La final del Eurobasket ha sido más rotunda que los partidos precedentes: España ha dominado siempre, en un encuentro para el recuerdo. Pero también se ha parecido en que ha propulsado al estrellato a uno de los jugadores, esta vez Juancho Hernangóme
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Son pinceladas, llenas de dificultad todavía, pero no dejan de ser los primeros pasos de los llamados a protagonizar el porvenir del baloncesto español. Hugo González, Mario Saint-Supery, Izan Almansa... los talentos del mañana se dieron una alegría de presente, una victoria laboriosa y poco lucida ante Bélgica en León, un partido sin historia (la selección ya tiene billete para el Eurobasket) pero que alguien recordará cuando estos chicos sean estrellas. [59-52: Narración y estadísticas]
Fue una segunda parte de orgullo. Los veinteañeros tienen carácter. El mismo que han ido mostrando en sus etapas de formación, en esas categorías inferiores que cada verano inundan de medallas el baloncesto nacional. Especialmente Hugo González (nueve puntos en 16 minutos) y Saint-Supery (cuatro asistencias, cinco robos...) fueron protagonistas de una tarde espesa, defendieron, corrieron, se lanzaron contra la cerradísima defensa belga y batallaron contra un lamentable arbitraje FIBA que tuvo la desfachatez de acabar expulsando a Scariolo por una doble técnica. La reacción fueron ellos, una alegría de la España del futuro.
Porque la primera parte había sido otro episodio de pura frustración ofensiva. Si algo se pone en evidencia en esta España tan mermada, de puñados y puñados de ausencias, es la espesura en ataque, la incapacidad de generar puntos con solvencia. Scariolo no se cansa de exponer la falta de responsabilidades en ataque y de protagonismo del jugador nacional en sus clubes. No hay puntos en sus manos. Al descanso se quedaron en 22 (11 por cuarto) ante Bélgica, como si sus cincos, Tumba y Bolavie fueran gigantes en la zona.
Yusta, ante Bélgica.J.CasaresEFE
Apenas un triple y demasiada espesura. Ante un rival que no es nada del otro mundo y que también sufrió ante la defensa de España. A falta de fluidez, trabajo y esfuerzo. Eso no se negocia y este puñado de chicos jóvenes llamados a ser el futuro de la selección lo tienen claro.
La selección no podía seguir en ese nivel. Espabiló sin duda a la vuelta de vestuarios, acudiendo a la energía, al coraje, con tipos, casi niños, como Saint-Supery y Hugo González tomando las riendas. Esa agresividad se tradujo en puntos, en dominio y en las primeras ventajas ante una Bélgica que tiraba y tiraba. Y que de vez en cuando acertaba, especialmente Mwema.
El comienzo del acto final resultó definitivo. Cuatro tiros libres de Hugo y dos canastas seguidas de esta nueva versión estilizada de Joel Parra, que no deja de ser un veterano en estas ventanas. Como López-Aróstegui, capitán y máximo anotador.
A pesar de anotar apenas dos triples, de perder balones, de conceder 21 rebotes ofensivos, España ganó.
Caras largas y sensación de impotencia. Finales apretados que se escapan, remontadas que no cierran. El Barça avanza como un tractor cuesta arriba, como si algo se hubiera roto en lo colectivo. Y, para colmo, enredos que no ayudan como el protagonizado con Thomas Heurtel en los últimos días.
Pese al recital de Kevin Punter en el último cuarto (11 puntos de sus 19 puntos en ese tramo) y a que dispuso de un lanzamiento final, ya en la prórroga, para haber ganado el partido, el Joventut asaltó este domingo el Palau (90-91) y no sólo selló virtualmente su billete para la Copa de Las Palmas del próximo mes de febrero, también dejó tiritando a los de Joan Peñarroya, en mitad de una crisis de la que parecen incapaces de salir.
