En la prueba, una carrera de relevos, que sirvió de anticipo a los Juegos Inclusivos 2024, participaron atletas con y sin discapacidad de la envergadura de Adiaratou Iglesias, Gerard Descàrrega o Mo Katir
Michael Johnson y Assefa, durante la presentación de la 12ª Semana de Deporte Inclusivo de Fundación Sanitas.FERNANDO VILLAREFE
El estadounidense Michael Johnson, cuatro veces medallista de oro en tres Juegos Olímpicos, y la etíope Tigist Assefa, plusmarquista mundial de maratón, dieron brillo este miércoles al relevo inclusivo celebrado en el estadio Vallehermoso que se adjudicó el equipo liderado por Mariano García, campeón del mundo de 800 metros de pista cubierta.
El relevo, competición celebrada en el marco de la Semana del Deporte Inclusivo organizada por Fundación Sanitas, consistió en una carrera de 2.024 metros -cinco vueltas al estadio-, en un guiño al año de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, en la que participaron deportistas con y sin discapacidad.
El ganador fue el equipo verde, compuesto por el triatleta Jairo Ruiz, medallista de bronce en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2026; el mediofondista Mariano García, campeón del mundo de 800 metros de pista cubierta; la atleta olímpica Aauri Bokesa, el medallista de plata en los Juegos Sordolímpicos Jaime Martínez Murga y el velocista invidente Gerard Descarrega y su guía Guillermo Rojo.
FERNANDO VILLAREFE
En los otros cuatro equipos también participaron deportistas como Sara Andrés, subcampeona del mundo de atletismo paralímpico en 100 metros; Andrea Miguélez, doble campeona del mundo de triatlón paralímpico; los marchadores Álvaro Martín y María Pérez, dobles campeones del mundo; Adrián Ben, campeón de Europa de 800 de pista cubierta; y Mohamed Katir, subcampeón del mundo de 5.000 metros.
Entre los asistentes estuvieron Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español; Miguel Carballeda, presidente del Comité Paralímpico Español; la nadadora paralímpica Teresa Perales; Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid; e Iñaki Peralta, CEO de Sanitas.
Un asalto callejero ha acabado con la vida de Marlon Alirio Pérez, el ciclista colombiano que fue campeón juvenil de la carrera por puntos en el Mundial de Ecuador de 1994. Según informa EFE, el deportista ha muerto en un hospital de Antioquia, donde fue trasladado después de ser víctima de un robo armado en el que recibió varias puñaladas en el cuello, informan este viernes fuentes oficiales.
"La Policía colombiana y la Fiscalía asumieron la investigación que permita esclarecer, con celeridad, el asesinato de Marlón Pérez, una gloria del deporte antioqueño", informó el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, en su cuenta de X.
Rendón añadió que Pérez, de 48 años y que nació en la localidad de Támesis, "fue encontrado en una vía pública del Carmen de Viboral con una herida por arma blanca. Lamentó mucho esta noticia y envío un abrazo sincero a su familia".
Selle Italia y Caisse d'Epargne
La Federación Colombiana de Ciclismo también lamentó el hecho y dijo en un comunicado que Pérez "destacado ciclista y excampeón mundial en la pista y el paracycling, quien tristemente perdió la vida en un hecho violento durante un intento de robo en la noche del jueves".
Luego de labrarse un camino en el ciclismo colombiano se enroló con el Selle Italia y más adelante hizo parte Team Tenax (2006), Universal Caffé (2007) y Caisse d'Epargne (2008-2009).
El antioqueño fue campeón mundial de la prueba por puntos en 1994; campeón mundial del tándem paracycling como guía de Javier Serna en 2017 y campeón panamericano de la contrarreloj en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. También fue tres veces campeón nacional de la contrarreloj y ganó seis etapas en la Vuelta a Colombia, además representó al país en tres Juegos Olímpicos (Atlanta 1996, Sidney 2000 y Atenas 2004) y en unos Juegos Paralímpicos (Tokio 2020).
Clave para Urán
En el Clásico RCN triunfó en cinco etapas y tres de la Vuelta al Táchira (Venezuela). Participó en las ediciones del Giro de Italia en 2004, 2005 y 2008.
Pérez también es recordado porque gestionó la llegada de varios corredores a equipos europeos. Uno de ellos fue Rigoberto Urán, quien llegó al Tenax, de Italia, en 2006, donde se inicio en la élite hasta lograr dos segundos lugares en el Giro de Italia (2013 y 2014), además de otro segundo puesto en el Tour de Francia en el 2017.
