Tras un primer periodo infame, al Atlético se le escapó medio muerto el Barça, cuando estaba absolutamente al borde del colapso. Joao Felix se vengó de Simeone y ese raquítico gol sirvió para cobrar una deuda pendiente.
Lo que no me puedo explicar ni
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No hay destino al que no se sobreponga el Barça ni reto del que se apee el Atlético. Ambos trasmutan en indestructibles cuando se enfrentan. Como forjados en una siderurgia, pueden tambalearse pero no caen. Resisten, toman aire y empiezan a mostrar sutileza, talento o resiliencia que acaba noqueando a los rivales. Hasta en la locura pueden reinar los dos. Y loco fue un duelo que olió a partido de otro milenio, de aquellos que crearon memoria. Barça y Atlético en esencia pura, rompiéndose a golpes sin cálculos, pero ambos muriendo y resucitando.[Narración y estadísticas (4-4)]
El Atlético salió al asalto, como si quisiera prolongar el duelo de la Liga que se llevó por empuje en el último suspiro. No pudo ser más calcado el final, con Sorloth de protagonista, pero como entonces, los rojiblancos tardaron en sonreír. Y eso que Szczesny tuvo que tocar la primera pelota en juego para mandarla a córner porque Griezmann ya había colocado la pelota para el remate de Julián Álvarez. La supervivencia culé apenas duró un instante. Puso el francés la bola en juego desde la esquina, se tiró el apoyo con De Paul y la recogió para telegrafiarla al segundo palo, donde apareció La Araña. 53 segundos y ya estaban por delante de un Barça que aún ni sudaba.
El arañazo se convirtió en herida cuando el argentino aprovechó el pase blando de Koundé a De Jong para robar y lanzar la carrera del Principito, que quebró a Balde en el punto de penalti para engordar el marcador y sólo habían transcurrido seis minutos. Grogui estaban los azulgranas, que tardaron diez en tirar a puerta.
Resetear en dos minutos
El vendaval que se intuía empezó a amainarlo Ferran, al que Pedri y Raphinha dejaron solo ante Musso, que le ganó por serenidad. Empezaba a desperezarse el Barça bajo la seria mirada de Flick en la banda. Todo empezaba por jugar y eso fue lo que hizo Lamine, lanzando a Koundé hasta la línea de fondo para que pusiera el balón atrás, al corazón del área, donde apareció Pedri. Casi en la celebración, Gallagher cede un córner que Raphinha pone al segundo palo para que Cubarsí marcara. El Barça en dos minutos, en dos jugadas, había reseteado el duelo.
Entonces la intención fue dominarlo y no tardó en conseguirlo, porque la efervescencia del Atlético desapareció en media hora. Es cierto que se ajustó para no sufrir, pero vivió tan alejado de Szczesny que le costó poner a prueba al polaco, por momentos más un libre de antaño que un guardameta. Los rojiblancos eran incapaces de arrebatarle la pelota al Barça y no podían correr. Tampoco Simeone pareció enloquecido, más bien amarró muy consciente de que la eliminatoria tenía minutos por delante y 90 más en el Metropolitano.
Era el consuelo que le quedaba mientras suspiraba aliviado al ver a Ferran birlarle la pelota a su defensa pero volver a ser presa del ansia, pegarle mordida y tan floja que apareció Giménez a despejarla con Musso vencido. Necesitaba pasar por el vestuario el Atlético a recomponerse, pero lo hizo con un gol más en contra. Nació de un caño de Lamine a Galán un córner que Raphinha mandó de nuevo al segundo palo donde esta vez, solo, apareció Iñigo Martínez para poner un testarazo cruzado al fondo de la red. En el añadido apareció de nuevo Yamal para soltar su zurdazo fetiche y hasta Olmo, con poco brillo.
El remate de Pedri en la acción del 1-2.AFP
En la segunda parte, los rojiblancos volvieron a descifrar cómo hacer daño. Se encontraron con que Pedri no cazó otro balón lateral de Raphinha y que Hernández Hernández no consideró penalti la caída de Lamine en el área, pero también con que Julián Álvarez leía que había una pradera tras la espalda de la defensa culé. No dejó de intentar forzar el fallo una y otra vez. Buscó en largo a De Paul que aparecía por la orilla derecha, pero se rehízo Balde antes de que el centrocampista pudiera armar el remate. Además, Julián se encontró a Correa como socio para castigar al Barça en transiciones que les hacían correr demasiado hacia atrás.
El partido había entrado en una fase de locura que bien podía acabar con un empate porque el Atlético quería resucitar. Lo había intuido Flick y mandó al campo a Lewandowski. No tardó el polaco en demostrar que huele el gol. Pedri habilitó a Lamine en la banda para que rompiera a Reinildo y su centro tenso lo cazó el goleador culé. Fue entonces cuando el alemán quiso poner la pausa y mandar piernas frescas al campo y a Pedri a descansar al banco.
