El Atlético de Madrid ha conseguido identificar a otros dos de los responsables de los incidentes del derbi a los que procederá a expulsar de manera permanente. Junto con el individuo localizado la noche del partido ya son tres los responsables aprehendidos.
Las dos personas, además de tener condición de socio, son dos de los que aparecen encapuchados hablando con los jugadores cuando el árbitro del encuentro, Mateu Busquets Ferrer, se vio obligado a suspender el partido por el reiterado lanzamiento de objetos al portero del Real Madrid, Thibaut Courtois.
La labor de identificación sigue su curso ya que el departamento de Seguridad del club y la Policía continúan revisando las imágenes de los altercados durante el encuentro del pasado domingo entre Atlético y Real Madrid que finalizó con empate a uno. Desde la entidad están revisando también los documentos y las fichas de socio para afinar la búsqueda de los responsables.
Según el club se lanzaron cinco mecheros al campo entre los minutos 64 y 67 como recoge el acta del encuentro. Por lo que no se descartan nuevas identificaciones y la entidad ya anuncia que procederá de la misma manera con los otros identificados: su expulsión permanente.
Los jugadores del Atlético hablan con miembros del Frente.Florencia Tan JunMUNDO
A las tres personas localizadas se les ha aplicado el código de conducta del club que recoge el lanzamiento de objetos en su artículo 37, apartado d. La sanción a aplicar viene descrita en el artículo 38, apartado C, y supone la “pérdida de la condición de socio y prohibición de acceso a sus instalaciones de forma definitiva”.
El Atlético de Madrid, en un comunicado, reitera su condena de estos hechos injustificables, que han dañado gravemente la imagen del club. Pese al revuelo mediático de estos días reafirma su política de tolerancia cero contra la violencia e indica “que seguirá persiguiendo cualquier manifestación de esta índole y aplicando las sanciones previstas en nuestra normativa interna a los implicados”.
Sanción
Estos lanzamientos, además de la suspensión provisional de 14 minutos del encuentro, también ha provocado una sanción para el club rojiblanco por parte del Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Fútbol.
El organismo procedió a cerrar parcialmente el Metropolitano, concretamente el fondo sur entre los sectores 127 y 133, durante tres partidos y le aplicó una multa económica de 45.000 euros. Cree el comité que el club tomó unas correctas medidas reactivas, pero no tuvo unas correctas medidas preventivas.
Llegaba el Inter en octavos de Champions, último finalista de la competición, sin perder desde septiembre, salvo un duelo en Coppa ante el Bolonia. Con una riqueza táctica y técnica que impresionaba en Europa. El partido de San Siro para el Atlético de Madrid fue como una visita al dentista salvada por Oblak, como anestesista, y por una gran falta de acierto italiano. Entonces, el éxtasis en la vuelta en el Metropolitano, de nuevo con el esloveno como héroe.
El Atlético de Madrid volvía a hacerlo. Como ante el Chelsea en 2014, el Bayernde Múnich en 2016 y el Liverpool en el 2020, el equipo rojiblanco se sobreponía a una presunta inferioridad sobre el papel para salir victorioso, aunque fuera en la agonía de la tanda de penaltis. "Gran parte de los logros del Atlético son mentales, ante los grandes se motivan", explica a EL MUNDO el ex guardameta rojiblanco, Abel Resino.
Una de las primeras gestas futbolísticas fue la remontada ante el Chelsea de Mourinho en Stamford Bridge en 2014. Era el acceso a la primera final de la Champions del Cholo y la segunda en la historia del club. Los pupilos del argentino tuvieron que sobreponerse no sólo al empate a cero del Calderón en la ida, sino a que 'su Niño', Fernando Torres, adelantara a los blues en la primera media hora del encuentro.
"Sentíamos que podíamos con cualquiera. Habíamos ganado todo y nos faltaba la Champions. Fuimos muy superiores, a pesar de que ellos se adelantaran", cuenta Mario Suárez, uno de los mediocentros titulares del conjunto rojiblanco. Adrián y Diego Costa de penalti darían la vuelta al marcador, Arda Turán remataría al Chelsea y encargaría el ticket para la final de Lisboa, que se terminaría perdiendo con el Madrid.
Adrián tras marcar al Chelsea.
