Los ojos miraban la capital, pero había muchos objetivos en el archipiélago balear. Los rojiblancos querían asentarse en la cuarta plaza que, en la última jornada, habían conseguido alejar del Athletic de Bilbao. [Narración y Estadísticas, 0-1]
Mientras que los bermellones querían aprovechar los daños colaterales que había causado el Madrid en la Tacita de Plata para alejarse aún más del temido descenso. Sería muy agridulce jugar una final de Copa del Rey, perderla y bajar a Segunda todo en el mismo año.
Quedan bastantes jornadas para que ambos logren sus aspiraciones, pero no se juega igual con la ilusión de la Champions que con el aliento del descenso. Alegría atlética y malas sensaciones para un Mallorca que lleva cinco partidos seguidos sin ganar.
Los dos afrontaron el choque con onces extraños. Aguirre metió dos tanques arriba y prescindió de Samu Costa, su pulmón en medio campo. Simeone dejó a Morata en el banquillo y quiso apostar por un ataque móvil con Correa y Lino, el puñal rojiblanco en la mayoría de los choques.
Cedió el Atlético la pelota al Mallorca en los primeros minutos. Otras temporadas parecería un movimiento lógico de un conjunto de Simeone con una defensa férrea. Este año, el que más goles ha encajado el equipo rojiblanco desde la llegada del argentino, podría parecer osado, dada su mandíbula de cristal.
Pero Riquelme quiso dar la razón a su entrenador desde el minuto cinco inventándose un gol de bandera. De esos que marcados por otros y en equipos con más lustre dan la vuelta al mundo en televisiones y redes. Recogió el canterano un rechace en el balcón del área y controló con un taconazo con el que eliminó a dos defensas para luego meter un disparo ajustado a la base del palo. El plan empezaba bien.
Se tuvo que esperar 15 minutos para ver la primera posesión larga del Atlético, pero fueron casi dos minutos que, si Correa hubiera bajado mejor el último pase, podría haber generado más peligro el conjunto rojiblanco. Es cierto que había poco futbolista que robara balón en ambos conjuntos por lo que la alternancia era, casi siempre, cuando se terminaba jugada. Como la que finalizó Mario Hermoso al lateral de la red.
Partido denso
Hubo un gol, sí, pero poco más ocurrió un partido con dos equipos con poco filo y más ganas de guardar la ropa. Quizás el Mallorca fue algo más valiente al tener que buscar la remontada desde el principio del choque, pero el juego fue denso, con un Atlético esperando el fallo rival y llegó, un mal control de Raíllo, pero Llorente no pudo aprovechar un contraataque bien conducido por Correa. Así que todo siguió igual.
Poca historia en Son Moix con objetivos importantes para ambos clubes. Una plaza Champions para mantener al Atlético en la aristocracia europea y una jornada menos para el Mallorca para certificar la permanencia. Su amenaza, en principio, es únicamente el Cádiz, que también perdió. En principio.