"Con lo que significa un derbi en can Barça y cómo está la clasificación, esperaba un poco más de ganas. No hemos demostrado estar a la altura, hemos tirado el partido nosotros", reconoció ya en el vestuario Alex Abrines, un tipo que nunca se muerde la lengua. Y que pone de manifiesto con sus palabras una situación desesperada que está minando la apuesta por Peñarroya en el banquillo azulgrana. Su Barça ha disputado 34 partidos en lo que va de curso y ha perdido 17, los mismos que ha ganado.
Cerró el año perdiendo en el Palacio contra el Real Madrid y su triunfo en París el viernes, en mitad de la tormenta y la polémica por el no fichaje de Heurtel, significó todo un alivio en una Euroliga en la que sigue fuera de los puestos de playoffs (es 10º). Pero ante la Penya, contra quien fue cayendo buena parte de la mañana, resultó una vuelta a las andadas. Nunca en la historia hubo una Copa del Rey sin el Barça y esa opción es hoy por hoy bastante posible.
Jabari Parker, entre dos defensores del Joventut.Andreu DalmauEFE
Si el martes los azulgrana ganaran en su visita al colista Girona, que ayer se impuso en la pista del Lleida, igualarían en la octava plaza con Casademont Zaragoza y Baxi Manresa. Dos plazas para tres (o para cuatro si Baskonia gana sus dos encuentros pendientes, este lunes contra el Madrid y el miércoles contre el Leyma Coruña) con dos jornadas en juego. Teniendo en cuenta el factor de que Zaragoza y Manresa se enfrentan entre ellos el fin de semana, al Barça le resta el complicado duelo en Gran Canaria y recibir al Bilbao para apurar sus opciones.
"El equipo está jodido, sabía de la importancia del partido. Nos hemos quedado sin red de seguridad para los tres partidos de la primera vuelta. El vestuario está tocado", admitió un Peñarroya que sigue aguardando un refuerzo en el puesto de base tras la grave lesión de Laprovittola y la presencia efímera de Raulzinho Neto, cuyo contrato fue rescindido a causa de sus problemas físicos.
Dos semanas después del devastador paso de la DANA, la ciudad de Valencia acogió el primer partido profesional en alguna de las localidades directamente afectadas el 29 de octubre. En un ambiente mucho menos festivo de lo habitual, el Valencia Basket disputó en La Fonteta la octava jornada de la Eurocup ante el Cedevita Olimpija Ljubliana.
Con menos música, volumen de megafonía e incluso ánimos desde la grada, los jugadores de Pedro Martínez lucieron un crespón negro y calentaron con unas camisetas con el lema Estem amb vosaltres (Estamos con vosotros) el mismo lema que guió el vídeo proyectado en el marcador antes de las presentaciones y que uno a uno repitieron los jugadores.
Con ambas plantillas posando en el círculo central junto a una gran senyera, se mostró un vídeo de homenaje a los pueblos afectados, con el nombre de todas las localidades que han sufrido daños y pérdidas humanas. "Hemos recibido mucha ayuda, pero hace falta mucha más. Esto no son dos días", se advertía por megafonía. Ambos equipos guardaron un emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Durante el primer tiempo muerto se homenajeó a los miles de voluntarios han acudido a ayudar en las tareas de limpieza y se puso como ejemplo a Nando Durà, un agricultor abonado del club que ha ayudado a retirar miles de coches afectados. Igualmente, en los minutos previos al inicio del segundo cuarto se proyectó un veídeo con las imágenes del trabajo de los voluntarios que acabó con el lema Alcem-se (Levantémonos).
Las camisetas de los jugadores taronja se subastarán con fines recaudatorios y el club dio visibilidad a la iniciativa de su ex jugador José Simeón para comprar bombas de achique. Por su parte, la ONG Save the children dispuso de puntos de información y de captación de ayuda directa.
El pasado miércoles, la selección masculina de balonmano disputó ante Italia en Sagunto un partido clasificatorio para el Campeonato de Europa 2026, resuelto con un apurado triunfo para el equipo de Jordi Ribera (31-30).