Venció a Hurkacz, pero lo hizo en tres sets y será eliminado si Rune gana a Sinner en el turno de noche
Novak Djokovic mira a su palco en el Pala Alpitour de Turín, señala con su raqueta a Carlos Gómez Herrera, parte de su equipo técnico esta temporada, y le abronca, vaya si le abronca. Las palabras son incomprensibles -¿Es serbio?¿Es castellano?-, pero está claro que el consejo del ex jugador español, amigo suyo desde hace tiempo, no le ha gustado. En absoluto. El número uno del mundo está cabreadísimo. Minutos antes, Gómez Herrera le había propuesto dar un paso atrás, esperar los saques del enorme Hubert Hurkacz desde el fondo de la pista y eso no va con él.
A partir del declive de Roger Federer y Rafa Nadal muchos fueron los jóvenes que intentaron que Djokovic retrocediese, que cambiara su juego, que fuera más conservador y muy, muy pocos lo consiguieron. Este año, de hecho, sólo Holger Rune en los cuartos de final de Roma y, sobre todo, Carlos Alcaraz en la final de Wimbledon. Ya está. Nadie más. Desde aquella final en Londres, es decir, desde hace cuatro meses, el serbio había sometido a la nueva generación con 19 victorias consecutivas -Cincinnati, US Open y París-, pero eso al parecer se ha acabado. Es la revolución. Sí, en las Finales ATP estos días se vive una revolución.
Después de que Jannik Sinner venciera a Djokovic el martes, este jueves Hurkacz arrebató un set al serbio y le dejó al borde la eliminación. Si esta noche (21.00 horas, Movistar) Rune supera a un Sinner ya clasificado, el serbio caerá en la fase de grupos de las Finales de manera sorprendente. Tanto que sería su cuarta eliminación temprana en 16 participaciones, una rareza. De nada le sirvió a Djokovic ganar finalmente a Hurkacz por 7-6(1), 4-6 y 6-1 porque con el segundo set cedido la rebelión ya se consumó.
“Hubi, Hubi”, gritaba el público italiano durante el encuentro y los cánticos disgustaron a Djokovic. No se dejó llevar en ningún momento como en el encuentro anterior, pero sí se mostró incómodo. ¿Por qué a él? Si es el número uno del ranking ATP , quien más Grand Slam ha ganado, una leyenda del tenis. Si en Turín le aplauden en las presentaciones, le piden fotos en los pasillos del pabellón y sus calentamientos son multitudinarios. ¿Por qué a él? Por varios motivos -el apoyo a Sinner como ídolo local, el covid, sus históricos enojos…-, pero también porque gana casi siempre desde hace 15 años. Y no hay nada más excitante que lo nuevo, lo desconocido. Eso sólo se encuentra en otros.
La disculpa de Hurkacz
“Perdona”, le dijo Hurkacz a Djokovic en la red, ya finalizado en el encuentro. “Me cae bien este tío, pero odio jugar contra él porque siempre me mete en problemas”, contestó después el campeonísimo. En todos los enfrentamientos entre Djokovic y Hurkacz el resultado siempre ha sido el mismo, siete victorias para el serbio, pero nunca ha habido descanso. Este jueves, por ejemplo, la primera bola de break para cualquier de los dos llegó cuando ya se había superado la hora de juego.
Ante Hurkacz, tremendo sacador, Djokovic tuvo que afinar muchísimo su juego, evitar errores no forzados, atacar en todos los segundos servicios, dominar los escasos intercambios y, a la que se despistó, se le escapó un set. Fue entonces cuando recriminó las recomendaciones a su box -“Estaba molesto porque estaba perdiendo el set, sólo eso”, comentó después- y reordenó su tenis, pero ya entonces estaba en manos de Rune. “Es normal que los jóvenes quieran ganarme, que quieran arrancarme la cabellera”, confesó el serbio en la previa y, al final, ocurrió.
También es cierto que el formato y la suerte estuvieron en su contra. Stefanos Tsitsipas, el cuarto jugador de su grupo, se presentó en las Finales ATP con molestias físicas y condicionó el resultado del ’round robin’. Ante Sinner no estuvo en su nivel y perdió en dos sets, ante Rune se retiró y Djokovic fue el perjudicado. Sus dos rivales sumaron victorias exageradas a sus casilleros y él en cambio se tuvo que enfrentar al incómodo Hurkacz que además estaba descansado.
Un sobreesfuerzo de Sinner para ganar a Rune todavía podría salvarse, aunque sólo por estar en esa posición la revolución de los jóvenes ya es un hecho. Y más si este viernes Carlos Alcaraz vence a Daniil Medvedev (14.30 horas, Movistar), se planta en las semifinales del torneo y se acaban jugando el título cuatro veinteañeros.
