¿Quién dijo que no había un objetivo más o menos serio para este lunes en Tenerife? La selección española no se juega nada en el grupo de clasificación, siendo primera como es, y siendo Suiza última como es, pero si España gana, podría ser la próxima selección en ocupar el número 1 del Ranking FIFA. Y eso, claro, no ha pasado desapercibido para Luis de la Fuente, que se ha encontrado con los medios este domingo en el Heliodoro Rodríguez, justo antes de que unas 10.000 personas acudieran al entrenamiento abierto.
“Nuestra obligación pasar por ganar mañana. Por prestigio, por responsabilidad, por representar a un país… Mira, hace dos años, cuando empezamos, éramos la selección número 11 de ese ranking, y si ganamos y se dan una serie de circunstancias, podríamos colocarnos en el número 1”, explicó el seleccionador.
Ahora mismo, España es tercera en ese ranking, por detrás de Argentina, primera, y Francia, segunda. Si España gana, pocas condiciones más. Será la primera del ranking. En todo caso, lo que parece claro es que, hoy, España es la mejor selección del mundo, y a ello se va a dedicar, a mantenerlo, el equipo y el entrenador.
“Simplemente hemos hecho nuestro trabajo, nos hemos dejado la vida para que esto saliera así”, dijo De la Fuente, que ha visto cómo se ha hecho famoso.
“Ganar así te pone más en el foco, te reconoce más la gente, pero vamos, yo sigo haciendo mi vida normal, y siempre me he sentido muy querido, valorado y reconocido. Sigo sintiendo ese afecto y ese cariño y celebro que la gente me vea como una persona normal, cercana“, explicó, y eso, la cercanía, la normalidad, también lo aplicó a Morata, por el que le preguntaron.
“Cuando se retire nos daremos cuenta del legado que deja. Los datos deportivos están ahí, pero es que además es una gran persona, un gran capitán”, le definió su entrenador, que volvió a poner la persona por delante del futbolista cuando habló de Casadó: “Aparte de jugar al fútbol hay mil cosas más que valorar, y él las tiene todas”, cerró.
En la Ciudad del Fútbol de Las Rozas el vídeo corrió por los teléfonos móviles durante la mañana del sábado 11 de octubre. La selección iniciaba el viaje hacia Elche, donde esa misma noche jugaba contra Georgia, tras no poder desplazarse el viernes por culpa de las lluvias. En las imágenes, publicadas en Instagram por la cantante argentina Nicki Nicole, se veía cómo ella y su novio daban un paseo en helicóptero por las islas croatas que salpican el Adriático. Su novio, claro, es Lamine Yamal, cuyo club, el Barça, había enviado una semana antes un parte médico en el que se hablaba de una «pubalgia» recurrente para justificar su ausencia con España. «¿Y este qué hace?», se oyó en algún despacho.
Esa frase, de hecho, se escucha estos días, estas semanas atrás, tanto en la Federación española como en el Barça. En ambas instituciones preocupa el camino por el que transita Lamine, un niño de 18 años al que toda la industria del fútbol se le ha venido encima de golpe, con lo que eso significa. Esa nueva dimensión en la que ha entrado se complica, según varias fuentes consultadas en Barcelona y en Madrid, por la falta de una figura que sea capaz de guiar al chico en ese océano de fama y dinero en el que ha caído.
«El problema es que nadie le marca el camino, y con 18 años es muy difícil verlo por ti mismo», explica una persona que sigue de cerca el día a día del primer equipo del Barcelona. A Lamine, susurran en la ciudad, nadie se atreve a decirle que no haga según qué cosas. Por ejemplo, no estar en un show de la King's League el jueves por la noche, muy cerca de viajar a Madrid para jugar un clásico. Eso, señalan estas fuentes, es el verdadero problema, y no tanto las palabras de si el Madrid roba o protesta. En este mismo saco cabría la imagen del helicóptero junto a su novia en plena semana de recuperación de una lesión que le está lastrando desde el comienzo de la temporada.
