El 29 de octubre, el barro colapsó la vida de Valencia arrastrándolo todo a su paso. La provincia aún supura dolor y lágrimas, pero el fútbol regresa a Mestalla como sentido homenaje y vía de escape emocional, como alivio para un pueblo que lucha por alzarse, justo como lo hace su equipo también desde el fondo de la clasificación. Ante el Betis, el reto es mayúsculo: convertir en energía y goles toda la carga emocional acumulada en estos días hor
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
«Ahora vamos a por el Mundial». Apenas hacía unos minutos que España se había proclamado campeona de Europa en Berlín y Nico Williams, una de las estrellas que emergió en Alemania, ya fijó el listón que la selección de Luis de la Fuente pretendía rebasar. El equipo que encandiló al país, que enganchó a los millenials con un estilo desenfadado, alegre y, sobre todo, ganador, arranca esta noche ante Serbia en el Pequeño Maracaná su camino en la Nations League, pero en el horizonte se dibujan otros objetivos para una generación de futbolistas que su técnico definió como «insaciables». «Enfrentarse a España es ahora una motivación, pero la nuestra es ganar. Y tenemos mucho margen de mejora», confesaba el seleccionador.
Serbia, tras los desastres de ser eliminada en las fases de grupos del Mundial de Qatar y la Eurocopa, será el primer rival que ponga a prueba al campeón. El domingo llegará Suiza y, en octubre, Dinamarca. Antes de final de año, España tiene que solventar su presencia en la fase final de la Liga de Naciones que se disputará en junio y para eso tiene que ser primera de grupo y mantener la andadura firme en los cuartos de final de marzo.
Con Luis de la Fuente, España sólo ha perdido un partido en competición oficial: una dolorosa derrota en Escocia (2-0) que generó dudas que se vio obligado a disipar. El técnico ha dado en la tecla con una selección talentosa, joven y con un estilo renovado que ha acabado por dar frutos y hacer que España encadene 13 victorias oficiales consecutivas y esté a punto de igualar y superar en esta ventana internacional las logradas por Vicente Del Bosque. Sólo los escoceses y Colombia en un amistoso han sido capaces de derrotarla.
Por eso, este grupo tiene en mente el Mundial de 2026 en Estados Unidos, Canadá y México. Será en diciembre cuando conozca sus rivales en la fase de clasificación que se comenzará a disputar el próximo año. España partirá como unas de las favoritas y el sueño de intentar repetir la proeza de 2008 y 2010 está vivo porque la transición que inició De la Fuente le aporta ventaja sobre el resto de competidores europeos. Además, la victoria en el Campeonato de Europa le permitirá probarse ante Argentina en la Finalísima, un partido que enfrenta a los campeones continentales y cuya fecha aún está por determinar.
Lamine, con un golpe pero listo
Para estos retos, el seleccionador tiene un bloque que sólo necesita de pequeños retoques por circunstancias sobrevenidas y picos de rendimiento. De los campeones de la Eurocopa han caído de la lista tres lesionados, Unai Simón, Morata y Álex Baena, además de Navas, retirado, Nacho y Fermín. Y han regresado futbolistas como Pau Torres, Robert Sánchez, Aleix García y Yeremy Pino.
Las novedades, Mingueza y Pepelu, son fruto de la necesidad. El lateral, para reforzar una posición que,pese a estar dominada por Dani Carvajal, tiene difícil cobertura. El centrocampista llega a la internacionalidad por la sanción de Rodrigo ante los balcánicos y el deseo de De la Fuente de ir sumando a un futbolista en crecimiento. El resto son sus intocables. Lo es Morata, capitán y uno de los más veteranos pese a su amago de retirada y su lesión, y lo son Nico Williams y Lamine Yamal, que ayer pasó pruebas por un golpe pero podrá estar en el once titular.
Lo que parece complicado es la convivencia de Olmo y Pedri. No se pilló los dedos De la Fuente: «Intentaremos utilizarles de la mejor manera posible», se limitó a decir. Arriba esta noche estará Oyarzabal, con Ayoze en el banquillo.
Esta nueva era que arranca la selección como doble campeona con un reto en el campo y otro mental: abstraerse de los terremotos que sacuden a la Federación Española desde agosto de 2023 y que mantendrán sus réplicas en este curso 24/25 con las elecciones a la presidencia, a las que, probablemente, no se podrá presentar Pedro Rocha, inhabilitado dos años por el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Con el presidente de la andaluza Pablo Lozano al frente de la expedición oficial, la RFEF comunicó una reunión el próximo viernes donde podría anunciar el calendario electoral, otro vuelco en la estructura de una institución.
No le preocupa a De La Fuente lo que pueda ocurrir en los despachos. Él sólo mira a Serbia, como los balcánicos lo hacen a los campeones españoles , a los que ya temen. «No estamos capacitados para competir con España», admitió sin complejos el seleccionador Dragan Stojkovic.
