A las 6.30 de la mañana comienza cada día el proceso para que España gane a Alemania y se clasifique para las semifinales de la Eurocopa. A esa hora se levanta Rodrigo Vargas, el cocinero de la selección desde 2010. «Una ducha y a la cocina para preparar el desayuno, pues el staff llega a las ocho en punto. Luego los jugadores, y cuando todos terminan, sobre las nueve y media o diez, ya vamos preparando la comida, que es a las 14.00. La merienda
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En el minuto 84, la afición italiana celebró un córner como si fuera un gol, y quizá no haya mejor resumen que ese para explicar lo que fue el partido de anoche. Un España-Italia dominado de principio a fin por España, mucho mejor, más vertical, más atrevida, más divertida, más coral, más todo. A lomos de un futbolista brutal como Nico Williams, la selección de Luis de la Fuente bailó con Italia, hizo con ella lo que quiso y certificó, más allá de lo ajustado del marcador, dos cosas: primero, que jugará los octavos de final y, segundo, que en Alemania hay un señor equipo y se llama España. [Narración y estadísticas (1-0)]
Cuando Vincic, un árbitro terrorífico cuyo único mérito debe ser compartir nacionalidad con el presidente de la UEFA, dispuso el descanso, España había hecho 25 ataques, por cinco de su rival; había disparado nueve veces, por una de su rival (de ellas, cuatro a portería, por ninguna del rival); había dado 299 pases, por 177 del rival... ¡Ah! Y había tenido el balón un 61% por el 39% del rival, pero como el debate de la cansina posesión ha sido superado, quede a título meramente informativo. Cuando Vincic, pues, dispuso el descanso, España había hecho suficientes cosas como para ir ganando el partido, pero su rival, Italia, salió indemne del primer tiempo, que era lo mejor que le podía pasar. La selección, mucho mejor en todas las facetas del juego, más dinámica, más peligrosa, más ambiciosa, se dejó en las manos de Donnarumma y en sus propia ceguera la opción de ponerse por delante.
Aprovechando unas molestias de última hora de Nacho, De la Fuente dio carrete a uno de sus fetiches. Laporte es un futbolista con una jerarquía incuestionable al que solamente su decisión de jugar en una Liga de juguete, con todo lo que ello conlleva, permite cuestionar. El central zurdo es uno de los referentes del vestuario y en tanto que eso, que líder, supone un asidero hasta emocional para el equipo a juicio del entrenador. Quitando eso, el resto fueron los mismos que el sábado, no hace ni una semana, tiraron menos, atacaron menos, pero iban ganando 3-0 al descanso.
Sin noticias de Chiesa y Barella
La primera jugada fue un aclarado para dejar a Nico frente a frente con Di Lorenzo. Le encaró y sacó un centro que, de no haber sido Pedri el cabeceador, hubiera sido gol. Pero el menudo mediapunta remató con la destreza con la que hubiera colgado una lámpara. Ninguna de las suertes le resulta familiar, de modo que, con toda la portería para él, se la puso a Donnarumma en el guante. El portero italiano, con todo, sufrió para sacarla por lo cercano del remate. Los italianos, por cierto, también eran los mismos que le ganaron a Italia. Spalletti, un buen técnico, está construyendo desde el verano pasado un equipo bastante apañado, pero no cuenta con la calidad individual de otras épocas. La baja forma de Chiesa y Barella, probablemente sus dos mejores jugadores, tampoco ayuda.
La segunda jugada fue más de lo mismo. Nico contra Di Lorenzo. Vencedor, Nico. En el otro costado, Lamine Yamal estaba más vigilado, primero por Di Marco, el lateral, pero luego por Barella y Pellegrini, atentísimos a esas ayudas. España intentó probarse otra vez su traje nuevo de equipo vertigionoso, y un balón largo de Unai Simón lo bajó Morata para Pedri, y Pedri para Morata y Morata para Nico, que a medio metro de la portería hizo lo más difícil que podía hacer en su remate de cabeza: echarla fuera.
España veía pasar por delante ya muchas opciones, media docena a la media hora tras un eslalon de Lamine, un disparo desde su casa de Fabián que despejó apuradísimo Dunnarumma y un 'huy' de Morata, algo ofuscado. Veía pasar España esas opciones y observaba un partido raro, con Italia relativamente cómoda pese al acoso y con algún susto cuando Scamacca lograba, fue muy pocas veces, dejar de cara para que corrieran los de fuera. Nada serio. De hecho, lo más serio fue la amarilla a Rodri que le impedirá jugar contra Albania el lunes.
Chiesa, ante Cucurella, en el Veltins Arena.AFP
A la vuelta del descanso, Spalleti quitó a Jorginho. El jugador del Arsenal las había pasado canutas con Pedri a su espalda. Entró Cristante, que le dejó un recado a Rodri a modo de saludo y que vio la amarilla. La tuvo Pedri tras otra buenísima jugada de todo el equipo, pero la envió, como Nico en la primera parte, incomprensiblemente fuera.