Para convertirse en referencia y que Lamine escuchase a alguien, habría tres vías. La familia, su representante o el club. En el caso de la familia, sólo su abuela, Fátima, o su madre, Sheila, podrían ejercer ese tipo de influencia, pero ambas están muy alejadas de lo que significa su hijo en lo futbolístico. En el caso del representante, Jorge Mendes, también está avisado de lo que está ocurriendo, pero de momento no hay constancia de ninguna actuación más allá de que un grupo de personas de Gestifute están a disposicion de su gran estrella.
Y la última pata es el club. El Barça, en su día, por medio de Jordi Roura, director entonces de la cantera, decidió que entrase en La Masía para aislarlo de su entorno, pero ahora eso ya no es posible, y en el Camp Nou, en sus obras, ya no existe la figura que encarnaron en su momento Juanjo Castillo o Pepe Costa, 'guardianes' de los jugadores en el más amplio sentido de la palabra. Hoy sigue existiendo una Oficina de Atención al Jugador, pero nadie de esa oficina tiene la confianza con Lamine como para que el chico escuche un eventual consejo. Como mucho, le ayudan a buscar piso. Hay, por último, una agencia de comunicación, The Underdogs, que le ayuda en cuestiones de imagen. Un detalle: no se sabe quién, pero alguien convenció a Lamine de no aparecer el martes en una entrevista con un conocidísimo 'streamer' francés.
Pero volvamos a la lesión. Porque la lesión está influyendo, y mucho, en el rendimiento. Los números no son muy llamativos. Este curso lleva tres goles (dos de penalti) y cinco asistencias, mientras que el año pasado, a estas alturas, firmaba cinco goles y 11 asistencias. La diferencia se puede explicar en los cinco partidos que se ha perdido en lo que va de temporada. Pero, más allá de los números, y muy por encima, están las sensaciones. En el Bernabéu fue obvio que Lamine está jugando lesionado. O, al menos, mermado por esa pubalgia.
Nicki Nicole, la novia de Lamine Yamal, en Montjuïc.EFE
Según los expertos consultados, esta dolencia necesita (si se elige, como así ha sido, un tratamiento conservador), muchas horas de fisioterapia, especialmente antes y después de los entrenamientos, y mucho descanso. La vida del chaval no discurre por ninguno de esos dos caminos, especialmente por el del descanso. Ya sean sus patrocinadores, ya sean los compromisos publicitarios con el club, ya sean sus deseos de comerse el mundo en las redes sociales a los 18 años, con novia famosa incluida, el caso es que no encuentra la solución a sus problemas físicos por esta vía y en Barcelona hay voces que hablan ya de que quizá la operación sea la mejor solución para esas molestias en el pubis que arrastra desde días después de su única estancia con la selección, en la ventana de septiembre.
Allí firmó su único gran partido del curso. Fue en Konya ante Turquía, y se pudo ver al Lamine eléctrico y regateador que le hace diferente. Fue en esos días donde otro detalle llamó la atención de algunos empleados de la Federación. En el entrenamiento abierto del lunes, Lamine no se paró a firmar autógrafos. Sólo se hizo un puñado de fotografías rápidas, lejos de los 10-15 minutos que estuvieron firmado otros compañeros. Son pequeños detalles que hablan del cambio que ha pegado alguien que, en la Eurocopa, se prestaba a todo tipo de bromas, grabaciones, entrevistas o locuras que se le ocurrían al equipo de comunicación.
