Decenas de radicales se han enfrentado a la Policía tras el paso del autobús del Atlético de Madrid camino del estadio Metropolitano para el duelo de Copa del Rey ante el FC Barcelona de esta noche.
Tras el paso del vehículo en el que viajaba la expedición rojiblanca, numerosos aficionados han tirado al suelo las vallas de control dispuestas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para mantener la seguridad.
Varias patrullas de antidisturbios y de Policía a caballo han acudido a contener a la masa, que se ha enfrentado a ellos con el lanzamiento de varios objetos entre los que había botellas de cristal, piedras y varias bengalas.
Ante el revuelo, han acudido varias unidades más de antidisturbios y han conseguido detener el conato de enfrentamiento dispersando a los seguidores más radicales.
Unas 3.000 personas habían acudido al llamamiento de la afición para recibir al Atlético de Madrid. Una convocatoria que habia circulado por redes sociales y detrás de la que estaba, entre otros, el Frente Atlético, grupo radical del conjunto rojiblanco.
El recibimiento al equipo antes de una cita importante es algo habitual para la parroquia rojiblanca. Las famosas busianas trasncurren, principalmente, por la Avenida Arcentales, una de las calles aledañas al estadio Metropolitano.
Las heridas no escuecen hasta que les echas sal. Y a Simeone le debió caer un salero en rueda de prensa previa al choque contra el Espanyol. Dos palos, le dijeron. Dos palos, no, uno, se revolvió sobre los fiascos, que no derrotas, ante Real Madrid y Barça, y recordó la polémica del doble toque de Julián. Pero lo cierto es que en una semana el Atlético se despidió de la Champions y LaLiga. Y ante el Espanyol, el tercer palo.
Faltaba saber si el equipo resucitaba en el césped y no lo hizo. Lento y sin ideas, se agarró a un gol que se encontró de Azpilicueta y dejó ir el partido hasta que se vio con el duelo empatado. Vida para el Espanyol, extrema unción liguera para el Atlético. Queda la Copa, pero no llega en la mejor dinámica el equipo. [Narración y estadísticas, 1-1]
Quien sí mostró una nueva vida, como Lázaro, fue Griezmann. Se levantó y anduvo el francés tras un último mes para olvidar. Edad, exceso de minutos, mala dinámica... las razones pueden ser variadas, pero la calidad del extranjero con más partidos en LaLiga siempre vuelve. Mostró otra energía pero se agotó pronto.
Había otros electrones con menos carga aún por el parón de selecciones. Giuliano no llegó a un pase en largo y tardó en responder a dos ayudas a Llorente y eso es noticia en el Cholito. Se muestra siempre omnipresente pero no se puede apalizar a Brasil y hacer lo propio al Espanyol en apenas tres días. ¡Ay!, las famosas 72 horas.
No juega el equipo catalán cada tres días, pero sí lo hace con la tensión de estar entre los cinco que se pegan por evitar las dos plazas que quedan sin candidatos para el descenso. El farolillo rojo es difícil que se le escape al Valladolid. Aunque para tensión la que se vivió a la media hora cuando Roberto y Le Normand chocaron las cabezas en un remate del delantero blanquiazul. La historia médica del hispanofrancés hizo contener el aliento a muchos. El Cholo lo retiró inmediatamente por precaución y el central salió con la cabeza ensangrentada.
Azpilicueta celebra su primer tanto con la camiseta del Atlético.Alberto EstevezEFE
Poco después, en el minuto 37, los blanquiazules recibieron el primer golpe, fortuito y tras un choque entre Kumbulla y Sorloth con tintes de falta en ataque. Pero Alberola se tragó el pito y Azpilicueta quiso evitar la contra espanyolista con un zapatazo. La diferencia entre un despeje y un golazo es que la bala fue a la escuadra, imposible para Joan, uno de los porteros del campeonato. Y al gol, el primero del navarro como colchonero, se agarró el Atlético para hacerle dos ocasiones en un suspiro a los blanquiazules, pero las falló.
Simeone dio descanso a Julián ante el Tourmalet, otro, que le espera al Atlético. Era la hora de la reivindicación de Sorloth, que venía de marcar en el parón de selecciones, pero el noruego tiene cara de jugador número 12 en este equipo. Juega mejor media hora que 60 minutos, que es lo que le dio el Cholo en Cornellá. Ante los blanquiazules apenas un disparo cruzado al inicio de la segunda mitad. De hecho, cuando vio el técnico que el partido no estaba ni mucho menos controlado, decidió sacar al artillero argentino pese al kilometraje que llevaba en sus botas.
