El presidente del Consejo Superior de Deportes, Jose Manuel Rodríguez Uribes ha aprovechado un acto este mediodía en la sede de la institución para valorar la propuesta de Antiviolencia sobre los incidentes del Metropolitano en la que se solicitaba una multa de 65.000 euros y el cierre del estadio durante dos semanas.
“La Comisión de Antiviolencia es una comisión compuesta por LaLiga, la Fiscalía, el CSD, la Guardia Civil y la Policía, y fue una propuesta de sanción, digamos, proporcional a la gravedad de los hechos. Yo creo que eso es lo que debo decir y debo respetar absolutamente esa propuesta”, espetó el máximo mandatario del deporte español.
Rodríguez Uribes aprovechó un corrillo con los periodistas en el acto de presentación del equipo español que competirán en los FIA Motorsport Games de Valencia para entrar en el tema de la actualidad deportiva referente a la presencia de ultras en el mundo del fútbol.
“El deporte y la violencia son incompatibles”
“Tenemos entre todos que hacer un trabajo muy serio, muy concienzudo para erradicar la violencia de los estadios y del deporte en general. El deporte y la violencia son incompatibles”, apuntó el presidente del CSD.
Uribes recordó también que el deporte “son valores” e hizo referencia al acto en el que estaban pilotos de todas las edades y aseguró que la práctica deportiva nunca puede estar relacionada con la violencia.
Los ultras del Atlético, durante el último derbi madrileño.
Así, el presidente del CSD calificó de “necesaria, justa y proporcional”, la propuesta de sanción al Metropolitano aunque matizó que “se pueden alegar otras posiciones”. “Cuando sea definitiva, se ejecutará”, afirmó.
El proceso administrativo pasa ahora porque la Secretaría de Estado de Seguridad reciba la propuesta e incoe el expediente. Posteriormente se abrirá el plazo de alegaciones y presentación de pruebas para que el Atlético pueda ejercer su derecho a la defensa. Cuando se haya recabado toda la información, llegará la decisión en un plazo que rondará los dos meses.
Hace poco menos de un año, Kylian Mbappé decía adiós al PSG en un vídeo. Acababan los galos de ser eliminados en semifinales de Champions League contra el Borussia Dortmund, y el siete no había tenido la mejor de sus actuaciones. Tras los vaivenes de la estrella francesa a lo largo de los años, a Luis Enrique le tocaba tomar un nuevo rumbo para la escuadra parisina. "Tenemos que aprender a jugar sin Kylian", dijo el técnico asturiano. Ese rumbo era muy diferente al de los últimos años y muy parecido al de otro exequipo de Lucho: el FC Barcelona.
A finales del año pasado el PSG inauguraba su nueva ciudad deportiva en Poissy, la corona del nuevo pilar que ya esbozaba el entrenador en el acto de presentación de ese espacio de 59 hectáreas y 16 campos de fútbol. "Es fundamental construir un equipo sólido desde la base. Queremos que los jugadores formados aquí lleguen al primer equipo y sean protagonistas", explicaba el técnico español y evidenciaba el cambio de modelo que iba a primar ahora en el PSG de los Messi, Neymar y Mbappé, fichajes con un gasto de casi 500 millones de euros.
No es que el equipo de Paris se cerrara a las estrellas, de hecho han fichado a Kvaratskhelia por 70 millones de euros, pero no se construiría la plantilla en torno a ellas sino en torno a una idea: juventud y cantera. Así, a los Zaïre Emery, Mayulu o Zague se incorporaron de fuera Doue, Pacho, Neves o Moscardó, jugadores de menos de 23 años con gran proyección de cara al futuro. Kvaratskhelia, por cierto, acaba de cumplir los 24. "Si queremos un equipo menos dependiente de estrellas y más equilibrado, necesitamos formar a nuestros propios líderes", apuntó el técnico en línea con la política de fichajes del club liderada por el portugués Luis Campos.
Más allá de incorporar talento joven, lo importante es conjuntarlo y alinearlo. Luis Enrique ha tardado un poco en dar con la tecla de este nuevo PSG. Los franceses, pese a su dominio en el campeonato doméstico, lo habitual de cada temporada, sudaron tinta china para poder colarse entre los 24 equipos de la segunda fase de la nueva Champions. A día de hoy, el equipo se proclamó campeón de la Ligue1 con seis jornadas de antelación, juega la final de la Copa de Francia el 24 de mayo ante el Reims y este martes afronta las semifinales de la Champions ante el Arsenal.
Precisamente ante los ingleses, el técnico asturiano alineó a uno de los onces más jóvenes de la competición. Con una media de 23,2 años, el conjunto francés perdió por dos goles a cero ante los gunners en la segunda jornada de la fase de grupos. Ese contratiempo no cambió la idea del club ni del cuerpo técnico que siguió confiando en apostar por esa idea y se mantuvo firme tanto en Europa como en los torneos domésticos.