Prueba de madurez
Llegó el gol, no podía ser de otra manera. Y llegó, tampoco podía ser de otra manera, con Nico otra vez encarando a Di Lorenzo (el lateral del Nápoles va a tener pesadillas con el chico). Su centro no lo atrapó Donnarumma y Calafiori se lo metió en propia puerta. Era una prueba de madurez para el equipo, ya por delante tras haber jugado realmente bien y con un equipo enfrente, Italia, a la que le faltará calidad, pero nunca le sobra coraje (ni algo de suerte). Dio un paso adelante el equipo de Spalletti, no le quedó otra, pero entretanto Pedri no cazó una por muy poco y Nico, quá noche la suya, estrelló un balón en la escuadra.
Agotado Pedri y confuso Yamal, De la Fuente dio entrada a Ferran Torres y Alex Baena, dos que debutaban en el torneo, igual que Ayoze. Dio igual. España no concedió un solo tiro más a Italia. Fueron 20 tiros contra tres. Fueron 57 ataques contra 11. Fue poca posesión (56%). ¿Y? Fue, así como suena, un baile.
Primero, un breve recordatorio: el jugador del Barça, en los partidos de septiembre con la selección, terminó lesionado en el pubis. En la Federación dicen que ellos de ese pubis no saben nada, y que lo único que hicieron fue infiltrarle de cara al segundo partido para evitar unas molestias que tenía en la espalda. Total, que luego Hansi Flick criticó a De la Fuente ("no cuida a los jugadores", dijo) y este viernes, De la Fuente había vuelto a convocar a Lamine, ya recuperado, para los partidos de la próxima semana. Pero, de repente, el Barça ha comunicado que el chico ha recaído de su lesión y que estará dos semanas de baja (entre dos y tres). Justo el tiempo que dura el parón de selecciones.
Según el comunicado del club azulgrana, Lamine volvió a resentirse de sus molestias en el pubis después del partido contra el PSG, que se disputó el pasado miércoles. Entre el miércoles y las cuatro y media de la tarde de este viernes nada se sabía de esas molestias. Pero el día ya venía marcado por Lamine.
Sobre él había girado casi toda la rueda de prensa, donde hubo momentos de alta tensión. Fueron media docena las preguntas que tenían como protagonista al futbolista del Barça. En su momento, Flick dijo que el técnico español no cuidaba a los jugadores. "Me sorprendieron esas declaraciones porque él ha sido seleccionador, pensé que tendría más empatía, pero ya está. No hay caso", quiso zanjar De la Fuente, que no lo consiguió.
"Siempre cuento la verdad"
Sigue habiendo cruce de acusaciones entre las partes. El Barça dice que Lamine viajó en septiembre con molestias y que le hicieron jugar infiltrado los dos partidos. La Federación no da detalles en público, pero niega que no cuidase al jugador. "Aquí siempre riesgo cero", insiste el técnico. "Yo siempre cuento la verdad", cerró el técnico, que tuvo un rifirrafe con un periodista por este asunto.
Antes de todo el lío, cuatro rostros conocidísimos (Carolina Marín, Pablo Alborán, Ibai Llanos y Ricky Rubio) han sido los encargados este viernes de dar a conocer la lista de convocados de la selección española para sus próximos partidos. ¿El motivo? Son cuatro personas que han hablado abiertamente acerca de la salud mental, y como el próximo día 10 se celebra el día internacional de eso, de la salud mental, la Federación ha querido que fueran ellos los que ofreciesen una lista con dos novedades y una ausencia llamativa: Marcos Llorente y Pablo Barrios traen a España el bueno momento del Atlético de Madrid y Álvaro Morata, del que no consta lesión, no aparece.
Por matizar: España juega el sábado 11 en Elche contra Georgia y el martes 14 contra Bulgaria en Valladolid. Si gana, tendrá casi en la mano el billete para el Mundial del próximo verano. Lo más llamativo, sin duda, es la ausencia del capitán. Morata, que venía jugando más o menos con regularidad en el Como (en el último duelo, eso sí, apenas estuvo un minuto en el campo), no está en la citación.
Tampoco Laporte
Por lo demás De la Fuente, que es quien decide la citación, no ha improvisado mucho. Ante la ausencia de Dani Carvajal vuelve Llorente y ante las bajas en el centro del campo (Fermín, Gavi, Fabián Ruiz) entra Barrios. También estaba Lamine Yamal, que se lesionó en septiembre y hubo bastante lío con el Barça por ello. Y es correcto el pasado en el tiempo verbal porque pocas horas después se supo que el extremo estará otras dos semanas de baja por haber recaído de su lesión de pubis, la que teóricamente se produjo con España.
Tampoco está Aymeric Laporte pese a que ya ha comenzado a jugar en el Athletic. Era una de las dudas del seleccionador, que confía mucho en el central. Y ya se sabía la ausencia de Nico Williams, el otro que se lesionó en la ventana de septiembre y que, él no, todavía no ha pisado de nuevo la hierba.
LISTA DE CONVOCADOS
Porteros. Unai Simón, David Raya y Álex Remiro.
Defensas: Cucurella, Porro, Huijsen, Vivian, Cubarsí, Grimaldo, Marcos Llorente y Le Normand.
Centrocampistas: Pedri, Rodri, MIkel Merino, Dani Olmo, Alex Baena, Pablo Barrios, Aleix García y Zubimendi.
Delanteros. Ferran Torres, De Frutos, Jesús Rodríguez, Samu, Yeremi Pino, Lamine Yamal y Mikel Oyarzabal.