Fernando Alonso no acudirá el jueves al circuito de Interlagos, escenario del GP de Brasil, por culpa de los mismos problemas intestinales que provocaron su ausencia durante la primera jornada del pasado GP de México.
Según ha confirmado Aston Martin, “Fernando sufrió una infección intestinal previa al GP de México (…) y ha regresado a Europa para ampliar tratamiento con un especialista”, por lo que suspenderá sus compromisos con la prensa en el trazado paulista.
Tras un mal fin de semana en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde festejaba su 400º GP en la F1 y cerrado con su primer abandono de la temporada, Alonso se presenta otra vez convaleciente en Interlagos.
“El día extra de tratamiento ha retrasado sus planes de viaje a Brasil, pero ha asegurado que estará listo para correr este fin de semana”, revela la escudería de Silverstone.
A última hora de la noche en Jeddah, poco después de caer la bandera a cuadros, la humedad aún rondaba el 72% y la temperatura se mantenía en torno a los 28ºC. Fernando Alonso recorría el paddock visiblemente fatigado, sin ocultar su decepción tras otro domingo demasiado lejos de las expectativas. Por quinta carrera consecutiva, el ovetense terminaba fuera de los puntos, igualando su arranque del Mundial 2017 con McLaren-Honda.
"De algún modo es la peor posición en la que puedes quedar porque estás a nada, pero igual ahora descalifican a alguien y cogemos unos puntos", ironizó Alonso tras su undécimo puesto en la meta, justo por detrás de Isack Hadjar (Racing Bulls). Este sarcasmo sólo podía interpretarse a la luz de su hartazgo por la situación de Aston Martin.
Como ya se vislumbraba desde el viernes, el AMR25 fue el coche más lento en el último sector del Corniche Circuit. En las largas rectas, su falta de velocidad punta echaba por tierra cualquier opción de batalla ante Oliver Bearman (Haas) o Liam Lawson (Racing Bulls). Sólo una sanción de 10 segundos al neozelandés, por ganar ventaja por fuera de los límites de pista, dio un pequeño respiro a Alonso en el tramo final de la carrera.
"El nivel de riesgo es increíble"
"Hacer 50 vueltas de clasificación te consume por dentro, pero no sé correr de otra manera", manifestó el doble ganador en Le Mans, muy preocupado por lo que aguarda en las 19 carreras restantes. "Será complicado sumar algún punto, pero lo intentaremos", presagió. Tras 21 temporadas en el Gran Circo, el peor registro de Alonso sigue siendo el de 2015 con McLaren-Honda. Entonces sumó sólo 11 puntos (10 en el GP de Hungría y uno en el GP de Gran Bretaña).
Alonso dejó registro de sus pésimas sensaciones a través de la radio. "No puedo seguir este ritmo. Es una locura. El nivel de riesgo es increíble", admitió durante el primer tramo de la carrera. Unas vueltas después se ratificó con otro mensaje: "En el momento en que pierdo el DRS estoy muerto". Y su cierre también resultó desalentador: "Creo que no volveré a hacer una carrera como la de hoy, nunca, 25 años".
De nada había servido su fantástica reacción en la salida, cuando fue el más rápido en alcanzar los 100 km/h (2,8 segundos) e incluso pudo trepar hasta la décima plaza, tras ganar la posición a Alex Albon y tras los abandonos de Pierre Gasly y Yuki Tsunoda. El continuo subviraje le obligaba a un tremendo esfuerzo, por lo que volvió a reiterar sus quejas ante los ingenieros: "¿Está bien el coche? No ahora, sino desde el principio de la carrera. El agarre no es normal".
Alonso, por delante de Ocon, el domingo en Jeddah.ASTON MARTIN
Todo empeoró aún al entrar a renovar los neumáticos, después de 19 vueltas con el compuesto medio. Un fallo de los mecánicos, que no sincronizaron correctamente el momento de colocar las ruedas delanteras retrasó el pit-stop durante algo más de cuatro segundos. La tercera peor parada del domingo, sólo por detrás de las dos de Williams.
Y aún le quedaba por vivir su momento más peligroso del fin de semana, frente a Gabriel Bortoleto. "Escogí ir por fuera, que era un poco arriesgado, y él no me vio. Luego tuve que atajar por la primera curva y devolverle la primera posición para evitar sanciones. Son cosas que pasan, pero es culpa nuestra por tener que pelear contra los Sauber", analizó Fernando. "Ahora volaremos juntos a casa, así que igual se queda sin cenar", bromeó sobre el rookie brasileño, que pertenece a A14 Management, la agencia de representación de Alonso.