El 8 de septiembre de 2023, viernes, a las 18.00 horas locales, España jugó contra Georgia en Tiflis. Hoy, 30 de junio de 2024, domingo, a las 21.00 horas, España juega contra Georgia en Colonia. Entre los dos partidos han transcurrido exactamente 296 días, y en esa cifra podría calibrarse la edad de esta selección española. Porque, de alguna manera, esta España nació en Tiflis, la capital georgiana, escenario de uno de los desplazamientos más convulsos de la historia reciente del equipo. Debido a las circunstancias que ocurrieron en aquel viaje, donde todo era negro, donde el futuro parecía haberse acabado, España es hoy la selección que es. ¿Qué pasó en aquellos días? Veamos, aunque hay que empezar unos días antes de ese 8 de septiembre de 2023.
Para saber más
El viernes anterior, día 1, Luis de la Fuente comparecía para dar la lista de aquella expedición a Georgia (luego habría otro partido, en Granada contra Chipre). Era la primera vez que se enfrentaba a los medios después de sus aplausos a Luis Rubiales en la bochornosa Asamblea de finales de agosto. «Ante la repercusión social, mediática y política que ha generado mi actuación, quiero decir que he recibido críticas, y que las críticas que he recibido son totalmente merecidas. Lamento lo que hice y pido perdón por ello», fue lo primero que dijo, antes de responder a una docena de preguntas sobre el aplauso. Un sector no pequeño de la opinión pública y de los medios de comunicación pedían la dimisión, pero De la Fuente aguantó la tormenta.
Los jugadores se concentraron el lunes 4. El ambiente en la Ciudad del Fútbol era irrespirable. Albert Luque, todavía director de la selección absoluta y hombre de confianza de Rubiales, afeó a De la Fuente que saliera solo a pedir disculpas (o directamente que lo hiciera, según otras fuentes) y la relación entre ambos se resquebrajó. Los futbolistas se reunieron para tratar de unificar una postura más o menos común respecto al caso del ex presidente. Desde el departamento de comunicación se les sugirió que lo más conveniente era hacer un comunicado. Luque también quería estar allí, y hacer como de observador, pero tampoco pudo.
Finalmente, la plantilla, tras varias horas de discusión, consensuó unas líneas que salieron a leer Álvaro Morata, el capitán, acompañado de Rodrigo, César Azpilicueta y Marco Asensio. Tras felicitar a las campeonas del mundo, leyó el párrafo clave: «Queremos rechazar lo que consideramos unos comportamientos inaceptables por parte del señor Rubiales, que no ha estado a la altura de la institución que representa».
"Llegamos allí en una situación de tensión, y se demostró que somos un equipo muy fuerte. Ahí fue donde empezamos a acuñar ese término de familia. Vivimos momentos muy emocionantes y emotivos, y de ahí salimos mucho más fuertes", explicó ayer mismo el seleccionador.
Asensio, en el momento de su lesión en Tiflis.GETTY
Fue, cuentan algunos de los que lo vivieron desde dentro, un viaje muy tenso, el primero con Pedro Rocha al frente. El hombre designado por Rubiales para sucederle comenzó ahí a tomar sus primeras decisiones. Una de ellas tuvo que ver con el asunto que terminó marcando el viaje. Cuando la selección llegó a su hotel de concentración, el miércoles por la noche, dos días antes del partido, alguien reparó en que faltaban dos arcones de material, y uno de ellos era donde viajaban las botas de los jugadores y los guantes de los porteros.
Era un olvido de los responsables del material, un fallo como otro cualquiera, pero en aquellos días todo era un mundo. Entre las paredes del Hotel Marriott, entre intrigas y miradas desconfiadas alrededor de Rocha, hubo que tomar la decisión: ¿cómo traemos las botas? Porque claro, sin botas no se puede jugar al fútbol. Los jugadores, por cierto, no fueron informados hasta la hora de la merienda, justo antes de salir hacia el estadio para el entrenamiento previo. Al principio Antonio Limones, responsable de viajes de la Federación, ofreció la posibilidad de meterlos en un vuelo comercial con escala en Estambul. La otra opción, mucho más cara, era contratar un vuelo chárter sólo para las botas.
