si lo firmaba después nuestros pelotaris podrán jugar el GRABNI a pesar de que el campeonato ya ha empezado”, denuncia Belmonte, muy dolido por el disgusto sufrido por decenas de pelotaris de La Rioja, que se habían preparado para disputar durante mes y medio los partidos que se celebran en frontones del norte de España.
El “chantaje” de la FIPV y de la Federación vasca amenaza la presencia de pelotaris del resto de España en Gernika y deja en manos del Consejo Superior de Deportes (CSD) la última decisión. Los asesores jurídicos de la Internacional y de la vasca se aferran al artículo 48.2 de la Ley del Deporte para exigir al presidente del CSD José Manuel Rodríguez Uribes para que avale la presencia de la selección vasca en Gernika, aunque siga pendiente el dictamen del TAS. La norma aprobada por la presión del PNV a Pedro Sánchez establece el “previo acuerdo” del CSD y Rodríguez Uribes mantiene abierta una negociación para “llegar a un acuerdo entre las tres partes”.
Aplazamiento
De hecho, técnicos del CSD junto a representantes de la Federación Española presidida por Javier Conde, de la Internacional y de la Vasca tenían previsto reunirse mañana en Madrid para crear una “mesa de trabajo”. Sin embargo, la cita se ha pospuesto sin fecha después de que Marca desvelara la presión ejercida por la FIPV y la Federación Vasca contra el resto de los pelotaris españoles. Fuentes de CSD descartaron que la decisión de posponer el encuentro esté motivado por la polémica política generada.
Miembros de la Federación Española y políticos, como el portavoz del PP en el Congreso, Borja Sémper, temen que Rodríguez Uribes ceda ante los objetivos de PNV y de EH Bildu y otorgue el control deportivo e institucional de la pelota al País Vasco. Sémper denunció que el Gobierno de Pedro Sánchez “mira hacia otro lado”, mientras la FIPV le roba la pelota a España