Onces históricos
Luis Enrique ha alineado esta temporada los cinco onces más jóvenes de la historia del conjunto parisino. Ante el débil Saint Marcel, en la Copa de Francia, puso sobre el césped a once jugadores cuya media de edad no superaba los 22 años (21,9 concretamente). 22,5 de media en el partido de Liga ante Le Havre y 22,6, también en Ligue1, contra el Rennes. Todos los partidos de ese top3 terminaron con victoria de los parisinos.
Esa guardería de Luis Enrique tiene varios nombres propios. Si hablamos de la representación de la cantera, Warren Zaïre Emery es la principal estrella emergente. Lleva tres tantos y una asistencia el mediocentro francés y cada vez tiene más presencia en el conjunto que dirige Luis Enrique. "Warren es un ejemplo de lo que queremos construir. Tiene talento, compromiso y ADN del club. El futuro del PSG pasa por jugadores como él", elogió el técnico a su pupilo.
Zaïre Emery, en un partido de la liga francesa.Mohammed BadraEFE
Desiré Doué, el extremo proveniente del Rennes, es la otra sensación joven de la temporada. Con un incremento de su presencia en los onces del asturiano, Doué se ha convertido en una de las principales armas del ataque parisino. Desequilibrante y con gol, el delantero lleva 13 goles y 12 asistencias, lo que muestra su gran capacidad de decisión cuando se acerca a las inmediaciones del área rival.
En total son 13 los jugadores de 23 años o menos los que conforman este nuevo PSG, un 54% de la plantilla parisina. Luis Enrique tiene una guardería a su disposición para afrontar los grandes retos que aún le restan esta temporada. El principal, claro, colarse en la gran final que el año pasado se escapó en el último peldaño. Sería irónico que los franceses consiguieran este año el reto por el que Mbappé se mudó al Real Madrid. Su rival podría ser, precisamente, otro equipo que ha tomado el mismo camino tras la salida de Messi. Irónico.
Sería la hora, sería el hambre, pero lo cierto es que el partido en Mendizorroza fue para masticarlo. La primera parte se pareció a un bocadillo de polvorones y la segunda tuvo algo más de picante, pero sin echar cohetes. Densidad, equipos juntos y pocas ocasiones. El mediocampo era una batalla entre guerrillas. Se contaron más duelos que disparos y la imaginación y las rupturas brillaron por su ausencia. Resultado: empate a cero. [Narración y estadísticas, 0-0]
Sólo De Paul y un sorprendentemente ágil Griezmann parecieron querer salirse de la norma. A través de conducciones y de algún que otro pase con más filo, intentaron romper la monotonía futbolera a la hora de la comida. Lo que pasa es que el argentino, en ocasiones, arriesgaba demasiado ante un conjunto babazorro muy mordedor. Y al Cholo le llevaban los demonios cuando el balón cambiaba de posesión más cerca de su portería que de la contraria.
El Alavés está en otra guerra. Una más importante a luchar por la segunda plaza y asegurar la Champions, algo ya casi hecho. Los babazorros pelean por mantener la categoría. La victoria ante la Real Sociedad fue un gran paso, el de depender de uno mismo y un empate ante el tercero de LaLiga puede valer oro al final.
En mitad del primer tiempo hubo una especie de tiempo muerto causado por un desvanecimiento sin consecuencias en la grada de Mendizorroza. Ambos técnicos aprovecharon para corregir cosas, siendo el Cholo, bastante más intenso en sus explicaciones que el Chacho Coudet. No porque el Atlético tuviera un título a mano, es simplemente como vive el fútbol el argentino.
No pareció cambiar mucho el ritmo del encuentro. El único que mostraba otra velocidad era Giuliano. Como siempre. No le hace falta al argentino volver a un equipo especial para él para motivarse a la hora de salir al césped. Allí vivió las dos caras del fútbol, la de las lesiones y la de convertirse en futbolista de Primera.
Sólo una roja en un lance entre Julián y Garcés provocó la emoción que no estaba brindando el fútbol. Fue una disputa en la que el argentino llegó tarde y terminó golpeando al defensor con los tacos de manera fortuita. Munuera desenfundó demasiado rápido y el VAR le tuvo que corregir para bajarle el color a la amonestación.
Y no fue una pérdida de De Paul, sino de Barrios, la que marcó la primera gran ocasión del partido en el inicio de la segunda parte. Antonio Blanco robó, corrió al espacio y asistió a Kike García al primer palo, pero Le Normand estuvo muy atento para obstaculizar al rejuvenecido delantero babazorro. Doce tantos este curso que están contribuyendo, y mucho, a la salvación del Glorioso, aunque el equipo lleva solo dos derrotas en los últimos ocho encuentros.
Justo antes del 60, como en él es habitual, Simeone movió el banquillo. Salió Sorloth para dar más presencia en ataque que un Griezmann que apareció más en la construcción que en el remate. También Lino, un puñal el curso pasado y éste un cuchillo de sierra, partidos incisivo, otros, intrascendente.
Descontrol final
Una diagonal del brasileño terminó con la primera gran ocasión rojiblanca. Fue en el minuto 63, aunque parezca mentira. El balón terminó en las botas de De Paul, que filtró a Julián y éste puso un pase al corazón del área pequeña que obligó a Guevara a despejar en uno de esos lances que tienen más probabilidades de acabar dentro que fuera.