El viaje a la segunda final del Cholo conllevaría otra semifinal que asombraría al mundo y daría cuenta de la capacidad de resiliencia del conjunto rojiblanco. Sería, además, frente al Bayern de Guardiola en 2016. Saúl hizo en la ida en el Calderón uno de los goles más bonitos de la historia de la Champions y, probablemente, el más importante de su carrera. Con esa exigua ventaja llegaba el Atlético a Múnich a sufrir uno de los mayores asedios de la historia de la competición.
"Fue un ejercicio de fe", apunta Suárez, "saber que para ganar y conseguir el objetivo hay que sufrir", añade. El Bayern tuvo un 73% de posesión y realizó 33 remates, pero sólo consiguió vencer por dos goles a uno con Griezmann y Oblak como héroes de la noche y se hizo bueno el valor doble de los goles fuera de casa. "El equipo ante los grandes tiene que saber en todo momento lo que tiene que hacer. No puede salir a tumba abierta. Hay que realizar un juego defensivo sin fisuras", apunta Resino.
Saúl tras su gol al Bayern.MARCA
De nuevo, la alegría que lleva a la decepción de perder la segunda final consecutiva ante el Real Madrid. En un club en el que, tras otro palo, entraron las dudas desde la cúpula hasta el banquillo pero, como dice Abel Resino, solo había que tener un poco de memoria. "El cambio que produce la llegada de Simeone es como el día y la noche. La gente que dice que ya ha pasado no se acuerdan de cómo era el club antes de él. No se entraba en Europa, se quedaba décimotercero...", apunta.
Y es cierto que desde la llegada del argentino hay más Chelseas, Bayerns y otras gestas; como la del Liverpool en el año de la pandemia, con esa remontada épica en Anfield por dos goles a tres con aquel doblete de Llorente in extremis y el gol de la victoria de Morata; que decepciones. "A nivel emocional estos partidos de Champions te sacan lo mejor", comenta el ex futbolista rojiblanco Filipe Luis, presente en Stamford Bridge, pero apunta también el bajón mental que se produce tras estas grandes exigencias.
Las decepciones
Filipe se refiere a los partidos ligueros entre eliminatorias europeas, pero esa relajación quizás también afecte al equipo ante retos más sencillos en Europa. De hecho, todos los equipos querían el pasado 15 de marzo que le tocase la bola del Borussia de Dortmund en el sorteo de los cuartos en Nyon. Era, a priori, el rival más asequible. Le cayó al Atlético y, a juzgar por la primera media hora en el partido de ida, parecía que iba a ser un paseo. Entonces, se relajó la tensión y, lo que iba a ser un partido de 3-0 terminó dos a uno, y gracias.
"No fue relajación, a lo mejor ese día con ese equipo no juegas bien. Tan fácil como que no metes las que tienes", explica Mario Suárez. Una explicación y una relajación que se extiende a otras sombras europeas como aquella fase de grupos en 2017 en la que el equipo rojiblanco no consiguió ganarle un partido al desconocido Qarabag y quedó tercero de grupo. Aunque luego se alzara ese mismo año con la Europa League ante el Olympique de Marsella.
Tampoco podemos olvidar la derrota ante el Leipzig en aquella Champions de la pandemia cuya fase final se jugó a partido único en Portugal. Y, por último, la mayor decepción europea del Cholo hasta la fecha cuando el equipo, el año pasado, no consiguió pasar de la primera fase de la máxima competición en un grupo en el que coincidió con el Brujas, el Oporto y el Leverkusen. "No es que el entrenador no consiga mentalizar, es que el propio técnico cree que ante ese tipo de partidos no hace falta hacerlo. No es lo mismo un partido ante un City que ante un Almería o Villarreal", apunta Resino.
Esta noche en Alemania el equipo deberá elegir qué cara poner, si la de las grandes noches europeas o la de las grandes decepciones. "El Atlético de Madrid tiene plantilla como para ganar la Champions y a eso se suma que los jugadores se lo llegan a creer", apunta Abel. Como dice el eslogan rojiblanco: "Nunca dejes de creer".
