Lamine Yamal abandonó el estadio Enrique Roca con una clara cojera por molestias musculares en la pierna izquierda tras jugar ante Dinamarca, que hacen que sea duda para el partido del martes de España en Córdoba frente a Serbia, en el que puede firmar el pase de ronda en la Liga de Naciones de manera matemática.
La imagen de Yamal al pasar por la zona mixta sin atender a los medios de comunicación habló por sí sola por la dificultad del jugador al caminar sin cojear. Disputó prácticamente todo el partido, siendo sustituido por el seleccionador Luis de la Fuente en el tiempo añadido tras ser víctima de varias entradas de jugadores daneses.
El domingo, ya en la Ciudad del Fútbol, adonde regresa la selección española en la madrugada del sábado, Yamal será revisado por los doctores para que Luis de la Fuente tome una decisión sobre su continuidad en la concentración o su regreso a Barcelona, con su club muy pendiente del estado del futbolista.
LaLiga EA Sports
Atlético de Madrid- Alavés (2-1)
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Domingo,
29
octubre
2023
-
23:05El conjunto rojiblanco iguala la racha de...
Suiza consiguió su primera victoria con suspense. Por mucho que firmara un primer tiempo aseado, en el que se impuso a Hungría por un incluso corto 0-2, gracias a los goles de Duah y Aebischer, los húngaros, mejorando sus prestaciones tras el descanso, se las arreglaron para hacerles sudar. Varga fue quien se encargó de marcar un 1-2 que impulsó a los suyos a amenazar el triunfo de los suizos hasta el final. Una amenaza que enterraría Embolo con el 1-3 tras aprovechar un fallo en despeje de Orbán. [1-3: Narración y estadísticas]
Los helvéticos dejaron el duelo aparentemente visto para sentencia en la primera mitad con dos tantos en los que Aebischer fue protagonista. Por un lado, asistió a Duah para el 0-1 invalidado inicialmente por fuera de juego, pero finalmente concedido a instancias del VAR, cuando apenas se había jugado 12 minutos. Y, por el otro, materializó el 0-2 cuando se enfilaba el descanso con un disparo fuera del área en el que el meta rival, Gulacsi, estaba tremendamente tapado por una nube de jugadores tanto propios como contrarios.
Hungría, a pesar del mazazo, saltó al césped en la reanudación convencida de sus opciones y apretó para acosar la portería de Sommer. Una circunstancia que Suiza aprovecharía también para amenazar con materializar un 0-3 que podía sellar definitivamente su triunfo. Ni unos ni otros, no obstante, acertaron inicialmente con sus llegadas. Hasta que Varga, casi seis minutos por encima de la hora de juego, consiguió recortar distancias para los húngaros con el 1-2. El tanto le puso algo de incertidumbre a un desenlace del encuentro muy movido, en el que Suiza encontró la sentencia en el añadido por medio de Embolo.
El fútbol todavía no lo ha vivido, quizás porque las mejores generaciones de sus países no han coincidido sobre el césped, pero el baloncesto sí y ha sido una tormenta. El ejemplo perfecto de lo que es la rivalidad entre España y Francia, ampliada, cómo no, a las victorias de Rafa Nadal y Miguel Indurain en Roland Garros y el Tour de Francia, las dos joyas de la corona gala, que han provocado la reacción celosa del público, insinuaciones de dopaje, abucheos y un sinfín de detalles durante años. Vecinos enfrentados. Hoy, nueva edición en Múnich.
«Quería darle una buena razón para tirarse». Nicolas Batum estaba fuera de sí. Durante los últimos segundos del España-Francia de los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el alero francés le propinó un puñetazo en el estómago a Juan Carlos Navarro y provocó la mayor tángana de esta rivalidad. El jugador galo venía caliente desde la Eurocopa de fútbol, cuando había publicado en sus redes sociales un mensaje de apoyo a la selección portuguesa durante las semifinales contra España: «Por favor, Portugal, ¡Por favor!».
Ese puñetazo todavía se recuerda. «Debe de ser duro perder contra el mismo equipo todo el rato», manifestó esa noche Pau Gasol. España no se calló, respondió con palabras y con juego durante toda la década.
Lille, infierno y cielo para Gasol
El conjunto español y Francia se han enfrentado sobre el parqué 11 veces desde 2009, con ocho victorias ibéricas. «España es nuestro mayor enemigo», admitió Vincent Collet, seleccionador galo, antes del duelo del último Eurobasket, donde también cayeron.
«Hay un amor-odio entre nosotros», aseguró Fournier en 2017. Dos años antes, en el Eurobasket de 2015, Pau Gasol, en un pabellón de Lille que fue un infierno para los españoles, se hizo eterno en la prórroga de las semifinales para catapultar a los de Scariolo a una final y un título extraordinarios. «Dura derrota, pero es difícil jugar cuando no puedes tocar al rival», se quejó Rudy Gobert sobre los árbitros. «El árbitro no ha dejado defender a nuestros pívots», criticó Collet.
Cuando Gasol recogió el MVP del torneo todo el público le abucheó. A su lado, Rudy Fernández sonreía pensando en ese titular ya icónico sobre él, publicado en 2014 en la revista Basket Hebdo: «El jugador más detestado de Europa».
«No han tenido nunca un detalle»
En 2015 le tocó a Gasol en Lille, pero antes, en 2009, había sido el turno de Nadal en París, en Roland Garros. «Es una pena que este público no haya tenido nunca un detalle conmigo. Ojalá un año lo tengan», dijo el balear después del apoyo incondicional de la grada francesa a Robin Soderling, el primero que le ganó en la Philippe-Chatrier. «Los franceses nos tienen envidia, al público le molesta que un español triunfe aquí», declaró un enfadado Toni Nadal tras aquel partido.
Una situación que ha tardado en reconducirse, hasta que Nadal ganó tanto y tantas veces que a París no le quedó más remedio que rendirle pleitesía y olvidarse de todos los rumores y suposiciones de dopaje que dejaron caer durante años. «Tienen una poción mágica», dijo el ex tenista Yannick Noah en 2015. «Ha dicho en alto lo que mucha gente no se atreve a decir», publicó Le Monde en un editorial posterior a esas declaraciones. Mientras, los famosos sketchs de Canal+ Francia mostraban a deportistas españoles como Nadal, Gasol o Casillas venciendo a superhéroes de Marvel. «Toman cosas», decía en la escena de ficción Thor.
Queda, por último, el primer gran sufrimiento del deporte francés con España: ver ganar cinco Tours seguidos a Indurain, que se retiró en 1996 mientras Francia deslizaba que se había dopado: «Digno en la derrota, Indurain terminó 11º el Tour, se retiró, dejó que el ciclismo se hundiera hasta el asunto Festina y se llevó consigo sus secretos nunca confesados», escribió Liberation en un artículo publicado en 2016 y titulado «Indurain se cayó y huyó».
Esta noche, en Múnich, Francia observará de nuevo su eterna lucha deportiva contra España, ahora llevada al fútbol, a una Eurocopa en la que son claros favoritos y a un equipo español al que apenas conocen.