Devolvió el golpe por el Alavés el de siempre. Kike García aprovechó una siesta de Le Normand y Molina, que había salido por Barrios, y les encontró el espacio a la espalda para meter la puntera y obligar a Oblak a meter una soberbia mano abajo. Y la tarde estaba de devoluciones porque un minuto después fue Sivera el que desbarató una doble ocasión rojiblanca con otra manopla de dibujos a un remate de Lenglet.
Los últimos minutos hubo algo más de descontrol que apunto estuvo de aprovechar Kike García por un lado y Correa por el otro. El vitoriano definió bien, pero respondió igual Oblak, mientras que el argentino se durmió y permitió llegar a Tenaglia. Una siesta es la que se echó seguro el espectador ante este duelo.
Su ídolo es Pep Guardiola y su mentor y amigo es Quique Setién. Quizá todo el mundo sepa de qué pie cojea Eder Sarabia (Bilbao, 1980), pero a él no le importa porque con su personalidad, valiente, honesta, y sus ideas ha conseguido construir equipos a su imagen y semejanza. Dijo Julián Calero, técnico del Levante, que "nadie tiene tanta influencia en su equipo en las grandes ligas europeas".
Están ambos, su Elche y el Atlético, en racha.
El Atlético es, seguramente, el equipo más en forma de Europa. Aunque son favoritos, nos creemos capaces de poder eliminarles. Pondremos la ilusión, el alma y el fútbol para que así sea.
¿Usted y Simeone son antagonistas en el banquillo?
Simeone construye su equipo desde otras bases, como fortalecerse desde situaciones de mayor repliegue y de cubrir su portería. Nosotros miramos más la contraria, defendemos más lejos y con el balón. Sí, tenemos ideas diferentes, pero es lo maravilloso de este deporte, que hay muchas maneras de jugar y hacerlo bien para sacar resultados.
El Cholo le dijo a Guardiola que a él no le gustaba su estilo.
Hay importancia en sentirlo, en entenderlo, y en que te mueva, que te genere algo. Si no lo sientes y no lo entiendes, no vas a poder ser capaz de transmitirlo. En ese sentido, el Cholo ha sido un maestro en transmitir aquello en lo que él sí cree al cien por cien.
¿Es más fácil ser valiente en equipos grandes?
Creo que no. Hay cada vez más equipos que han aprendido cosas de Guardiola y luego las desarrollan como creen, y esa es la riqueza de este deporte. ¿No nos acordamos también del Milán de Sacchi? Son referencias, como lo es también Simeone. El que no aprenda cosas de su Atlético es un torpe. No obstante, seguramente armar un equipo hacia atrás sea un poquito más simple, porque creo que destruir es más fácil que construir, y lo digo con máximo respeto para cualquier modelo.
Eder Sarabia junto a Quique Setién, en el banquillo del Barça.Quique GarcíaEFE
¿Por qué no funcionó en el Barça?
Creo que jugamos bastantes partidos buenos. Fuimos fieles a nuestra idea y a lo que se nos pidió cuando se nos contrató. Pero hubo diferentes circunstancias que nos condicionaron. No llegamos en el mejor momento institucional, había mucha inestabilidad y eso condicionaba mucho el bienestar del futbolista e hizo que muchos no estuvieran en su mejor nivel. Luego, en aquella época post Covid, el Madrid estuvo especialmente acertado con Courtois y Benzema, nos ganó la Liga y eso nos dejó un poco tocados. Llegamos a la Champions con pinzas y fue el resultado del Bayern, que seguramente fue uno de los mejores Bayern de la historia.
Entonces, no les hicieron mobbing.
Ni mucho menos. Quizás de parte de la directiva sí que podíamos haber tenido un apoyo mayor, pero Eric Vidal y Ramón Planes sí que nos respaldaron. Es que se suelta un bulo y a partir de ahí se empiezan a generar cosas que no son. Me gané el respeto de ese vestuario y por eso el que me lleva a Andorra es Piqué. Tengo muy buena relación con muchos de aquellos jugadores y estoy muy orgulloso de haber pertenecido a ese club descomunal.
Quien sí sufrió mobbing fue su padre por parte de Clemente. ¿Cómo puede ocurrir algo así?
El fútbol tiene infinitamente mayor repercusión que cualquier empresa. En aquel caso, pues era un entrenador joven, inexperto, al que se le suponen muchas habilidades, pero que no tiene ni esa madurez ni esa preparación. El fútbol es tan complejo que muchas veces no estamos preparados para esa repercusión. Por eso, cuando los actores no tenemos la preparación y la capacidad necesaria, pues las cosas no se hacen bien y por eso tritura tantos entrenadores y deja por el camino a tantos futbolistas.
Usted, además, es una persona que nunca se calla.
A veces lo que interesa es meter mierda y defenderse sin argumentos. La esencia del fútbol es ser naturales y dar ejemplo, es una de las cosas que aprendí con Quique.