La Eurocopa ha enganchado a una Generación Z que parecía desengañada con el fútbol. Las audiencias reflejan que, en todo el continente, el público joven se está pegando a la televisión durante el torneo. Las cifras globales indican que ha habido un incremento de un 10% en la cuota de pantalla de los partidos con respecto a la edición de 2020 entre los jóvenes de 18 a 24 años. En el caso de España, la emisión en abierto y, sobre todo, la irrupción de jugadores como Lamine Yamal y Nico Williams, con los que esta generación se identifica plenamente, han sido claves.
Si hace dos años un estudio de la European Club Associations (ECA) arrojaba que dos de cada cinco jóvenes entre 16 y 24 años no tenían interés por ver un partido de fútbol en televisión, el pasado viernes, los cuartos entre España y Alemania batieron récords. Ante la pantalla de La1, con la narración de Juan Carlos Rivero, se congregaron 11,7 millones de espectadores, con una audiencia media del 67,9%, que se disparó durante la prórroga hasta el 71,8%. Se trata de la mayor cuota de toda la década. Fue lo más visto en todas las comunidades autónomas, con especial seguimiento en Murcia (78), Castilla y León (78), Madrid (77,1) y Baleares (74).
De estos espectadores, ocho de cada 10 (82,3%) se encuadraban en la franja de edad entre los 13 y los 24 años. España ha sentado ante el televisor a quienes no tenían especial interés por el fútbol. La magnitud de estas cifras se puede comparar con un evento de gran interés para las generaciones más jóvenes, como es Eurovisión. La edición de 2024, también emitida en La1, fue vista por 4,8 millones de espectadores y una cuota media de pantalla del 41,8%, que se elevó hasta el 52,1% en las votaciones. Pero en la franja de edad entre los 13 y los 24 años fue del 66,3%, muy lejos de los datos registrados por la selección.
«Hablan su lenguaje»
Aunque no hay datos de seguimiento auditados por las empresas de medición de audiencias, la King's League es otro de los fenómenos que, a través de redes sociales, tuvo un pico de seguimiento de dos millones de espectadores, cifras superadas en la Eurocopa.
¿Por qué este giro en las preferencias de consumo audiovisual durante este campeonato? Al fútbol le faltaba atractivo para las generaciones más jóvenes, acostumbradas a mayores impactos. En un campeonato de Liga, hay pocas sorpresas y apenas un puñado de aspirantes a los títulos. Eso, en el lenguaje juvenil, se traduce en poca emoción, más allá de cuál sea el formato de la competición y si la emisión es en abierto o en cerrado.
Sin embargo, en un torneo como la Eurocopa hay emoción y aparecen otras variantes, que en España tienen nombre y apellido: Nico Williams y Lamine Yamal. «Que los más jóvenes puedan seguirles e interactuar con ellos es un factor de proximidad e identificación fundamental. Hablan su lenguaje», advierte Àlvar Peris, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universitat de València.
«Repunte de la identificación»
Sólo hay un futbolista en España ajeno a todas las redes sociales, Rodri, pero es una rara avis en un mundo donde exhiben su trabajo -y sus patrocinadores- y en muchos casos sus vidas. En el caso de Williams y Yamal, lo hacen con una naturalidad que atrapa a su generación. La complicidad que han desarrollado, sus juegos infantiles en el campo, sus bailes en TikTok y hasta la forma que se expresan -del bro al padreo- atraen a sus iguales, que se sientan ante la tele a verles jugar con descaro, pero también con la expectativa de las reacciones que tendrán, que rápidamente se viralizan. «Sin duda podremos analizar con mayor precisión las razones de este atractivo en los próximos meses», apunta el experto.
Lamine Yamal y Nico Williams festejan el pase a semifinales.EFE
Peris menciona otro factor: «Hay un repunte de la identificación de los más jóvenes con España y la identidad española que puede reflejarse también en el seguimiento de los partidos de la selección», asegura. El «Yo soy español» hace que se pongan ante la pantalla quienes habitualmente ya no se han criado en la fan culture, porque los clubes de LaLiga llevan años olvidándose de crear afición entre los más jóvenes, convirtiendo a los aficionados sólo en clientes.
A la selección ese fenómeno aún no ha llegado y la fidelización, al menos en los grandes campeonatos, aparece de manera espontánea, aunque luego se diluya. Así viene ocurriendo históricamente. La etapa entre 2008 y 2012, con el triunfo en dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica, provocó una exhibición de la bandera nacional hasta ese momento sin precedentes. Los chicos de De la Fuente pueden volver a conseguirlo sumando a la generación que parecía perdida para el fútbol.
Mundial de Fútbol Femenino
INMA LIDÓN
@inma_lidon
Actualizado Domingo,
20
agosto
2023
-
15:44Jugadora del Real Madrid criada en el Sevilla, se empeñó...