Rocha fue quien dio el sí para contratar el vuelo chárter GES211B, de la compañía Gestair, que costó más de 100.000 euros. El vuelo aterrizó en Tiflis la noche anterior al partido, y las botas entraban en el hotel poco antes de las tres de la madrugada. Los jugadores, que se habían enterado, escrito está, en la merienda, hicieron el entrenamiento en zapatillas. Unos estiramientos, unos juegos con unas gomas y de vuelta al hotel. Los periodistas desplazados se enteraron después de la rueda de prensa oficial y antes de ese entrenamiento, cuando el entonces director de comunicación, Pablo García Cuervo, explicó que las botas se habían quedado en Madrid y que estaban volando hacia Tiflis.
Yamal celebra su gol a Georgia, en septiembre de 2023.EFE
Los jugadores, mientras tanto, vivía ajenos a las intrigas alrededor de Rocha. Estaban más preocupados por la clasificación para esta Eurocopa. La derrota ante Escocia en marzo de ese año dejaba sin red al equipo, que no podía fallar en un campo donde había ganado en el tiempo de descuento las dos veces anteriores. De la Fuente incidió ahí, aún más, en la idea de grupo, de familia, conceptos necesarios para enfrentarse a los no pocos peligros externos, las no pocas amenazas que sobrevolaban al grupo.
En el campo también fue el punto de partida de lo que hoy es España. El once fue tal que así: Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Laporte, Gayá; Fabián Ruiz, Rodri, Gavi; Dani Olmo, Álvaro Morata y Marco Asensio. No es difícil observar que es el mismo equipo que está aquí salvo dos lesionados (Gayá y Gavi) y otros dos que, con sus lesiones ese día, casi al final del primer tiempo en los dos casos, dieron paso a Nico Williams y Lamine Yamal. Ellos, autores de un gol cada uno, sustituyeron a Olmo y a Asensio para ofrecer un festival y abrir los ojos al seleccionador, que se dio cuenta de que ese (el partido terminó 1-7) era el camino. Así, en mitad de la zozobra, nació esta España que hoy vuelve a mirar de frente a Georgia, con las cosas mucho más claras que entonces. Al menos dentro del campo. Fuera es otra cosa.
El primer partido del Grupo E deja la primera sorpresa. Ucrania, que saltó al campo con la bandera de su país atada al cuello para homenajear a todas las víctimas de la guerra, no ha podido ante una selección rumana que explotó al máximo sus virtudes y aprovechó los errores de su rival. Lunin, Mudryk, Tsygankov, Dovbyk...,todos ellos nombres muy conocidos capaces de poder dar un golpe sobre la mesa en esta Euro pero, al menos esta tarde en Múnich, nada salió como esperaban. [Narración y estadísticas (3-0)]
Los de Rebrov comenzaron el partido con intensidad, practicando un juego asociativo que buscaba a sus estrellas para que hicieran su magia. Sin embargo, la presión alta de Rumanía en la salida de balón ucraniana provocó que Lunin entregara un mal pase hacia la frontal que aprovechó Stanciu, líder y capitán de su selección, para mandar el balón a la escuadra con un potente disparo en el minuto 29.
Ucrania reaccionó pocos minutos después con una volea del extremo blue a la salida de un córner, pero los contragolpes de Rumanía seguían generando un gran nerviosismo. Tanta confianza tenían los amarillos que a punto estuvo, de nuevo el capitán, de anotar un gol olímpico poco antes del descanso.
La selección de Ucrania escucha el himno con la bandera atada al cuelloRONALD WITTEKEFE
La segunda parte comenzó con las mismas sensaciones. Con una Ucrania atascada en ataque, incapaz de generar grandes ocasiones de peligro y una Rumanía que aprovechó una de sus salidas en velocidad para anotar el segundo con un disparo de Marin desde tres cuartos de campo, que le pasa a Lunin por debajo del brazo.
El tanto dejó prácticamente hundida a Ucrania que, solo cuatro minutos después, en el 57, observaba incrédula como Dragus remataba en el área pequeña una jugada ensayada de saque de esquina para sentenciar el partido.
Pocas ocasiones tuvieron los de Rebrov para intentar acercarse en el marcador. Solo un disparo lejano de Sudakov obligó a intervenir al portero Nita. Tampoco los cambios del seleccionador para intentar agitar el avispero cambiaron la dinámica de un equipo que no pudo ni siquiera estrenarse con un gol en propia puerta que estuvo cerca de meterse Puscas. Con este resultado, Rumanía espera a Bélgica para jugarse, quién sabe, si el liderato de grupo.