El récord de Stroll
La pugna entre Aston Martin frente a Sauber vivió otro capítulo gracias a Nico Hulkenberg y Lance Stroll, separados en la meta por menos de un segundo de diferencia. Otro golpe en la moral del canadiense, que este fin de semana se convirtió en el piloto más veces eliminado en la Q1 (75), superando el anterior registro de Kevin Magnussen. "Esto depende del coche. Coloca a los pilotos de McLaren durante 10 años en un Sauber y serán ellos quienes tengan ese récord", comentó el sábado. La peor noticia para el hijo del dueño de la escudería de Silverston es que en Jeddah fue él quien volvió a perder su batalla frente al peor equipo del Mundial.
Pese a un panorama tan desolador, los máximos responsables de Aston Martin optaron por el enésimo mensaje de calma. "Ha sido una carrera muy bien gestionada, pero al final nos hemos quedado sin puntuar", dijo Andy Cowell, CEO de la escudería. "Ahora debemos entender cómo mejorar en todas las áreas y sacar más rendimiento al coche", añadió el británico sobre sus previsiones para el GP de Miami, donde no se esperan actualizaciones en el AMR25.
Tampoco el sábado en Marina Bay resultó redondo para Lando Norris, autor de una pole (1:29.525) imprescindible para sus aspiraciones, pero seguido de cerca por la inquietante figura de Max Verstappen. Repuesto de sus innumerables problemas del viernes, el líder del Mundial sólo cedió dos décimas ante McLaren. Ferrari, por contra, se precipitaba al vacío, con un doble error de Charles Leclerc y Carlos Sainz, que partirán noveno y décimo si los mecánicos recuperan a tiempo el monoplaza del español.
No anda nada fino Norris este año en las salidas, como ya dejó constancia en Hungaroring y Montmeló, donde desperdició sendas poles. Sin embargo, ahora ya no cuenta con margen si de verdad quiere pelear por el título. La mera presencia de Verstappen en las tres primeras enlazadas le supondrá un quebradero de cabeza. Porque si Red Bull aún no ofrece demasiadas garantías, Verstappen sigue añadiendo un punto diferencial.
Derrapaba su RB20 desde la Q1 y Mad Max salvaba a duras penas los muros. Se veía con apuros para sacar el tiempo en la Q2 hasta que metió el coche en cintura. No hubo un piloto en el sábado de Singapur a la altura del tricampeón mundial. Quizá sólo Nico Hulkenberg y Fernando Alonso, sexto y séptimo, puedan alardear de un papel tan estelar.
Hamilton, tercero
Entre los perdedores hay que mencionar a Oscar Piastri, quinto con el mejor monoplaza, y los hombres de Ferrari. Apuraba la preparación de su primera vuelta en la Q3, cediendo el paso al austrialiano, cuando Sainz abordó la entrada a la recta de meta de muy mala manera. A la frialdad de los neumáticos se sumó un pequeño despiste con el volante, con la quinta marcha ya engranada. Una combinación fatal para su Ferrari, que terminó contra las protecciones de la curva 19 con daños irreparables en el tren trasero. Justo un año después de su pole y su victoria en estas calles, Sainz desfilaba apesadumbrado hacia el garaje. Como lo hizo a pie, los comisarios anotaron la irregularidad para una investigación.
Cuando despejaron la pista restaban casi siete minutos de Q3, aunque los favoritos apuraron aún más para atacar su único intento. A Verstappen le habían borrado el previo (1:29.791), al coincidir su entrada a meta con el accidente de Sainz. A Leclerc le dejaron fuera de combate al superar los límites de pista de pista en la curva 2, mientras Mercedes apuraba sus opciones pese a las continuas quejas de George Russell con el agarre de sus Pirelli. Algo más más pudo arañar Lewis Hamilton, con un notable tercer puesto en la parrilla, 26 milésimas más rápido que su compañero.
Fiasco de Pérez en la Q2
Una semana después de su brillante papel en Bakú, Sergio Pérez se apuntó otro fiasco en el currículum. A bordo de un RB20 al que hay que sujetar con brío las riendas, el mexicano ni siquiera pudo superar a los Williams. Nueve décimas perdidas, nada menos, ante su compañero en Red Bull.
