Ricky Rubio está a punto de regresar al Joventut 15 años después. El base internacional se ha comprometido con el club de Badalona en las últimas horas, según han explicado a Efe fuentes cercanas al jugador.
Rubio, que en octubre cumplirá 34 años, finalizó contrato con el Barcelona el pasado 30 de junio y no fue incluido en el listado del derecho de tanteo, por lo que cualquier equipo podía negociar con él sin ningún tipo de restricción.
El del Masnou empezó las negociaciones con la Penya a mediados de junio, y tras varias reuniones con la directiva y la propiedad, firmará un acuerdo con los verdinegros en los próximos días.
15 años después, Badalona ya está lista para el retorno de Ricky Rubio al Olímpic. El base catalán dejó el Joventut en 2009 para firmar con el Barça, con el que ganó una Euroliga, y luego arrancó su carrera en la NBA, antes de regresar, esta pasada temporada, al club blaugrana.
La última vez que Ricky pisó el Olímpic fue el pasado 24 de marzo en el derbi Penya-Barça que se llevaron los azulgranas por 75-93. Antes de dicho encuentro, el jugador recibió un emotivo homenaje en el videomarcador que posteriormente agradeció muy emocionado.
El Joventut ya tiene en nómina a los bases Guillem Vives y Keye Van der Vuurst, y al ‘combo’ Devon Dotson, por lo que Ricky Rubio redondearía una posición que quedaría algo más que completa.
Por otra parte, el conjunto catalán está pendiente también de anunciar el fichaje de un ala-pívot que acompañe al joven Michael Ruzic.
Lucas Sáez-BravoEnviado especial MálagaEnviado especial MálagaActualizado Viernes,
16
febrero
2024
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20:17Con el espíritu de Chichi Creus, de aquel TDK...
El agotamiento, que también tiene mucho que ver (o casi todo) con la motivación, hizo mella. No podía ser de otra forma en un Real Madrid metido de lleno en su semana cuádruple, tres de sus cuatro citas a domicilio. Se topó con un Covirán Granada ambicioso y valiente y no se llevó un disgusto de milagro. Después de verse sin salida, apareció Mario Hezonja para capitanear una corajuda remontada. La octava victoria en los últimos nueve encuentros. Una resurrección dentro de otra resurrección. [79-84: Narración y estadísticas]
Porque realmente el Granada tenía contra las cuerdas al Madrid. El modesto poniendo en un aprieto al grande, sacándole los colores cerca de tres cuartos de choque, viéndose 15 arriba ante un rival que movía y movía el banquillo y no encontraba respuesta. Pero es tal el poderío que maneja Chus Mateo (clave también fue su paciencia) que finalmente halló el resorte. Un tipo dispuesto a romper el guion, a contagiar a sus compañeros y en evitar un tropiezo que parecía inminente. Hezonja, despliegue de calidad, firmó 23 puntos y ocho rebotes y no hubo nada que el Covirán pudiera hacer para evitarlo.
En mitad del frenesí, a Chus Mateo no le quedó otra que aplicar la lógica del reparto de esfuerzo, aunque eso supusiera un claro riesgo. O, al menos, intentarlo. Con Rathan-Mayes y Eli Ndiaye en el quinteto inicial, los planes pronto los hizo añicos un Granada que salió con fuego en las piernas y descaro para repartir. La primera mitad de los de Pablo Pin resultó sublime, un ciclón, la única forma de intentar dar la sorpresa ante el poderoso en mitad de la semana.
Le miró a los ojos al Madrid y le desafío con un baloncesto sin complejos dirigido por Jonathan Rousselle y ejecutado principalmente por el atildado Amine Noua. Los blancos fueron un desastre defensivo, ni rastro de la energía y del colmillo que parecía recuperado últimamente, sin ir más lejos el lunes en el Buesa.
Rathan-Mayes, defendido por Rousselle y Clavell en Granada.miguel angel molinaEFE
Encajó 48 puntos el equipo de Mateo, incapaz de arrimarse pese a acabar la primera parte ya con todas las estrellas en pista, con ese quinteto que casi siempre es garantía. Pero ni Tavares se imponía en la zona ni Campazzo en la dirección, ahogados por la agresividad granadina, que forzó hasta nueve pérdidas blancas.
La esperada reacción no se produjo inmediatamente a la vuelta de vestuarios. El contagio de desidia ya estaba extendido en el Madrid y ni Garuba logró hacerle espabilar. Es más, ahora con la electricidad de Gian Clavell, el Granada estiró la distancia (53-38), cuando Mateo decidió mandar al banquillo hasta sus dos puntales, Campazzo y Tavares, aguardando a que escampara. No había forma de acercarse. Sólo cuando Hezonja fue llamado al rescate, con su despliegue de cualidades y una calma asombrosa, acompañado de Ibaka, Ndiaye, Andrés Feliz y un decisivo Hugo González en un improbable quinteto, logró el primer destello de un equipo que no se reconocía.
Prendió la mecha y el Granada, tan bravo hacía nada, se fue deshaciendo mientras sus fuerzas le abandonaban. Scott Bamford y Jacob Wiley intentaron evitar la remontada, pero el Madrid ya había olido sangre. Cuando volvió Campazzo, ya poco podía hacer. Cinco puntos del argentino pusieron al Madrid por delante por primera vez (75-77), a falta de tres minutos. No iba a tardar Hezonja en sentenciar, el hombre de la noche.
El Granada tendrá que seguir picando piedra para escapar de los puestos más bajos. El Madrid ya se arrima peligrosamente al liderato de Unicaja y Valencia y tiene a tiro ser cabeza de serie de la Copa.
Sin respiro, el viernes se enfrenta en Kaunas al Zalgiris en Euroliga.