El Ministerio Público reclama a la Policía que analice las grabaciones para identificar a las personas que denigraron al jugador del Real Madrid.
Vinicius, en el Metropolitano.Rodrigo JimenezEFE
La Fiscalía provincial de Madrid ha incoado unas diligencias de investigación en relación a los cánticos de tintes racistas que se escucharon tanto fuera como dentro del Civitas Metropolitano contra Vinicius, el pasado domingo, día 18 de septiembre, en el partido de fútbol que disputó el Real Madfid contra el Atlético de Madrid.
En las diligencias de investigación, abiertas a raíz de una denuncia presentada por Movimiento contra la Intolerancia, la Fiscalía reclama a la Policía que analice las grabaciones sobre estos hechos para identificar a las personas que profirieron insultos racistas y, en su caso, informe sobre si dichas personas tienen algún tipo de relación con grupos violentos o movimientos de ideología extremistas o si, también, estuvieran identificados en otra serie de incidentes o infracciones de similar naturaleza.
Al mismo tiempo, pide a la Policía que verifique si en el interior del estadio se repitieron más episodios de tintes racistas contra un determinado jugador del Real Madrid. Asimismo, solicita a los servicios de seguridad del Atlético de Madrid información que pudiera ayudar a la clarificación de los hechos, así como el acta arbitral del partido.
En principio, el Ministerio Público tratará de dilucidar si se ha cometido un delito relativo al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas.
Correa se ha disfrazado de agitador y le sienta bien. Hay jugadores que apenas necesitan toca la pelota un par de veces para tumbar a un rival. Es un don y el argentino lo tiene. En San Mamés apareció en el minuto 88 para desatascar al Atlético y, con una carrera en el añadido, plantarse ante Agirrezabala y meterle a su equipo los tres puntos en el bolsillo. [Narración y estadísticas]
Eso buscaba Simeone y eso le dio el goleador, relegado al banquillo de inicio, con la inestimable ayuda del atrevido Giuliano y la capacidad de Sorloth no sólo para rematar sino también para intimidar y asistir. Así lo hizo anticipándose a Lekue en la pelea por una pelota que Nico envió al centro del campo y lanzando a la carrera a Correa hacia la portería para resolver un duelo con pocas ocasiones. De hecho, le sobró toda la primera parte.
Bajo una intensa lluvia, ninguno de los dos equipos encontraron la forma de hacerse daño. Ni un disparo entre los tres palos. El Athletic se plantó muy serio para que al equipo de Simeone le costara carburar. Llorente, una de sus armas, iba a tener que controlar a Nico y su contribución en ataque mermó. Pero el partido no estaba ahí. Valverde sabía que su centro del campo tenía que morder a Koke y a Barrios, cortocircuitar cualquier opción de que encontraran a Griezmann porque el francés iba a ser el encargado de alimentar a Julián Álvarez. Si la pelota la manejaban Reinildo, Giménez o Le Normand, todo se les iba a complicar.
Aún así, tuvieron algún susto. En el minuto 12 se lo dio el goleador argentino, que no pudo armar un disparo cruzado y le salió manso sin crear problemas a Agirrezabala. No estaba incómodo el Atlético, pero no se sacudía de la telaraña que tejieron los vascos, que tardaron en acercarse a Juan Musso, debutante en la portería porque Oblak se cayó de la convocatoria por problemas estomacales.
La estirada de los leones no consiguió traducirse en ocasiones y fue de nuevo el Atlético quiso poner pausa, mover la pelota y tratar de desordenar a su rival. Así fue como Lino encontró en la frontal a Gallagher, quebró a Prados muy fácil y soltó un derechazo que no encontró portería. No tuvo continuidad este arreón atlético y el duelo no despertó.
La alarma sonó en el vestuario y, cesado el aguacero, apareció el fútbol. Aumentó el ritmo y la tensión, algo en lo que el Athletic manejó mejor. Tanto que se encontraron los hermanos Williams para lograr un gol que fue anulado por fuera de juego. Ander Herrera había visto a Iñaki en la banda derecha y él, de primeras, buscó a Nico para que la empujara en el segundo palo, pero estaba ligeramente adelantado. Quiso responder el Atlético y la ocasión la creó un Griezmann, más presente, con un centro raso que se paseó por el área pequeña de Agirrezabala sin que llegara a rebañarlo Samu Lino.
Refrescó Valverde su once para entrar en el toma y daca que se avecinaba. Se envalentonaron sus hombres y Sancet soltó un latigazo desde la medialuna que provocó el lucimiento de Musso.
Cabeceó Simeone y echó mano a todo lo que tenía, empezando por Sorloth, Riquelme y De Paul y acabando por su hijo Giuliano. No puede especular el argentino con los quilates que tiene en la plantilla y, de ese atrevimiento, a la fuerza o por convencimiento, nació la victoria.
