Aquí nunca se falla. “Ya estoy feliz con lo que he logrado. Si consigo otra medalla, perfecto. Si no, estaré satisfecho igual”, comentaba Saúl Craviotto antes de la ceremonia de inauguración de estos Juegos de París, pero… ¿Cómo creerle? A sus 39 años Craviotto venía sí o sí a por su sexta medalla olímpica junto a sus compañeros Marcus Cooper,Carlos Arévalo y Rodrigo Germade y se la colgó este jueves en la final K4-500: un bronce. Su ‘Last Dance’, su última clase magistral, para superar a DavidCal como español con más medallas de la historia: menudo honor. Ahora son dos oros, dos platas y dos bronces.
En el pantalán de llegada, sentado, lloraba de la mezcla de emociones: alegría, liberación y disgusto. Porque durante buena parte de la regata Craviotto, Cooper, Arévalo y Germade se vieron con el oro al cuello, la medalla que se le escapó en los Juegos de Tokio 2020 -fueron plata-, pero al final no pudo ser. Alemania, otra vez Alemania, adelantó para ganar y el segundo puesto fue para Australia, también en remontada. Pasaron cinco minutos hasta que Craviotto no levantó cabeza y lo hizo para aplaudir a otros españoles, en este caso, a Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez.
Media hora antes de la final del K-500 que lidera Craviotto, Moreno y Domínguez había conseguido otro bronce en el C2-500 y ellos sí, estaban eufóricos, exultantes, viviendo el mejor momento de sus vidas. Viendo su celebración en el podio, Craviotto sólo podía animarse. De 24 y 21 años, en sus primeros Juegos Olímpicos, lograron el metal en una remontada que acabó en photo-finish. Durante toda la prueba fueron cuartos, pero el sprint final los llevó a emparejarse con varios rivales. Al final, con China muy destacada, la pareja italiana se llevó la plata, los españoles, el bronce y luego los dúos de Rusia, Alemania, Hungría y República Checa, todos en el mismo segundo.
Dos bronces en el piragüismo, dos medallas más para confirmar una certeza: lo intenta España en tierra, pero al final es un país de mar. En la historia de los Juegos Olímpicos pelean la vela y el piragüismo por ser el deporte con más medallas y este jueves resultó decisivo. Se hundió el 470 de Jordi Xammar y Nora Brugman y florecieron el C2 500 y el K4 500. Ahora, por las 22 conseguidas sobre un barco, quienes reman cuentan con 23 con cinco oros, 10 platas y ocho bronces. La tradición es profunda, más en las aguas tranquilas, donde ya triunfaba Herminio Menéndez o Luis Gregorio Ramos en hace 50 años y ahí siguen, con el relevo de David Cal hace no tanto y ahora con Saúl Craviotto, elevado a los cielos, el olímpico español más laureado de la historia, pese a su disgusto.