El clásico de la Liga F sigue teniendo un único dueño, el Barcelona, que este sábado goleó (0-4) a un Real Madrid que no encontró reacción al doblete en los primeros minutos de Patri Guijarro.
El conjunto blanco mejoró en la segunda mitad, pero Alexia coronó la cita con un gol de categoría en el minuto 85.
El Barça abrió la lata en tan sólo tres minutos de juego con un saque de esquina que cabeceó primero Alexia Putellas para asistir a una Patri Guijarro que no perdonó en el segundo palo (0-1, m.3)
El Real Madrid no se rindió y durante los siguientes minutos compitió de tú a tú teniendo una ocasión clara en el minuto 7 en una carrera de Alba Redondo que lograron interceptar Cata Coll e Irene Paredes.
No obstante, el Barça se acercó cada vez con más intensidad y en el minuto 22 Patri aprovechó un despeje de Misa Rodríguez y desde fuera del área golpeó para poner el 0-2.
Tras unos momentos de calma, la recta final del primer periodo fue de dominio absoluto azulgrana, primero con el gol Claudia Pina a pase de la noruega Caroline Graham Hansen en el minuto 38 y después con tres llegadas que estuvieron a punto de suponer el póker visitante.
En la ocasión más clara, Misa Rodríguez fue providencial para frenar dos disparos consecutivos de Aitana Bonmatí y de Mapi León.
La portera canaria tuvo que esforzarse también en el comienzo de la segunda parte con un intento de gol olímpico de la propia central aragonesa, pero durante el resto de la segunda mitad hubo momentos de iniciativa blanca, sobre todo con la salida al verde de la danesa Signe Bruun.
Faltó solidez en las llegadas del Real Madrid y finalmente, en el minuto 85, Alexia despidió el partido por todo lo alto al finalizar una contra que comenzó en las botas de Aitana, pasó por la portuguesa Kika Nazareth y culminó la capitana con una picada de ensueño con la zurda.
Con este resultado, el Barça saca brillo a su liderato y abre aún más la brecha en la clasificación al ponerse ocho puntos por encima de un conjunto madridista, que tiene una oportunidad de recortar esa distancia con su partido aplazado ante el Valencia.
INMA LIDÓN
@inma_lidon
Valencia
Actualizado Viernes,
26
mayo
2023
-
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Pasaron los minutos, uno, dos, cinco, 10, 30 minutos, y Paula Badosa seguía sentada en el suelo del gimnasio de jugadores del Melbourne Park, con su raquetero rojo Wilson por allí tirado, de espaldas a las pantallas. Al llegar, su cara era un poema y sólo su entrenador y amigo de toda la vida, Pol Toledo, se atrevió a acercarse para animarla y, sobre todo, para acompañarla. Después fue soltándose en la conversación, recordando los puntos claves de su derrota, liberando la amargura. Y finalmente, cuando llegó su rival y gran amiga, Aryna Sabalenka, recuperó la sonrisa e incluso se entregó a la broma. ¿Qué le iba a hacer?
Acababa de perder por 6-4 y 6-2 en sus primeras semifinales del Grand Slam, pero apenas podía reprocharse nada. Sabalenka fue muy superior. Su condena y su consuelo. Al llegar al vestuario, la bielorrusa la abrazó, le recordó que perdió tres semifinales grandes antes de jugar su primera final de un Grand Slam en el Open de Australia de 2023 y aceptó su lamento. «Le he dicho que era injusto que jugara a ese nivel precisamente ante mí, que era como si estuviera jugando a la Play», reveló la española, y no le faltaba razón.
Ante ella, Sabalenka fue más Sabalenka que nunca, más Sabalenka si cabe. Más allá de los dos primeros juegos, cuando cometió hasta cinco errores no forzados, y permitió a Badosa colocarse con 2-0 y 40-0 a favor, fue un vendaval, puro espectáculo. «No tengo mucho que decir. El nivel de Aryna ha sido impresionante, jugó como la número uno que es y no pude hacer mucho más para ganarla. Todo lo que tocaba se convertía en oro. Diría que ha sido su mejor partido de los últimos meses», analizaba Badosa, que al menos se llevó una promesa.
La amistad no se toca
Desde que se enfrentaron por primera vez, hace cuatro años en Cincinnati, las dos rivales han alimentado una amistad que en los últimos tiempos se ha vuelto más intensa. Residentes ambas en Dubai, suelen compartir los domingos, único día sin entrenamientos, y así lo muestran en redes sociales con el hashtag Sabadosa. Por eso al acabar el partido en Melbourne, Sabalenka no dudó en prometer que el próximo día que vayan de compras juntas por el emirato le regalaría a Badosa «lo que quiera» y ésta aceptó el presente: «Le pediré algo caro, sin duda. Han doblado el prize money [ganará 1,1 millones de euros como finalista y 2,1 millones si se lleva el torneo] así que no tendrá problemas para pagarlo».
SAEED KHANAFP
«La semana que viene volveré a estar en el top10 del ranking WTA y en los últimos meses soy una de las cinco jugadoras que más partidos ha ganado. Para mí eso es una locura, una mejora muy loca, sobre todo mental. Estoy muy orgullosa de haberme enfrentado a un desafío así y haberlo superado», confesaba Badosa sobre su resurrección, del número 140 de la lista mundial al número 10, donde aparecerá el próximo lunes. Su cambio ha sido físico, evidentemente, olvidada ya su fractura de estrés en la espalda, pero sobre todo psicológico.
En Melbourne se ha visto la versión más madura de la española, incluso en los malos momentos, como fue la semifinal de ayer. Pese a la ferocidad de su adversaria, nunca le giró la espalda al partido, siempre entera, no se desesperó en ningún momento. Si acaso, ya en los últimos juegos, soltó una carcajada después de un winner de Sabalenka que el público de la Rod Laver respondió con complicidad. «Le doy a mi torneo un nueve de nota. Un 10 ya sabéis qué hubiera sido, ganar el título, pero ha sido un nueve» aseguró Badosa.
Ahora, México y Estados Unidos
Ahora, después de un descanso, viajará a Norteamérica para disputar el WTA 500 de Mérida, en México -ya está confirmada- ,y los WTA 1000 de Miami e Indian Wells y luego será candidata a todo en la gira de tierra batida que acabará en Roland Garros. Después de vencer a Coco Gauff en cuartos del Open de Australia, sólo Sabalenka parece inalcanzable, más después de la derrota de Iga Swiatek en la otra semifinal ante Madison Keys por 5-7, 6-1 y 7-6(8).
«Es el paso que me queda por dar. Para vencer a Aryna tengo que sacar la mejor versión de mí en todo momento, jugar el mejor partido de mi vida. Con ella recibes golpes ganadores todo el rato, no te da tiempo a pararte y pensar. Te exige muchísimo», concluyó Badosa antes de marcharse orgullosa del Melbourne Park después del que ha sido el mejor torneo de su vida.