Era el plan. Trazado con maestría. Con la pericia del perro viejo. Sabiendo dónde se le podía hacer daño al Barça. Desde la desesperación. Del muro a la victoria. 18 duelos ha costado, pero lo logró Simeone y dejó al Barça en la UVI, en la que lleva ya siete partidos y colocó a su Atlético líder. Oblak construyó y Sorloth remató. A Flick, en la grada, le llevarían los demonios porque lo quiso más, pero no lo encontró. Un noruego quiso hacer historia. [Narración y estadísticas, 1-2]
Valentía. Era la palabra clave en este duelo en la cumbre. Mitad de temporada, sí; pero más que tres puntos entre dos contendientes a esta liga, le guste al Cholo o no. El argentino, sobre el que pesaba la sombra de la sospecha, salió con sus habituales: pretorianos, pero con clase. Flick, en cambio, se quiso proteger de salida con un equipo más trabajador que de costumbre, aunque el partido tuviera que verlo desde la grada por su expulsión ante el Betis.
Sin embargo, planillas y pizarras aparte, el Barça salió como un ciclón en Montjuic. No parecía que las dinámicas entre ambos, opuestas, se intercambiaran en los primeros minutos. Raphinha perdonó un gol y Gallagher tapó otro. La mala noticia para el Atlético es que fue en apenas cinco minutos en los que los jugadores rojiblancos, el sábado de celeste, parecían más aguadores que futbolistas.
Diez minutos tardó el Atlético en tener su primera posesión larga, muchas más iba a necesitar para apagar los ánimos blaugranas con un combativo Gavi y un imaginativo Pedri. Ha recuperado su mejor nivel el canario con Flick y el equipo lo nota. Si ya encima marca, pues miel sobre hojuelas. Se aprovechó el 8 de un mal control de Gavi para hacer una pared involuntaria y colocarla en la base del palo imposible para Oblak.
Pedri anota el primer tanto del partido.Quique GarcíaEFE
En el primer cuarto de hora, la posesión era 70/30 a favor de los locales. Como si a Simeone eso le importara. En el 17 llegó el primer atisbo de peligro rojiblanco tras un gran cambio de juego de Gallagher. Se iba abriendo el Atlético, pero faltaba llegar con algún pase más. Se hacía complicado precisar a pelotazos. Se echaba en falta a De Paul, el faro rojiblanco en los últimos partidos, ahogado entre blaugranas igual que Barrios.
Ni siquiera el gol de Pedri, en el minuto 29, cambió al Atlético su plan inicial de estar agazapado y salir rápido, más que rápido, precipitado. Mientras, los azulgrana mordían más arriba y haciéndole daño desde el costado de Raphinha, un puñal. Está el brasileño en su curso, ese que esperó, paciente, cuando media parroquia blaugrana pedía su venta para hacer caja. Le faltó una zancada para hacer el segundo al filo del descanso después de que Íñigo Martínez evitara que Julián empatara en boca de gol.
El que evitó el segundo en el inicio de la segunda parte fue Oblak. Tapó bien el esloveno el disparo de Fermín tras una cesión infructuosa de Giménez, que salió unos minutos más tarde con un problema muscular. Volvió en Montjuic el calvario para el uruguayo. Y eso que el Atlético había salido con otra intención inicial, más agresivo en la presión y pisando más campo contrario, pero el Barcelona seguía amenazando no solo a la contra sino también con posesiones largas para aplacar los ánimos colchoneros.
De Paul, tras anotar el empate.JOSEP LAGOAFP
De una de las primeras inventó Pedri otro precioso pase en profundidad, el enésimo, pero Raphinha estrelló su vaselina en el larguero. Y como en el duelo la cosa iba de pases a la red. Quiso De Paul imitar a Pedri para reivindicar su presencia en el partido. Culminó el argentino una contra que comenzó él mismo con un putt al segundo palo de Peña. Otro que se estiraba para la foto. Y el gol trajo de nuevo los mismos papeles con los que se inició la contienda con cambios, ambos, con esas intenciones. El Atlético pasaba a su clásico 5-3-2. Estilos, los llaman.
Desde la defensa intentó sorprender el Cholo y casi le sale si Barrios llega a embocar la que tuvo solo ante Iñaki Peña. Respondió bien el cancerbero. Oblak le respondió poco después por partida doble salvando un mano a mano ante Raphinha a pase de Pedri y otro ante el propio canario. Hasta que llegó Sorloth para cumplir el plan del Cholo. Se impusieron los estilos, triunfó la manta. Una victoria gloriosa e histórica.
"Competimos contra monstruos", soltó Simeone nada más dirigir al Atleti en un ridículo 1-4 contra Osasuna. Y no le entró la risa ni nada. Hay que reconocer que como actor es bueno. ¿Como entrenador? También, claro. ¿Y como líder para el futuro? Ahí se pone fea la cosa. Fue el mejor, ahora es un empleado sumiso y, bajo su supervisión, el equipo que se hizo gigante desde la rebeldía es un grupo de oficinistas sin más interés en su trabajo que cumpl
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