No preocupa tanto, eso sí, que lo ocurrido con Carvajal al final del clásico pueda enturbiar la selección. De entrada, en noviembre no se van a ver pues Carvajal está lesionado (y es probable que Lamine tampoco acuda de nuevo por la pubalgia). Pero, al margen de eso, el peso del Madrid en este equipo no es, ni de lejos, el que tenían Ramos, Xabi o Arbeloa en la selección de 2011. Hoy el otro madridista habitual es Huijsen, y resulta que Huijsen es inseparable de Lamine. El cuerpo técnico, no obstante, vigila la evolución de la polémica. Y, como todos, se hacen la pregunta que desde casi su aparición ronda por la cabeza de los aficionados: ¿Lamine elegirá ser Neymar o elegirá ser Messi?
Las elecciones a la presidencia de la Federación estaban, hasta este jueves, en stand by esperando si Pedro Rocha, inhabilitado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), obtenía la suspensión cautelar de ese castigo por parte de la Audiencia Nacional. A eso del mediodía se supo que no, que la Sala de lo Contencioso-Administrativo le negaba esa petición y, entonces, toda la tensión acumulada entre los presidentes de las Federaciones territoriales estalló. Aunque sabían que si Rocha, el hombre que todos consentían en apoyar, no podía presentarse, les tocaba elegir a uno de ellos mismos como sucesor para mantener el poder, el momento de afrontarlo está siendo muy tenso.
Las territoriales están divididas respecto a la figura del único que ha dado el paso al frente y que ha dicho que se va a presentar. Se trata de Rafael Louzán, el presidente de la Federación gallega de fútbol. De hecho ayer, desde la propia Federación, filtraban que tendría el apoyo de todas las territoriales. Según varias fuentes consultadas por este periódico, no es así. Louzán cuenta con el apoyo claro de la catalana, presidida por Joan Soteras. Sin embargo, hay otro grupo de barones que no están por la labor de apoyar al gallego. ¿El motivo? Simple. Louzán está condenado por la Audiencia Provincial de Pontevedra a siete años de inhabilitación para cargo público por prevaricar en la concesión de una subvención de 86.311 euros para la realización de unas obras en un campo de fútbol que, sin embargo, estaban en su mayor parte ya ejecutadas. La sentencia, que confirmaba en ese extremo una previa de un juzgado de Pontevedra, está recurrida por Louzán ante el TSJ de Galicia.
Lo que se preguntan sus opositores es: ¿Y si sale elegido y dentro de unos meses el TSJ confirma esa sentencia? Sería, de nuevo, ver a un presidente de la Federación tener que dejar el cargo por estar inhabilitado, una mancha más para un cargo que parece maldito: Villar, Rubiales, Rocha... Louzán, hombre muy próximo a Rocha y que tiene el apoyo de LaLiga de Javier Tebas defiende que el cargo que ostentaría (presidente de la Federación) no es un cargo público al ser la Federación un organismo privado jurídicamente hablando, pero eso no parece argumento suficiente, pues la Orden Ministerial que rige los procesos electorales en las Federaciones sí es muy clara respecto a quiénes pueden presentarse a presidente. Una de las condiciones es no estar condenado en firme a una inhabilitación para cargo público. La sentencia de Pontevedra, en tanto que recurrida, no es firme, pero lo será cuando se pronuncie el más alto tribunal de la Comunidad Autónoma.
Por tanto, hay un grupo de territoriales, entre las que está la Comunidad Valenciana (Salvador Gomar), Andalucía (Pablo Lozano), Madrid (Paco Díez) o Murcia (José Miguel Monje) que prefieren evitar el sofoco de otra inhabilitación en plena organización del Mundial 2030. El problema para este grupo es elegir quién de ellos da el paso y se enfrenta a Louzán, porque luego hay un grupo de territoriales que mantienen una posición ambigua y que no se sabe muy bien si vienen o si van, si suben o si bajan. Tras dos reuniones (una el pasado martes en un restaurante y otra ayer) hay todavía muchas incógnitas sobre quién se presentará y quién no. El que lo haga, necesitará esgrimir 21 avales (de entre los 141 asambleístas) antes del próximo martes, día en que quedarán proclamados los candidatos oficiales.