Buen final blanquiazul
Manolo González se tiró con todo a por los puntos de Cornellá y dobló la delantera con Véliz para juntar más al Atlético a Oblak. El argentino metió el susto en el cuerpo a los rojiblancos con un control en medio del área que le rebañó Llorente cuando iba a empalar. La verdadera oportunidad llegó justo después y fue un fallo bestial de Lenglet. Hay miles de agarrones en cada partido, pero hacerlo delante del árbitro es de inocentón. Puado no perdonó y puso en jaque al conjunto colchonero.
Que decidió no reaccionar o por actitud o por capacidad. Sin embargo, el Espanyol sí quiso buscar la victoria en casa. Algo, por cierto, que a veces le viene bien al Atlético para cazar alguna contra. Despertaron los colchoneros en el 90. No se le dan mal los descuentos este año, pero los cuatro que dieron fueron insuficientes. La vida está en la Copa. La única.
Fue un partido de retos. El más complicado el del Cádiz, que llevaba 24 jornadas sin ganar y lo consiguió en casa ante el Atlético. Los rojiblancos acumulaban siete partidos sin vencer lejos del Metropolitano, con su derrota en el Nuevo Mirandilla suman ya ocho. "No ganar de visitante es una responsabilidad del entrenador porque es el que influye en que esto no suceda", admitía Diego Simeone tras el choque.
Esta autocrítica no fue exclusiva del argentino, también la tuvieron el capitán Koke y el canterano Rodrigo Riquelme. Si el primero admitía: "Esto no puede suceder en el Atlético". El segundo daba una de las soluciones que les propuso el entrenador en el vestuario: "Toca apretar el culo". Aunque también añadía el capitán que deben "cambiar de actitud".
Pero el culo no se termina de apretar y los rojiblancos son un equipo completamente desconocido lejos del Metropolitano, aunque Koke cree que son "rachas que pasan". Esta se prolonga ya casi dos meses. Fue el Granada el único equipo que no ha podido puntuar en su estadio allá por enero. Perdieron el duelo por la mínima con un gol de Morata y asistencia de Griezmann.
Echa de menos el Atlético al francés, al que Simeone sigue sin confirmar para el duelo crucial ante el Inter del próximo miércoles. "Si no estará con el Barça", dijo casi despidiéndose en la entrevista flash del postpartido ante el Cádiz.
El fútbol, como decía el capitán rojiblanco y más de una vez ha repetido Simeone, se decide en las áreas y a la contraria le cuesta un mundo llegar a los rojiblancos desde la ausencia de Griezmann. Es el francés el engranaje del equipo entre fase ofensiva y defensiva. Sin él, el juego es más tosco.
Lo único positivo para el Atlético de este duelo con el Cádiz es el debut del canterano, El Jebari. Falto de gol, los rojiblancos agradecen cualquier contribución a la fase ofensiva, aunque sea un producto de la cantera y su deber sea crecer y no responder a retos mayores.
Rotura de racha
Al Cádiz le ha venido de perlas la mala racha rojiblanca fuera de casa. El conjunto gaditano no vencía en liga desde su victoria ante el Villarreal en la jornada 4. Esa sequía en el desierto le costó el puesto a su entrenador, Sergio, por el argentino Mauricio Pellegrino.
"Cortamos una racha que mentalmente te tiene bloqueado y te quita la credibilidad", dijo el argentino en el postpartido y admitía que veía al equipo mejorando, pero que sin victorias es muy complicado que los jugadores ganen confianza.
Uno que ha venido con la mente limpia y el cuenco repleto es el malagueño Juanmi. Dos goles para liquidar al Atlético que, con el del Celta hace un par de jornadas, suman tres en total, el triple de lo que consiguió en su periplo arábigo.
Su salida del Betis al Al Riyahd apenas duró seis meses. Retornó a España para volver a sentirse feliz según admitió en una entrevista a los medios del club gaditano. Parece que la felicidad se ha trasladado a su fútbol pese a que la situación del Cádiz es, aún, muy complicada.
A dos puntos de la salvación tras la victoria ante el Atlético, los gaditanos esperan que el Celta no puntúe en el Bernabéu para seguir peleando con los vigueses por no caer a Segunda división. Quedan 10 jornadas.
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Miércoles,
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