Puede que no tengas objetivos, pero en tu casa siempre hay una cierta vergüenza que nunca se debe de perder. El Atlético lo tuvo presente contra la Real y lo volvió a tener contra el Betis. Le hizo cuatro tras un gran primer tiempo y tras aprovechar que los sevillanos tenían la cabeza en otros menesteres. En 10 días se juegan el primer título europeo de su historia y eso son palabras mayores. [Narración y estadísticas, 4-1]
Así, el primer disparo del encuentro fue de un Samu Lino extra motivado. Quiere el brasileño recuperar la versión que le hizo titular el curso pasado y que éste, por lesiones o por no aprovechar las oportunidades que le ha dado Simeone, no ha podido mostrar. Junto a él, el equipo al completo se mostró también más agresivo y mandón que en sus dos últimas salidas.
Pero hay un jugador que por calidad y por ganas nunca se le va a poder poner ni un pero a sus actuaciones. Julián Álvarez demostró en el minuto 10 que cada euro invertido en él ha sido una ganga. Quiso el argentino botar la fea falta que le hicieron a De Paul, algo más lejos de la corona del área, para dibujar una obra maestra. El balón marcó una parábola digna de compás para colarse en la escuadra de un Adrián que se estiró para mejorar el cuadro. Maravilloso.
El Atlético apabullaba a un Betis, que pareció dar por perdida la posibilidad de Champions desde la alineación. Pelegrini no quiere sorpresas en Polonia y reservó a sus dos primeros espadas: Isco y Antony de salida. Y el equipo lo notó tanto que en el minuto 20 el VAR les salvó de ir 2-0 por un fuera de juego de Sorloth. Quería el noruego si no repetir, volver a exhibir un poderío similar al mostrado ante la Real. La suerte y su corpachón le brindaron otra oportunidad poco después a pase de Julián, pero metió el pie demasiado abajo y su mano a mano ante Adrián se le fue alto.
Pero la tarde estaba más para Julián, o quería él que lo estuviera. El argentino decidió hacer un eslalon maradoniano a la media hora de encuentro que, si el palo no llega a interponerse, convierte el Metropolitano en un manicomio. El delantero fue superando jugadores verdiblancos como si fueran conos desde el ala derecha hasta llegar al área pequeña defendida por Adrián. Suspiró el veterano portero ante la ayuda de la madera.
Aunque luego respondió bien en dos acciones. Lo primero para desbaratar un remate de Sorloth a bocajarro tras una jugada al primer toque de varios futbolistas rojiblancos, lo segundo para adelantarse a Julián tras un gran pase en profundidad de De Paul. Están respondiendo bien los guardametas béticos a la alternancia que propone Pellegrini, y es raro.
De hecho, en el doble duelo que tuvo con Le Normand antes del descanso, tuvo una de cal y otra de arena. Si consiguió detener el primer cabezazo del central hispanofrancés, le fue imposible hacerlo con el segundo. Sólo estaba en el área pequeña el 24 rojiblanco y la alojó sin problemas en la red.
Respuesta inerme
El técnico verdiblanco sacó la artillería en la segunda mitad. Isco y Antony debían cambiar la imagen de un Betis superado por la energía rojiblanca en la primera. El equipo lo notó desde el silbato, atrapó la bola y el brasileño ya remató en los primeros tres minutos. Pero el Atlético no es un rival que desprecie el esfuerzo defensivo y las contras.
Al cumplirse el primer cuarto de hora del segundo tiempo, Cordero Vega tuvo que detener el encuentro por protocolo médico. Un aficionado tuvo que ser atendido en el fondo sur del estadio y esto produjo un parón de unos cinco minutos, que no desentonó la buena salida del Betis. De hecho, poco después de la reanudación, una preciosa jugada terminó con el empate verdiblanco con una media volea de Pablo Fornals a pase de Lo Celso.
Pero tardó poco en responder el de siempre. Lo hizo tras una preciosa jugada rojiblanca que terminó en las botas de Griezmann frente a Adrián. El francés, que siempre tiene una idea mejor, vio a Julián solo en área pequeña, y el argentino empujó el balón para su doblete. Ese tanto ya rindió al Betis y le puso mirando a Polonia. El Chelsea esperaba. Molina hizo el cuarto, aunque fue anulado, pero Correa sí acertó para conseguirlo ante un conjunto sevillano ya rendido. Quizás fuera el último del 10 con la rojiblanca. Otro que pudo despedirse de su afición fue Axel Witsel, el belga contó poco este año y tiene todas las papeletas para salir en verano. Despedida y Cierre