Era el minuto 85 y, lejos de cerrarse, el duelo siguió siendo de ida y vuelta. Por eso Julián Álvarez encontró premio a su tesón, aunque tuviera que ser en forma de asistencia a Llorente para que recortara distancias. Todo era posible, tanto como que un resbalón de Koundé dejó solo a Lino en su carrera hacia el área para darle a Sorloth el empate con sabor de déjà vu liguero.
Era el más deseado y ya es oficial. Tras varios días repletos de rumores y de tensa espera, el Atlético de Madrid ha anunciado el fichaje del delantero Julián Álvarez (Argentina, 24 años) por una cantidad que ascendería, según las cifras que están saliendo a la luz, a los 70 millones de euros, más otros 20 en variables, para las próximas seis temporadas. Una cantidad nada desdeñable, pero acorde a la calidad de un futbolista que da un impulso de gigante al nuevo proyecto de Diego Pablo Simeone para volver a codearse con los dos grandes en la lucha por la Liga y soñar, por qué no, con levantar la primera Champions.
El delantero aterriza en el Metropolitano para poner la guinda a un mercado de fichajes que no está siendo nada fácil para el conjunto rojiblanco. Tras el sufrido cuarto puesto de la temporada pasada, era necesario una revolución en la plantilla para volver a crecer y las salidas, como así se esperaba, no tardaron en llegar. A la cesión de Saúl al Sevilla pronto se unieron el adiós de Savic, Hermoso, Paulista y Söyüncü en la zaga defensiva. La venta de Álvaro Morata por 15 millones al Milan y la rescisión de Memphis completan una lista que, sumada a las ampliaciones de capital por parte de la entidad, han permitido la llegada de un campeón de Europa como Le Normand, de un goleador como Sørloth y ahora la compra de Julián, un delantero que viene de ganarlo todo bajo las órdenes de Guardiola y que suena ideal para el estilo que practica Simeone.
Su competencia con Erling Haaland en el Etihad este año parece que ha sido el motivo principal por el que el argentino ha pedido abandonar el Manchester City. "Entiendo que, en ciertos momentos, momentos importantes, él quizá pensaba que no iba a jugar. Respeto mucho eso", reconoció el técnico catalán hace unos días cuando le preguntaron por la salida del jugador. Aunque sus números no son propios de un delantero que haya sido suplente. En esta última temporada, Julián Álvarez ha jugado 31 partidos como titular, ha anotado 11 goles y ha repartido 9 asistencias. Unas cifras y minutos que espera mejorar en su nueva casa.
Porque con la firma de la 'Araña', cuyo apellido según el club se escribiría sin tilde, el Atlético no solo ficha al segundo delantero de un equipo lleno de estrellas como el Manchester City, también incorpora al segundo jugador más caro de su historia. El argentino solo es superado por la inversión de 127 millones que hizo en 2019 por Joao Félix, que podría completar su retorno al Chelsea. Muy atrás quedan ya los 72 millones que costó Lemar, los 60 que el club desembolsó para traer de vuelta a Diego Costa desde Londres o los 40 millones pagados por Radamel Falcao.
Además, la incorporación de Julián Álvarez también es un reto para el técnico argentino. Si finalmente apuesta por los dos nuevos delanteros como titulares, esto posiblemente obligaría a Griezmann a retrasar su posición, a jugar de interior para ejercer junto con Koke o De Paul. Sería el director de orquesta de un equipo que sería mucho más ofensivo, con más dinamita y que sube automáticamente un escalón más en su jerarquía. Una relevancia que también repercutirá en la Liga pues suma, junto a Mbappé, Endrick o Dani Olmo, una nueva estrella internacional a la competición. Ya lo demostró en el Mundial de Qatar, donde sus cuatro goles y actuaciones estelares fueron decisivas para que la albiceleste consiguiera su tercer mundial.
Julián Álvarez, en el Cívitas Metropolitano.Atlético de Madrid
Otro factor clave que ha permitido que el argentino vista la camiseta del Atlético de Madrid ha sido la insistencia telefónica del que será su nuevo entrenador. Unas llamadas que, según Marca, podrían haber acabado en una conversación definitiva de Julián con su amigo Giuliano Simeone en el seno de la concentración olímpica argentina: "Voy, dile a tu padre que no me llame más". Además, otros jugadores importantes como Nahuel Molina o Rodrigo de Paul habrían sido decisivos para que el jugador diera el 'sí' definitivo.
Después de pasar reconocimiento médico y firmar su nuevo contrato, el delantero argentino se ha despedido oficialmente de su antiguo club a través de una imagen en sus redes sociales en la que ha agradecido al cuerpo técnico, jugadores y afición las dos temporadas vividas: "Hoy me despido de este maravilloso club con muchas emociones. Fueron dos años muy especiales. Durante este tiempo crecí y aprendí mucho como jugador y como persona".
Con ello, y a falta seguramente de algún retoque más en la plantilla, el Atlético de Madrid debutará en la Liga el próximo lunes ante el Villarreal con la tranquilidad de haber hecho los deberes, contratar un nuevo líder para Simeone.