El tiempo de corte en esa Q2 lo iba a establecer Alonso, con ritmo para rodar con los mejores en el primer y tercer parcial. Las dificultades del asturiano llegaban en la zona más revirada y aun así pudo colarse (1:30.450) con 24 milésimas sobre Alexander Albon y 31 sobre Franco Colapinto. Bastante hace Fernando con el material disponible, casi chatarra en manos de Lance Stroll, decimoséptimo en la Q1.
Tampoco pudo silenciar Daniel Ricciardo los acuciantes rumores sobre su futuro. El australiano se quedó fuera en la Q1 junto a Pierre Gasly, Stroll y los dos Sauber, mientras su compañero Yuki Tsunoda sí exprimía todo el jugo de su RB.
El viernes había asombrado con un asfalto húmedo y unas horas antes, durante la sprint race, se había batido implacable con Carlos Sainz antes de sufrir un pinchazo que le costó el abandono. Había dudas, por supuesto, sobre el rendimiento de Aston Martin en seco, pero Fernando Alonso se sacó de la manga dos impresionantes vueltas en Shanghai. Sólo cedió ante Max Verstappen, autor de la pole (1:33.660) y Sergio Pérez, que esta vez sí sacó lo mejor del Red Bull. El mejor modo de celebrar su nuevo contrato. La enésima demostración de que, con 42 años, aún puede desafiar a quien se le ponga por delante.
McLaren y Ferrari andaban a la gresca, buscando un puesto de privilegio. Aun sin recursos para discutir la sexta pole consecutiva de Verstappen, Oscar Piastri, Lando Norris, Sainz y Charles Leclerc, sabían de su velocidad a una vuelta. Pero a la hora de la verdad, todos cedieron paso a Alonso, autor de su mejor clasificación del año. El asturiano supo incluso reponerse a un pequeño error en el primer parcial. Se le habían escapado dos décimas, pero antes de abortar su intento, decidió seguir a fondo.
Fuera de toda lógica, porque Lance Stroll ni siquiera había podido colarse en la Q3, con 69 milésimas de déficit ante el Sauber de Valtteri Bottas. Sin embargo, Fernando supo reunir lo mejor de su repertorio en el primer intento, apenas 39 centésimas peor que Verstappen. Colarse entre Ferrari y McLaren ya debía hacer sentir feliz a Mike Krack, team principal de Aston Martin, pero Alonso aún traspasó más los límites (1:34.148).
Sainz, contra las protecciones
Mientras Red Bull festejaba su centésima pole en la F1, Ferrari regresó a las dudas. Sus ingenieros arriesgaron con una configuración aerodinámica distinta, buscando mejor ritmo en carrera y perjudicando la velocidad a una vuelta. Sobre un asfalto con demasiada abrasión, el SF24 nunca pareció competitivo. Leclerc ganó por la mano a Sainz. Pero el sexto y séptimo puesto obliga a una improbable remontada. Y aún pudo ser peor para el madrileño.
La Q2 avanzaba tras el primer aviso serio de Verstappen (1:33.946), con una sustancial ventaja sobre los McLaren. Restaban seis minutos cuando Sainz provocó una bandera roja. Fue pisar la grava de la última curva y salir despedido en dirección contraria, unos metros antes de la línea de meta. Aun sin marcar un tiempo válido, el madrileño pudo al menos arrancar el coche, dar una vuelta a paso de tortuga y alcanzar los boxes para las pertinentes reparaciones.
Hamilton, fuera en la Q1
Por fortuna, no había daños sustanciales en el alerón trasero ni en el fondo plano, así que Carlos pudo volver casi de inmediato para buscar su pase a la Q3. Y lo hizo, si no a lo grande, sí con soltura. Con un tiempo de corte de 1:34.7, Nico Hulkenberg y Bottas ocuparon las vacantes dejadas por Aston Martin y Mercedes.
La euforia de su segundo puesto en la sprint race matinal se había desvanecido demasiado pronto para Lewis Hamilton, eliminado en la Q1 por culpa de un bloqueo a la llegada a la curva 14, que le costó medio segundo. Y aún pudo ser peor si llega verse afectado por la ralentización obligada por un espectacular trompo de Logan Sargeant. Un desenlace tan igualado como para que Nico Hulkenberg alcanzase la sexta plaza con un Haas, para que los Alpine siguieran adelante o para que Pérez salvase los muebles por un suspiro. No hubo piedad, en cambio para Guanyu Zhou, por quien suspiraban miles de aficionados en las tribunas.